Mi amigo Pedro mi esposo y yo
Todo sucedió en un hotel donde mi esposo nos miraba.
Hola, soy Claudia y les contaré ésta historia que sucedió hace un par de meses Era jueves por la noche, al terminar mi turno de trabajo recibo una llamada inesperada de un amigo, diciéndome que se encuentra en la ciudad, pero que necesita que le ayude en la instalación de sus compañeros de la empresa en un buen hotel, ya que era imposible con el tráfico desplazarse en un solo vehículo. Al escuchar su voz recordé lo varonil y apuesto que es y sin pensarlo le indiqué que esperara en el aeropuerto y que en quince minutos estaría con el. Rápidamente tomé mi bolso y me miré al espejo, me alineé el cabello y puse un poco de color a mis labios sintiendo el desliz del labial imaginando el roce del pene de mi amigo en ese momento. Alineé también mi vestido y mientras llegaba al aeropuerto imaginaba a Pedro todo varonil y de casimir negro. Al vernos sentí recorrer por mi cuerpo una sensación de placer e incertidumbre por saber si me reconocería pues meses atrás el tono de mi cabello era cobrizo y ahora más claro. Se que hay una parte de mi que le fascina (mis senos) pues al encontrarnos siempre que me saluda sus ojos se detienen en ese lugar.
Después de la bienvenida nos dirigimos al hotel, donde Pedro me murmuró al oído, Y tu esposo donde está? Seguidamente me dice: estoy excitado y ardo en deseos de poseerte.... Sin imaginarse que me encontraba dispuesta, me pidió acompañarlo hasta su habitación interrumpiendo en ese momento su agente quien cortésmente me invitó al bar del hotel. Conociendo a Pedro, acepté la invitación de su agente con toda intención de provocar algo de celos y desesperación por estar conmigo.
Entre pláticas, risas y bebidas, el agente de Pedro comenzó a tocarme las piernas en ese momento vi como el miembro de mi amigo se erguía entre sus pantalones, me gusta mucho eso de estar con dos hombres al mismo tiempo pero mucho más el que mi esposo nos esté mirando estoy acostumbrada a este tipo de situaciones con dos hombres, ya mi esposo Alejandro había llegado al lugar pero mi amigo Pedro no sabia nada, la pregunta que el me había hecho nunca se la contesté sobre donde estaba mi esposo pero me dejé llevar al toqueteo de este señor, con la intención de seguir excitando a mi amigo y a mi esposo, por el calor que sentía me abrí el saco mostrando al aire mis pechos duros, en ese momento sentí la mirada de ambos y vi como Pedro se mordía los labios y sus ojos brillantes color azul, intentaban ver aún más de mis pezones tiesos que apuntaban hacía la luz de las velas, mientras mi esposo nos observaba . Poco a poco sentí la mano temblorosa del agente que se abría camino entre mis piernas, sentí como llegaba hasta el encaje de las medias y abriendo un poco más mis rodillas les mostré a ambos la diminuta tanga y algo más, pero ahora ya sentía las caricias de ambos entre mis piernas y espalda, mi respiración se mostraba entrecortada y le pedí a ambos seguir así... La situación se estaba poniendo cada vez más caliente, pero aún así Pedro me pidió subir a su habitación aclarándome que sólo seríamos él y yo.
Sin pensarlo me tomó de la mano y sonriendo se despidió de su amigo con aires de triunfo....
En el trayecto a su habitación en tono de reclamo me dijo más de una vez que no permitiría más un momento así, que para él había sido incómodo ver como me deseaba su agente y sin más me sonrió y comenzó a besarme en el pasillo del hotel, girándome de espaldas respiraba agitado sobre mi nuca, mi espalda fue recorrida por sus dedos así como mi cintura y me hizo sentir su pene duro en mis nalgas tratando de subir la pequeña falda, en eso se abrió el elevador y era mi esposo, el cual fue toda una sorpresa verlo aparecer para Pedro, Pedro se excitaba aun mas y de un empujón caí en la cama.
Aún así se arrodilló a la cama, me quitó los zapatos y besaba mis pies recorriendo con su lengua mis largas piernas, llegó al encaje de las medias y delicadamente me las fue quitando, con caricias, se encontró mi vagina húmeda y cálida, de inmediato introdujo su dedo índice y con sus labios buscó desesperado mis labios abriendo camino con su lengua caliente por el deseo y el licor, introducía una y otra vez su lengua en mi vagina y su dedo en mi ano, con una desesperación de sentirme suya ya que me lo repetía una y otra vez, mientras que yo abrí más mi escote sacando sólo uno de mis pezones que pedían a gritos fueran besados y mordidos por él, acariciándolo lo puse en mis labios, mí esposo estaba sentado sin perder ningún detalle al verme me tomó las manos y las puso en su pene, sin más abrí su pantalón encontrándome ese rico pene el cual toqué, besé e introduje a mi boca deleitándome con su sabor, chupé también sus testículos calientes y duros que sentí que en un instante iban a explotar, él sintió igual y me pidió seguir, él tomó una copa y la vertió desde sus labios para que fuera recorriendo todo su cuerpo hasta llegar a su miembro y me deleitara probando esa rica combinación sin dejar de mamarle, al tiempo que sentí como un torrente de leche caliente embestía mi garganta su rostro me pedía contemplar como la tragaba hasta la última gota en cada mamada. En seguida me montó entre sus piernas y de pié me hizo sentir como se desgarraba mi vagina con ese pene todavía duro y caliente mientras fantaseaba mirando mis pechos, decidí mostrarle ahora los dos, sugiriéndole los tocara y frotara una y otra vez besándolos de pronto sentí un dolor estimulante recorrerme entre las piernas, también él sintió y de inmediato bajo hasta mi vagina y comenzó a tragarme saboreándose el néctar que chorreaba... metió nuevamente su pene aprovechando mis contracciones me sugirió esperar para que ambos termináramos uno encima del otro para sentirse así seguro de que por esa noche fui completamente suya como siempre lo había anhelado.
Mi esposo Alejandro quedó muy complacido al haberme visto teniendo sexo con otro hombre frente a sus ojos, y esta ha sido la única vez hasta ahora que ha sucedido así
Espero les haya gustado mi relato
Besos a todos