Mi amigo Ricardo y yo 2.

Creo que yo si sentí algo más, por eso estoy rayado...

Días después de lo ocurrido, nuestra relación se enfrió un poco. Aunque delante de los demás nos seguíamos tratando igual cuando estábamos a solas se notaba una ligera tensión.

Por mi parte no había ningún problema con lo ocurrido, lo consideraba diversión con mi mejor amigo, es más, me gustó y lo repetiría siempre que pudiera, nunca en la vida había sentido un placer como el que sentí con la paja de Ricky. Pero al parecer el no opinaba lo mismo. Yo notaba que estaba rayado, que no tenía claro como procesar lo que ocurrió.

A las tres semanas sus padres se volvieron a ir de viaje, esta vez no estaba seguro de si Ricky querría que fuese a su casa, pero me dijo que no quería que sus padres pensaran que había pasado algo malo entre ellos y que, además, no le dejarían quedarse solo en casa.

Cuando estuvimos en su casa hablamos de lo típico “¿qué tal en el futbol?, ¿Cómo te ha ido el entreno, has mejorado el tiempo?”, entre otras conversaciones sin importancia. Ya bien entrada la noche se notaba que Ricardo intentaba evitar el momento de ir a dormir y en vista que él no sacaría el tema lo saqué yo.

  • ¿Vamos a hablar de lo que pasó la otra vez? ¿Por qué esta absurda tensión que hay me está matando y no la soporto más?
  • No, no quiero hablar de eso –contestó sin más.
  • Bueno entonces hablaré yo. No sé muy bien que opinaras o sentirás tú, aunque me hago una ligera idea, pero a mí lo que hicimos me encantó y lo repetiría mil veces más, esto no quiere decir que de repente mis sentimientos por ti hayas sufrido una transformación y que quiera que seamos más que amigos ni nada de eso, simplemente disfruté con mi mejor amigo.
  • … -me miró y se quedó callado.
  • ¿No vas a decir nada?
  • Es que no sé muy bien que pensar, estoy hecho un lío. No hago nada más que pensar en Claudia, en ti, en mí, en lo que pasó… -se levantó- Voy a ir a por algo de beber a ver si me ayuda a sacar algo en claro.
  • Tráeme algo a mí también.
  • Toma. –me dio una lata de cerveza, abrió la suya y de un trago se bebió por lo menos más de media lata- Creo que yo si sentí algo más, por eso estoy rayado –lo dijo tan rápido que no lo entendí hasta pasado unos segundos.
  • ¿Cómo algo más? ¿Algo más que amistad?
  • Sí, algo parecido a lo que siento cuando estoy con Claudia, por eso estaba distante contigo porque me confundí mucho y quería alejarme pero me cuesta y no sé, no sé cómo expresarlo…
  • ¿Lo que me estas intentando decir es que te gusto como algo más que un amigo? –le preguntaba intentando no mostrar ningún tipo de emoción exagerada para que se cortara.
  • ¿Qué? No! No sé. A ver… pfff. Bueno a ver, yo quiero a Claudia y me gusta y me pone mucho. A ti también te quiero como mi mejor amigo, pero cuando recuerdo lo del otro día me pongo muy cachondo.
  • ¿Más que con tu novia?
  • Puede… -decía un poco avergonzado y acabándose la cerveza.
  • Vale, a ver te hago un resumen de lo que he entendido. Lo del otro día te gustó y no solo eso sino que ha hecho que tengas dudas de lo que sientes hacia mí, pero sigues queriendo a tu novia y te sigue gustando.
  • Sí.
  • De acuerdo… a ver si aclaramos un poco algo. ¿Confías en mí?
  • Sí.
  • Ponte de pie, cierra los ojos y relájate –me levante, me puse enfrente de él y cuando cerró los ojos le besé. Le puse una mano en su cuello y con la otra lo agarraba de la cintura. Al principio no reaccionaba pero a los poco segundos me respondía al beso. Después de unos 30 segundos así me separé de él- ¿Qué has sentido?

CONTINUARÁ