Mi amigo Luis y su madre
Luis quería darse una ducha con su madre para frotarle un poco la espalda y resultó que se frotaron tooooooodo el cuerpo.
Mi amigo Luis y su madre.
Con esta historia es como comencé a mirar a mi madre de otra forma, y aunque la cuente en primera persona, le ocurrió a mi amigo Luis, con total certeza. Espero que la disfrutéis.
Yo tengo una edad en la cual ya se te empieza a subir la bandera con muchas sensaciones que no comprendes bien, pero te agradan. La manera de bajar la bandera, pues lógicamente iba al baño y ahí todas esas fantasías se calmaban con una buena paja.
Al principio, me empezaron a excitar revistas que mis compañeros de clase traían al cole. Aunque lo de chupar genitales me parecía un poco asqueroso (antes había pocas revistas X y venían de Alemania o Francia donde las mujeres eran muy velludas genitalmente). Luego me comencé a fijar en los pezones y escotes de varias mujeres, no sé cuántas veces me habré llegado a masturbar en un día, pero sin duda, las que más excitación y orgasmos me dieron fueron mis últimas inquisiciones, a mi madre.
Mi madre era una mujer normal, es decir ni muy gorda ni muy flaca, eso sí, tenía mucho pecho, aunque ya un poco caído, y como mujer con tanto pecho de vez en cuando lucía un precioso escote. Se cuidaba mucho, pero no en la comida con lo que aunque era ágil le sobraba algún kilillo. Era muy coqueta vistiendo y la minifalda ya no estaba tan mal vista con lo que más de una ha llevado. De mis observaciones me di cuenta de que mi madre era una mujer con mucha necesidad de sexo.
Yo ya había visto a mi madre desnuda con anterioridad, pero era cuando mi líbido aún no había subido.
Ya sabiendo lo que era el cuerpo de una mujer, y para qué sirven todos los órganos, no hacía más que fijarme en ella, sobre todo en casa, porque éramos de los pocos del barrio que no teníamos aire acondicionado y el calor obligaba a que nuestras ropas fueran las justas. Ella solía llevar nada más que una camiseta, sin sujetador, y unos pantalones cortos, muy cortos, con lo que a poco que se agachara, se inclinara o yo estuviera debajo de ella (solía limpiar las partes de arriba de los armarios de la cocina y yo de vez en cuando lo veía desde debajo de la escalera), podía ver todo.
En esa época no hacía más que irme al baño. Nada se tiene que decir ya de los adolescentes cuando crecen y sus hormonas.
Un día, sin querer, oí que mis padres discutían por teléfono y parece ser que el problema era que mi padre estaba demasiado tiempo trabajando, las frases que más me disgustaron fueron: "si no estás tú en casa tendré que buscar otro hombre que satisfaga mis necesidades, porque no eres tú el único que necesita sexo...". Yo no quería tener otro papá y menos ver a mi padre con otro hombre.
A partir de ahí vi a mi madre ducharse más de una vez al día, parecía tener una obsesión enorme por la higiene, hasta que, por curiosidad un día, entreabrí la puerta del cuarto de bañó, aprovechando que el ruido de la ducha era mayor que el de los goznes, y vi a mi madre ¡¡¡¡masturbándose en la ducha!!!! Aquello sí que me puso a 100, y me dio una visión más sexual de mi madre y más imágenes para mis propias pajas.
Estuvo así, y yo mirándola, durante al menos un mes. Ella se "duchaba" por la mañana y por la noche yo, según dejaba ella el cuarto, me autosatisfacía. Pero hubo un pequeño problema pasado ese mes, se nos estropeo la caldera y tardaron 4 días en venir a repararla con lo que mi madre dejó de "ducharse" pues nos lavábamos con agua recalentada. Yo, lógicamente no paré de pajearme recordando a mi madre disfrutar de sus manos en su propio cuerpo, pero ella estuvo 4 días de "abstinencia".
Cuando nos la repararon, decidí intentar un mayor acercamiento para tener en mi mente algo más que unas imágenes. La dije que para celebrar que teníamos agua caliente de nuevo nos ducháramos enseguida pero como tenía muchas ganas de ducharme yo también que lo hiciéramos a la vez........y aceptó! Bueno, por lo menos la rozaría la espalda, pensaba yo.
Antes de desnudarme estuve pensando en todo lo desagradable para que mi pene no llamara la atención, y surtió algo de efecto, porque se quedó en ese estado de ni mucho ni poco. Mi madre pareció pensar que al ser su hijo no había porqué andarse con chiquilladas y no vaciló al quitarse la ropa. Una vez en la bañera jugamos con el teléfono de la ducha mientras nos mojábamos, lo que ayudó bastante a que mi media erección bajara. Pero llegó la hora de enjabonarse.
Nos echamos jabón a nuestras manos y comenzamos a pasárnoslo por todo nuestro cuerpo y ahí se mostraron sus pezones duros y mi verga comenzó de nuevo a crecer. Nos empezamos a fijar, sin intentar demostrárselo al otro, en la excitación que nos estaba provocando esa escena, ella fijó su vista en mi poya, cada vez más grande por cierto, y yo en sus grandes tetas. Ella empezó a frotarse más lentamente y haciendo más caso a sus pechos y yo procuraba no tocarme la poya para que dejara de subir y de endurecerse. De repente ella me pidió que la enjabonara la espalda, yo estaba entre nervioso y excitado. Se puso de espaldas hacia mí con los brazos apoyados a la pared del baño.
Era una gran oportunidad, pero la vergüenza de intentar follármela ahí mismo me paralizó durante unos segundos, sin embargo decidí que fuera mi segunda carta para intentar conseguir algo más. Comencé por los hombros, no muy rápido pero sin que llegara a ser un masaje. Cuando notó mis manos deslizándose en su cuerpo vi que le dio un suave escalofrío.
Luego seguí bajando por toda la espalda, haciendo círculos con mis manos para extender el jabón y tocar todo lo que pudiera y cuando llegué a la altura de su pecho, acerqué mis manos por los laterales de sus senos, de una forma suaves, sin ganas de agarrarlos por si venía una reprimenda después, pero no hubo nada, con lo que me acerqué más a su aureola, y ella me lo permitía.....oí un pequeño suspiro de jadeo. Seguí acercando mis dedos hasta que toqué su pezón que estaba durísimo por entonces y froté suavemente sus pechos haciendo que el pezón se deslizara y frotara entre mis dedos.
Yo no podía creer lo lejos que me estaba dejando llegar mi madre. Después de un pequeño rato en sus tetas, volví hacia la espalda para bajar hasta el culo y, más tarde de haber frotado comúnmente sus nalgas para limpiarlas llevé mis manos por su cintura en dirección a su sexo. Ella, separó las piernas para que mis manos pudieran acariciarle su ya muy caliente vagina. Y ahí fue cuando comencé a masturbarla yo como ella hacía. No paraba de gemir, incluso como la vi muchas veces haciéndolo sola, agarró uno de sus pechos y jugó con su pezón mientras mis dedos frotaban todo su coño.....de mi poya empezaron a salir unas gotitas de presemen, que yo esperaba fueran sólo eso, no quería ser de los que se corren enseguida.
Entre jadeos y más jadeos, comenzó a decirme mi madre: "oh síiiii....no sé qué hacemos pero vas a hacer que me corra.....sigue..........sí..........", lo que hizo que la frotara más rápido: "ohhhh........mejor.....ohhhhh...sigue....sigue......me voy a correr, me corroooooo...ohhhhhhh", y después de un buen número de espasmos y de que notara que al cerrar las piernas me indicaba que no siguiera moviendo mis dedos en ella, me quedé paralizado. No sabía si tenía que abrazarla, pajearme, salir corriendo...No tuve tiempo.
Mi madre se dio la vuelta enseguida, con los ojos desencajados entre placer y asombro, con lo que me dijo: "perdona hijo, debía haberlo parado antes de que hubieras seguido más allá de lo normal. Estoy muy necesitada de sexo y no he podido detenerte". Y dejó de hablar cuando miró el tamaño de mi poya. "mira cómo estás, lo siento mucho hijo, no debí...aunque ahora no es justo que te quedes así, sino te dolerá"
¿A mi madre le había dado mucho placer y me estaba diciendo que me pajeara yo solo? "Mamá..." dije yo "y no podrías hacérmelo tú a mí? Yo te lo he hecho a ti" A lo que ella dijo, ".....no me parece muy correcto, pero tienes razón, me parece justo".
Ella se agachó un poco y como la mano enjabonada de nuevo comenzó a hacerme una paja, que entre las imágenes anteriores (que aún retumbaban en mi cabeza), y la visión que estaba teniendo ahora, no aguanté ni dos minutos, y me corrí llegándole a alcanzar con un chorro de mi leche parte de la cara y el pecho.
Enseguida abrió el grifo de la ducha y rápidamente comenzó a mojarnos para quitarnos el jabón.....y lo que no era jabón, y cuando llegó a sus genitales, volvió a sentir un escalofrío. Parecía que mi madre tuviera como "interruptores" en el cuerpo que la nublaban la lógica y la convirtieran en una sexo-adicta, porque cuando pasó el agua por su coño, la dejó ahí otro buen rato haciendo que el chorro de agua la masturbara el clítoris de nuevo......que visión, mi madre en realidad estaba muuuy salida y yo tanto tiempo sin aprovecharlo.
Mientras mi madre jugaba con la ducha y nuevamente con sus pechos, mi poya volvió a retomar forma de mástil en breves segundos.
Parecía que a mi madre no le importaba que estuviera ahí porque aunque estaba de espaldas a mí, no cesaba de autosatisfacerse....con lo que yo iba a pajearme, pero justo cuando me agarré el miembro para poder ocasionarme un climax enorme, mi madre se corrió otra vez con enormes resultados, gritó y jadeo increíblemente alto. Fue asombroso.
Se dio la vuelta después de recuperar el norte, miró hacia mi entrepierna y sin mediar palabra se agachó para chuparme la poya.....no me lo podía creer, yo que sólo quería tocarla la espalda un poco antes de comenzar con la ducha! Parecía que tenía prisa por que me corriera, pero esta vez intenté resistir un poco, que placer...no podía dejar de gemir y decir:"oohhhh mamá.......ohh....sigue mamá.............ohhhhhhhhh". Entonces recordé las revistas de mis amigos y entendí porqué se chupaban tanto, por el placer que da! Mi madre paró, se dio la vuelta, puso el culo en pompa separando las piernas, con dos dedos suyos abrió su coño y me dijo: "acércate y métela aquí cariño"....yo ni corto ni perezoso, eso hice. Ohhhhh qué placer, qué maravilla. Aquello estaba humedísimo. Yo no sabía moverme mucho, aunque lo intentaba, con lo que mi madre me dijo: "espera Luis, quédate quieto yo me muevo". Me agarré a las paredes y mi madre comenzó a moverse hacia adelante y atrás dándome un placer increíble....ohhhhhhh, qué gusto. Los dos jadeábamos fuertemente, mi madre se ayudó de una mano en su clítoris para obtener aún más placer.....era fenomenal!
Yo ya no podía más, así que le dije a mi madre que me iba a correr, a lo que ella respondió..."córrete dentro, no te preocupes, no pasará nada....", y entre gritos me corrí dentro suya, mientras ella se terminaba con su mano y mi poya aún dentro suya.
Fue fantástico...Después, nos volvimos a duchar, esta vez una ducha seria, mientras estuvimos hablando con mucha sinceridad acerca de lo que había pasado y lo que pasaba en nuestra familia y, nos dimos cuenta de que entre la gran fogosidad de mi madre, y mi gran devoción por ella, si no era hoy habría sido otro día. También me enteré que hace unos años se operó para no tener más hijos, con lo que podía correrme cuando quisiera dentro de ella. Quedamos en ocultar ésto para no tener problemas con nadie y de que lo haríamos libremente. Sin embargo mi madre es muy fogosa y una vez tuve que comentárselo a un gran amigo mío a quien le cuento todo, y él nos ayudó en varias ocasiones a satisfacer por completo a mi madre.
Pero éso será en otra ocasión.
Saludos,
Corey666