Mi amor... necesito sexo
Sara necesitaba descargar su deseo sexual...y termino haciendolo con un desconocido.
Mi amor necesito sexo.
"Mi amor necesito sexo, y si no me lo das tu tendré que ir a buscarlo" ese era el grito desesperado y silencioso que Sara le hacia a su marido Arturo.
Tenían 3 años de casados y el sexo entre ellos se había convertido en algo monótono y esporádico. Arturo era el proveedor del hogar, trabajaba como visitador medico, por lo que tenia que salir de la ciudad constantemente, dejando a Sara sola en casa.
Entre ambos existía una gran diferencia de edades Arturo era 15 años mayor que ella.
Sara era una mujer dedicada a las labores del hogar, joven, atractiva y profundamente insatisfecha.
Quedando sola en casa el deseo la consumía y no le quedaba mas que dejar volar su imaginación y darse placer ella misma.
Arturo llegaba del trabajo muy cansado en las noches, Sara lo seducía poniéndose lencería de seda y aunque la mayoría de veces tenía éxito, Arturo no duraba lo suficiente y parecía no esforzarse en darle placer, entonces ella tenia que terminar el "trabajo" sola.
A la mañana siguiente Arturo le comunicó a Sara que debía salir de la ciudad y que regresaría en 3 días. Sara que ya estaba acostumbrada a su ausencia ni siquiera se inmuto.
El resto de la mañana una sensación de frustración la rondaba, ese día tenia que ir al centro comercial a hacer unas compras, así que se vistió con lo primero que encontró, un vestido ligero color crema y se fue. Se subió al autobús que iba lleno y no había donde sentarse, así que se tuvo que ir de pie, con cada estación que hacia el autobús subía mas gente, era verano y hacia mucho calor, Sara se reconfortó de haberse puesto un vestido, puesto que el calor era casi insoportable.
Pensaba en sus propios problemas cuando sintió la cercanía un extraño detrás de ella, era un joven alto, moreno, cabello rizado. Sara volteó a ver con desconfianza a aquel joven, pero cuando miro aquellos ojos verdes y su sonrisa franca, pensó que aquel hombre de sus fantasías se había hecho realidad. Ella le sonrió nerviosamente y dejo de verlo.
Con disimulo el acerco mas su cuerpo a ella y ella en un acto casi inconsciente arqueo un poco la espalda, podía sentir su respiración en el cuello, la próxima estación estaba cerca, esa era la estación donde Sara tenia que bajarse, pero cuando el autobús se detuvo Sara no pudo moverse, deseaba tanto que ese momento fuera eterno.
Muchas personas bajaron, dejando un asiento de atrás disponible, el joven se acerco a su oído y le dijo: "no te quieres sentar", sin decirle nada Sara camino hasta el asiento y se sentó del lado de la ventana, el se sentó a la par de ella. Podía sentir su nerviosismo.
En un momento sus miradas se cruzaron, y sin mayor preámbulo se dieron un beso apasionado. Sara se decía a si misma "que estoy haciendo, no lo conozco, pero que rico besa". Después del beso el le pregunto: "¿Adonde vas?", Sara no supo que contestarle, obviamente no podía confesarle que su destino había quedado atrás. El le dio otro beso y comenzó a meter su mano por debajo de su falda, Sara se había mojado ya, a ninguno de los dos les importo que alguien los mirara, el la acariciaba por encima de su ropa interior y al sentir esta mojada, no pudo evitar sonreír de gusto.
La próxima parada se aproximaba, el tomo su mano y la condujo a la salida, se bajaron y sin saber Sara cual seria su destino siguió a aquel joven que la llevo a un pequeño departamento que compartía un compañero.
Sara entro al departamento y el cerro la puerta, comenzaron a besarse, pudo sentir su cuerpo presionando contra el suyo, el tomo su mano y la llevo a su pene, el cual estaba duro como piedra, Sara lo acaricio por encima de su ropa, mientras el acariciaba sus pezones.
El comenzó a buscar la manera de quitarle el vestido que tenia un broche en la parte de atrás, la llevo a la habitación y termino de quitárselo, quedándose Sara en ropa interior, ella se acostó sobre la cama, mientras el se quitaba la ropa, quedando el desnudo, se paro a un lado de la cama y Sara se sentó enfrente de el, se acerco a el, mojo sus labios y comenzó a darle sexo oral, el quito su sostén, dejando sus pechos al aire.
Agarro su cabeza para controlar el movimiento y la profundidad, Sara simplemente se dejaba llevar por sus instintos.
El la aparto y la acostó nuevamente sobre la cama, se puso encima de ella y le quito las bragas, abrió sus piernas y coloco su pene en la entrada de su húmeda vágina y sin más preámbulos la penetro, haciendo que Sara se retorciera de placer, una y otra vez, ella gemía cada vez que era penetrada.
El le dijo: "date vuelta", ella lo hizo acostándose boca abajo en la cama, el comenzó a tocar alrededor de su ano, y comenzó a meter un dedo en el, metiéndolo y sacándolo, luego con su pene penetro su vágina, la cual estaba muy húmeda, con la humedad de ella, comenzó a ejercerle presión en su ano con la punta de su pene, Sara confundía el dolor con la excitación, lo incitaba a penetrarla por completo, el esfínter cedió y el comenzó a penetrarla. Sara se puso a gatas sobre la cama, mientras era penetrada por atrás, el comenzó a estimularle el clítoris, mmm doble placer.
Ambos sudaban y las gotas de sudor de el caían en su espalda, Sara estaba a punto de llegar al orgasmo y cuando llego al orgasmo, agarro su mano y la introdujo en su vágina, aunque el no había terminado ella estaba cansadísima, y se aparto de el, acostándose boca arriba sobre la cama, el estaba apunto de acabar así que empezó a estimularse manualmente hasta expulsar su semen en el pecho de Sara, ambos terminaron rendidos.
El se quedo dormido y Sara aprovecho el momento para irse del apartamento de aquel desconocido del que nunca supo su nombre y al que nunca volvió a ver.
Al llegar a su casa se encontró con la sorpresa de que su marido había regresado antes de lo previsto.
Ahora era ella la cansada.