Mi amo ha decidido que sea su perra

“esa noche me sentí como la más ardiente de las perras y pude saciar el intenso deseo sexual de mi amo”

Soy afortunada  mi amo a quien  tanta devoción le tengo  ha decidido  saciar  una de sus múltiples fantasías conmigo su humilde  y  sumisa esclava.

No puedo creer que haya tomado  un tiempo de su descanso sabatino  para  darme  sus ordenes tan anheladas por mí,  y más que nada saber que  entre sus  variados deseos  alguno puede ser cumplido por  mí que soy su esclava.

Mi amo  quería  que  fuera su perra durante una noche por eso  me ordenó que me esmerara para  lucir como toda una perra indecente, que mi vestuario y maquillaje no dejaran  duda de que estaba con la más perra de toda la ciudad.

Mi cuerpo se estremeció  y no pude  evitar sentir humedad en mi  vagina cuando entre las muy estrictas ordenes de mi amo  me decía que  quería acceder a mis indignas carnes;  sé que como esclava aspirar a que mi amo  tenga compasión y deseo  es  más de lo que  puedo esperar  y por eso  me sentí  venturosa  y  hasta imaginé  que  podría estar en los sentimientos  de mi amo.

Me ordenó vestirme y maquillarme  de forma insinuante,  además  quería  esa noche  bautizarme  con un  nombre de perra que pudiera gritar para  llamar  a su perra  de ese día.

En sus instrucciones también me ordenó hacerle llegar  una lista de nombres que él  podría  usar  si los encontraba adecuados para saciar su deseo de llamarme por  mi nombre de  perra.

La mañana y la tarde  de aquel día,  para mí pasaron  en un abrir y cerrar de ojos,   cumplir la fantasía de mi amo  ocupó todo  mi tiempo,  mi vida pasó a un lado,  era necesario conseguir el atuendo  apropiado,   elegir  el maquillaje y  sobre todo preparar mi cuerpo para que mi amo  pudiera saciar su sed de sexo.

Decidí usar dos atuendos, uno insinuante  para recibir a mi amo  y  otro aún más sexi  para  poder deleitar a mi amo antes de que decidiera  si accedía  o no a mi cuerpo.

Paso seguido  quería que mi piel estuviera muy suave y deseable para que  mi amo pudiera tocarla y que sus manos no tropezaran con alguna aspereza o  molestia,  así que exfolie cada  espacio de mi  piel,   también pensé que como buena perra debía tener mi piel  como un bebé, en especial puse gran esmero  en depilar mi vagina  para que mi amo pudiera disfrutarla  a sus anchas  y sin obstáculos,  que pudiera  ver  sus labios  o tocarlos a sus anchas, si contaba con la suerte de que  deseara  acceder a mi cuerpo como hombre.

Luego  decidí comprar un humilde obsequio para mi amo a ver  si me permitía como su esclava brindarle un poco de placer  en mi papel de perra pues  quería ser  una  perra  digna de mi amo.

Se acercaba la hora y empecé mi ritual para  vestirme como una perra  sofisticada, usé unas medias con liguero para poder tener siempre disponible mi  zona genital  para cualquier deseo que pudiera tener mi  amo; la ropa interior  era negra y muy apropiada para la ocasión.

Cuando  me iba vistiendo fantaseaba  con  mi amo y  con el deseo de que me encontrara apetitosa y buena perra y que como premio decidiera cabalgarme en sexo apasionado  durante toda la noche, la humedad  brotaba entre mis piernas  y los nervios me invadían.

Quería ser una perra de clase y por eso  esperaba a mi amo con champaña fría y ansiosa de ser  copulada por horas por el  cliente  que  había elegido esa noche  contar con una perra   particular.

Mi amo por fin llegó a la hora que me ordenó debía estar  lista para recibirlo,  parecía estar un poco molesto porque  esperaba encontrarme aún mas insinuante, pues  extrañó que solo dejara al descubierto mis piernas  y que mis pechos  no  estuvieran mas a la vista,  yo me sentía muy  asustada por no poder complacer a cabalidad  sus deseos y temía  ser castigada.

Debo confesar que estaba muy caliente y que deseaba  mucho  ser  el objeto sexual que mi amo usara esa noche  para  saciarse  hasta el límite de la resistencia, así que ver a mi amo  molesto  me causó mucha desesperación, pues yo sólo quería  agradarlo y complacerlo.

Por fortuna tuvo un poco de paciencia y me dio una oportunidad para  decidir si iba  o no  a tomar mis servicios esa noche como su perra.

Me ordenó  caminar por el recinto y sentarme  para poder observar mis piernas  y si era posible ver un poco  de mi entrepierna aprovechando lo corto de la falda que había elegido para la ocasión.

Luego  se decidió a acariciarme  hasta rozar con  sus dedos mi  vagina que ya estaba a punto de un orgasmo  de solo sentir  las manos de mi amo rondando su entorno,  el liquido  fluía entre mis piernas  y  creo que el sofá fue testigo  de cómo estaba  de caliente;  mi amo  me  tocaba con  deseo  y  me ordenó que  me  despojara de mi ropa,   dejando solo  la ropa interior y mis zapatos  altos que  él  decidió que cambiara por  unos que son sus favoritos pues tiene como fetiche  poder ver  los pies  de las mujeres con las que  se acuesta.

Yo cumplí con los deseos de mi amo y me despojé de mis vestiduras  y luego de ello  le pedí permiso para usar el segundo atuendo que había elegido  para esa noche,  ese atuendo  era un vaporoso pijama de encaje, que permitía que mi amo pudiera ver todo mi cuerpo a sus anchas.

Creo que esto entusiasmó a mi amo,  ya podía ver como su miembro no  cabía en su pantalón  y  parecía que ansiaba  penetrar mi vientre que ya  hervía  de pasión.

Mi amo decidió que yo debía  posar para una sesión de fotos que él mismo haría pues sentía morbo  de fotografiarme   vestida como una perra  y  con suerte conservaría algunas de las fotos para su  diversión personal.

Me  ordenó posar  de manera sexi  para sus fotos,  al principio me sentía  un poco tímida,  sin embargo  era muy  excitante ser fotografiada en paños menores y posando de forma atrevida,   además me había esmerado  en mi cuidado  y  mi amo  creo que podría con orgullo  elegir algunas de las instantáneas para que formaran parte de sus fetiches personales.

A medida que transcurrió la sesión fotográfica,  yo me sentía más y más cómoda,  mi amo enfocaba mis senos,  mi  culito y   todo mi cuerpo,  me ordenaba  tocarme  y  mirarme en el espejo, luego me ordenaba  acostarme en la cama  y  posar como  una desvergonzada,  poco a poco fui quitándome la ropa hasta quedar solo en braguitas  para tomar una foto en toples que sería  la que cerraría la sesión.

Mi amo brindaba por el momento y  decidió que merecería ser  cabalgada hasta el día siguiente.

Debo decir que mi amo aprecia las noches con mucho sexo y siempre reclama que su  compañera sexual esté lista y dispuesta  para todos y cada uno de los encuentros que le apetezca en cada ocasión.

Esta noche yo era su perra  y debía hacer méritos para  complacer a mi amo  y hacerlo feliz.

Mi amo  esa noche quería mucho sexo  y muchos orgasmos, parecía  excitarse al  percibir mis orgasmos, pues  debo confesar que  la naturaleza me ha  obsequiado la posibilidad de  sentir orgasmos  de diversas maneras  y no solo con el sexo o la masturbación.

Con la sesión de fotos ya había ido al cielo  y  ni que decir todo lo que me había calentado mientras  era manoseada  con  descaro por mi amo.

Cuando mi amo deseo tener sexo yo ya había tenido  varios orgasmos  y  me sentía  muy caliente,   tan caliente que  creo que  mi amo sintió  fuego  cuando  por  fin  accedió a mi vientre que estaba húmedo pero   que  quemaba por el deseo,   el pene de mi amo  se inundo  de excitación  y  cabalgó  por mis  entrañas con  el deseo de aquel  que no conoce el sexo y lo descubre con pasión  de la mano de un maestro,  yo sentía un placer enorme,  de nuevo  otro orgasmo me invadía y  luego pude sentir como una ráfaga la eyaculación de mi amo  en mi vientre,  su orgasmo  fue  el inicio del clímax que mi amo  vivió y que me permitió disfrutar  como su perra  ese día.

Para llamarme me nombraba con los nombres que había elegido para esa noche  se quería sentir con  3 mujeres diferentes y a cada una la llamada como él deseaba fuera su nombre.

Luego del primer encuentro mi amo  estaba listo para seguir,  deseaba que lo acariciara  y  me permitió acariciar su piel   palmo a palmo porque  siente mucho placer  cuando es tocado en su cuerpo.

Me ponía las manos en su bulto y  me ordenaba  acariciar su pene;  el pene de mi amo  es  insaciable,  se erecta al tacto y  siempre  quiere cabalgar un vientre cuando ya se encuentra  listo para embestir, y esa noche me cabalgó   haciéndome gritar y jadear  en  varios encuentros  sexuales  con múltiples  orgasmos que mi amo me permitió  disfrutar junto  con él.

Me penetraba ordenándome estar  encima de él para así poder tocar mis senos y ver mi rostro de placer a cada embestida,  su pene estaba frenético de sexo  y  exigía a mi vagina más y más humedad,  mi devoción por él  hacia a mi  vagina generosa  y la lubricación  fluía a raudales para que el miembro de mi amo pudiera  invadirla  y  martillarla  en todas sus paredes  y en su fondo.

Mi amo  tiene una especial sensibilidad y ha descubierto  donde se encuentra mi punto  g  y a él dirige su pene, con  fuerza lo frota y en  cada frote  siento que  me muero por el placer que eso me causa,  salgo de mi propio ser y  mi corazón  late  con fuerza  y por mis poros brota sudor de placer,  las sabanas están húmedas por nuestro fluidos sexuales  y  mi amo  continúa insaciable  en su sed de sexo y placer.

Me ordena que le mame su pene,  yo soy una esclava sumisa  y  procedo a satisfacer a mi amo,  con  pasión y deseo puse su  pene en mi boca y  lo besé pasando mi lengua  por su punta  sintiendo como iba  creciendo más y más,  hasta que mi boca  no tenía espacio suficiente para  albergar ese miembro tan  deseado  por mi cuerpo y por mi boca.

Mi amo  estaba   muy complacido,  gemía  y apretaba mi piel   a cada  chupada que le daba a su miembro,  luego  contenía la respiración  como queriendo evitar  partir de este mundo en un exceso de éxtasis, por fin  mi  momento más esperado luego de tener el palpitante miembro de mi amo dentro de mi  boca,  su leche brotó generosa para saciar mi  sed  de  tener en mi cuerpo parte de ese  liquido maravilloso  que brotaba  tibio y  poderoso  del pene de mi amo.

Me sentí como la esclava más feliz del mundo, mi amo me había permitido beber de su leche  y estaba complacido con su perra,  fue una noche  magnífica, dormí muy poco  y me invadió  tanto placer que  no deseaba que llegara a su fin.

Al amanecer mi amo continuaba  deseoso  y tuvimos un nuevo  encuentro sexual que  dio paso a una siesta reparadora.

Al día siguiente  desperté con el recuerdo de mi amo  cabalgando mi vientre  sintiendo  las huellas  de una noche de  derroche de sexo y pasión, mis músculos estaban agotados y cada espacio de mi piel  tenía impregnado  el olor de mi amo, la habitación  con los vidrios empañados,  las sabanas  impregnadas de sexo y las paredes haciendo eco de los gemidos y los suspiros fueron testigos de excepción  de  la noche que mi amo  me permitió  compartir a su lado  siendo su perra.