Mi Amigo el Ko 04

Alentado por mi propia madre, sirvo de expectador voyerista a mi exhibicionista amigo Ko, quien en esta ocasión se sirve de Sasha, una preciosa Chava, para saciar sus libidinosos deseos (voyerismo).

Mi Amigo el Ko

IV

"Ring, ring", el estridente sonido del teléfono me sacó de mis asuntos… contesté… era el Ko

  • ¿Aló, Ricardo?
  • ¿Qui´onda Ko, cómo andás mano?
  • Bien, bien… mirá, ¿no querés venirte a mi casa hoy?
  • ¿Hoy? Mmmm… vaya, ahí llego.
  • Vaya mano, te espero… – fue una llamada un tanto rara viniendo de él, no dijo ni una mala palabra y lo sentí muy formal, imaginé que era por lo de la cogida. Ese día era sábado, planeaba quedarme en mi casa adelantando tareas pendientes y preparando unos exámenes, pero mi amigo tenía otros planes. A eso de las 3 de la tarde, me presenté en su casa, vivía a pocas calles allá de la mía, vecinos.

  • Hola, mano, ¿cómo andás? – me saludó en la puerta.

  • Bien, bien, allí pasándola… ¿y vos qué tal?
  • Ahí, jalando la carreta
  • Buenas tardes Ricky, ¿cómo estás? – me saludó Doña Adriana, madre del Ko, que venía con Adrianita, la hermanita pequeña de mi amigo.
  • Muy bien señora, ¿cómo le va a usted?
  • Muy bien también
  • Hola Ricky
  • Hola Adri, ¿qué tal te va? – saludé a la hermanita con un tímido beso en una mejilla. Ella y su madre eran una de las pocas personas que me decían "Ricky" y que no me atrevía a corregirlas… se me hace ridículo que me digan así, pero por culpa del Ko así me llaman.
  • Bueno, se portan bien muchachos… regreso como a eso de las 7 Carlitos… les dejé pizza en la mesa de la cocina… ¡se portan bien!
  • Vaya mama, que les vaya bien… y a ver si ya compran ese vestido
  • ¡Callate, mula! – protestó Adri y salió junto a su madre, quedé solo con el Ko.
  • Vamos a comer mano… tengo hambre… – qué raro, mi amigo comía como niño de hospicio. Mientras comíamos se hizo un silencio incómodo, parecía que pensaba con cuidado lo qué me iba a decir – Mirá vos, ¿qué pensás de aquello que hicimos?
  • ¿Hicimos "quimosabi"? – le dije, haciéndome el desentendido.
  • Si… ¡vos sabés de que te estoy hablando cerote!
  • No, ¿de qué? – dije haciéndome aun el tonto, lo que ameritó una amistosa lucha de amigos.
  • Va, va, ya, bien que sabés de lo que te estoy hablando mano
  • Si, si, ya sé, ya se
  • Va… ¿y?
  • ¿Y qué?
  • Mirá, no vas a pensar mal de mi pero eso de tener público, pues… como que es medio morboso.
  • Si definitivamente
  • Y me gustó… – ¡momento, ¿le gustó que lo viera coger con una mujer?!
  • ¿Te gustó que te viera coger con una mujer? – asintió con la cabeza y se encogió de hombros – ¡Puta madre, sos un enfermo!
  • ¡No, ni mierda, no te hagás que a vos también te gustó!
  • Si, a huevos, era como ver una película porno
  • Entonces te gustaría volverlo a hacer
  • ¡¿Me estás proponiendo que vuelva a ver escondido como te cogés a una mujer?! – de nuevo asintió con la cabeza y se encogió de hombros, no lo podía creer, ¿de dónde saqué un amigo como este? – ¡Y no estás enfermo decís!

Continuó hablándome de esa experiencia, que había sido diferente, que le había gustado mucho tener "público" y que quería repetirlo. La verdad también me daba morbo volverlo a hacer, y más siendo que mi madre ya me había dado permiso. Pero no iba a mostrarle lo ansioso que estaba, dejé que me rogara un rato más hasta que le dije que si.

  • ¡Muy bien, sabía que podía contar con vos mano!
  • Vaya, vaya, pues… ahí me avisás para cuándo va a estar el "espectáculo"
  • Para hoy… – de nuevo me quedé en silencio y con cara de mula – es que fijate que estoy saliendo con una chava y la voy a traer a mi casa más tarde
  • ¡La gran puta con vos mano!
  • se llama Sasha y llevo saliendo con ella desde hace como 3 semanas… es morenita y muy bonita, además de caliente. – me dijo como si nada… y yo sin palabras con que responderle – Mirá, el plan es sencillo: mi madre y mi hermana se van a tardar un montón, así que tengo toda la tarde para pasármela por las armas… ahorita la voy a ir a recoger a su casa y la llevo a tomarnos un helado, luego, cuando vengamos de regreso, te llamo para que vengás rápido y te escondás en el mismo lugar para verlo todo como la otra vez, – un plan simple a prueba de tontos – ¿qué decís?

¿Y qué le iba a decir? Me fui de regreso a mi casa y le conté todo a mi madre, ojalá pudieran ver cómo se puso, ¡se puso roja como un tomate y estaba ardiendo! Esperé al Ko viendo tele, pendiente del teléfono (aunque no tanto como mamá) y como a las 3 horas me llamó, me dijo que en 45 minutos estaba de regreso. Salí corriendo entonces y entré a su residencia con las llaves que él me dio, como todavía tenía tiempo lo esperé viendo televisión, estuve allí por casi media hora hasta que los oí llegar. Nervioso me asomé por la ventana prudentemente, detrás de la cortina. Su garage era grande, para 4 carros, con un acogedor jardín frente a las ventanas, lleno de rosales y una grama muy bien cuidada.

Lo primero que pensé fue "`¡Qué cerote!" cuando vi a la chava, la tal Sasha era una belleza. Morena de pelo lacio que llevaba en 2 colas un tanto infantiles, carita preciosa, ojos oscuros, nariz redonda y pequeña y boca delgada y también pequeña, parecería que no mata ni una mosca. Iba vestida con una sencilla playera de rayas azules y una pequeñísima pantaloneta de lona, ceñida a su trasero redondo y grande. Poseía un par perfecto de piernas, largas y torneadas, con los muslos gruesos, perfectas. Luego zapatos tenis, un maquillaje muy liviano y ningún otro accesorio.

Actuaban muy cariñosos, se daban suaves besitos y caricias, pero hablaban en susurros así que no podía oírlos, seguro le estaba endulzando el oído, tiene una casaca (labia) increíble. No sé qué le diría, pero ella comenzó a modelarle, primero como broma y payaseando, pero luego con poses sensuales y sugerentes, empezando desde que se anudó la blusa por encima de su vientre, para mostrar su abdomen plano y liso, con un ombliguito muy lindo y una cintura bastante estrecha. Posteriormente comenzó a presumir del que era su mejor atributo, un culito grande, redondo, duro y bien parado. Se colocaba de espaldas al Ko, apoyada en una pequeña banca de cemento, parando sus amplias sentaderas y viéndolo con picardía. Flexionaba las rodillas y se acuclillaba, provocando que la pequeñísima prenda dibujara a la perfección la línea entre sus nalgas y hasta que se le metiera en medio.

Entonces hizo algo que no me esperaba, empezó a desnudarse en pleno jardín. Despacio desabrochó la hebilla de su pantaloneta y la deslizó al tiempo que meneaba las caderas y emergía un calzoncito de franjas azules y celestes. ¡Puta madre, qué buena estaba! Sus muslos eran mejores de lo que pensaba, gruesos, fuertes, como 2 firmes columnas. Y cuando se dio la vuelta para que su amigovio le viera el culo, sacándolo bien parado mientras ella se agachaba manteniendo las piernas rectas, me di cuenta que la muchachita no solo era un culazo, sino una auténtica perra y que yo ya tenía una erección de caballo.

Sasha siguió desnudándose, primero se sacó la blusa, mostrando unos senos pequeños pero redondos y frontales, enfundados en un brasier blanco. Y cuando esta prenda voló apareció un par de oscuros pezones puntiagudos y pequeños en medio de un aureola ancha, que pedían a gritos se lamidos y chupados. Luego volaron sus bragas, quedando la muchacha totalmente desnuda. La nena traía la vulva completamente depilada, mostrando unos labios exteriores rosados, lindos, entrecerrados, por donde apenas se lograban colar los interiores.

  • Enseñame el culo… – ordenó el Ko y yo me asusté, pues estaba apoyado en la pared junto al ventanal, en el punto donde yo estaba observado, no me di cuenta de cuando se colocó allí.
  • ¿Qué creés que soy una puta? – le respondió ella, indignándose falsamente.
  • Solo un poquito… – le respondió este, sinvergüenza como siempre.

Sasha rió y le hizo caso, de todas maneras ya estaba en pelotas en medio del jardín con mi amigo viéndole todos sus atributos y más caliente que una olla al fuego, negarse habría sido tonto. Se subió a la banca y allí, en 4, paró el culo otra vez y lo mostró en todo su esplendor, redondo, grande, con unas nalgas inmensas pero firmes, ocultando un agujerito oscuro que aparecía profundo y cerradito, con una vulva cada vez más gorda (por la sangre que comenzaba a acumular allí) unos centímetros más abajo.

  • ¡Qué buena estás Sasha, tenés el mejor culo del mundo!
  • ¿Te gusta?
  • Mucho… mucho… enseñame más
  • ¿Y qué más querés que te enseñe? – no oponía objeción alguna, estaba tan caliente como yo.
  • Acuclillate en el suelo… – inmediatamente flexionó sus piernas, cayendo de cuclillas, mostrando, mediante sus piernas abiertas, le belleza de su sexo oloroso a juventud, – vení, vamos adentro… – le dijo el Ko, acercándose a ella y besándola con pasión… al tiempo que le metía mano sin recato.

Apresuradamente me metí detrás del bar del papá del Ko luego, tomando algo de valor, logré sacar la cara y ver desde una esquina lo que hacían. Estaban de pié frente al sillón grande, con una mano mi amigo la sujetaba de las caderas mientras lamía y chupaba su cuello, con la otra mano acariciaba sus senos mientras ella jadeaba suavemente y lo abrazaba. Poco a poco bajo a sus senos, apoderándose de ellos con los labios y lengua, succionando sus pezones y mordiéndolos con suavidad. Al mismo tiempo bajó sus manos hacia su culito, lo apretaba y amasaba, rozando su raja que ya se encontraba mojada.

Con maestría comenzó a restregarle el sexo, suavemente pero con firmeza. Despacio, ella retrocedió hasta apoyarse en uno de los brazales del sillón, separó bien las piernas y echó hacia atrás el cuerpo, entregándose totalmente al placer que mi amigo le regalaba. Su respiración se aceleraba, su cuerpo brillaba más y más por acción del sudor, los dedos del Ko quedaban pegosteados con sus fluidos cada vez que los sacaba. Pero aunque le estaba dando un delicioso goce, no la dejó llegar al orgasmo para que la calentura no se le bajara.

La soltó y se alejó un poco para despojarse de la ropa. Ko tenía la piel morena clara de su madre y un cuerpo muy bien cuidado, tengo que reconocerlo. Era corpulento y rollizo, pero nada gordo, poseía una masa muscular desarrollada y marcada, dibujando casi perfectamente los pectorales y los abdominales, así como los músculos de cada brazo. Luego se bajó el pantalón, mostrando unas piernas igualmente gruesas y poderosas, fruto del fútbol y del Taekwondo. Y, finalmente, se quitó el bóxer, enseñándole a una impresionada y boquiabierta Sasha su miembro gordo y duro, enrojecido y listo para la acción.

Se sentó y le tendió la mano, ella aceptó y se sentó en sus rodillas, besándolo apasionadamente, él no dejaba de meterle mano, restregándole la vulva y metiéndole los dedos hasta la fondo, claramente la muchachita ya no era virgen. Poco a poco y con mucha habilidad, mi mañoso amigo la acomodó simultáneamente que hacía lo mismo con su pene, hasta lograr colocarlo en la entrada de su sexo. Para cuando ella se dio cuenta ya le estaba entrando la cabeza de esa macana por su mojadísima abertura.

  • Despacio amor… suavecito… la tenés muy gorda… – le suplicaba ella en susurros al oído.

Con lentitud y sumo cuidado la fue penetrando, moviéndola en círculos para que entrara como si la estuviera atornillando. Ella jadeaba y comenzaba a gemir calladamente, cerraba los ojos y abría la boca, como queriendo tomar aire. Y cuando por fin se sintió invadida hasta lo más profundo de su ser, pegó un fuerte respingo y se aferró a los fuertes brazos de su amante. Ko inició, entonces, una deliciosa y rica cogida que gozó hasta la ultima gota de sudor. La puso de espaldas a el e inició a moverla de arriba y abajo, alzándola de las nalgas ayudado por las pierna de la muchacha que tenía apoyadas en el suelo y por sus brazos apoyados en el pecho de mi amigo. Sasha se puso a gemir cada vez más fuerte, según él iba acelerando los movimientos. Tras 10 minutos ya estaba rebotando enérgicamente sobre mi amigo.

  • ¡¡¡AAAHHH!!! ¡¡¡AAAHHH!!! ¡¡¡AAAHHH!!! – gemía ella, con los ojos muy abiertos, sudando la gota gorda y sintiendo como ese ariete de carne la abría por completo.

Tras una docena de estocadas más, ella paró y se levantó, inmediatamente volvió a tomar asiento pero esta vez de frente a su amigovio. Se la incrustó de nuevo hasta los huevos y reinició el fuerte bombeo, de arriba abajo, de atrás para adelante y en momentos haciendo círculos con las caderas. Al mismo tiempo el Ko se aferraba a sus pezones y los lamía y chupaba con fuerza, les pegaba mordidas que le arrancaban gemidos más fuertes y hasta gritos, Sasha estaba totalmente fuera de control.

  • ¡¡¡MMAAAASSSS, MMAAASSSSS!!! ¡¡¡DAME MAAAAAASSSSS!!! ¡¡¡AAAHHH, OOOGGHH!!!
  • ¡¡TE VOY A PARTIR EN 2 PUTA RICA!! – le dijo el Ko.
  • ¡¡¡SSSSIIIIIIHHHHH!!! ¡¡¡PARTIME POR LA MITAAAAADDD!!! ¡¡¡ ¡¡¡AAAHHH, AAAHHH!!!

Para ese momento sus movimientos de caderas ya eran frenéticos e incontrolables, me impresionó la capacidad de su vagina para adaptarse al gordo garrote de mi amigo como un guante hecho a la medida. Ko estaba también fuera de control y en un arranque la levantó y la tiró al sofá boca arriba, literalmente la amontonó contra una esquina del sillón y volvió a penetrarla con renovados brillos. Sasha se aferraba con fuerza al asiento berreando como una loca, parecía una muñeca de trapo. Tuvo un fuerte orgasmo que casi la hace caer al suelo. Y mientras tanto mi amigo, con todos los músculos de su cuerpo tensos, le daba como loco, como queriendo sacarle la matriz con su temible pene. Desde mi privilegiada posición veía los pequeños senos y todas las carnes de la chava estremecerse ante cada nuevo embiste.

  • ¡¡¡¡AAAAGGHHHH!!!! ¡¡¡¡OOOOOOUUUUHHHHH!!!! ¡¡¡AAAHHH, AAAHHH, AAAHHH!!! – gritaba ella como una desesperada, sintiendo como era barrenada sin compasión.
  • ¡¡¡AAHH, AAHH, AAHH, AAHH!!! ¡¡¡VOY A ACABAR SASHA, VOY A ACABAAARRRRGGG!!! ¡¡¡¡AAAAOOOOOOOGGGGGGHHHHHH!!!! – rugió mi amigo.

El Ko le sacó la verga y empezó a pajearse mientras eyaculaba abundantes borbotones de blanca y espesa esperma sobre el vientre y la vulva irritada y enrojecida de su joven amante. Ella lo veía con los ojos brillantes, sorprendida y maravillada de la soberbia cogida que le acababa de pegar. Luego se sentó a su lado, casi frente a ella que permaneció en la misma posición, con una pierna en el suelo y la otra recogida sobre el asiento, mostrando su aun abierta en hinchada cuca.

Ya todo había acabado y yo estaba que me moría de lo caliente, sentía una necesidad horrible de salir de mi escondite y echarme una buena paja, pero no podía aun y no parecía que viniera la hora de la despedida. Al contrario, querían más, pues él, mirándola fijamente a los ojos, pasaba sus dedos por encima de su rajita, embadurnándolos de sus fluidos y de su semen, y luego se los llevaba a la boca, ella los lamía y limpiaba probando lo perra que era. Cogieron por segunda vez, no hubo una tercera porque quedó molida. Luego, como a las 3 horas de haber iniciado, la llevó a su casa, se tardó todavía una hora en regresar, el cabrón todavía logró sacarle una última mamada de despedida.

Continuará

Ricardo David.

(Garganta de Cuero).

Pueden mandarme sus comentarios y sugerencias a mi correo electrónico, besos y abrazos.