Mi bebetona en Canadá
Como mi bebetona me sorprendió y resulto ser la mejor amante que tuve.
Bueno amigos os voy a contar mi historia con una niña asturiana que resultó ser una autentica fiera en la cama y de cómo se enamoró de mi hasta el punto de escaparse de casa para irse a vivir conmigo a León.
Todo empezó en un viaje en el cual coincidimos hace tres años, nos conocimos en el aeropuerto de Madrid, íbamos a Canadá a estudiar inglés, esos en los que vas a una casa y estás viviendo con una familia nativa durante un mes, y tienes que sacar buenas notas para que te den la beca y así te sale gratis. Bueno, yo iba con mis dos primas y ella sola, para ella era la primera vez yo ya repetía, era mi segundo año. Ella tenía 18 años, era alta, morena, delgada y guapísima aunque tenía bastante carácter, tenía un culo perfecto y un par de tetas pequeñas pero duras como piedras, en resumen, era fantástica, el sueño de cualquier hombre y por supuesto mi sueño.
Yo me fijé en ella nada más verla en el aeropuerto y presentarnos, entablamos una larga conversación allí mismo que duró todo el viaje, ¡como me gusta! Pensé mientras la observaba hablando con mis primas, sus labios carnosos y el escote que llevaba estaban poniéndome a cien y tuve que irme al baño a masturbarme imaginándome como sería en la cama, como esos labios me succionaban la polla mientras yo lamía esos maravillosos pechos que pretendían escaparse de mis labios de tan duros como los tenía.
Llegamos a Canadá y a cada uno nos destinaron a una casa distinta, la mía quedaba casi al otro extremo de la de ella, pero nos veíamos cada día en el Colegio donde íbamos a estudiar aunque yo estaba en otra clase porque era mi segundo año. Poco a poco nos fuimos haciendo muy amigos y haciéndonos confesiones intimas, ella me contaba que había tenido un novio durante tres años con el que había perdido la virginidad y yo le contaba mis aventuras en los viajes que había echo, la verdad es que follo bastante, las tías se me dan bastante bien aunque tengo novia desde hace tiempo, pero eso no me impide tener pocos escrúpulos a la hora de ponerle los cuernos.
Un día en una de nuestras muchas salidas, fuimos a un bar a emborracharnos a cerveza ya que el precio de la bebida era bastante alto y no daba para más, después de varias horas allí tomando con otros amigos ella salió a bailar a la pista y un chico francés que había por allí no dejaba de acosarla con lo que yo tuve que enfrentarme a él diciéndole que era mi novia para que la dejara en paz, la sonrisa de ella me hizo ver que ella me deseaba y decidimos irnos.
Mientras íbamos paseando por la calle y hablando de nuestras cosas, ella tropezó y se calló al suelo, yo intente sujetarla pero al final lo que conseguí fue caer encima de ella, nuestras miradas se cruzaron y nuestros labios se unieron en un largo y profundo beso, ella rápidamente metió su lengua en mi boca y empezó a succionármela con tal ansia que me hizo una herida de un mordisco.
Nos levantamos y nos fuimos a mi casa, al llegar a la habitación me fui hacia a ella y sujetándola por la cintura comencé a besarla en el cuello, sus suspiros hicieron que mi polla empezara a crecer y a ponerse dura de una manera brutal, ella se dio cuenta y se le escapó una ligera sonrisa a la vez que empezaba a tocármela por encima del pantalón. Le quite la camiseta y ella me sujetó las manos, de un empujón me tiró encima de la cama poniéndose encima mío de un salto y sujetándome las manos con las suyas comenzó a besar todo mi cuerpo, apagó la luz ya que decía que era bastante tímida y me quitó la camiseta besando mi pecho y mordisqueándome los pezones.
Se quitó el sujetador y me puso sus tetas en la boca yo rápidamente se las mamaba, eran perfectas me cabían enteras en la boca, tan duras y los pezones parecía que se iban a disparar de un momento a otro, todo tal y como me lo había imaginado en mis masturbaciones, me quitó el pantalón y no pudo evitar reirse cuando vio el tamaño de mi polla, estaba completamente empalmado y la verdad tengo una polla descomunal, empezó a acariciarla con suavidad de arriba abajo como queriendo pajearme, le pedí que se la metiera en la boca y comenzó a besármela con mucha suavidad, yo no podía más, estaba a punto de reventar, enseguida le di la vuelta y me coloqué encima de ella, le quité los pantalones y el pequeño tanguilla que llevaba y comencé a lamer su coño, metiendo mi lengua dentro de ella, sus jugos salados hacían que mi polla palpitara más y más mientras con mis labios apretaba su pepitilla que estaba hinchadísima y ella no paraba de chillar como una perra en celo: Fóllame cabrón, me decía mientras clavaba sus uñas en mi espalda.
Levanté la cabeza y me puse encima de ella, apreté mi polla contra su coño y empujé hacia dentro con fuerza, ella emitió un grito de dolor e intenté retirarme pero con sus manos me apretó las nalgas y me dijo: despacio, métemela muy despacio que no estoy acostumbrada a este tamaño, la sujeté con mi mano y se la metí poco a poco para que su coño se adaptara a ella, ella gemía como una loca, sentía como las paredes de su vagina apretaban mi polla cuando de repente se puso rígida y empezó a convulsionarse, estaba teniendo su primer orgasmo, la carcajada sonó en la habitación como un estruendo y al ver mi cara estrañada me dijo que se reía porque nunca había sentido nada parecido, era su primer orgasmo con una polla dentro, pero sigue que quiero más, fóllame como nunca me han follado, eso hizo que mi excitación fuera en aumento, retiré mi polla para ponerme un condón y de nuevo la penetré, esta vez me costó menos trabajo ya que estaba muy mojada, mi polla resbalaba dentro de ella mientras yo empujaba cada vez más fuerte, espera mi amor, déjame ponerme a mi encima que quiero sentirla toda dentro, me volví boca arriba sin sacarla y ella empezó a cabalgarme como una loca, estaba tan excitada que sus jugos me corrían por las piernas, de repente se paró, tenía la cara desencajada del dolor que le había producido mi polla toda dentro y se dejó caer encima de la cama, ponte tu encima y ten cuidado que me duele si entra entera, ante esa situación yo tuve especial cuidado y me la follé durante 20 minutos en los que ella tuvo otros dos orgasmos. Caímos exhaustos los dos y enseguida nos quedamos dormidos.
A partir de ese día, todo fue maravilloso, esos 13 días que nos quedaban era un continuo follar en todos los sitios que se nos apetecía, incluso en el avión de vuelta a casa nos encerramos en el baño y si no fuera por una de mis primas hubiéramos echado un polvo maravilloso a 5000 metros de altura. Por circunstancias nos volvimos a ver unos meses después pero ya todo había cambiado.
Yo no pude olvidar esa asturianita que me quitó el sueño durante mucho tiempo y por supuesto fue la mejor amante que tuve aunque sus uñas son muy peligrosas, todavía me duele la espalda cuando me acuerdo de ella y es muy a menudo.