Mi amor por las vergas lo heredé de mamá (4)
Hola putita, vengo a cogerme a tu mamá, me dijo.
Al otro día, por la mañana golpearon la puerta muy suavemente, fui yo la encargada de abrir, era don Alfredo que sonriendo y en voz baja me dijo HOLA PUTITA, VENGO A COGERME A TU MAMA, le devolví la sonrisa y lo hice pasar, le dije que se sentara en el living y fui a la cocina a llamar a mi vieja, le dije que nuestro vecino quería hablarle y que la esperaba en el living, y para disimular también le dije que me iba a recostar por que me sentía mal.
Empecé a excitarme, de casualidad mamá le había dado a papá una pastilla para dormir y el viejo roncaba como un serrucho, me pegué detrás de la puerta de mi pieza y escuché la voz de mamá decir, ¿¿¿QUÉ HACES ALFREDO???, ¡¡¡ESTA MI MARIDO!!!, a lo que el contestó, ¡¡¡AYER TAMBIEN ESTABA TU MARIDO Y TE COGISTE A SU PATRON!!!, yo ya había abierto la puerta y vi los ojos de asombrada de mamá, creí morir en ese momento por que mamá resignada le preguntó como se había enterado, pero mi vecino era muy inteligente y dijo que el turco andaba contándole a todos, por primera vez note un gesto de preocupación en la cara de mamá, pero rápidamente don Alfredo la tranquilizó diciéndole que el se había encargado de desmentir todo diciendo que el turco era un fabulador.
Mamá se sentó al lado de don Alfredo y le agradeció el gesto, pero nuestro vecino no venía a hablar y sin decir palabra se paró delante de mamá y saco su poderosa verga, la que ahora también era mía, mi madre giró la cabeza hacia el pasillo de los dormitorios al asegurarse que no había nadie la tomó entre sus labios y empezó a succionar suavemente.
¡¡¡¿SENTIS COMO SE PARA DENTRO DE TU BOCA?!!!, le decía, ¡¡¡MMMMSSSSIIIIIIIIIIII!!, contestaba mi vieja saboreando gustosa los líquidos pre seminales que empezaba a largar la preciosa poronga de don Alfredo, DECIME CUAL ES LA VERGA QUE MAS TE GUSTA, le preguntaba mientras le practicaba el mete y saca con suavidad, MMMMMLAAATTUUUYYAAAAMMMMMMMM, decia ella sin sacarse la colosal pija de la boca, ¿TE GUSTA MUCHO MI VERGA? Volvía a preguntar, ME VUELVE LOCA, respondía mamá, ¡SABES LO QUE QUIERO QUE HAGAS?, le dijo el, ¡¡LO QUE QUIERAS!!!, le respondió mi vieja, desencajada por la calentura, ¡¡QUIERO MEARTE EN LA BOCA!!, sin darle tiempo a responder por que no había terminado de decirlo que ya le estaba largando chorros de orina que mi madre abriendo la boca se bebía lo que podía, dejando que el resto cayera por su cuerpo.
Como era mi costumbre, yo me había puesto en cuclillas, dos deditos de mi mano izquierda me entraban y salían de mi conchita y dos deditos de mi mano derecha entraban y salían de mi culito, ¡que bueno era lo que estaban haciendo, seguramente le pediría a don Alfredo que me haga lo mismo.
Con toda la cara y el cuerpo de mi madre bañado en orina se tiraron los dos en el sillón de tres cuerpos, se besaban apasionadamente en la boca, mientras se arrancaban la ropa, ella abrió sus piernas y el se acostó entre ellas, de inmediato mi madre cruzó sus pies por encima de la espalda de nuestro vecino y empezaron a coger como dos animales.
¡¡DAME, DAME ESA VERGA ENORME QUE TENES!!, jadeaba mi vieja, ¡TOMA PUTA, ¿TU MARIDO TE COJE ASÍ?, le preguntaba, ¡¡NOOOOOOOO!!, decía ella, ¡¡¿EL TURCO TE COJE ASI?!!, volvía a preguntarle, ¡¡NOOOOOOO!!, gritaba ella , ¡¡VOS SOS EL UNICO MACHO QUE SABE COGER A ESTA PUTA!!, yo miraba y escuchaba eso y me ponía a mil, yo quería ser como mi madre, quería poder gozar de esa verga como lo hacia ella.
Cambiaron de posición, ahora ella se sentó encima de su verga pero dándole la espalda, mientras cogían se miraban en el espejo, yo podía ver que en la concha de mamá ya no entraba ni siquiera un cabello, ella se miraba cabalgar en el espejo y sonriendo le hablaba, ¡¡PARTIME AL MEDIO, ROMPEME LA CONCHA CON ESA VERGA QUE TENES!!, le decía moviendo sus caderas en círculo, ¡¡COMO TE GUSTA MI PORONGA HIJA DE PUTA!!, le decía el mientras le pellizcaba con fuerza los pezones, ¡¡SIIIIIIII, LA QUIERO TODOS LOS DIAS, QUIERO QUE ME VENGAS A COGER TODOS LOS DIAS, decía mamá, entre gemidos recibiendo la primer lechada.
El la saco de encima y ella empezó a limpiársela con la boca, mientras pasaba su mano por su argolla recogiendo el semen de don Alfredo para llevárselo a la boca, mamá se la chupaba y luego lo besaba, le pasaba a la boca de el toda la leche que este le había derramado, los dos se deleitaban y se excitaban haciendo eso.
A los minutos la pija de nuestro vecino estaba nuevamente a full, mamá se la chupaba y lo pajeaba, luego se puso en cuatro en el sillón y le pidió que le haga la cola, don Alfredo empezó a lamerle el ano, ella gemía, le gustaba, sonreía de placer, recibía gustosa la lengua del veterano, el le metió un dedo, ¡¡¡HUUUUYYYYYYYYY, QUE LINDO!!, exclamo ella, entonces el le metió otro dedo, ¿TE GUSTA? Le preguntó, ¡¡¡¡ME ENCANTA!!, contestaba mientras movía sus caderas placenteramente, entonces el le metió el tercer dedo, mi vieja seguía sonriendo gustosa, el le metió el cuarto dedo y aunque a mamá le seguía gustando se le noto un gesto de dolor, don Alfredo empujó con fuerza y ella estiró su mano hacia atrás para detenerlo, ¡¡HAY PARA, PARA QUE ME DUELE!! Exclamó mi vieja, pero el la tomó del cabello y con gesto de furia le dijo, ¡¡SOY TU MACHO Y TE HAGO LO QUE QUIERO!!! Y empujo con fuerza, ¡¡PARA HIJO DE PUTA!!, decía mamá con lagrimas en los ojos, ¡¡AGUANTATE O EMPIEZO A LOS GRITOS Y SE ENTERA TODA LA FAMILIA!!, ella solo atinó a dejar caer su cabeza resignada, la vi morder los almohadones cuando el puño de don Alfredo se introducía por completo en su ano.
Mamá pudo haber sentido mucho dolor, pero yo sabia que una puta como ella estaba preparada para todo esto, al cabo de un rato el movía su brazo de atrás s para adelante, cogiéndola con la mano y ella acompañaba sus movimientos maneando las caderas como si nada hubiese pasado.
De esa forma mamá acabo unas cuantas veces, ahora solo faltaba que ella lo hiciera acabar a el, pero de repente, la voz de papá, llamando a mamá retumbó por todo el departamento, mi vieja se puso la bata y corrió hacia el dormitorio, papá quería fumar y le pedía a mamá que le trajera cigarrillos, de modo que ella se visitó para ir a buscarlos.
Don Alfredo le dijo a mamá que quería ver a papá, que ella fura a buscar los cigarrillos mientras ellos charlaban, me sonreí para mis adentros, por que me di cuenta que el veterano quería quedarse conmigo, mamá lo fulminó con la mirada, pero no pudo hacer nada ya que papá le gritaba desde la habitación que lo dejase pasar.
Mamá bajó y nuestro vecino entro a saludar a mi viejo, solo estuvo unos segundos y le dijo que e iba, mi viejo me llamó y me ordenó que lo acompañara hasta la puerta.
Mientras caminábamos el empezó a tocarme la cola y me dijo, ¿TE GUSTO LO QUE LE HICE A TU MAMITA?, ¡¡SI, CLARO QUE ME GUSTO!!, le contesté, ¡LASTIMA QUE ME QUEDE CALIENTE!, me dijo mientras me hacía señas para que vea su bulto crecido, ¿ME LA CHUPAS?, me preguntó, mientras, la sacaba. ¡¡NO!!, le dije, ¡¡QUIERO QUE ME COJAS!!, el me miró sorprendido, no sabia que hacer, le tomé la mano y se la llevé hasta mi conchita que estaba totalmente empapada, hice que me metiera un dedo y después dos, el notó que yo estaba muy dilatada y que mis ganas de coger eran tremendas, me acostó en el sillón y separó mis piernas, apoyó su tremenda verga en la entrada de mi conchita y empezó a empujar suavemente, un dolor agudo recorrió todo mi cuerpo, levanté mi cabeza para mirar y su glande ya había desaparecido dentro mío, me dijo que respirara como si estuviera agitada, así lo hice, el dio otro empujón y oro pedazo entro en mi vagina, asi fue metiéndola hasta la mitad, luego se quedó quieto y mi conchita se fue amoldando al grosor de su pija, fui yo la que sin darme cuenta empecé a moverme y solita dejé que otro poco se deslizara hacia adentro, el no se movía, dejaba que mi argollita se acostumbrara y que fuera yo la que comenzara con los movimientos, de esa manera terminé recibiéndola entera, aunque creí que me la iba a sacar por la boca, logré aguantarla toda, empezamos a movernos suave y dulcemente, de repente me vi jadeando, disfrutando, a pesar del dolor del desvirgue, era lo que quería, lo deseaba y estaba cumpliendo mi fantasía, no llegaos a coger mucho por que don Alfredo acabo enseguida, me suavizó sentir su leche caliente dentro mío, el se salió e mi y de inmediato se puso a chuparme la conchita, llenó la boca de su propia leche y luego me besó en la boca para que yo también la saboreé.
Luego nos vestimos y lo acompañé hasta la puerta, cuando abrí mamá llegaba, ellos se cruzaron sus miradas y se sonrieron.