Mi amigo Ricardo y yo.

Nunca pensé que la relación con mi mejor amigo podría llegar hasta tal punto...

Nunca pensé que la relación con mi mejor amigo podría llegar hasta tal punto.

Ricardo es mi mejor amigo desde que tengo uso de razón, vivíamos a una calle de distancia, hemos ido a clase juntos desde parvulario y, por suerte, nuestros padres se hicieron amigo y se llevan genial.

Ricky -odia que lo llamen así, soy el único al que se lo permite- era un chico bastante normal físicamente, lo que más destacaba de el era su cuerpo ligeramente marcado por el fútbol, cosa que solo se notaba si lo veías sin camiseta, tenia el pelo castaño, siempre muy bien cortado y peinado, ojos ligeramente rasgados y de color pardo, una nariz fina y perfilada y labios carnosos. Sus padres eran muy majos conmigo y siempre me han tratado como a un hijo. La familia de Ricky tiene bastante dinero, su padre es director de una empresa de publicidad que heredó de su padrino y su madre era la secretaria de su padrino, así que cuando él asumió el puesto se convirtió en su secretaria. A pesar de todo el dinero que tienen son muy humildes y no se creen mejor que nadie.

Yo soy Carlos y al igual que Ricky soy bastante normal, tengo el pelo rubio oscuro, ojos marrones, facciones marcadas y el cuerpo moldeado por el atletismo. Mi familia no tiene tanto dinero pero tampoco nos quejamos. Mi padre es mecánico y tiene un taller que no le va mal y mi madre es limpiadora, trabaja limpiando en la empresa del padre de Ricky, la contrató hace años cuando pasábamos por un bache económico y al parecer no lo hace mal porqué desde entonces trabaja allí.

Desde pequeños somos inseparables y pasábamos mucho tiempo juntos. Nos quedábamos el uno en casa del otro, nos duchábamos juntos, dormíamos juntos, nuestros padres lo veían todo normal ya que al ser los dos hijo único lo consideraban una relación de fraternal, y por aquel entonces lo era, no fue hasta muchos años después que derivó.

Entre nosotros no teníamos vergüenza ni pudor alguno así que al crecer juntos nos descubrimos el cuerpo a la vez, y no era más que eso, dos amigos que hablan y descubren el maravilloso mundo de la masturbación, pero cada uno su mundo. Como estábamos acostumbrados a vernos desnudos en la ducha de casa, en los vestuarios de la escuela, no nos daba el menor reparo vernos desnudos con los miembros inhiestos.

Los padres de Ricardo viajaban muy a menudo por trabajo así que cuando eramos pequeños se quedaba en mi casa. Pero con los años y como los dos somos bastante responsables les pedimos a nuestros padres si nos podíamos quedar en casa de Ricardo cuando sus padres viajasen, se lo pensaron bastante pero al final accedieron. Teníamos que ir a comer a mi casa y mis padres tenían que saber siempre si estábamos en casa o salíamos a la calle, pero por las noches pedíamos comida a domicilio, veíamos deportes, series o películas, hablábamos, hacíamos tonterías.

A la hora de dormir nos íbamos a la habitación de Ricky, tenia una habitación grande, con cama de matrimonio, Ricky era bastante especial para dormir, yo ya estaba acostumbrado por lo que no me molestaba, le gustaba dormir en pelotas, cosa que solo hacia cuando dormía en su casa, en la mía siempre dormía con un pantalón de pijama o con calzoncillos, y otra cosa que hacia era dormir con una almohada al lado a la que abrazaba, pero cuando dormíamos juntos no cogía almohada, por lo que a media noche siempre notaba como totalmente dormido se abrazaba a mí y así amanecíamos. Siempre que nos despertábamos me decía que si estaba incomodo podía coger la almohada pero yo le decía que ya estaba acostumbrado y no me molestaba que me abrazase, ademas si ponía la almohada tendríamos menos espacio en la cama.

La historia comenzó a cambiar cuando una noche Ricky me abrazó en la cama, eso quería decir que ya estaba dormido, yo aún seguía despierto y noté como algo me rozaba el culo, ya había notado otras veces la polla de Ricky en mi culo, pero esta vez estaba empalmado y hacia más presión, seguramente estaba teniendo un sueño húmedo, así que le empuje un poco para que se despegara. Pero a los pocos minutos volví a sentir la presión de su polla y le hablé:

  • Ricky... Ricky! -le dije mientras le empujaba un poco.
  • Qué? -se despertó medio aturdido.
  • Sepárate un poco que me estas restregando todo el paquete.
  • Vale -me dijo medio dormido. Pero no se movió.
  • Ricky!! - le dije más fuerte.
  • Qué quieres Carlos? -me dijo sin entender nada.
  • Coño! Que te separes un poco que como me descuide me follas el culo. Qué sueñas que estas tan caliente? -le pregunté a ver si se espabilaba un poco y se le bajaba la erección. No por joder, sino para que no me jodiera a mí.
  • Ay! Perdona tío. Creo que estaba soñando con Claudia, nos estábamos liando y estaba a punto de follármela -me dijo medio adormilado, rascándose un ojo. Claudia era su novia desde hacia 6 meses.
  • Crees?
  • Sí, creo, porqué alguien me a despertado y no me acuerdo bien. Joder a ver que te costaba

dejar que me restregase un poco si llevas pantalón no habría pasado nada -me dijo de cachondeo. * Si claro! Y porque no te das tu la vuelta y te restriego yo el paquete por el culo? -le dije riéndome. * Ya si eso otro día jajajaja. Venga duérmete ya que tienes el culo a salvo, ya se me ha bajado -y diciendo eso se giró y se puso a dormir. Yo antes de ponerme a dormir, aprovechando que se había puesto despaldas a mi me toque un poco el paquete para que se me pusiera un poco morcillona y se la restregué por el culo mientras me reía. * Ya te has vengado, ahora venga a dormir picha corta! -me dijo sin inmutarse ni un poco por sentir mi polla en su culo.

Me giré hacia el otro lado y me puse a dormir. Una de las cualidades o defectos, depende de como se mire, que tengo es que una vez me he dormido no me entero de casi nada. Así que Ricky volvió a abrazarme y al parecer volvió a tener el sueño húmedo con Claudia y la consecuencia la descubrimos los dos por la mañana.

  • Carlos... Carlitos! -me decía Ricky mientras me zarandeaba ligeramente.
  • Déjame dormir... -decía yo casi sin fuerzas.
  • Carlitos que quería decirte que me ha encantado, a ver cuando lo repetimos! -me decía mientras se aguantaba la risa.
  • De que hablas? -le preguntaba sin entender nada.
  • Tócate el culo anda jajajaja -ya no se aguanto más la risa. Yo me desperté de golpe y me toqué el culo, note algo húmedo sobre el pantalón.
  • Qué coño...? Serás cerdo, te has corrido en mi culo cabrón! -le dije mientras saltaba de la cama para cogerle, él también lo hizo, hacia el otro lado, y se puso a correr al rededor de la cama para que no lo cogiese mientras se reía. Pero yo soy mas rápido y lo agarre, lo tire encima de la cama y me puse encima para inmovilizarlo. Le pegue los brazos al cuerpo y los atrape con mi rodillas así no los podía mover, con una maño le cogí de la barbilla. Él no paraba de reírse.
  • Sabes que va a pasar ahora, guarro? Que vas a probar tu propia leche -decía con una risa malvada mientras me llevaba la mano libre al culo para recoger restos de su corrida.
  • No no! Perdona, ha sido sin querer, volví a soñar con Claudia y no me di cuenta hasta que me he despertado -ya no se reía pero seguía con una sonrisa en los labios porque pensaba que estaba de broma.
  • Bueno pero ahora ya tengo la mano llena y de algún modo tendré que limpiarla no? -le decía mientras acercaba mi mano lentamente.
  • No venga tío! -ya sin sonrisa en la cara- si quieres puedes pajearte y te corres encima mio así estaremos en paz...
  • Mmm! Eso no suena mal, pero para eso igualmente voy a necesitar mi mano limpia, no crees? -ya tenia los dedos encima de sus labios- Además ahora tengo curiosidad, a las tías en las películas parece que les gusta mucho y dicen que esta saladillo. Quiero que me des tu opinión.
  • Y si tienes tanta curiosidad por qué no lo pruebas tu?
  • Porqué esta corrida que hay en mi mano es tuya... Pero hagamos un trato, tu pruebas ahora tu corrida y así me limpias la mano, yo me hago una paja, me corro encima tuyo y pruebo mi corrida. Así ya estaremos en paz en todo, que te parece? -le propuse sin apartar la mano de sus labios.
  • Mmm... vale -dijo un poco dubitativo.
  • Muy bien! -dije con una sonrisa un poco siniestra- A ver como abres esa boquita!
  • Tienes una cara de pervertido -dijo. Y abrió la boca.

Metí mis dedos con los restos de su corrida dentro de su boca la cerró. Los moví para que su lengua tocara mis dedos y pudiese notar el sabor. No dejaba de mirarle fijamente a los ojos y el hacia lo mismo. Cuando deje de mover los dedos en su boca, él comenzó a mover su lengua, pasándola por todos y cada uno de los dedos limpiado cualquier rastro que quedase. Me quedé un poco sorprendido.

  • Y bien? Parece que te ha gustado... -le pregunte curioso.
  • No es un manjar pero no está malo y sí es salado -dijo un poco avergonzado.
  • Creo que te ha gustado más de lo que quieres demostrar pero me vale. Mi turno -dije mientras le soltaba la barbilla y me llevaba las manos al pantalón.
  • Me vas a soltar ya? -me dijo suplicante.
  • No! Me voy a pajear encima tuyo así no te podrás escapar cuando me vaya a correr -intentó deshacerse de mí pero apreté más las piernas contra sus brazos y su cuerpo y no lo consiguió. Y me centré en mi paja.

Así estábamos yo centrado en mi paja, con los ojos cerrados y abriéndolos de vez en cuando para ver la cara de Ricky. Pude ver como intercalaba miradas entre mi cara y mi polla. Nunca hemos tenido problemas en vernos mientras nos pajeábamos pero nunca nos hemos mantenido la mirada el uno al otro más de dos segundos, ni nos hemos corrido uno encima del otro ni mucho menos pajearnos el uno al otro. Nunca habíamos llegado a ese nivel de intimidad pero no estaba mal, se sentía bien sentir el contacto de otro cuerpo mientras te pajeabas, aunque seas tu mismo quien lo hace. Hay que decir que ninguno de los dos había follado aún. Ricky llevaba poco más de 6 meses pero no habían llegado más allá de enrollarse, yo había estado con dos chicas, nada serio, pero más de lo mismo, nada más allá de un rollo.

  • Carlos, me puedes soltar aunque sea un brazo, por favor?
  • Qué? -pregunté saliendo como de un trance.
  • Qué si me sueltas los brazos? También me gustaría pajearme... -me dijo.
  • Claro -le dije y me moví para que sacara los brazos, pero continué encima de él, sentado en su estómago.

Así estuvimos como dos o tres minutos más hasta que yo me levante para quitarme el pantalón y quedarme desnudo como estaba él. En ese momento Ricky aprovecho para ponerse bien en la cama, se subió hacia arriba, ya que estábamos en los pies de la cama, colocó la cabeza en la almohada y continuó con su paja. Estando ya desnudo fui a tumbarme a su lado y mientras los hacía me dijo:

  • No. Ponte como estábamos antes... -me dijo un poco avergonzado.
  • Seguro? -pregunté para asegurarme más que nada, porque a mi también me gustaba mas como estábamos antes.
  • Sí, me gusta sentir el calor que desprendes -me miraba a los ojos fijamente como buscando la aprobación y eso fue lo que encontró.
  • A mi también -dije mientras me volvía a sentar sobre su estomago.

Notaba como se pajeaba cerca de mi espalda, sentía todo el calor que desprendía su polla y era agradable. Esta vez nos estábamos pajeando mientras nos mirábamos fijamente y no se sentía nada incómodo. De pronto deje de sentir como su mano pajeaba su polla y como se deslizaba lentamente desde mi cachete por mi muslo hasta mi polla. Sin dejar de mirarme a los ojos de apodero de mi polla apartando mi mano con su otra mano y llevándola hacia atrás hasta sentir el calor de su polla en mi mano. Los dos suspiramos al sentir la mano del otra pajeando su polla. Era la primera vez que sentíamos como una mano que no era la nuestra nos acariciaba esa zona.

Sus movimientos eran lentos al principio pero cada vez se hacían más rápidos, yo imitaba lo que él me hacía, respirábamos al compás, cada vez que la respiración se aceleraba la velocidad de su mano disminuía, así que yo hacia lo mismo con la mía. Cada vez que hacia eso me hacia tocar el cielo, me dejaba a punto de llegar al éxtasis y frenaba alargando cada vez más el placer y haciendo que de mi polla no parara de brotar liquido pre-seminal. En su polla pasaba lo mismo, notaba como mi mano chorreaba líquido sin parar. Estuve a punto de correrme cuatro veces y estaba llegando a la quinta.

  • No. Pares esta... esta vez -dije como pude- necesito acabar ya o me desmayaré de placer.

Y no paró cuando nuestras respiraciones comenzaron a acelerar nuestras manos les siguieron el ritmo y note como me vaciaba por completo, nunca antes había tenido un orgasmo como aquel. Vi como uno de los chorros aterrizaba en la cara de Ricky. Y note como se me llenaba la espalda de un liquido caliente y como me chorreaba hasta el culo y por la mano. Me caí encima de Ricky intentando recuperar la respiración y las pulsaciones normales. Me llene el pecho de mi propia corrida pero no me importó, además era incapaz de moverme. Tenia la cabeza justo al lado de la de Ricky y estando ya un poco mas recuperado alcance a decir:

  • Perdona por la corrida en la cara -todavía nos costaba respirar un poco a los dos.
  • Tranquilo yo te he llenado la espalda y seguro te ha llegado al culo.
  • Un poco si, pero no pasa nada.

Estuvimos en silencio en la misma posición hasta que recuperamos el aliento por fin y Ricardo rompió el silencio.

  • Carlos, no quiero que te pienses nada raro. Esto solo ha sido por... -no lo deje acabar de hablar.
  • Shh! Cállate Ricardo que estas estropeando el momento romántico jajajaja. Tranquilo que no me pienso nada raro, lo que ha pasado ha pasado porque hemos querido los dos y no hay nada a lo que darle vueltas. Además creo que teníamos un acuerdo no? Así que prepárate que te voy a lamer la cara -no quería que Ricardo comenzara a darle vueltas a lo que había ocurrido, lo conocía bien y como empezara a preocuparse empezaría a perderse en su mundo interior del que es bastante difícil sacarlo.
  • Que idiota eres. Venga antes de que se seque -saque la lengua y lamí el rastro de semen que había dejado en su cara- Y bien? Parece que te ha gustado... -repitió en tono burlón lo mismo que yo le había dicho.
  • No esta mal, tenias razón. Creo que podría acostumbrarme al sabor. Tu no quieres probar el tuyo otra vez? -le pregunte acercando mi mano llena de su semen a nuestras caras.
  • No, todo tuyo -me dijo retándome con la mirada a que lo probara.
  • Oh! gracias -me incorporé un poco y acercaba lentamente mi mano a la boca mientras veía como la cara de Ricky cambiaba de reto a sorpresa en un momento, pero justo cuando estaba llegando a mi boca.
  • Un segundo -con mi mano limpia agarre la mano con la que Ricky me había masturbado- si yo pruebo tu semen tu deberías probar el mio también, no crees? Podría ser como un pacto de mejores amigos, algunos hacen pactos de sangre, nosotros pactos de semen, que te parece?
  • Esta bien... -dijo un poco resignado, sabia que no iba a poder llevarme la contraria.

Nos llevamos la mano a la boca y comenzamos a probar el semen del otro. Sorprendentemente me pareció más bueno el de Ricky que el mio, así que limpié toda mi mano de sus restos y Ricky hizo lo mismo con su mano.

  • Te ha gustado mi semen? -le pregunte riéndome- el tuyo está bastante bueno.
  • Sí me ha gustado... -dijo con un suspiro.
  • Pues cuando quieras más sabes dónde y cómo sacarlo -le dije acercándole un poco mi polla ya flácida a la cara.
  • No gracias con una vez me ha bastado, así que aparta esa cosa de mí. Y quita de encima que me voy a la ducha -dijo apartándome de encima suyo.

CONTINURÁ...