Mi atracción por él

Recuento de los días de pasión y erotismo que viví en Cuba con la compañia de mi primo.

Hola, antes de empezar mi relato deseo presentarme mi nombre es Isis, tengo 20 años y este es mi primer relato. Soy alta, blanca de piel, ojos marrones y pelo negro lacio, no soy ni muy flaca ni tampoco gorda, tengo las tetas de un tamaño considerable y un trasero paradito y bastante apetecible. Esta historia es 100% real, para mi ha sido una vivencia exquisita, muy apasionada y cautivadora por eso he decido compartirla con ustedes. Espero les guste y me envíen sus comentarios sobre mi historia.

Es difícil explicar en pocas palabras mi adicción por él. Todo comenzó este verano en mi Segundo viaje a la mítica isla de Cuba, lugar de donde provenían mis padres y abuelos. Yo siendo una hija forzada del exilio cubano iba en miras de conocer la patria que un día la revolución me arrebato. Siempre desde pequeña mi sueno era el provincia de donde proveníamos, conocía sus calles, sus esquinas, sus historias y mitos. Iba a Cuba llena de deseos de conocer toda la familia que me había sido negada (Soy única hija al igual que mi madre, así que no tengo primos, tíos ni hermanos).

Entre esa familia que pensaba conocer se encontraban infinidad de tíos, primos y amigos de la familia. Conocí mucha gente y visite muchos lugares, vi. Varadero, La Habana, Cienfuegos y mi cuidad. Desde que llegue a casa de una de mis tías, ella muy amable y cariñosa rápidamente me adopto por esas semanas como una hija, note algo que no esperaba o alguien que no imaginaba, él era moreno, alto, fuerte y guapo. Ese morenazo era nada mas y nada menos que mi primito un año menor que yo (hijo mayor de mi tía) y de chiquitico no tenia nada. Tenia unas manos grandes y fuertes y un torso envidiable por cualquier hombre y deseado por cualquier mujer que le gusten los machos de verdad. Un cuerpo muy atlético, un rostro hermoso, unos ojos negros penetrantes y una sonrisa dibujada en sus labios para comérselo.

El siempre fue un niño muy tímido, todos lo que lo conocen coinciden en hablar sobre su falta de palabras y su timidez absoluta. Yo todo lo contrario siempre he tenido un espíritu lleno de alegría, sinceridad, energía y una boca que no se calla. Como cosa del destino hicimos liga rápidamente, él me cuadraba como loco y yo a él. No me costo ningún trabajo conocerlo ni sacarle sus secretos. Pasábamos las noches en el parque hablando y cantando con sus amistades. Me contaba sobre sus aventuras con infinidad de mujeres, algunas mayores que él y sobre sus proezas sexuales, igual le conté de mi vida, mis vivencias y mis novios. Mientras fumábamos en su balcón le contaba mis fantasías y como deseaba ser poseída. Note como disfrutaba las pequeñas caricias que le entregaba su prima, cariñosamente por el cuello y la espalda.

Rápidamente, al notar sus escalofríos le propuse un masaje por la espalda. Note como su piel se tensaba y sus músculos respondían a mis manos, como se erizaba ante el rocé de mis dedos por su piel. En las noches de carnavales en la víspera del 26 de Julio (día importante para la revolución cubana) después de llegar de las fiestas a eso de las 3 o 4 de la madrugada medio borrachos y llenos de lujuria comenzaba nuestra fiesta de masajes eróticos privados. Al principio era yo la única masajista, hasta que le pedí que hiciera algo por su primita también. El sin pensarlo mucho paso sus grandes manos por mi blanca piel. Yo me sentía morir con el rozar de sus dedos por mi espalda. Sentí como mi piel se erizaba con su respiración. Mi vagina era un mar sediento por el miembro que se asomaba por sus cortos. Yo solo miraba el espectáculo de sus pantalones mientras imaginaba como ese pedazo podría romper mi cuevita. Al darse cuenta de mi mirada, mi primo comenzó a cubrir su erección con la sabana, pero yo sabía lo excitado que se encontraba por mi culpa.

Cada noche de carnaval llegábamos al mismo punto, al sofá, a las caricias que cada vez se hacían mas intensas. Había noches que me quedaba tan caliente que sentía la necesidad de masturbarme en su cama, oliendo su almohada, ya que él me había cedido su dormitorio y lo había cambiado por el sofá de la sala. Sólo su almohada y yo sabemos la necesidad de desahogo que sentía y los deseos tan grandes que tenia de poseer a mi primito querido. Cada noche era lo mismo. Los días se iban soñando y deseando la llegada de la hora de las cosquillas, como le llamaba él a nuestras caricias disfrazadas. Era cada día más erótico, más sexual, más sensual. Me pegaba a su cuerpo sentía su respiración, le tocaba su pecho, mientras le besaba su espalda, pasaba mis dedos por el camino de pelos de su ombligo hasta llegar al limite con su entrepierna, para solo subir y repetir la osadía.

El cada vez era más atrevido y de su timidez nada que ver, sentía sus manos revoltosas cerca de mis pechos, su boca en mi cuello y su aliento penetrando mis oídos. Sus manos recorrían mis muslos como un camino seguro, un camino lleno de placer y de sensualidad. Nunca pensé sentirme así con él. A pesar de no ser virgen y haber tenido dos amantes nunca ningún hombre me había excitado como mi primo. Nadie me hacia llegar a los limites de la locura como él, pero en nuestras cabezas esto no podía ser, sabíamos que nuestra relación era peligrosa y por eso disfrazábamos las miradas y las caricias que no eran caricias solo se reflejaban en la oscuridad de la sala.

Los días pasaban y yo me sentía en el cielo a su lado, llena de placer y de erotismo. El era muy celoso conmigo y no me dejaba ir a ningún lado sola. Éramos un poco de todo, amigos, hermanos, primos, novios, amantes y confidentes. El me contó su experiencia con la única novia seria que tuvo, su decepción con las mujeres y como estas no lo llenaban. Para el eran muy pocas las esperanzas de encontrar a esa mujer especial y yo lo escuchaba, lo entendía y lo consolaba. Entre cerveza y cerveza me contaba sus desengaños y decepciones y yo solo quería abrazarlo y decirle que no buscara más y que yo lo amaba. Yo seria esa mujer para el y quiero serlo.

Esa noche caminamos de la mano hacia su casa. Al llegar cepillo mi larga y lacia cabellera negra. Empezaron las caricias y sentí como sus manos bajaban por mis hombros hasta llegar a la comisura con mis senos y mis pezones se erizaban con la cercanía de sus dedos. Me acosté de lado para que el no pudiera notar mi excitación, tenia sueno y me hice la dormida mientras acariciaba mi espalda, puso sus labios en mi cuello, sus manos en mis muslos, en mis cadera. Succiono mi oreja, me lamió la barbilla, el cuello y de solo sentir sus labios afianzados sobre mí…tuve el orgasmos más silencioso y mágico de mí vida. Después agotada por mi venida, de la cual creo que se dio cuenta por la manera en que mi cuerpo tembló con sus manos, lo abrase fuertemente y pose mi cabeza en su pecho mientras lo acariciaba dulcemente. El pasaba sus dedos por mi cara y mis labios hasta que poco a poco me los iba introduciendo en mi boquita. Yo al principio me hice la desentendida, pero después empecé a chuparlos como si fuera su pene. Esta situación se que lo excito de gran manera, vi. Su cara de lujuria ante mi proeza y como ocultaba la prueba del delito o de su excitación entre las sabanas. Se que le excitaban mis acciones y nuestros juegos incestuosos eran cada vez mas sexuales. Noche tras noche nuestra relación se tornaba amorosa y yo conocía cada mirada y gesto de mi primo. Podíamos hablar de cualquier tema y me sentía como si él fuera parte de mí. Los días pasaron y llego el día antes de mi partida.

Esa noche de verano nunca la olvidare, fuimos a un concierto de rock y después al parque. Esa noche el se mostró muy cariñoso, me echaba el brazo y me tomaba la mano. En una ocasión le bese el oído mientras susurraba su nombre. El por su parte me besaba en la cara y en el cuello. En parte de la conversación le conté sobre mi miedo a volar y como temía que se cayera el avión, su respuesta mi dilema, fue decir que si se caía, el se tiraba de su balcón. Yo le dije que siempre me había dicho que no se moría por nadie y nunca había querido a ninguna novia y que no entendía por que se airaría por mí. Me contesto que sabia que no era como las mujeres que se acostaban con el, sabia que no era igual a esas vampiritas que entretenían sus noche de lujuria con sus lenguas y sus chochas…que yo para el era distinta y que por mi si se tararía y sin pensarlo. Me sentí alagada y no supe que decir, solo le bese la cara y puse mi cachete sobre su hombro, por mi mente pasaron tantas cosas, pero solo pude mirarlo y decirle que le quería mucho.

Hablamos sobre nuestros celos mutuos y le dije que encantaba que me mordieran y que también pensaba que la ultima cosa que podía hacer una persona celosa y posesiva como el y como yo era marcar a su pareja con un morado en gestión de pertenencia. Rápidamente y en medio del parque en frente de TODOS sus amigos me hizo un moretón que cubría casi la mitad de mi cuello. Y yo le dije que me vengaría lamiéndole la cara, le di un lengüetazo y el me pago dándome lengüetazos circulares en mi barbilla muy cerca de mi boca. Mi morado era enorme y en la casa me vengue de el, le deje tres moretones, uno en el pecho otro en su precioso ombligo y en el cuello. Pasamos la noche entre mordidas y caricias, nuestras caras se juntaban y nos besamos por toda la cara, pero al llegar a la boca algo paso y nuestros labios llenos de temores por nuestras acciones nunca se cruzaron. Podía sentir su aliento en mi pecho, sus dedos en mi boca, la excitación debajo de la sabana, estuvimos horas entre mordidas risas y hasta un poco de llanto. El muy pensativo y triste por mi partida y yo llena de deseos por sus besos en una ocasión todo parecía estar cerca, pero me aleje y no hice el movimiento necesario para completar mi necesidad de su cuerpo.

Nos quedamos dormidos juntos hasta el amanecer abrazados. Sentí como pasaba una de las mejores y peores noche de mi vida entre sus brazos. Dormí placidamente hasta el amanecer y al DIA siguiente junto a su madre mi primo me despidió en el aeropuerto con un fuerte brazo, unas ultimas caricias y un te quiero en los labios.

No consumamos nuestra relación ni con un beso. Yo se que hubo algo, que sus palabras fueron sinceras…que por poco pasa de todo, pero al final nada paso. De mi parte no fue timidez, sino miedo al rechazo, a la distancia que nos separa y a enamorarme de un imposible. Mi primo fue mío, aunque no lo sepa…el es mío en mis sueños, en las noches cuando necesito su presencia y añoro sus caricias en mi piel, su aliento y el roce de su pene entre mis nalgas mientras besa mi cuello. De su parte creo que fue respeto ante una mujer que le dio más que su sexo, su corazón. Yo no me arrepiento de nada y se que no paso nada por que no tome la iniciativa ante su timidez de dar ese paso tan definitivo. Todas las mujeres anteriores en su vida así lo hicieron. Yo logre mi cometido de ser diferente para el, de ser algo distinto. Hoy DIA no pude evitar enamorarme. Lo amo y estoy en vías de traerlo a vivir conmigo. No tenemos nada en concreto, solo el recuerdo de nuestras noches de erotismo y sensualidad.

Les recuerdo que esta historia es totalmente real y me encantaría escuchar su opinión sobre mi relación con mi primo. Yo necesito consejos, como dije lo estoy sacando de Cuba y no se que hacer cuando llegue ni como comportarme. La historia esta completa y quiero opiniones legítimas de personas que no sean cercanas a mi. Agradezco los comentarios y les pido que sólo se limiten a mandarme consejos y comentarios sobre mi relato. No intereso recibir correos eróticos dedicados a mí, ni tener ningún tipo de relación erótica por este medio. Muchas gracias y espero les haya gustado mi relato.

Isis

PD- mi email es Isis853@latinmail.com