Mi amigo, mi esposa y yo

Nunca espere permitir que otro se cogiera a mi esposa.

Que tal amigos un saludo a todos y la historia que les voy a contar fue 100% verdadera, tanto que hoy en día cada vez que la recuerdo siento mi sangre hervir pero a la vez un sentimiento de culpa, cuando me sucedió esto yo desconocía totalmente lo que se refería al intercambio de pareja o vouyerismo.

Esto sucedió hace 3 años en el cual yo tenia 30 años y mi esposa 24 con 6 años de casados,

de novios lo hacíamos casi a diario, con el tiempo después de nacer nuestro hijo las relaciones sexuales se iban espaciándose cada vez más.

Por aquel tiempo nos visitaba un amigo mío con algunos años de conocerlo, a veces los fines de semana nos tomábamos unas cervezas o en su caso unos tequilas, terminábamos borrachos y cada quien a su casa, él era soltero. En otras ocasiones yo salía con mi esposa a bailar y en ocasiones invitaba a mi amigo con el fin de que en la disco él ligara.

En una ocasión de igual manera teníamos ganas de bailar así que decidimos salir a bailar, no obstante le hicimos la invitación a mi amigo el cual acepto de muy buena gana, quiero recordar que la relación con él era simplemente de pura amistad y respeto, pero no se que sucedió esa noche pues mi esposa la empecé anotar demasiado alegre, tanto que, cerveza que le destapaba, cerveza que se tomaba, algo no muy común en ella ya que casi no toma, con el paso de las horas y las cervezas por parte de los tres los ánimos se iban haciéndose mas atrevidos con platicas referente al sexo y chistes colorados.

Al salir de la disco mi esposa ya iba bastante ebria al igual que nosotros, y nos dirigimos a mi auto, mi amigo se ofreció manejar, y yo con mi esposa decidimos viajar en la parte de atrás, en el trayecto a casa, mi esposa por el efecto del alcohol se empezó a poner muy cariñosa conmigo dándome unos besos muy ardientes sin importarle que adelante fuera manejando nuestro amigo, me empezaba a frotar mi miembro por encima del pantalón, como yo no era de palo correspondía a sus caricias de plano ya no nos importaba el ruido que hacíamos, nuestro amigo no decía nada, pero yo alcanzaba a ver a través del espejo que el miraba, a mitad del camino mi esposa ya no se aguanto y se bajo el pantalón al mismo tiempo que mi miembro era liberado y en un movimiento rápido se sentó en mi metiéndose mi verga en su panocha que estaba ya súper mojada y caliente, ella se movía tratando de metérsela más ya que era un poco incomodo en el carro.

Al no importarme que nos viera Luis y por el comportamiento de mi esposa me atreví a decirle a Luis que si le gustaba lo que veía y que si le gustaba le permitía ver, pero el no decía nada.

Al llegar nos dirigimos a dejar a Luis a su casa, salimos del carro, los comentarios no se hicieron esperar, claro en tono de broma hablábamos del sexo.

Hasta ahí no paso nada, eran las tres de la mañana mi esposa bastante ebria y nosotros queríamos echarnos otro tequila, ella decide dormirse un poco en el carro, yo con la espinita clavada de querer hacer una locura, tanto Luis como yo se nos notaba lo caliente, se me ocurrió lo que en juicio nunca podría volver a hacer, lentamente abrí la portezuela del carro me dirigí a mi esposa que dormía presa de la borrachera, desabroche su pantalón y poco a poco se lo fui bajando hasta los muslos hasta dejar ver la mata de vellos púbicos, mi corazón latía fuertemente no solo por el hecho de verle su sexo sino que a un lado se encontraba mi amigo Luis que no podía creer lo que veía o al menos lo que nunca creyó que vería y menos con la esposa de su mejor amigo, sin decir palabra por unos segundos solo miraba y creyó que estaba yo loco cuando le dije que si quería tocarle la panocha a mi esposa, me hice a un lado para darle mejor lugar, lentamente estiro la mano aún dudando de que fuera cierto, yo atónito observaba como una mano extraña acariciaba la panocha de mi esposaba mi corazón se quería salir de la emoción y excitación, mi pene estaba a punto de reventar el pantalón, disimuladamente vi su entrepierna con su miembro parado, Luis acariciaba los vellos de mi esposa y lentamente abría sus labios, él solo se limitaba a decir "que hermoso".

Le dije a Luis que se hiciera a un lado, baje totalmente los pantalones de mi esposa y le abrí las piernas, lentamente me baje mi pantalón me subí sobre ella y empecé a metérsela ahí mismo enfrente de mi amigo Luis, el tomo mejor ángulo del otro lado del carro, Luis ya más libre de culpas le acariciaba los senos a mi esposa, se saco su miembro y se estaba masturbando, al notar esto tome una de sus manos de mi mujer y la puse en el miembro de Luis, ella por instinto lo tomo y se la meneaba, yo cada vez se la metía más fuerte, me detuve unos instantes no pensé por mucho lo que se imaginan, le hice a señas a Luis de darse la vuelta, yo lentamente me retire de la vagina de mi mujer y le dije a Luis ahora te toca a ti, se subió arriba de mi esposa y la penetro, yo estaba que no cabía de la excitación que me producía el ver que a unos cuantos centímetros otra verga estaba cogiendose a mi esposa y yo lo estaba permitiendo, al mismo tiempo me daba coraje pero la calentura podía más, llego el momento final en el que Luis se estaba viniendo en la vagina de mi esposa, a mismo tiempo yo terminaba de masturbarme tirando todo mi semen en la manos de mi esposa, pasada la calentura se hizo un profundo silencio, Luis se retiro lentamente de mi esposa yo alcanzaba a ver como escurría su vagina de semen, Luis se disculpo, se subio los pantalones y se retiro apenado, yo después de la calentura me sentí sumamente culpable, y de mi esposa a ciencia cierta no se si se ella sintió, pero los días siguientes no me dijo nada.

Aunque me cuesta reconocerlo cada vez que lo recuerdo me excito muchísimo

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