MI AMIGO DE PASEOS (segunda parte y final)

Continuación de mi relato anterior: "MI AMIGO DE PASEOS".

MI AMIGO DE PASEOS (y 2)

En la parte anterior, Juan y yo nos metimos en mi habitación y nos acostamos desnudos, pero en posiciones contrarias, a fin de hacer un riquísimo 69, que ambos estábamos esperando…

Como aquello había surgido de repente, no estábamos duchados, y su polla desprendía el olor propio de una verga que, aunque aseada, no estaba recién lavada. Pero era tanto de deseo que yo tenía por llevármela a la boca, que aquello no me importó. Es más; me agradaba el olor a macho que desprendía. Yo jugueteaba con mi lengua sobre el hoyito de su capullo, mientras sentía cómo el hacía lo mismo con el mio…

Un cosquilleo me recorría todo el cuerpo, mientras mi boca buscaba sus huevos para chuparlos. Unos huevos depilados, (yo tambien lo estaba), limpios, hermosos, tersos, duros…, que no me cabían en la boca. Y lo mejor de todo, que estarían llenos de leche…

¿Cuándo te has masturbado?, pregunté, y él me dijo que hacía dos dias, y que ya tenía muchas ganas.

Sería por eso que aquellos huevos estaban a punto de explotar, y yo los tenía allí, delante de mi boca, exclusivamente para mi…, en tanto que él disfrutaba como un niño con los mios…

Antes de seguir, yo le propuse darnos una ducha para asearnos convenientemente, pues deseaba mucho meter mi lengua en su culo, y que él hiciera lo mismo conmigo…

Así lo hicimos, y nos duchamos, jugando con nuestras vergas bajo la cucha, pero cuidando mucho de lo llegar hasta el orgasmo; eso lo dejábamos para después, ya en la cama…

Volvimos a la cama y seguimos con nuestros juegos. Yo le pedí que se diera la vuelta, para tener mejor acceso a su culito virginal. Se que era virgen porque él me lo había dicho y me había pedido que no lo penetrara. No, al menos por el momento…

Yo siempre había sido activo, excepto en una ocasión, (hacía muchos años), en que tuve una aventura con el directivo de una importante multinacional, que era íntimo amigo de un amigo mío… En una de sus visitas a mi ciudad, este hombre quiso conocerme, y nos encontramos en un conocido hotel de la capital. No quiero desviarme de mi relato, pero sólo diré que se trataba de un auténtico galán de cine; Un dandy. Guapísimo, un cuerpo de escandalo, muy bien formado, que me enamoró… Y este hombre ten apuesto fue el único hombre que me ha penetrado. Este, y el urólogo que me operó de próstata años más tarde. Pero la unica perdona que me penetró en mi vida fue este señor… Después no he vuelto a verlo. Algún dia contaré esta historia…

Pero volviendo con el relato que nos ocupa, yo le dije a mi amigo que también era “virgen”, con aquella salvedad que también le expliqué…

Juan me dijo: Yo no busco penetración, y tampoco penetrarte; sólo pasar un buen rato juntos, comiéndonos las pollas y disfrutando del sexo…

Así lo entendí y así lo acepté. Tampoco para mi era imprescindible la penetración. Así que seguimos con nuestros juegos, siempre con el cuidado de prolongar aquellos momentos para no corrernos demasiado pronto.

En aquella posición, busqué su culo con mi lengua, y comencé a lamerlo, y a introducir la punta en su culito, lo cual le proporcionaba un gran placer…, mientras con mi mano, por debajo de sus piernas, agarraba aquella polla enorme, y le hacía suaves movimientos -arriba y abajo- para darle placer, pero evitando que eyaculara…

El se volvió y quiso hacerme lo mismo, a lo que yo accedí encantado, pero él no metió su lengua en mi culo, sino que se lubricó bien el dedo corazón, y lo introdujo en mi ano, con un suave movimiento, adentro y afuera…, mientras que con la otra mano, me agarraba la polla, subiendo y bajando la piel de mi prepucio y dejando al descubierto mi hermoso capullo…

Así estuvimos durante mucho rato, inventándonos caricias y tocamientos; besándonos con lengua, enganchados como lapas, al tiempo que nos dábamos placer en nuestras vergas…

Finalmente me dijo: ¿Cómo te quires correr?

Yo le dije: Como tu quieras; ¿Qué prefieres?

El me dijo que le gustaría correrse en mi cara, y que yo hiciera lo mismo con él... Así que, nuevamente adoptamos la postura del 69 y comenzamos a masturbarnos y a chuparnos mutuamente la polla…

Muy poquito después el me dijo: Yo me voy a correr. ¿Te falta mucho?

Yo le dije: Me estoy aguantando por di. Quiero hacerlo al mismo tiempo que tu…

Pues vamos, (me dijo), y comenzamos a darle más fuerte, hasta que el dijo: Ahhhh, Ah... ¡¡me corro!! Y yo no dije nada, pero gemía de placer, mientras su leche me llenaba toda la cara, y yo hacía lo mismo…

Después de esto nos vemos con frecuencia, y los pasamos muy bien. Y que dure lo que Dios quiera…

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