Mi atractivo vecino
Nunca sabemos lo que nos puede pasar con nuestro vecino al cruzarnos en el ascensor...
Otro día más que termino mi jornada de trabajo y me dirijo a casa. Pienso en el relajante baño de espuma que me daré al llegar a casa y me siento muy bien.
Cuando por fin llego a mi edificio entro en el portal y pulso el botón de llamada del ascensor. Casi siempre subo caminando pero vivo en un 4º piso y hoy estoy especialmente cansada. Mientras espero el ascensor, noto un olor masculino y varonil que se acerca a mi. Cierro los ojos y noto como piel siente un ligero escalofrío. Vuelvo mi vista hacia atrás y es mi vecino Carlos el que está a mi lado. No tenemos mucha relación, solo hemos coincidido unas cuantas veces en el ascensor.
-Hola, le digo temblorosa.
-Hola Ana, que alegría verte.
¡Casi me muero al escuchar eso! Carlos es un hombre muy atractivo, de unos 35 años y a mi me da mucho morbo, siempre va trajeado pero no sé muy bien a que se dedica profesionalmente. Está casado y tiene un niño de 3 años con el que sale a jugar al parque muy a menudo.
Por fin llega el ascensor y subo yo primero, luego viene Carlos detrás de mí. Pulso el 4 y se cierran las puertas. Empieza a subir y noto una mano deslizándose por mi culito, me doy la vuelta y miro a Carlos, le digo que está casado y me dice que me desea desde la primera vez que me vio.
Me coge por la cintura y me empieza a desabrochar los botones de mi camisa del trabajo, me introduce su mano por encima del sujetador y me dice que desea con todas sus ganas tocar mis pechos por debajo del sujetador y mete su mano por debajo de mi falda, mis braguitas ya están encharcadas y no puedo disimular que yo tambien me muero por entregarme a sus brazos.
El ascensor para en mi planta y lo agarro por la corbata, el me sigue y nos metemos en mi casa.
Le desabrocho la corbata y la camisa y observo un cuerpo muy cuidado, empiezo a desabrochar los botones de su pantalón y noto un notable bulto debajo de sus boxes, una polla dura me esperaba ansiosa de deseo. Me empezó a quitar la camisa ya desabrochada en el ascensor y me arrancó la falda. Sus manos recorrían una y otra vez mi cuerpo. Me quitó el sujetador y empezó a besar y chupar mis pechos con una pasión desenfrenada. Me puso sobre la mesa de la cocina y abrió mis piernas con fuerza, tocó una y otra vez mis braguitas encharcadas sobre mi sexo excitado y me las quitó suavemente. Volvió a abrirme las piernas y me empezó a lamer todo mi coño, su lengua recorría cada rincón de mi excitado coño, introducía sus dedos suavemente dentro de mi y me besaba los pechos. Mi excitación estaba casi en el climax, me incorporé y le bajé los boxes, lo tumbé sobre el sofá de mi sala y cogí su polla entre mis manos, estaba dura y me moría de ganas de chuparla, lo miré a la cara y le dije que nunca se la iban a chupar mejor. Empecé a chuparla suavemente mientras acariciaba sus huevos con mis manos, notaba que le gustaba y la introduje entera en mi boca, la lamía y me la metía en la boca, era un placer absoluto, su polla en mi boca, y mi coño superexcitado y muy mojado, estaba muy cachonda.
Mi boca seguía como loca chupando esa polla dura de mi atractivo vecino, su mano recorría mi espalda hasta llegar a mi culito, introdujo un dedo en mi culo y eso me excitó mucho más. Yo gemía sin parar y eso lo excitó a él mucho más. Me cogió y me puso a cuatro patitas y me penetró el coño por detrás, sentí su polla dentro de mi y sentía como si mi placer no tuviera limites, un sin fin de movimientos invadieron nuestros cuerpos y nuestros sexos excitados estallaban de placer. Introdujo un dedo en mi culo y jugó un ratito con el hasta que cogió su dura polla y me la metió por el culo, noté un placer inmenso, su polla en mi culo y mi coño encharcado, introducía sus dedos en mi coño y mi excitación me llevó a varios orgasmos maravillosos, nunca disfrutados antes. Nuestros cuerpos se movían sin parar y nuestras respiraciones y gemidos acababan en gritos de placer, me dio la vuelta y se corrió sobre mi boca, un caliente y espeso semen se deslizaba por mis labios y mi cara. Su cara reflejaba un placer increíble y me dijo que era el mejor polvo de su vida. Le dije que pensaba en darme un baño antes de cenar y nos lo dimos, luego me besó en los labios y me dijo que esperaba encontrarme mas veces en el ascensor. Antes de cerrar le dije, ya sabes donde vivo