Mi Año Nuevo

Es el primer día del año, mi esposo Alejandro con quien llevamos dos años de casados, sigue durmiendo la cruda de ayer y yo estaba revisando los correos de felicitación que recibimos pero hay algo que no puedo sacarme de la cabeza.

Anoche nos reunimos aquí en la casa varios amigos, principalmente de mi esposo y entre ellos se encontraba Miguel, que es un amigo del trabajo. Alto, moreno claro, cabello negro crespo y manos hermosas. Ya desde hace dos semanas que mi cuñada Alicia, de 26 años, se estaba quedando con nosotros por lo de las fiestas y porque su novio se encuentra fuera del país y este iba a ser el primer año que no las pasaba con él desde que andan. Realmente con Alicia nos la hemos pasado muy a gusto y somos más como hermanas que se llevan bien y cuando salimos de compras nos encanta probarnos de todo y flirtear un poco con los chavos aunque nunca hemos realmente provocado algo mas allá de un simple coqueteo. La verdad es que si atraemos bastantes miradas y uno que otro "entre". Ella y Miguel bailaron entre ellos la mayor parte de la noche y era obvio que se atraían aunque ya que Miguel estuvo algo tomado lo sorprendí más de una vez clavando la mirada en mi escote o recorriéndome las piernas con los ojos, lo cual no puedo decir que me molestara.

Lo que no puedo quitarme de la cabeza es lo que paso después de la fiesta que estuvo bastante agradable, con baile, risas y todo como debe ser. A eso de las cuatro de la mañana ya todos empezaron a irse, Alicia se fue al cuarto de invitados porque la verdad estaba bastante cansada y algo ebria. Miguel decidió quedarse a dormir en el sofá de la sala para irse hoy temprano y Alejandro estaba tan borracho que prácticamente lo tuvimos que cargar hasta la cama.

Alejandro dormía y yo después de desvestirme y ponerme una playera larga sin nada abajo, me metí a la cama, pero había tomado demasiado y empezaba a sentirme mal. Estaba allí recostada pensando si me debería levantar por un vaso de agua o solo esperar a quedar dormida cuando escuche que la puerta del cuarto de invitados se abría y que Alicia salía. Note que intentaba no hacer ruido pero era claro que se dirigía hacia la cocina. Pensé que seguramente ella también se sentía mal por lo cual solo espere allí. Sin embargo, note que pasaron como 15 minutos y no oía que ella regresara.

Pensé que tal vez realmente se sentía muy mal así que me levante con cuidado y salí al pasillo. Camine hacia la sala, que debía pasar antes de llegar a la cocina, donde presumía que mi cuñada Alicia se encontraba, pero al llegar a ella escuche algo que hizo que me quede congelada e instintivamente me pegue hacia una de las paredes del pasillo. Llegaban a mí, desde la sala, los gemidos mal sofocados y largos "Ahhhh… Ahhh….", era la voz de Alicia. Me di cuenta al instante de que es lo que seguramente estaba pasando. Pensé en regresarme al dormitorio sin hacer ruido pero no me moví. Quería ver exactamente que es lo que Alicia y Miguel estaban haciendo así que agachándome un poco y aprovechando la oscuridad atisbe por el umbral de la puerta que da al pasillo. La luz de la cocina estaba encendida, por lo visto inicialmente Alicia había llegado a ella, e iluminaba hasta la mitad de la sala. Sobre el sofá de cuatro plazas se encontraban Alicia y Miguel, él estaba con la espalada sobre el sofá mas o menos hasta la cintura y ella tenia las rodillas apoyadas a ambos costados y las manos sobre el respaldo.

Lo estaba cabalgando, haciendo movimientos circulares con la cadera y de arriba hacia abajo mientras el tenia ambas manos sobre sus gruesas nalgas y las estrujaba con fuerza mientras guiaba sus movimientos. Desde donde yo estaba alcanzaba a verlos bastante bien, aprecie lo gruesas y musculosas que eran las piernas de Miguel y empecé a excitarme viendo la espalada y cabello de mi cuñada mientras se clavaba a un macho en mi sala. Ella se inclino hacia delante buscando besarlo pero por la posición acerco mas bien sus senos a su rostro, Miguel se deslizo un poco hacia abajo tomando sus pezones en la boca y con las caderas empezó a hacer movimientos cada vez mas rápidos de mete y saca. Ella tomo su cabeza y la pego contra sus senos mientras empezaba a gemir más fuerte. Yo ya escuchaba su respiración acelerada y a Alicia que decía, "Ay si… ay, siii, si…. Duro papito! ¡Que rico! Aaaah…. Que rico…. jodeme… jodeme…". ¡Y cómo la jodia! Empezó a metérsela mas duro haciendo que su cuerpo se levantase con cada embestida, Alicia le seguía el ritmo con las caderas y sus nalgas temblaban cada vez más con cada penetración. Luego, y de golpe Miguel hizo un movimiento rápido, se sentó a la mitad y giro hacia su derecha, todo el tiempo con la verga metida en Alicia y la recostó a ella de espaldas, quedando él encima y entre sus piernas. Ahora estaba él encima, con los pies sobre la alfombra, nunca había notado lo grande que se veía su espalda pero lo que mas me gusto fue ver sus nalgas musculosas moviéndose en un mete y saca furioso entre las piernas de la hermana de mi marido. Que manera de joder, parecía un pistón y cada vez agarraba más velocidad, le estaba dando una cogida furiosa. Él respiraba fuerte y se apoyaba sobre los brazos y ella había cerrado las piernas en torno a su cintura y ahora solo gemía y decía, "Si… si… cabron, duro… jodeme… dame duroooo… aaah…. aaah…". El sofá cimbraba con sus movimientos y se iba moviendo hacia atrás poco a poco. Yo intentaba ver su verga entrando y saliendo, esa verga que le estaba dando tanto gusto a mi cuñadita pero la luz no me permitía divisarla claramente.

Sentí como empezaba a tener un cosquilleo entre las piernas y lleve la mano hacia mi conchita que estaba ya húmeda. Pensé primero que quería que me cogieran pero en ese instante se me ocurrió que pasaría si Alejandro se despertaba. Me entro miedo y tras pensarlo solo unos segundos y darles un último vistazo a los dos cogedores felices me di la vuelta y sin hacer ruido regrese por el pasillo a mi dormitorio.

Alejandro estaba tendido boca arriba, roncando suave y no parecía que iba a despertar. Me volví a meter a la cama con cuidado y me quede allí, recostada boca arriba unos minutos, intentando discernir los ruidos apagados que venían de la sala. La verdad no se escuchaba casi nada, tal vez el suave golpeteo del sofá pero nada más. Estaba bien caliente y mi conchita exigía ser acariciada, lleve mi mano a ella y mientras me acariciaba suavemente el clítoris pensando en la cogida que Alicia estaba recibiendo desee estar en su lugar. Pensé en despertar a Alejandro pero eso podría hacer que él quiera levantarse y eso sería un inconveniente y además aunque sentí culpa pensé en que lo que yo realmente quería era estar en el lugar de Alicia con Miguel taladandrome con su verga haciéndome gozar. Seguía acariciándome, ahora sobre mi clítoris que se sentía durito y moviendo las caderas suavemente empecé a pensar en que yo estaba allí sobre el sofá con Miguel entre mis piernas dándome rico.

Pensé en los músculos de sus nalgas y como las había visto contrayéndose en el mete y saca tan duro y fuerte. El orgasmo empezó suavecito, empecé a acariciar y a apretar mis senos con una mano jalando mis pezones hacia delante, que rico se estaba sintiendo. El calorcito empezó a subir por mi vientre mientras cosquillas bajaban por mis piernas y mi respiración se hacia un poco mas rápida. Cerré las piernas fuerte sobre mi mano moviendo ésta mas fuerte sobre mi clítoris hasta que explote, gimiendo y respirando entrecortadamente, intentando no soltar un gemido demasiado fuerte. Que delicioso orgasmo…. ahh. Nunca me había masturbado en la cama con mi esposo dormido al lado, a medida que fue pasando me quede quieta, esperando a ver si Alejandro se había despertado. Espere unos instantes pero vi que el seguía dormido. Yo ya había quedado mas tranquila y sentía unas ganas ricas de solo quedarme dormida.

Estaba ya por quedarme dormida pero las ganas no se me habían quitado del todo, seguía pensando en la piernas y espalda de Miguel y en los gemidos que le arrancaba a Alicia. Pensaba en como seria su verga, ¿Cuan larga seria? ¿Seria más gruesa que la de Alejandro? ¿Cómo se sentiría tenerlo entre mis piernas metiéndomela?

Entonces escuche la puerta del cuarto de invitados que se abría y cerraba. Sin duda era Alicia, que ya mas tranquila y bien cogida se regresaba a dormir. Pensé en que Miguel seguramente se quedó en la sala a dormir un poco más ya que recién eran las cinco y media de la mañana y aun estaba oscuro.

La verdad es que antes de casarnos le había sido infiel a Alejandro. Cosas pasajeras y la mayoría muy deliciosas así que no me arrepentía. Después de casados me acosté un par de veces con un compañero de trabajo pero él se fue y más bien nunca pasó a mayores pero yo había decidido que no lo debería repetir. Sabia que si la hacia bien podría intentar salirme con la mía pero esto era diferente, tenia a ese macho cogedor en la sala y a mi esposo borracho dormido junto a mí. Esto era demasiado peligroso pero no podía sacarme las imágenes de la cabeza y las ganas de la conchita, necesitaba que me metieran algo.

Estuve así unos diez minutos cuando pensé, es año nuevo y esta es la mejor manera de empezar el año, pero al mismo tiempo pensé el revuelo terrible que se armaría si Alejandro supiese lo que estaba pasando. Quería levantarme e ir a la sala pero sabia que no debía. Finalmente decidí ir a la cocina por un vaso de agua. No haría nada, solo entraría a la cocina, me traería un vaso de agua y si Miguel estaba dormido ni siquiera lo despertaría, solo me daría el gusto de verlo allí e imaginarme una o dos cosas. Y si despertaba le diría que solo iba a la cocina por un vaso de agua. Tentaría un poco al destino, además de que no ocurriría nada que yo no quisiera, además que ya iba a amanecer por lo cual convenía apurarme.

Me levante con mucho cuidado. Comprobé que Alejandro no despertó y abrí la puerta con mucho cuidado.

(Ay! Alejandro despertó y me dice que quiere revisar su cuenta de correo. Preguntó a quien le escribo tanto y le dije que a mi hermana. Debo dejar esto aquí, mañana les cuento que es lo que paso, pero yo creo que ya se imaginan algo...)