Mi amigo Javier una historia de amor (3)

Gimió levemente cuando mis manos se movieron alrededor de su pene, y eso me llevo a sentir una intensa humedad, estaba lista para recibir lo que quisiera ofrecerme.

MI AMIGO JAVIER UNA HISTORIA DE AMOR 3 PARTE

Su cuerpo delgado temblaba lo mismo que el mío, el calor era insoportable y el vestido que llevaba había comenzado a estorbarme, su boca se poso en mi espalda y beso mi piel de la manera más exquisita que me hubiera imaginado, sus dedos comenzaron a bajar el zíper del vestido y hábilmente lo retiro de mi cuerpo.

Sus manos se posaron en mi vientre, delicadas y sensuales, su boca susurraba a mi oído palabras que me llevaban a un mundo in imaginado, mordisqueo lento el lóbulo de mi oreja y esto me hiso estremecer, poco a poco sus manos fueron subiendo hasta que se encontraron con mis senos, levanto el sostén y mis pechos acariciaron las palmas de sus varoniles manos, y al entrar en contacto con su piel, mis pezones se endurecieron ofreciéndose ante mi sensual amante.

Con las manos aferradas a su pantalón y ante la exquisita sensación de placer, deseando que pronto entrara por completo en mi cuerpo, comencé a profesarle palabras de amor y sensualidad que pronto le obligaron a llevarme a la cama, se poso sobre mí y su cuerpo me ofreció una sensación de calidez quemante y comencé a desnudarle. Su camisa me parecía grosera ante el hecho de privarme de su piel, con el pulso a mil y con enormes ansias opte por desgarrarla hasta que fue a parar al piso hecha girones. mis ojos se regocijaron ante el perfecto cuerpo de Javier, sus pectorales estaban perfectamente marcados su pecho era duro y cálido, el vientre parecía de acero bordeado por un camino de bello que me mostraba el camino a la gloria, se acerco a mi boca que entreabierta, parecía querer beberse el aliento de ese hombre, con la punta de su lengua recorrió mis labios y los mordisqueo lentamente, parecía que no tenía prisa, se movía tan lentamente que me hacía pensar que todo estaba ocurriendo en cámara lenta, sus manos rodeaban mi cara y sus piernas duras permanecían entre las mías, su sexo claramente erecto rozaba mi pelvis y eso lograba que me quemase a cada segundo, mis manos ávidas de él, le corrieron el zíper de los jeans que llevaba puestos y cuando mis dedos rozaron su bajo vientre un espasmo delato que el también estaba en la hoguera, mis manos sin bajar por completo el pantalón encontraron la fuerte virilidad de Javier, ellas se quemaban con el calor de su piel.

Gimió levemente cuando mis manos se movieron alrededor de su pene, y eso me llevo a sentir una intensa humedad, estaba lista para recibir lo que él quisiera ofrecerme, arrodillado sobre la cama y de frente a mi me ofreció una vista inimaginable, el brillo de aquella piel delataba lo intenso de aquel momento, corrí por completo el pantalón y ayudándome , brinco hacia debajo de la cama quedando entre mis piernas que flotaban en el aire al terminarse la cama, rápidamente me acerque y mis piernas aprisionaron las suyas, una sensación chistosa recorrió mi piel, pues el bello que cubría sus pies rozaban mis pantorrillas, acaricie su vientre mientras él me dirigía una mirada de deseo total, acerqué mi boca levemente y comencé a besar su piel sin dejar de mirarle, entrecerró sus ojos para prolongar el momento de placer que mi boca le surcaba, me levante poco a poco lamiendo cada parte del camino hacia su boca y cuando llegue a ella me recibió con un mordisco voraz que hizo que me quejase al principio, pero que después me brindo una sensación de plenitud total, sus manos se aferraban a mi cuello y su vientre se fundía con el mío.

Tras de él, mis ojos encontraron un reflejo de su bien formado cuerpo, su espalda me lanzaba miradas lascivas y los movimientos de sus músculos me hacían temblar ante ellos, sus glúteos se apretaban a cada caricia de mis dedos en ellos, mis senos se regocijaban ante el hecho de una caricia y al ser oprimidos por los duros pectorales de él.

Me embriagaba el olor de aquel momento, de una ventana ligueramente abierta llegaban olas de viento que nos acariciaban y hacia que nuestras pieles se erizaran pues era un contraste enorme, con el fuego que llevábamos por dentro, su pene ya golpeaba contra mi vientre y eso me hiso estremecer, baje rapidísimo hasta que quedo al nivel de mis labios y comencé a saborearlo, me quemaba y eso me encantaba sus manos en mi cabeza me obligaban a permanecer en él, sus venas perecían reventar y sus gemidos crecían, parecía que en cualquier momento tendría un orgasmo, tras un momento más, una caliente explosión me indico que había terminado, sus piernas se doblaron un poco y me levante hasta su rostro, me miro fijo y me volvió a aprisionar con sus fuertes brazos y me tumbo sobre la cama, abrió mis piernas y retiro la última prenda que llevaba encima y su pene que aun continuaba erecto entro de lleno en mi, mi humedad se lo permitió así de fácil y comenzó a embestirme lento y deliciosamente, mi clítoris pedía atención personalizada y mis manos se acercaron a brindársela, pero al mirar el rumbo de mis dedos los suyos habidos de mi, se posaron en el, prodigando un leve masaje que me hiso sentir en las nubes, pronto un orgasmo intenso me invadió y gemí ruidosamente, lo que le inspiro para que me cogiera mejor, nuestras respiraciones eran dificultosas, mis pulmones parecían reventar, pronto otro ligero espasmo me anuncio que estaba por tener otro orgasmo, y me tendí completa para alargar y sentir mejor el exquisito placer, este fue más fuerte y largo, la explosión fue intensa que me dejo sin aliento y no pude más que arremolinarme entre sus brazos, los espasmos de mi vagina lograban aprisionar su sexo de forma rítmica y fuerte, que lograron llevarle nuevamente al orgasmo, se tendió sobre mi cuerpo derrumbándose y jadeando ruidosamente, el viento secaba el sudor de nuestros cuerpos, permanecimos entrelazados varios minutos hasta que nos recuperamos, eran las 2:00 am.

Me tenía que marchar, compartía la casa con unas compañeras de estudios, pero al decirle que me marchaba se negó a dejarme ir, y se aferro a mi cuerpo, cobijo mi piel, y me rogo que me quedara, no insistió mucho pues accedí de pronta manera, se coloco detrás de mí y comenzó a dormir, el sueño me invadió y me perdí en los cálidos brazos de mi Javier……….

  1. M. V