Mi amigo Aarón (3)

Todo cambia cuando alguien más entra en nuestr vida sexual. Parecía una locura, pero resultó ser de lo más excitante.

Aarón y yo volvimos a quedar para ir al cine, en el mismo sitio donde quedamos por segunda vez, como novios quiero decir. La idea era ir al cine y después a mi casa, pues estaba solo durante el fin de semana, y la noche prometía, pero a Aarón se le ocurrió algo mejor:

  • Se me ha ocurrido algo para que esta vez sea distinto…Me dijo dudoso.

  • ¡Suéltalo anda! Exclamé.

  • Bueno… He pensado que… Podríamos añadir a otro chico… Confesó.

  • ¡¡¡¿Qué?!!! ¡¿Quieres hacer un trío?!

Aunque me hice el enfadado, en realidad me pareció una idea realmente genial.

  • Piénsalo tío… Sería genial, además, tengo el candidato perfecto. Me soltó.

  • Espero que no sea otra locura… Contesté mas calmado.

  • Bueno, creo que podemos intentar convencer a Javi.

  • ¿Convencer? Ni si quiera es gay, o por lo menos eso creo

Javi era mi mejor amigo, tenía mi edad, hemos ido siempre juntos a clase y somos inseparables. A mí siempre me ha gustado un poco, además de gracioso y simpático, la verdad es que como componente del trío era perfecto. Para su edad tenía un cuerpo bastante deseable. Era guapo, con el típico pelito largo rollo pijo. También tenía unos envidiables pectorales y unos abdominales perfectamente marcados, siempre le ha gustado ir al gimnasio. Físicamente era perfecto. Respecto a su sexualidad, siempre hemos sospechado que es gay, ha tenido innumerables oportunidades con chicas despampanantes y siempre las ha rechazado, es posible que sea porque el chico no tiene prisa, pero cabe una posibilidad de que sea como nosotros. Si Aarón y yo lográsemos que se acostase con nosotros, sería una fantasía cumplida; no por el hecho de ser un trío, sino por acostarme con Javi, siempre había deseado hacerlo con él. Así que me lancé a la piscina:

  • En fin… Pensándolo bien, sería estupendo, pero ya me dirás tú cómo averiguamos si es gay, y le convencemos… Le dije.

  • Eso ya lo tengo pensado. Voy a llamarle para que se venga al cine con nosotros, y una vez allí, empezamos a actuar. Dijo convencido de que era un plan perfecto.

  • ¿Me estás diciendo que le meta mano a mi mejor amigo en el cine? Pregunté sorprendido.

  • ¡Claro! Si es gay, no se va a oponer, ¡estoy seguro! Mira, nos sentaremos uno a cada lado de Javi, y empezaremos a rozarnos suavemente con él, los brazos, las manos, y luego poco a poco le meteremos mano, tocándole el paquete, a la vez, a ver cómo reacciona

  • Mmm… No sé por qué voy a acceder a hacer esto pero en fin… Llámale. Finalicé.

En ese momento, Aarón saco el teléfono y le llamó rápidamente:

  • Javi, ¿te apetece un cine esta tarde?... Claro, con Iván y conmigo… Perfecto, en quince minutos en la parada del bus, ¡hasta ahora!

  • ¿Qué te ha dicho? Pregunté.

  • Me ha dicho enseguida que sí, se le veía con ganas de venir. Contestó.

  • Espero que eso sea una buena señal

Después de esperar 10 minutos sentados y planeándolo todo, bajamos hasta la parada del autobús al centro comercial, donde ya nos esperaba Javi.

  • ¡Buenas chaval! ¿Qué tal? Le gritó Aarón.

  • ¡Bien tío, hace ya dos semanas que no nos vemos! ¿Novedades? Preguntó dirigiéndose a mí.

  • Nada especial, vamos, que ya llega el bus. Le mentí.

Era la primera vez que le ocultaba algo así a Javi, nos lo contábamos todo, en cuanto pasaba, pero esta vez se enteraría de otra manera. En el autobús no hablamos mucho, solo discutimos sobre la película que queríamos ver vacilándonos un poco, hasta que llegamos al centro comercial:

  • Conociéndote Javi, querrás comprar una buena caja de palomitas, así que vamos directos a sacar las entradas que sino luego nos toca ver la peli empezada, jaja. Dijo sonriente Aarón. Me asombraba la naturalidad con la que llevaba la situación.

  • Iván – me dijo Javi - ¿Te coges una grande de palomitas conmigo?

  • Sí, claro. Eso facilitaría las cosas

Después de sacar las entradas y comprar las palomitas, nos metimos en la sala, la película era la típica comedia americana, y la sala era de las pequeñas. Nos dirigimos a la última fila. Primero pasé yo:

  • Pasa tú, a mi me gusta la esquina. Aarón seguía con la misma naturalidad.

  • Bueno, ya tenía ganas de venir al cine contigo tío, que desde que empezó el verano, nos hemos visto cuatro veces contadas, entre la playa, el pueblo… jaja. Me dijo, algo nervioso.

  • Yo también tío, ya te echaba de menos.

Me iba a costar mucho trabajo hacer lo que teníamos planeado con mi mejor amigo, pero después de unos 20 minutos de película, Aarón empezó a hacerme señas, mientras empezaba a rozar el brazo de Javi con el suyo. Empezaba la acción. Yo tomé mas iniciativa, le puse la mano en la pierna, pero él se hizo el tonto. Después hizo lo mismo Aarón y, aunque empezó a sudar y a temblar ligeramente de los nervios, siguió mirando a la pantalla del cine. Yo por fin, me tragué la vergüenza y le plante la mano en el paquete, con fuerza. Se sobresaltó e inmediatamente me la quitó y me empujó hacia mi asiento:

  • ¡¿Qué coño haces tío?! Me susurró enfadado.

Entonces Aarón le metió la mano debajo de la camiseta y subió rápido, hasta que Javi le paró:

  • ¡Pero qué cojones os pasa! ¡Os habéis fumao algo! Gritó por lo bajo.

  • Tío, Iván y yo estamos liados, todo empezó hace dos semanas, y nos hemos acostado un par de veces, pero ahora queremos que tú te unas a nosotros. Le soltó Aarón con toda decisión.

  • ¿Y no se os a ocurrido pensar que quizá yo no soy maricón? Nos preguntó indignado.

  • Por eso estamos aquí, queremos oír la respuesta. Javi tío, somos colegas de toda la vida, sabes que puedes confiar en mí para todo, y más siendo gay yo también, si lo eres suéltalo ya. Le susurré sorprendiéndome a mí mismo de la claridad de mi pregunta.

  • Bueno… Me había jurado no contar esto hasta dentro de unos años pero, en vista de vosotros dos… Sí, soy gay, peor eso no significa que me vaya a follar a mi mejor amigo y a otro, por muy buenos que estéis… Saltó.

  • Entonces te parece que estamos buenos ehh… Vamos tío, piensa lo genial que será, tu primera vez, con dos tíos de confianza, dos chicos para ti solo… Le sugirió Aarón con un tono muy atractivo.

  • ¡Pero como vamos a liarnos! Luego nada será lo mismo… Le replicó.

  • Yo te prometo que nada cambiará. Todo será como antes, o mejor. Dije.

  • Uff… ¿Tenéis sitio?

  • ¡Claro! ¡Vámonos de aquí! Gritó Aarón alegremente, sin darse cuenta de que aun seguíamos en el cine, por lo que nos miró todo el mundo cuando bajamos las escaleras centrales de la sala.

Por suerte el autobús pasó un minuto después de que llegásemos a la parada. En diez minutos estaríamos en mi casa.

  • Me estoy muriendo de vergüenza tíos… Dijo Javi en voz baja y entrecortada.

  • ¡Tómatelo con naturalidad Javi! En cuanto empecemos será mucho más sencillo. Le tranquilicé.

Bajamos del autobús y empezamos a caminar rápido hacia mi casa, casi corriendo:

  • ¿No están tus padres? Me preguntó Javi.

  • No, se han ido de fin de semana romántico, es irónico jajaja. Dije mientras le daba la mano para acelerar su paso.

Enseguida llegamos a mi casa. Dejamos las cazadoras encima de mi cama.

  • Casi que pasamos directamente al tema, ¿no? Nos dijo Aarón riéndose entre dientes.

  • Lo único es que nos apañaremos mal en una cama de noventa… Dijo aun muy nervioso Javi.

  • Te he dicho que no están mis padres, nos lo montaremos en su cama de matrimonio, así que vamos.

Nos dirigimos a la habitación de mis padres, y nada más entrar, los tres comenzamos quitándonos las camisetas. Al observarnos los tres con los torsos desnudos nos pusimos burros en un segundo. No podía imaginarme que fuese a follarme a dos tíos con ese cuerpo. Nos subimos a la cama de rodillas. Los tres íbamos en vaqueros, con el cinturón a mitad del culo. Pensé que sería mejor empezar con Javi para calmarle un poco. Así que me lancé a su boca. Se echó un poco hacia atrás pero enseguida me devolvió el beso. Su lengua y la mía se encontraron repentinamente, y casi se puede decir que se hicieron un nudo, porque estuvimos más de dos minutos besándonos, mientras acariciábamos todo nuestro cuerpo. Le tomé firmemente el culo, tan duro como aparentaba ser, y le arrimé a mí. Ese besó fue impresionantemente apasionado, con mucho cariño de por medio. Cuando me di cuenta de que aquello era un trío, me separé, a pesar de las dificultades que me ponía Javi, y sin parar le planté un buen morreo a Aarón, mucho más corto claro. Después me separé y les junté para que se besaran, sorprendentemente fue Javi el que se lanzó. Empezó a tocarle el culo mientras le metía la lengua y Aarón le agarró del pelo con fuerza. Aquel besó me puso más cachondo que nunca, me encantó a ver a mis dos hombres magreándose encima de la cama de mis padres, hasta que no pude soportarlo, y me uní al beso. Estuvimos un buen rato babeándonos la cara y el cuello, mientras nos desnudamos mutuamente. Primero le desabroché el cinturón a Javi, y se lo quité de un tirón, mientras Aarón me desabrochaba el pantalón con la boca. Sentía que mi polla iba a explotar, había tanto músculo cerca de mí… Le baje los pantalones a Javi, pues le quedaban muy amplios y pude quitárselos sin desabrocharlos, y entonces vi ese gran bulto bajo sus CK negros, lo que me hizo lanzarme a él sin pensar nada más. Le saqué la polla sin bajarle los calzones, y me quedé momentáneamente bloqueado cuando me sacudió la cara, casi más gorda que la mía y la de Aarón juntas, no era demasiado larga, pero el grosor la hacía realmente apetitosa. Comencé a mordisquearle el capullo cuando noté que Aarón había empezado a comérmela a mí, aunque ese placer pasaba un poco desapercibido mientras saboreaba esa exquisita verga de Javi. Comenzó a gemir, mientras empezó a pajear a Aarón estirando un brazo. A mí se me ocurrió algo. Paré de comerle la polla y lo empujé para tumbarle en la cama. Después cogí a Aarón por la cabeza y le susurré algo:

  • Vamos a hacerle una mamada los dos. El tío se lo merece.

Me sonrió en la oscuridad y se lanzó a la verga de Javi a la vez que yo. Empezó él primero, metiéndose en la boca el capullo, y después seguí yo, comiéndomela enterita. Javi gemía por todo lo alto. Esa polla estaba deliciosa, su olor a meada y líquido preseminal daba una mezcla muy morbosa. Seguimos chupándosela a la vez, besándonos con su verga de por medio durante un buen rato, hasta que notamos que Javi empezaba a botar:

  • Me voy a correr tíos.

  • No, aguanta… Le dije.

  • Ahora le toca al que se le ha ocurrido la idea de las mamadas a pares. Iván túmbate cabrón que te vamos a hacer ver el cielo.

Hice caso inmediatamente a la orden de Aarón, y entonces empecé a notar como una boca lamía y mordisqueaba la punta de mi polla suavemente, pero no era la de siempre, era la de Javi, la noté mas caliente que la de Aarón, después le relevó Aarón, era un placer enorme, dos tíos a mi disposición. Noté como cada vez se la metían más y más adentro, besándose entre ellos. Aarón me comía los huevos mientras Javi se metía y sacaba mi polla a una rapidez abismal. Sentí un pinchazo fuerte en mi capullo y solté un gemido impresionante, antes de pararles para no correrme tan pronto. Tumbé a Javi boca abajo, y le ordené que se pusiera a cuatro patas, a lo que obedeció sin rechistar. Tenía su morboso y pretito culo justo delante de mis narices, así que sin pensármelo dos veces empecé a lamerle el ojete, metiéndole la lengua dentro de su ano. De repente noté como Aarón me metió un dedo por el culo, ensalivado. Iba a ser la primera vez que me petaban el culo, con lo que me puse algo nervioso, pero seguí lamiéndole el culo a Javi lentamente, mientras Aarón empezaba a lamerme el ojete. Cuando note que el ano de Javi empezaba a dilatarse le metí dos dedos, y comenzó a gemir:

  • Ahh…¡Me duele!

  • Tranqui tío, te va a gustar… Le susurré.

Seguí introduciéndole otro dedo más y, antes de llegar al cuarto, me giré hacia atrás. Aarón sacó los cuatro dedos que tenía metidos dentro de mi culo y se incorporó. Le besé durante medio minuto, abrazándole:

  • Trátame con cariño, ¿vale?

  • Claro tío. Me contestó en bajito.

  • ¿Preparado Javi?

  • Síííííí… Dijo exhausto.

En cuanto le oí, me acerqué e introduje mi capullo dentro de su ojete, empezó a gritar bruscamente, y seguí metiéndole el resto de mi polla, lentamente, pero hasta el final. Después hice caso omiso de sus gritos y empecé a bombearle ese culito de ángel que tenía, hasta que sus gritos se convirtieron en gemidos de placer:

  • ¡JODER TÍO! ¡DAME BIEN MARICONAZA! Me gritó.

  • ¡PREPÁRATE HIJO DE PUTA! Le contesté.

Entonces empecé a petarle el culo más y más rápido. Pero ralenticé el ritmo cuando noté como una polla entraba dentro de mi por detrás, mientras Aarón me cogía por los hombros; no pude reprimir los gritos, pero no eran de dolor, sino de placer, un placer realmente distinto, como me gustaba aquello… Notaba su enorme verga caliente dentro de mí:

  • AGGGGG ¡VAMOS AARÓN! ¡PÉTAMELO BIEN! Le solté.

Sin decir nada, comenzó a bombearme rápidamente, y yo seguí mi trabajo con Javi. Solo se oían gritos bien altos de placer en toda la habitación. Era casi incontrolable el placer de tener una polla como la de Aarón dentro de mí, y a la vez tener la mía dentro de un culo como el de Javi. De pronto noté como un líquido caliente inundaba mi culo. Aarón se había corrido dentro de mí.

  • ¡VAMOOOOOOOOOOOOOOOOOOS! ¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ! Gritó.

Al mismo tiempo, note como mi polla estaba a punto de estallar. La saqué bruscamente del culo de Javi, le abracé con un brazo, al tiempo que empujé a Aarón hacia abajo.

  • ¡Vamos! ¡Pajéate conmigo cabrón! Le Dije a Javi.

Aarón se preparó bajo nosotros con la boca entreabierta preparada para recibir toda nuestra leche. Yo comencé a pajearme fuertemente y Javi hizo lo mismo, mientras notaba como mi ojete goteaba la leche que me había dejado mi novio. Mientras me pajeaba besé a Javi un par de veces, en el último beso, mi lengua tocó su campanilla, y tuvimos que parar para soltar un gran gemido. Me corrí brutalmente manchando toda la cara de Aarón, poca parte de mi leche entró en su boca, mientras que Javi apuntó bien, y Aarón se tragó toda su lefa calentita. Entonces se incorporó, y los tres nos acercamos para darnos un morreo triple, restregándonos toda mi leche y la de Javi por la cara, y mezclándola con nuestras salivas.

Después de un rato así, nos paramos, y nos tumbamos encima de la cama, yo estaba en medio, y tenía a mis costados a dos tíos impresionantes, no podía ser más feliz, después de aquella noche de placer inolvidable.