Mi Amigo el Ko 05
De nuevo la incontrolable lujuria de mi madre se impone sobre su buen juicio, vestida como la colegiala más puta me pide que me la coja mientras recreamos la última aventura de mi amigo (amor filial madre-hijo, exhibicionismo y fantasías).
Mi Amigo el Ko
V
- ¡¿O sea que no era la misma señora?!
- No mamá, era una chava de nuestra edad
- ¡Dios mío, ese amigo tuyo es un enfermo, un degenerado!
- Bueno si, un poco
- ¡¿Un poco?! ¡¿Es que se anda cogiendo a todas las perras que encuentra?! pues más o menos era así ¡Es un perro, eso es lo que es, un perro! ¡Ricardo David Centeno, no me gusta esa amistad para ti! mierda, me volvió a llamar por mi nombre completo.
Vi a mi madre alejándose veloz e indignadamente, y con ella mis deseos de coger esa tarde y por toda la semana probablemente. Pero debí preverlo, que el Ko se cogiera a la amiga de su madre y yo lo viera era una cosa, que se cogiera cualquier cosa que se moviera otra. Y aunque mamá disfrutó enormemente que me la cogiera como el Ko se cogió a Hilda (mientras se lo contaba con lujo de detalles), primero que nada era mi madre antes que mi amante o mi mujer.
- ¿Y mama por qué se enojó contigo? Majo, mi hermana, me devolvió a la realidad Hasta allá abajo se oyeron los gritos.
- ¿Lo lo oíste todo?
- Si bueno, no solo cuando te dijo que no le gustaba ese amigo tuyo ¿quién es?
- Uno le respondí lacónicamente, no era conveniente que ella supiera de mi doble vida.
- Es Carlos Ko, ¿verdad? me quedé frío y mula.
- ¿Vos lo conocés?
- Si a lo frío y mula, agréguenle ahuevado es el hermano de Adri
- ¡Ah, sos amiga de Adriana!
- Si, ¿qué creías pues?
- ¡Yo nada, ¿qué voy a creer?!
- ¿Creías que andaba con el Carlos?
- ¡Nooooo, ¿cómo vas a creer?! je, je, mentía como un bellaco.
- ¡Pues fijate que para mi primer novio tengo mejores aspiraciones! me dijo dándose la vuelta henchida de dignidad y yo respiraba más tranquilo ¡No cualquiera va a poder andar con esto! dijo antes de bajar al primer nivel, con una pose de mujer fatal y señalándose el cuerpo.
Majo me dejó solo nuevamente y con mucho en qué pensar, hasta ese momento no me había dado cuenta que mi hermanita ya era una mujer, una adolescente quinceañera en todo su apogeo. Y era muy parecida a mamá, tanto de cuerpo como de cara ¡mierda, no me había dado cuenta de eso! Seguro que los muchachos ya la rondaban como abejas a la miel esos hijos de puta.
Bueno, pasé el resto de la tarde leyendo, adelantando tareas y viendo la tele con mi hermana. Luego cayó la noche y mamá no daba señales de que se le pasara el enojo. Al día siguiente, domingo, abrí los ojos tarde, bajé a desayunar en donde mamá me saludó fría y lacónicamente, seguía enojada. A eso de las 11 Majo recibió una llamada
- Mama, Analu me invitó a almorzar en su casa
- Mmmm ¿ya hiciste todas tus tareas?
- Ya mama, el Ricardo me ayudó
- ¿Y a qué horas volvés?
- Como a las 6 y antes que nuestra madre saltara con un "¡¿hasta las 6?!", Majo prosiguió es que luego vamos a ir al cine con otras amigas ¡ala, ¿puedo ir?!
Mi madre tiene corazón de pollo, difícilmente nos decía no para algo. Así que María José pasaría casi toda la tarde fuera y yo solo con mi madre lo cual habría sido excelente si no estuviese tan como la gran puta conmigo. Pero bueno, Majo se fue y yo decidí, resignadamente, pasar un día entero al lado de la televisión y su pésima programación dominguera. O por lo menos eso creía, pues como a los 45 minutos mamá apareció frente a mi
- Nene contame lo que ese tu amigo le hizo a esa muchacha
¡Dios mío, me cagué cuando la vi, me cagué, mi madre venía ataviada con ropa de colegiala, con falda tableada y blusa blanca! Pero no de cualquier colegiala, ¡de colegiala puta pues la ropa apenas lograba cubrirle algo! Y el maquillaje que llevaba le daba más realce a ese aspecto tremendamente sensual, rayando en lo vulgar.
- ¡Mamá vos de dónde vos mamá! qué fácil es parecer idiota cuando se pierde el control.
- ¿Te gusta como me miro nene?
- ¡Mamá vos de dónde vos mamá! insisto
- ¿Te gusta? el uniforme lo saqué del guardarropas de tu hermana.
- ¡¿Del guardarropas de Majo?! ¡Pero mamá vos de dónde vos mamá!
- Tuve que improvisar algunas modificaciones como el ruedo de la falda, lo reduje para que me quedara como mini y la blusa era una vieja que tenía y que ya no usa porque ya no le queda. de eso no me quedaban dudas ¿Te gusta como me veo? solo pude asentir estupefacto ¿Así se veía la putita que tu amigo se cogió? negué estupefacto aun ¿Estaba mejor que yo? de nuevo negué con la cabeza todavía estupefacto ¿Entonces yo estoy mejor? asentí nuevamente y la estupefacción no se me iba Contame nene, ¿cómo se cogió el Ko a esa muchachita?
Tuve que ponerme de pié sacudiendo la cabeza con fuerza para poder armar un pensamiento coherente y poder entender qué estaba pasando allí les dije qué es fácil parecer idiota cuando se pierde el control, ¡era obvio lo que estaba pasando, mamá quería volver a jugar como la otra vez! Ahora si la vi bien, más que de colegiala estaba vestida como una puta disfrazada de colegiala en toda regla. Se veía vulgar y muy sensual al mismo tiempo, la faldita apenas lograba cubrir bastante menos de la mitad de sus macizos muslos, dejando sus perfectas piernas a la vista, realzadas con unos zapatos negros de tacón muy alto y atados a los tobillos.
Arriba, la delgada blusa no ocultaba que no traía sujetador, los oscuros pezones se transparentaban y se mostraban duros y erectos, ya del roce con la tela o de la excitación que seguramente ella traía. No llevaba los botones abrochados, llevaba la blusa atada sobre el estómago, dejando su vientre plano y firme por el ejercicio a la vista, junto con su perfecto ombligo. y como la prenda le quedaba pequeña sus grandes tetas se veían comprimidas en un escandaloso escote, como queriendo escaparse. Finalmente el maquillaje completaba ese aspecto de puta callejera: pintalabios violeta intenso, párpados delineados y con tonos violáceos oscuros, parecía una emo.
- Nene ¿me lo vas a contar o no?
- Si, si me pasé las manos varias veces por mi rostro para terminar de despejarme, porque, además de mi turbación inicial, una fuerte calentura comenzaba a apoderarse de mi Bueno pues yo estaba escondido adentro, viéndolos por la ventana ellos estaban en el jardín, besándose muy cariñosos, mientras le decía eso la llevaba, de la mano, afuera de la casa, al jardín allí él le pidió que le modelara salimos al jardín trasero por una puerta lateral de la sala, allí solté a mamá y tomé asiento en una banca, y ella, tal y como se lo había contado, comenzó a modelarme su lujurioso atuendo.
- ¿Lo hacía así?
- Si, si, así Sasha lo hacía más vulgar cada vez, más descarada
- Esa patojita era una gran perra
Mamá comenzó a caminar con verdadera lascivia, recorría varios metros contoneando las caderas y meneando los brazos de manera que las tetas se le mecieran, a veces se detenía para subirse un poco la faldita y mostrar el inicio de sus turgentes nalgas, que escondían entre ellas una tanga negra de encajes. A cada pasada se iba desabrochando, desabotonando o desatando algo, hasta que se quedó sujetando ella misma la blusa para que sus enormes tetas no saltaran libres.
- Luego Sasha se desnudó por completo
- ¿En pleno jardín?
- Si, en pleno jardín
- Cada día las jovencitas van más putas dijo, soltándose definitivamente la blusa y dejando libres sus impresionantes melones. Los oscuros pezones quedaron a la vista, erguidos y pidiendo que alguien llegara a lamerlos y chuparlos. Ella comenzó a pellizcárselos, estirándoselos y retorciéndolos hasta que le dolía. Simultáneamente se restregaba las tetas y las estrujaba lanzándome miradas lúbricas llenas de deseo y calor. Finalmente dejó caer al suelo la blusa.
- Quiero verte el culo mamá
- No soy mamá ahora amor me dijo mientras se giraba meneando las caderas.
- ¿Entonces quién sos?
- Soy quien tú querrás que sea o lo que tú querrás que sea lentamente se levantó la faldita, dejando sus maravillosas sentaderas totalmente a la vista hoy soy María José, tu amante, tu perra, tu esclava lo que tú querrás amor, lo que tú querrás
Mamá o mejor dicho, María José, se subió totalmente la falda, me mostraba el culo mientras lo meneaba como un péndulo, como el reloj de un hipnotizador que mantiene a la gente en transe. Con parsimonia se bajó el cierre y con mayor lentitud deslizó la faldita por sus larguísimas y torneadas piernas quedándose virtualmente desnuda (porque la tanga que llevaba puesta no contaba como ropa).
¡Dios mío, estaba tan caliente como hacía tiempo no lo había estado, les juro que sentía que la verga me iba a estallar! María José se dio la vuelta y avanzó hacia mi con paso felino, tocándose cada rincón de su cuerpo de las formas más deshonestas; viéndome con los ojos entrecerrados y la mirada casi nublada. No era una mirada normal, no era la mirada tierna y cálida de mi madre. Era la mirada de una perra en celo, de la verdadera y más voluptuosa María José Ovalle.
- ¿Qué le hizo tu amigo a su novia después amor?
- Se la llevó a la sala
- ¿Y qué le hizo allí?
- Vení y te enseño perra llamarla perra en esas circunstancias era como prender el interruptor de encendido y apagado de una ninfómana. De la mano la llevé de regreso adentro y tomé asiento en un sillón y empecé a besarla y a meterle mano, mis dedos iban y venían de sus senos a su sexo, la verdad no sabía qué tocar había tanto.
- ¿Y después que más le hizo?
- Pues ya con la verga de fuera, Sasha se fue sentando encima de ella
- ¿Y tu amigo está bien dotado? me preguntó bajándome con ansias el cierre, mientras tanto yo me iba quitando la camisa y los zapatos.
- La verdad si
- No creo que mejor que tu amor dijo al mismo tiempo que me sacaba la verga y se la metía entre la boca. La verdad tenía razón, si bien el Ko tenía una verga más gruesa, la mía era un poco más larga, como de 23 cm (no quiero presumir).
María José, inició la mamada como le gustaba, engulló mi pene hasta la mitad y luego se lo sacó despacio mientras succionaba con fuerza. ¡Ja!, esa es una caricia bárbara que en varias ocasiones me ha hecho acabar en el acto, la mayor parte delas veces tengo que concentrarme para durar más como en ese mismo momento. Mamá parecía querer sacarme el alma con los labios, estaba muy caliente, se la metía hasta que sentía arcadas y ya no podía respirar y se la sacaba lentamente, llenándomela toda de saliva. Solo podía imaginar lo que había en su mente, seguramente la imagen de mi persona cogiéndome salvajemente a esa preciosidad de Sasha mientras ella se pajeaba ardorosamente al lado.
Mamá o María José, suspendió la felación y se puso de pié, yo ya no tenía la camisa y el pantalón estaba enrollado en mis tobillos. Dándome la espalda se incrustó mi verga lentamente hasta que se sintió completamente llena, entonces comenzó a cabalgarme con fuerza al tiempo que yo la rodeaba desde atrás y me aferraba a sus grandes tetas. "¡¡¡AAAAHHHHH, RICAAAARRDOOOGGHHH!!!" gritó ella, echando los brazos hacia atrás, ofreciéndomelos. Sabía lo que quería, así que los tomé de los codos y empecé a usarlos como si fuesen riendas, dirigiendo la frenética cabalgata a mi gusto.
¡Qué lujo poder estar debajo de tan caliente e impresionante amazona!, estaba como poseída, movía las caderas rápidamente y con fuerza, por el frente su largo cabello negro caía sobre su frente y pecho, sus tetas enormes se sacudían violentamente y de su boca abierta salían largos alaridos llenos de placer.
- ¡¡¡AAAAHHHH, AAAHHHH, RICARDO, RICARDITOOO BEBE AAAAAHHHHH!!!
- ¡¡¿TE ESTÁ GUSTANDO MAMÁ?!!
- ¡¡¡SSSIIIIIIIIGGGGGHHHHH NO PAREEEEESSSSGGGGHHHH, OOOOOHHHHH!!!
Poco a poco fuimos cayendo al suelo hasta que ella quedó en 4 patas y yo arrodillado detrás de ella, firmemente aferrado a sus caderas y embistiéndola con todas mis fuerzas. Era posición me gustaba mucho, y creo que a todos los hombres también, hace que nos sintamos en control, con pleno control sobre la cogida y, principalmente, sobre la mujer que nos estamos cogiendo. Y como esa mujer era María José, mi propia madre, entraba en juego un elemento de morbo que solo la experiencia de lo prohibido puede dar ¡esa posición me fascinaba!
Sin embargo en ese momento recordé el juego en el que estábamos metidos y decidí continuarlo. Como si fuese el mismísimo Ko levanté bruscamente a María José jalándola del pelo y luego la tiré con fuerza en el sofá. Ella me dirigió una mirada, entre desconcertada y medio asustada, pero principalmente llena de lujuria, el maltrato ligth la pone como loca. Literalmente la amontoné contra un rincón del sofá, allí la penetré y continué cogiéndomela con furia. Estaba echando sobre ella sudando a mares, sus piernas estaban sobre mis hombros y nuestros rostros casi juntos, por lo que sus rodillas estaban a cada lado de su cabeza. Ella seguía gimiendo y gritando de placer, enrojecida y tan empapada como yo, no me di cuenta si ya había tenido un orgasmo o no, pero el mío estaba cerca.
- ¡¡¡AAAAHHHH, OOOOOHHHHH, AAAAAYYYYHHHHH!!!
- ¡¡¡MARÍA JOSÉ VOY A ACABAR, VOY A ACABARRRRGGGHHHH!!!
- ¡¡¡DALE RICARDO AAAAAGGGGGHHHH ACABAME ADENTROOOOHHHHH!!!
- ¡¡¡¡AAAAAAGGGGGGHHHHH MARÍA JOSÉEEEGGGHHHH AAAAAAGGGHHH!!!! vacié mis testículos dentro de su ser, literalmente inundé su feminidad en medio de bramidos y estertores llenos de placer ¡¡¡¡OOOORRRRGGGHHHH MAMÁ, MAAAMAAAAHHHH!!!!
Quedamos en el sillón, en la misma posición en que había alcanzado el orgasmo, todavía dándole empellones secos para vaciar por completo todas mis reservas, sintiendo mi pene palpitando agitado y lleno de gratitud para con los 2. Ella respiraba profundamente, todavía la sentía tensa bajo mi cuerpo. Y cuando abrí los ojos y le vi, me sorprendí de verla con el rostro crispado y la boca abierta en un alarido mudo Maria José se estaba orgasmeando en silencio.
La subí en brazos a su habitación, iba ida, como en trance. Mi ego masculino se sentía muy halagado y en silencio me felicitaba por mi reciente desempeño, se muy bien que cuando mamá queda en ese estado es porque tuvo un orgasmo intensísimo, como solo ella los tiene. Dichos orgasmos, contradictoriamente, son completamente silenciosos siendo ella una amante muy ruidosa. Lo que ocurre es que solo puede alcanzarlos en momento de extrema excitación sexual que desata niveles de placer altísimos. El clímax literalmente la paraliza dejándola incapaz de atender cualquier cosa, su mente se vacía por completo, estremecida en todo su ser por un gozo que apenas puede describir con palabras. Es como si el extremo deleite la hiciera convulsionar.
La deposité suavemente sobre su lecho, luego bajé nuevamente (y con premura) por mi ropa y la ropa de putita que se había puesto, el bajó en la calentura me devolvió la conciencia y la precaución. Luego me tendí a su lado y la abracé, besándola y acariciándola. Ella abrió los ojos, aun brillaban con ese velo de lujuria y tenían esa misma expresión de suprema calentura
- El Ko tu amigo ¿cómo terminó de cogerse a su novia?
- Bueno luego que acabó le dio en la boca el semen que derramó en su vientre con sus dedos y pues volvieron a coger yo ya no estaba excitado pero ella si, y ante mi asombro tomó mi mano y metió 2 de mis dedos dentro de su sexo ahogado en mi semen, luego se los llevó a la boca creo que no tengo que aclarar que el juego aun no había terminado
Continuará
Ricardo David.
(Garganta de Cuero).
Pueden mandarme sus comentarios y sugerencias a mi correo electrónico, besos y abrazos.