Mi ano pide ser cogido
Cada ves que chupaba mi ano, me enloquecia de placer, no pude mas y suplique me cogiera.
Por fin Mario apareció, lo mire con curiosidad, esta era la primer ves que un hombre me desnudaba y me cogería delante de el…se quedó de pie en la entrada, no perdía detalle, las manos de mi amante en turno se deslizaron por los costados de las pantaletas…con movimientos delicados las fue deslizando, levante primero un pie, después el otro, y como si se tratara de un trofeo, doblo la prenda y la guardo en el bolso de su pantalón.
Rodeo mi cintura, atrayéndome a su pecho, sin importar que Mario estuviese presente, seguí bailando pegada a su pecho, totalmente desnuda, sin pudor alguno…la música termino y tomándome de la mano me llevo al sillón, me indico que tomara asiento mientras servía unas copas, cruce mis piernas, Mario me observaba del otro lado de la habitación.
Me di cuenta que estaba excitado, y eso me dio gusto, con las copas en la mano regreso Arturo, me ofreció una y la tome sin negarme, dio vuelta y se dirigió a donde Mario observaba.
-¿deseas seguir mirando? ¡Si gustas puedes salir! Quizá regresar en un par de horas.
-no, si deseo mirar.
-de acuerdo, pero recuerda, solo puedes mirar, no puedes participar ni hablar.
-sí, lo sé.
-Arturo regreso a mi lado, encendió un cigarrillo y mientras fumaba, tomo asiento a mi lado, una bocanada de humo, acaricio mi cuerpo, me miro y sonriendo me dijo.
-Sonia, pon música, deseo seguir bailando preciosa.
-me puse de pie y camine a donde estaba el estéreo, seleccione la pista y regrese a su lado…Mario me seguía con la mirada, me pregunte en silencio que pensaba de mirar a su mujer caminar desnuda en casa de un extraño.
Arturo se puso de pie, y antes de que me sentara, me dio vuelta, dejándome de espaldas a él, tomo mis pequeñas tetas y las apretó suavemente con sus grandes manos, las acaricio y yo me estremecí, sin poder evitar un suspiro de placer…ahahahaha, sus dedos aprisionaron mis pezones y los apretaron suavemente, estos se irguieron, por la excitación, cerré los ojos, y apreté mis piernas, la excitación inundaba todo mi cuerpo.
La caricia en mis tetas se prolongó por varios minutos, los gemidos aumentaron de tono…sus manos se deslizaron por mi cuerpo, lentamente y se detuvieron al llegar a mi cintura, separo mis piernas, y sentí una de sus manos buscar mi vulva pasando por mi ano, con las yemas de sus dedos acaricio mí ya hinchado clítoris.
Ahahahahah, gemí con desesperación, cuando su dedo pasó de forma rápida pero suave por mis labios vaginales…las piernas me temblaban por el deseo y la excitación, mire a Mario y note que se tocaba su pene, estaba muy excitado. Nuevamente la música termino y apartándose de mí me dijo.
-nuevamente pon otras pistas.
-camine y puse la música, mientras el servía dos copas más, me dio una y esta vez no espere y la tome de un solo trago…quería embriagarme, con él, seguir disfrutando sus caricias, me tenía muy caliente, estaba dispuesta a todo, pero el parecía querer llevarme al límite.
Sirvió una copa más, me la dio y nuevamente la tome de un trago, me tomo por la cintura y me llevo al centro de la habitación, bailamos abrazados, sus manos subían y bajaban por mi cintura, al llegar a mis nalgas las apretaba, atrayéndome a él, nuevamente cerré los ojos, y sentí el efecto del licor, sentí que flotaba, me olvide de Mario y busque con ansiedad sus labios, mi lengua entro con desesperación en la suya, mi cuerpo hervía por completo.
-¿quieres que te coja? ¿Deseas sentir mi verga en tu raja?
-¡si, lo deseo mucho!
-antes, tienes que ganarte el premio, tienes que mamar mi verga muy sabroso, y yo te mamare la raja… ¿te gusta que te mamen la raja?
-¡sí, me gusta mucho!
-¿te gusta sentirte puta?
-sí, mucho, esa palabra me taladro el cerebro y sentí algo que jamás había sentido, era el primero en decirme “puta” y me gusto, me excite más.
-me tomo de la mano y me llevo a la sala, se tendió en la alfombra y me sentó en su cara, su lengua se deslizo por mi vulva, mientras con sus manos tomaba mis tetas, yo misma me movía sobre su boca tratando sentir tanto placer como fuera posible, las fuerzas abandonaron mis piernas y caí sentada por completo en su boca, su lengua entro y salió tantas veces como él quiso.
Me ayudo a ponerme de pie, me dijo me sentara y con una calma que me ponía más caliente, se fue desnudando, por fin se quitó la última prenda, el bóxer, una hermosa verga salió desafiante, erguida y apuntando al techo de la casa.
Trate de tomarla con mi mano, y llevarla a mi boca, el dio un paso atrás y sonriendo me dijo.
-espera pequeña, tienes que aprender a ser paciente y disfrutar al máximo el momento.
-me puso de pie, y en un movimiento rápido, me tomo por la cintura, y me elevo por el aire, me dio un giro y mi vulva quedo a su disposición, mientras su rica verga estaba igual frente de mi boca…la cual me apresure a abrir para recibir tan delicioso ejemplar, sus venas estaban hinchadas, y enrojecidas, pase mi lengua por la punta y él se estremeció, al igual que yo…al sentir la punta de su lengua tocar mi clítoris, por primer vez estaba en esa posición sexual, me pareció fantástico, un momento mágico; no sé cuánto tiempo disfrutamos de esa posición, pero fue algo delicioso, ahora me deposito en el piso y esta vez paso sus manos por mis piernas, me elevo y ahora quede sentada en su cara, nuevamente chupo mi vulva, me aferre a su cabello, y sentí el inconfundible momento de mi primer orgasmo, él se apresuró a chupar mi leche, me bajo despacio y me sentó en el sofá, mi cuerpo se sacudía violentamente, por el delicioso orgasmo alcanzado.
-pasado el momento, se puso de frente a mí, y me dio su verga, para que la mamara, con una ansiedad inusual la engullí toda, sentí que me ahogaba, pero seguí adelante, la chupe tan delicioso que en pocos minutos sentí su leche correr dentro de mi garganta, trague toda.
Se apartó de mi lado y mirando a Mario le dijo sin inmutarse.
-caray muchacho, que deliciosa puta tienes, eres afortunado.
Se dirigió a servir dos copas más, las tomamos, esta vez con calma, me miro y con su sonrisa me dijo.
-¿quieres sentir mi verga?
¡Sí! Es lo que más deseo ahora, cógeme por favor.
-Separa las piernas, lo más que puedas, y por nada las cierres…si las sierras no habrá verga.
Separe las piernas como me dijo, su mano bajo y metió dos de sus dedos, lo lubricado de mi vulva le facilito la acción, con un movimiento rápido que parecía un pistón, metió y saco su mano tan rápido como pudo, ahahahahahha, diossssssss hahahahaha…se escucharon mis gemidos, un torrente de líquido escapo de mi sexo, saco sus dedos escurriendo, caí sobre mis rodillas desfallecida, pero con una satisfacción única.
-mire a Mario y comprendí que estaba disfrutando tanto como yo, Arturo se sentó en el sofá, me dijo me subiera y me ensartara yo sola, de espaldas a el…poco a poco me metí su verga, disfrutando la penetración, mi vulva palpitaba de excitación, por fin entro toda, él puso mis pies sobre sus piernas y me abrió como nunca lo había estado, me tomo de la cintura, sin soltarme metió y saco su verga, mi cuerpo estaba mojado por el sudor.
Después de unos minutos, se quedó quieto, ahora yo inicie movimientos de cintura, después se me ocurrió tratar de sacar su verga sin hacerlo del todo, cuando estaba solo la punta dentro, me sentaba y repetí la acción varias veces.
-ahahah, vamos putita sácame toda la leche, decía con la respiración entrecortada, cada vez que me decía “puta” mi excitación crecía, mis movimientos se hicieron más rápidos, y en cuestión de segundos, exploto dentro de mí.
Sentía las palpitaciones de su verga dentro de mi vulva, me aparto y saco su verga escurriendo líquidos de ambos, sin darle tiempo me apresure a meterla en mi boca, dejándola totalmente limpia…me miro y sonriendo dijo.
-vaya, sí que eres una buena puta, ahora solo me falta una cosa para terminar la faena.
Me inclino en el sofá, separo mis piernas mientras yo me tomaba del respaldo, paso su lengua por mi ano, y me retorcí de placer, esa caricia que solo Roberto me había dado, ahora Arturo demostraba que igual sabía hacerlo, sus manos separaron mis nalgas, y nuevamente chupo mi ano, ya me palpitaba, era el momento de sentirla dentro, sin pensarlo le rogué, como jamás lo había hecho con nadie, ni siquiera con Mario…por favor Métela, no puedo más hazlo yaaaaa.
Quiero ser una puta completa, hazme lo que quieras, pero metelaaaaaaa.
-ahahaha, ahí te va, puta, tómala.
Sin piedad la metió de un solo movimiento, no sentí dolor solo placer, me cogió por todos lados, lo disfrute como nunca, termino en mi ano, sentí su leche hirviendo correr hacia adentro, después saco su verga, y todavía se masturbo, y termino derramando su leche en mis vellos púbicos, me dijo que no los limpiara, sonriendo.
-no los limpies, así te iras a casa, cuando llegues muéstrale a tu marido como vas de cogida, que mire tu culo y tu raja abiertas por mi verga.
-se apartó, tomo unos billetes y me los dio, diciendo, toma pequeña puta, me has dejado sin leche.
Me apresure a vestirme, tome los billetes y antes de salir miro a mi esposo y le dijo, eres afortunado amigo, pero ella es una verdadera puta, necesita más vergas para estar satisfecha, si están de acuerdo podemos organizar una especie de orgia, quizá 5 o 6 vergas así podrá estar satisfecha. Salimos en silencio de aquella casa, Mario me abrazo y me pregunto.
-¿estás bien Sonia?
-si mi amor, ¿te gusto lo que has mirado?
-Sonia, estoy demasiado caliente, jamás pensé que lo gozaras de esa forma, tenemos que llegar pronto a la casa quiero metértela, no puedo más, y como dijo Arturo quiero mirar tu vulva y tu ano como quedaron.
Al llegar a casa nos desnudamos tan rápido como pudimos, me separo las piernas y miro mi vulva, todavía salía leche de ella, después separo mis nalgas y miro mi ano abierto, toco la leche que traía en mis bellos, y sin esperar a que me bañara, me metió su verga, en pocos minutos termino dentro de mí.
Al siguiente día, platicamos lo sucedido, y la propuesta de Arturo, de la orgia, yo acepte, con la condición de que yo pasara un fin de semana completo con Roberto, Mario acepto, ahora ambos disfrutábamos más, el conoció a Arturo y acepto cogerme mientras Mario miraba…por mi parte disfrute el encuentro y seguiría teniendo de amante a Roberto.
Busque con la mirada, a Mario, quería mirar su reacción…no logre ubicarlo, las manos de aquel hombre buscaban afanosamente los botones de mi blusa, uno a uno fueron separados, con delicadeza aparto la prenda de mi cuerpo, ahora busco el broche del sostén, éste cayó al suelo, mientras continuamos bailando al ritmo de la música. Al sentir sus manos deslizarse por mi espalda, sabía que ya no había vuelta atrás, la falda cayó al suelo, ahora solo quedaba con las pantaletas y las zapatillas sobre mi cuerpo.