Mi antigua amiga Pepa

Cuando me di cuenta estaba la mujer a cuatro patas con el culo abierto con sus dos manos una en cada glúteo, el pecho apoyado en la almohada y yo arrodillado tras ella bombeando mi pene en su vagina, agarrado a sus caderas.

MI ANTIGUA AMIGA PEPA

Cuando me di cuenta estaba la mujer a cuatro patas con el culo abierto con sus dos manos una en cada glúteo, el pecho apoyado en la almohada y yo arrodillado tras ella bombeando mi pene en su vagina, agarrado a sus caderas. Una visión preciosa, su culo abierto vestida solo con unas medias negras cogidas a un liguero abrochado en su estrecha cintura, y mi pene entrando y saliendo mojado en la preciosa vaina rodeada de pelos.

Pepa es una mujer de unos treinta y cinco años, que conocía desde la pubertad, siempre hemos tenido buen rollo, nos atraíamos mutuamente, bailamos alguna vez juntos pero nunca llegamos a salir juntos. Me quedé siempre con las ganas de darme el lote con ella. En fin se casó con otro y cada uno hizo su vida. Hace años que se dedica a la profesión de API, es decir vendedora de pisos y solares, un día entró en mi despacho y me invitó a ver sus productos. Yo soy constructor y le dije que en este momento no me interesaba suelo ni comprar casas, etc...etc... , pero ella insistió en que tenía que ver su casa. Una casa grande que se podía derribar y construir un edificio de viviendas, sin tener que pagar nada, cobrando a cambio de obra. Tanto insistió que accedí y quedamos una tarde en su casa, después de comer.

Llamé a la puerta de su casa y abrió su marido, le saludé nos conocemos hace tiempo, el salió y me dijo

Pasa que Pepa está esperándote

Allí estaba ella, me hizo pasar y me enseñó la casa. Era una casa antigua pero bien arreglada, y conservada óptimamente, me mostró el comedor, la cocina los baños, los dormitorios. Todo perfectamente arreglado aunque el dormitorio tenía una pinta extraña, no acorde con el resto de la vivienda, modosa y clásica. El dormitorio de matrimonio tenía un gran espejo pegado en el techo, justo encima de la cama, una de las paredes era un armario de techo a suelo también forrado todo de espejo, lo que le daba una dimensión espectacular. en uno de los ángulos del techo colgaba una guía atiborrada de focos dirigidos hacia todas las partes del dormitorio. La cama parecía una tarta, adornada con un cobertor blanco de seda y encajes, las mesitas de noche hacían juego con un sillón monoplaza de madera lacada en blanco acolchado en el respaldo y asiento color rojo de raso. Cuando entre al el dormitorio, puse cara de asombro, y ella me dijo

Es que me gusta excitarme con la decoración sofisticada. Te gusta?

Claro que sí, es preciosa

Miré la habitación con detenimiento pero me llamó la atención una braga tanga de color negro que estaba como expuesta en el medio de la cama, contrastando el negro con el fondo blanco, como puesta adrede y en la parte opuesta a la cama un trípode con una cámara de video de las caseras pero de las buenas.

Quieres un café?

Por supuesto

Fuimos al salón me invitó a sentarme en el sofá y ella se fue hacia la cocina.

hoy no trabajo por la tarde, espero que no tendrás mucha prisa

no, le dije

Al cabo de unos minutos vino con las tazas, caminando contoneando las caderas, forzada por los tacones altos. Vestía un traje chaqueta con falda color negro, muy apretada medias negras y blusa blanca.

Se sentó a mi lado y abrió una caja que tenia sobre la mesita llena de fotos, escogió unas cuantas y mostrándomelas, dijo

te acuerdas?

Eran fotos de cuando éramos jovencitos, había una en la que estaba toda la peña y yo la agarraba por la cintura. Aún recuerdo el calentón que llevaba. Pepa miraba los fotos con la cara casi pegada a la mía, de pronto nos miramos a la cara unos segundos de duda y ella acercó sus labios carnosos a unos cms de los míos, los acercamos y nos dimos un pico suave, rozando los labios y nos separamos de nuevo unos cms, luego ella se avanzó y me besó con pasión metiendo su lengua en el interior de mi boca, buscando enrollarla con la mía. Abrazados y sentados continuamos besándonos unos minutos. Entonces ella se levantó y dijo.

que calor!

Se quitó la chaqueta y se sentó sobre mis piernas a horcajadas, levantándose un poco la falda, se abrazó a mi y me volvió a besar. Restregaba sus bragas contra mi pantalón, moviendo sus caderas como si estuviera follándome, pero vestida, con sus pechos pegados a mis pechos. Al cabo de unos minutos el calentón llegaba a los límites, separó los labios y me dijo

Quieres que hagamos lo que no hicimos entonces?

Si, por favor

Se levantó, me dio la mano y me llevó al dormitorio, de pie me quitó la chaqueta, la camisa y me besó otra vez mientras me desabrochaba el cinturón y los pantalones, que se deslizaron hasta al suelo, se agacho y me bajó los calzoncillos, liberando el pene de su presión, miré hacia abajo, mi pene tenia el glande amoratado y de la punta colgaba un hilo de jugo lubricante mas de un palmo, ella lo recogió subiendolo con la lengua y metiéndose el hilo y el glande dentro de la boca, lo chupó lentamente mirando hacia arriba, a mis ojos, con los suyos entreabiertos.

Mire a mi alrededor, el espejo de la pared reflejaba mi perfil desnudo y Pepa chupando mi pene arrodillada, todavía vestida con la falda y la blusa. Miré hacia arriba y el otro espejo daba una vista cenital de la acción. De repente soltó mi pene y se fue hacia la pared y encendió todos los focos que tenia la habitación.

Siéntate en el sillón

Tomé asiento en el sillón rococó, el contacto de la seda de con mi culo desnudo era muy agradable, entonces se colocó delante de mi, justo debajo de un foco, y empezó a quitarse lentamente la blusa, después el sujetador, dejando sus pechos bambolear, me tiró el sostén a la cara, lo recogí y lo deje sobre la mesita, Se desabrocho la cremallera de la falda y en un movimiento de caderas se fue al suelo, dio unas vueltas mostrándome su cuerpo, cubierto solo por la medias negras de encaje sujetadas a la cintura por un liguero, y un tanguita de color negro, idéntico al que había encima de la cama, calzaba zapatos de tacón alto negros.

Tiene un culo precioso, anchas caderas, cintura estrecha y piernas largas, los senos abundantes y turgentes, espalda ancha preciosa. Se acercó a mi caminado lentamente, me levanté del sillón y la abracé, enlazamos nuestras lenguas y con mis manos busqué el hilo del tanga siguiéndolo hasta la raja del culo, puse mis dedos en la tajada y los deslicé hasta llegar al agujero de su ano, lo acaricié lentamente y ella bajó también sus manos y me agarro por los glúteos aprentadome contra su cuerpo. No pude más y la empujé hacia la cama, pero ella se resistió y me empujó a mí sobre el sillón, caí sentado y ella pasó los pies, uno por cada lado, por el hueco del apoyabrazos, colocando una pierna a cada lado del sillón, , y se sentó a horcajadas sobre mí, apoyando sus pechos contra los míos y restregando su braguita contra mi pene, que se alojaba en el hueco que apenas quedaba entre las dos barrigas llegando hasta los ombligos.

Pepa levantó el culo estirando las piernas y con la mano agachó mi pene colocándolo por debajo de su cuerpo entre sus piernas dirigido hacia atras, apretado contra la braguita. Puse la mano por detrás de ella bajándola por su culo y siguiendo el cordón del tanga llegué hasta la punta de mi capullo que asomaba por detrás, lo toque con los dedos. Tenía el glande untoso de flujo, pasé los dedos a lo largo del pene tocando el trocito de tela que cubría su chochito, los vellos salían por las orillas de la braga y apartándola a un lado con un dedo paseé un dedo a lo largo del chochito que estaba untado de jugos vaginales, abrí la raja con dos dedos y apretando con la mano mi pene intenté introducirlo en el preciado agujero, pero ella hizo un movimiento levantando el cuerpo como huyendo de la penetración y el pene se quedó alojado a lo largo de la raja untosa pero sin meterse dentro, entre la braga y el chochito.

En esa posición ella empezó a mover las caderas adelante y atrás masajeando mi pene con su chocho engrasado. Unos minutos de masaje después acercó su boca a mi oído y me dijo con despacito.

Si quieres que siga, hay unas condiciones

Entonces pensé que iba a pedirme que o compro la casa o se ha terminado la sesión. Me veía en la calle con dolor de testículos, contesté

cual es la condición

Mi marido, ................................. ha de poder entrar en el juego

Rápidamente se desmontó en mi cabeza toda la fantasía, no podía ni imaginarme la situación, puse cara de no querer nada de la historia, pero Pepa que se dio cuenta, me aplicó rápidamente sus labios sobre en la oreja, hurgando con la lengua en mi oído, aquello me puso los pelos de punta, reanudó su movimiento de caderas hacia delante y hacia atrás, lentamente y bajando una mano por detrás de su culo acarició mi glande húmedo con los dedos en un movimiento circular sobre la parte inferior donde está el frenillo, mientras restregaba su raja a lo largo de mi pene, sin dejar que se clave en el interior, volviéndome loco de excitación. En aquel momento casi me corrí.

Aquel estado de calentura me hizo ceder y accedí

Bien,................. si quieres, que venga tu marido

Al oírme decir eso, Pepa alargó la mano a la mesita que estaba junto al sillón y le dio a un botón del teléfono móvil, y con la otra mano que estaba jugando con el glande lo empujó, apretándolo hasta la entrada de la vagina y levantando un poco el culo lo colocó en la puerta del chocho, apretó el culo contra él clavándoselo totalmente, después se quedó quieta, inmóvil con el pene clavado y con los músculos del la vagina empezó a hacer contracciones voluntariamente.

Te gusta, como te aprieto

Moví la cabeza de arriba a bajo, y ella prosiguió con los movimientos seguidos de un vaivén de caderas, moviendo el culo de atrás hacia delante y otra vez hacia atrás, bombeando mi pene en su vagina, una, dos, tres, cuatro, ........., hasta diez, entonces paró de repente y se levantó desclavando mi pene que se quedó mojado colgando hasta que la fuerte erección lo acopló contra mi abdomen.

Se fué meneando su precioso culo hasta la cama, subió a ella a gatas y se puso de rodillas, apoyada con los codos, levantando el culo y mostrándome todo su esplendor, giró un poco su cuerpo para mirarme, se puso una almohada grande que había en la cama bajo el pecho y con sus dos manos una en cada uno de los glúteos, se abrió la raja del culo, levantándolo un poco mas, dejó ver su chochito abierto por detrás, como una orquídea esperando la olinización, mientras sostenía con el dedo meñique el cordón del tanga que aún llevaba puesto. Se puso a contraer los esfínteres abriendo y cerrando la boca de la vagina como pidiendo sexo. Se quedo inmóvil toda abierta, y yo abobado mirando el espectáculo no reaccioné, entonces ella movió las caderas como diciendo a que esperas.

Entonces me levanté y fui directo al manantial, me agache tras ella y apoyando las manos en el suelo pasé mi lengua suavemente por la raja, de arriba abajo, primero llegué al agujero del culo, lo lamí después le metí la puntita de la lengua, después apretando le metí toda la lengua dentro y sorbí con los labios aplicados contra el ano, chupando, metiendo y sacando la lengua en el interior del culo, En eso se abrió la puerta del dormitorio y entro el marido, totalmente desnudo.

Seguid por favor

Se sentó en el sillón en silencio. Yo después de un segundo de dudas seguí chupando agarre el hilo del tanga y se lo arranqué de un tirón, le agarré los glúteos y los levante mas arriba para poder llegar con mi lengua cómodamente a la raja de chochito, ella se abrió con los dedos su almeja jugosa parfa ayudar y la contemple en toda su plenitud a un palmo de la cara, estaba rodeada de pelitos, el interior era rosado y con el clítoris hinchado colgando, aplique la lengua en él i empecé a chuparlo. Para llegar a el con la lengua la nariz se metía en la raja mojada y mi cara estaba totalmente untada de jugo. Entonces Pepa empezó a gemir de placer, se estaba corriendo, seguí chupando hasta que agotó el placer de la corrida. Entonces aparté la cara y Pepa dijo

clávamelo por favor, .................... quiero que me folles.

Entonces le dirigió la palabra al marido, que estaba sentado meneándose el pene, subiendo y bajando la piel del prepucio, mirando

Ven cariño, ayúdale a follarme,............. quiero que veas de cerca como me entra una polla en mi chocho.

Entonces su marido que estaba mirando se levantó y se colocó junta a ella arrodillado en la cama y de cara hacia mí, con la dos manos abrió la raja de su mujer y esperó a que me la follase. De redilas tras ella me acerqué con el pene en la mano y arrimé el glande a la abertura de la vagina, lo acople a la entrada, entonces el marido, empujó el culo de su mujer hacia atrás clavando mi manubrio en el interior de la fruta madura de su esposa que dio un suspiro, el soltó los glúteos y con una mano empezó a masturbarse mientras que con los dedos de la otra mano buscó el agujero del ano de su esposa, lentamente le introdujo el dedo mientras yo bombeaba su chocho, mis testículos estaban a explotar y mi pene no aguantó mas el orgasmo y dije

me corrooo!

di una sacudida y solté el primer chorro dentro de su vagina empujando con mis caderas la moví hacia delante un palmo, tiré mis caderas hacia atrás y me desclavé agarrando mi pene con una mano dirigí la punta a la vagina que había quedado abierta como un embudo al aire entonces solté otro chorro largo que rebosó y se derramó sobre la seda de la cama, entonces su marido sacó el dedo del culo y lo abrió y dijo

tírale la leche aquí dentro!

Obedecí y acerqué la punta al agujerito soltando tres o cuatro chorros mas de esperma que se deslizaron por la raja del culo hasta la cama. El marido pasó sus dedos por el culo untando la leche por toda la raja metiendo y sacando sus dedos alternativamente en el culo y el chocho de Pepa.

Me dejé caer en la cama rendido. Pepa se quedó tendida también en la cama bocarriba, su esposo se acercó con el pene tieso y se lo puso al lado de los labios, ella lo agarró y empezó a chuparlo, con las dos manos agarraba el tronco de aquel pene sin sacar el glande de la boca, estaba con las piernas abiertas rezumando semen del chocho, un hilo que se derramaba sobre la cama, pero Pepa siguó si dejar de chupar. Aquello empezó a llenar de sangre mi sexo, que fabricaba leche otra vez.

Cuando vió a su marido a punto de correrse, se apartó, lo dejó solo y se colocó de rodillas a mi lado, agarrando mi pene y bajando la piel del prepucio, lamió el glande como si quisiera limpiarlo. Su marido se colocó detrás de ella con intención de meterle su tranca, pero ella dió un quejido y apartó su culo, se sacó mi glande de la boca y le dijo.

chuparme y juega con mi clítoris, que hoy no te toca a ti follarme.

Aquellas palabras me excitaron otra vez. El obedeció y empezó a chupar su culo, con la mano en la rajita abrió la tajada y masturbó su clítoris con los dedos, el pobre tenia la polla morada, a punto de reventar, pero ella no parecía estar dispuesta a dejar follarla. Mientras el la masturbaba, ella me colocó un almohadón bajo la cintura y me hizo abrir la piernas, con el culo levantado empezó a lamerme los testículos, mientras con la mano se subía y bajaba el piel del pene, lentamente bajó la lengua hasta llegar al agujero de mi culo, allí aplicó la lengua metiéndola y sacándola, follándome el ano con su lengua. La leche me llenó los conductos otra vez, estaba a punto para eyacular de nuevo, aquella lamida de culo mientras me masturbaba lentamente era extremadamente placentera, sobre todo de ver al marido como un cabrón masturbándola sin poder correrse.

Pepa no tardó en mostrar los signos del orgasmo, dando gritos entrecortados se contrajo toda, mientras me apretaba toda la boca en mi culo y metiéndome la lengua en su interior, hurgando desesperada mientras me movía el pene con una cierta violencia, terminó con un grito ahogado y se detuvo.

Se levantó y se puso otra vez a cuatro patas, apartando a su marido que bajó de la cama y se quedó mirando la situación, entonces ella dijo.

Ven clávamela!, ....... fóllame para que mi marido aprenda a follar!, .................. para que mi marido vea como se la follan los demás!.

Me apresuré a meterle mi polla entre las piernas, la restregué un la raja para lubricarla y la introduje hasta las entrañas, bombeé desesperadamente durante un rato entonces Pepa, apartando sus caderas se desclavó, levantó el culo agachando su cuerpo, abrió con las manos su ano rosadito y me dijo

Por aquí, ........................... clávamela aquí!.

Con el glande totalmente lubricado de los flujos vaginales , me levanté y acuclillándome apunté en el agujero y le metí el glande poco a poco hasta clavar enteramente mi pene en su precioso culo, empecé a follar y a bombear, estaba a punto de eyacular cuando el marido dijo.

Pepa, déjame que te folle yo por favor,................... quiero correrme ya.

Hoy tu no me vas a follar ya lo sabes,..........hoy le toca a él, si quieres follar ya sabes lo que tienes que hacer

Entonces el esposo se puso detrás de mí, me asusté, e intenté desclavarme, pero Pepa apretó su culo contra mí moviéndolo alrededor de mi pene, y el gusto que me daba no me dejaba parar de follarla, de repente noté como un huevo intentando entrar en mis entrañas, pero no pudo, mi esfínter hacia fuerza reaccionando a la invasión, Pepa que sabia de que iba el asunto, se adelantó a la situación y poniendo la mano entre sus piernas untó sus dedos de aquella mezcla de esperma y jugos vaginales, me untó la mano y dijo

póntelo en tu culito y relájate, concéntrate en follarme a mi

Acerqué los dedos mojados a mi culo y unté la entrada engrasándola del fluido sexual y abrí las piernas para facilitar, saqué mi pene del interior de Pepa dejando solo la punta del glande en el interior, y me quedé quieto un segundo, momento en el que noté otra vez el empuje del glande que intentaba entrar, pero la resistencia fue mucho menor y entró como un supositorio, el mismo empuje, hizo que se introdujera mi pene en el culo de la chica, empecé a bombear otra vez, al empujar la clavaba en el culo de la chica y al sacarla me clavaba el pene de su marido, nos acoplamos los tres en un metisaca hasta que el marido dio un gruñido empujó y se quedó quieto, entonces noté como un chorro caliente dentro de mi recto, entonces no pude mas y solté mi lechada en el culo de Pepa, cuatro o cinco chorros de leche largos que me salieron desde los testículos, saqué mi pene y aparté el culo para desclavarme aquella tranca mientras el muchacho soltaba leche por todas partes con los ojos en blanco, ensució toda la cama de esperma, seis o siete chorros, gruñendo y eyaculando leche hacia todas partes, descontrolado, Pepa se dio la vuelta rápidamente y se acostó bocarriba con las piernas abiertas me agarró por el pene y lo dirigió a su clítoris yo terminé de correrme en el chochito peludito, restregando mi glande por la raja solté mis tres últimos chorros de semen, mientras ella abría la raja para que se colara dentro toda la leche, seguía mirándome a la cara con una sonrisa maliciosa, cuando terminé me dejé caer sobre la cama bocabajo rendido, el marido se sentó en el sillón recuperándose y Pepa se levantó y a gatas chorreado leche y se colocó arrodillada detrás mío, bajó la cara y abriendo mi culo con las manos dijo bajito

Te voy a curar la pupa que te han hecho cariño

Me aplicó su lengua y empezó a hurgar mi ano limpiándolo de esperma y ensalivándolo abundantemente durante un rato, cuando lo dejó reluciente se levantó y se fue a la ducha diciendo

Mira a ver si compras mi casa, si no, tendré que ensañársela a otro.......... bueno, si mi marido quiere.