Mi amigo es un ligón. “La lechosa”

Mi amigo se liga a una "lechosa" y me pide ayuda.

-          “Cierra la puta puerta… y vete a tomar por culo, cabrón!!!”, es el recibimiento que recibo al abrir la puerta de la habitación.

He tenido el tiempo suficiente para ver a mi amigo Rafa encima de “la lechosa” dándole bien fuerte. Ella agitándose como una poseída, gritando y gimiendo en cada una de las embestidas, está disfrutando del polvo de su vida. Mi amigo parece que en vez de gozar del polvo está trabajando duramente como si le fuese la vida en ello.

Lo he visto sudoroso y esforzándose al máximo por darle duros empujones con un ritmo infernal. Nunca creí que echar un polvo fuera tan sacrificado.

Sorprendido por la violenta reacción de mi amigo Rafa doy un paso atrás y empiezo a cerrar la puerta sin dejar de mirar la escena. La “lechosa” echada bocarriba completamente despatarrada y las piernas en el aire, mi amigo sobre ella apoyado sobre las manos, con los brazos extendidos y moviendo las caderas en un mete y saca frenético.

Durante un instante gira la cabeza y mira hacia la puerta para comprobar que se cumple su mandato. Al verme su cara dibuja una leve sonrisa y se alegra al verme.

-          “Ah!... eres tú. Pasa, pasa y cierra bien la puerta”, me dice provocando mi sorpresa después de la primera reacción su cambio me ha descolocado.

El no deja de darle bien fuerte, cuando me acerco hasta la cama con mis ojos fuera de las orbitas por el espectáculo, me confiesa con voz entrecortada por el esfuerzo:

-          “Esta tía es una viciosa insaciable… se ha corrido ya dos veces y me sigue pidiendo más”, “cuanto más duro le doy más le gusta”, y me guiña un ojo en señal de complicidad.

No adivino que pretende al hacerme entrar pues veo claro que está en medio de una tarea que ha puesto en jaque sus habilidades de amante. No creo que su ego lo su pueda superar  y no creo que ceda ni un milímetro hasta que ella le pida que pare con el coño reventado de tanto mete y saca.

-          “Prepárate que te voy a dar el relevo… está tía sale de aquí con todos sus deseos de polla satisfechos… lo juro por mi madre”, me dice al tiempo que le da dos empujones que parecen que la han roto por dentro provocando que aumente sus quejidos.

Estoy desbordado, torpemente me quito la ropa en un santiamén y me doy unos meneos para terminar de alcanzar una buena erección. Todo lo que estaba viendo me había puesto cachondo pero con unos toques adicionales la verga ya está dura y lista para entrar en acción.

Rafa gira la cabeza ligeramente y me ve que ya estoy preparado. Sin dar ninguna explicación ni respiro a la mujer, se echa a un lado dejándome la vía libre. Delante tengo la mujer completamente abierta de piernas con el chocho húmedo y enrojecido, aunque su cara refleja una gran sorpresa  con lo que no tengo seguro que pueda relevar a mi compañero.

Como ella estaba con los ojos cerrados mientras mi amigo trabajaba, creo que no me ha visto venir y ahora, de repente me descubre junto a ella con la polla bien dispuesta para continuar con el polvo y no le hace mucha gracia.

Me pongo de rodillas sobre la cama y me empiezo a echar sobre ella. Estira los brazos poniéndolos como barrera impidiéndome el acercamiento, pues todavía está sorprendida y en principio no esperaba que la situación terminara así.

Rafa me echa un cable pues se acerca y le da un beso en la boca que la distrae lo suficiente para que yo pueda ocupar mi lugar y se la clave de un solo empujón hasta las bolas.

Antes de que ella pueda reaccionar ya estoy bombeando fuerte, continuando donde lo ha dejado mi compañero, que agradece con una sonrisa el descanso que ahora le puedo proporcionar. Mira por donde estoy follándome a la “lechosa” que tantos comentarios ha generado durante el servicio de mediodía en el restaurante.

Es una mujer con una figura estupenda, unas tetas muy bien paradas y unas nalgas sobresalientes. Lo que más me llama su atención es el color blanquecino de su piel y la calidad del cutis que es brillante como el nácar.

En una de las mesas, una familia compuesta por el matrimonio y dos niñas adolescentes disfrutando de una tranquila comida. Por su apariencia son turistas de algún país nórdico, pelo rubio ojos claros y piel muy blanca, aunque las niñas y el hombre lucen ya un tono enrojecido por efecto del sol.

Ella sin embargo luce una piel completamente blanca y sin rastro de que el sol le haya hecho el más mínimo efecto. Incluso durante la comida lleva puestas unas grandes gafas de sol que ocultan parte de su rostro.

Ha llamado la atención de Rafa y los otros compañeros del servicio los que pronto la han bautizado como “la lechosa”. El tema habría quedado ahí si no fuera porque a media comida se ha levantado para ir al baño. Todos nos hemos quedado pasmados al ver como caminaba hacia el interior del establecimiento.

Viste un pantalón tipo pirata anudado con un pañuelo en la parte alta de la cintura. Como la tela es muy sedosa le cae sobre los glúteos suavemente, y al andar se va moviendo con el mismo vaivén de sus cachetes. Lleva unas sandalias con medio tacón que incrementan mucho el movimiento de las caderas con lo que la visión que nos queda es de un culo diez.

Hemos quedado a la espera de verla volver a su mesa para disfrutar de la visión, esta vez de frente. La espera ha merecido la pena, tiene un delantera respetable que luce con orgullo. Lleva una blusa cruzada al pecho, con los hombros cubiertos y unas manguitas cortas con algo de vuelo.

Sin duda llama la atención que con esos pechos de buen tamaño se mantengan tan tiesos a pesar que debe rondar los cuarenta. Supongo que debe llevar un sostén de media copa que sujetan la teta pero dejar que el pezón libre para marcar la tela de la blusa.

La “lechosa” vuelve a su mesa orgullosa de captar la atención de media sala con su despampanante paseo. ¡Vaya jaca más hermosa! Pensamos todos los que acabamos de ver su triunfal paseo. Lógicamente a su familia su regreso no les llama nada la atención y continúan comiendo.

Poco tiempo tarda mi amiguete en acercarse por allí, va con intención de ver que puede sacar y también darnos una lección a todos los principiantes como yo. Cómo buen estratega empieza por bromear con las niñas, luego contacta con el marido y a ella la deja para el final. En pocos minutos ya es dueño de la situación, ha roto el hielo y los cuatro disfrutan de sus ocurrencias.

De esta situación tranquila e inocua hemos pasado a estar “la lechosa”, Rafa y yo echando un polvo bestial en el apartamento donde vivimos durante la temporada un poco hacinados todos los componentes del servicio del restaurante.

Luego Rafa me explicó que con su mal ingles había logrado contactar con la señora, y la había convencido para quedar con ella mientras el resto de la familia se iba a la piscina. Por supuesto, ella era enemiga del sol y se quedaba siempre a la sombra lo que le proporcionaba tiempo libre respecto al resto de la familia.

No se cómo lo hizo, pero mi amigo logró llevarla a nuestro apartamento para darle entretenimiento en esas horas muertas. Él no tenía habitación asignada pues vivía con su mujer en un apartamento aparte, así que se metió en la habitación que yo compartía con uno de los cocineros.

Después de este recorrido sobre cómo hemos llegado hasta aquí os cuento lo que sucede a continuación.

Tras de vencer una cierta resistencia inicial, Freyja me ha aceptado completamente, adoptando la misma postura que tenía con Rafa, piernas abiertas muslos apoyados sobre mis caderas y pies al aire. Yo trato de seguir las enseñanzas del maestro, bombeando fuerte y duro para clavarle cada vez mi polla desde la punta hasta las bolas.

Rafa, echado a nuestro lado va recuperando fuerzas y me mira con gesto de aprobación y una leve sonrisa. Freyja sigue gimoteando y disfrutando de esta nueva secuencia, mientras que yo ya empiezo a sudar por el gran empeño que estoy poniendo en darle bien duro.

-          “Quita de ahí… que a esta guarra yo se lo que le gusta”, me dice Rafa una vez que ha descansado lo suficiente para volver a la carga.

Me empuja a un lado, coge a la mujer por las caderas y la pone en la posición del perrito. Le da un par de manotazos en la nalga que hace que su blanca piel se enrojezca al instante. Una vez se ha colocado detrás, la empitona y empieza a darle fuerte.

Me he quedado tumbado bocarriba justo al lado de Freyja con lo que puedo disfrutar del espectáculo que supone ver como sus tetas se bambonean como dos campanas al unísono. Solo tengo que alzar la mano un poco para poderlas manosear a mi gusto. Ufff, que piel tan suave y que tanto tan delicado!! Me encanta. Continuo tocándolas mientras ella gime  y suspira a pocos centímetros de mi cara.

Para poder soportar los fuertes empujones de Rafa se ve obligada a cambiar el punto de apoyo de las manos y ahora queda a mi alcance su chochito y su cara queda justo encima de mi polla que se alza tiesa como un palo. La tomo por la nuca y la obligo a que se la meta en la boca, al mismo tiempo llevo mi mano hasta tu rajita y le froto el clítoris que esta completamente mojado con sus flujos.

Tiene que separar la boca para poder gemir a gusto ante la avalancha de sensaciones que experimenta. Perfectamente sincronizados, los tres nos damos gusto mutuamente, Rafa le da duro desde atrás, yo le sobo las tetas y el clítoris,  ella me la chupa y culea para excitar todavía más a mi compañero.

Asi estamos un unos minutos hasta que noto como una avenida de liquido vaginal sale de su vagina, me encharca la mano y le moja la parte interior de los muslos.

-          “Esta tía se está meando de gusto”, le digo a mi amigo Rafa que está todavía dándole fuerte desde atrás.

-          “Déjala que se corra a gusto, es lo que quería, no?”, dice mi amigo satisfecho de su prodigiosa cabalgada contra sus hermosas y blancas nalgas.

Durante unos instantes noto como su cuerpo convulsiona, se ondula y culea para recoger las ultimas chispas de este polvo tan intenso. Cuando mi amigo saca su polla del coño, el líquido vaginal sale con abundancia y me moja la mano y el brazo, (esto sí que es una buena corrida, pensé).

La escena cambia cuando mi amigo se pone de pie y con la polla en la mano invita a  Freyja  a que le dé una última mamada, cosa que empieza con un afán desmedido.

Siguiendo su ejemplo, me pongo a un lado y espero que conmigo también haga lo propio. Tan pronto como me descubre con la polla en la mano ofreciéndosela, se pone a la tarea de manera que va alternando la mamada con unos buenos meneos alternativamente a las dos pollas que tiene a su alcance.

A Rafa se le ve feliz pues ha conseguido darle varios orgasmos y su ego está satisfecho. Por mi parte estoy a punto de tener una corrida monumental y he vivido unas escenas que ni en las pelis porno son mejores.

Mientras nos da unas enormes chupadas que hacen desaparecer nuestras pollas en su garganta y unos intensos meneos que hacen difícil que nos podamos contener las ganas de corrernos sobre ella, se abre la puerta y aparece el cocinero compañero de habitación que viene a cambiarse de ropa.

Al ver la escena, se acerca y disfruta de la contemplación de Freyja con el coño encharcado y su boca llena de pollas de forma alternativa. Sin pensarlo un instante se baja el pantalón y se da unos meneos para poner la suya a punto de caramelo.

Rafa, viendo que vienen refuerzos con ganas de continuar la fiesta, toma su polla con la mano, se la menea unos instantes y deja que su leche salga disparada  hacia los pechos y la cara de nuestra amiga.

Después de la erupción se echa a un lado dejándole el sitio al cocinero que pronto empieza a dar síntomas de querer correrse. Solo aguanta tres o cuatro mamadas alternadas con las mías.  Enseguida se corre y suelta una abundante cantidad de leche que aterriza sobre sus tetas.

“La lechosa” me ha dejado para el final. Una vez que ha satisfecho a Rafa y el cocinero, Freyja se concentra en mí y me traga literalmente. Mientras mi cuerpo se estremece, ellos hacen bromas sobre mi aguante y sobre la polla del “estudiante”.

Llega mi momento, en medio de unos espasmos que me hacen doblar el cuerpo adelante ya atrás, me corro yo también echándole mi leche sobre la cara.

Una vez que ha conseguido vencernos a los tres, Freyja da por finalizada la aventura, se incorpora rápidamente, busca el cuarto de aseo para darse una ducha antes de vestirse y desaparecer de la escena discretamente.

Rafa y el cocinero comentan la aventura complacidos como si fueran buenos colegas y hacen chistes sobre la inexperiencia del novato. Poco tiempo después descubrí que no puede haber amistad entre los camareros y los cocineros.

También supe que Rafa repitió los encuentros con “la lechosa” pero más discretamente en otro sitio donde no pudimos participar.

Deverano.