Mi amiga y su Papi, yo Ivonne. 1
Mi amiga necesita que la ayude a deshacerse de su madrastra, la amistad antes que todo, o no?
Gracias a todos por escribirme y preguntar por mi eBook. Ya les ire contestando lo más rapido que pueda, lo prometo! Si quieres saber más escríbeme a dratentacion@gmail.com
Ayudar a los amigos sin condición, así es la amistad.
Besitos
El primer encuentro
Mi amiga Gabriela me invitó a que pasara un fin de semana en la casa de campo de su familia en un pueblito cerca la ciudad (una hora en auto aproximadamente). Iríamos nosotras dos, el padre de Gabriela y su esposa (que no es la madre de ella). Alberto, el padre de Gabriela, es un hombre de 59 años de 1.77 mts. de estatura, morocho, de muy buen porte, atlético, deportista. Gabriela tiene como yo 39 años, es compañera mía desde la universidad. Ambas somos delgadas, lindas, con un look que nos hace ver más jóvenes, todos nos dan no mas 30 años.
Llegamos a la casa el viernes por la noche y cenamos, todo tranquilo. Nos fuimos a dormir porque era tarde. A la mañana del Sábado nos levantamos, desayunamos y fuimos a jugar tenis o al menos intentarlo. No vimos a su padre ni a la esposa en toda la mañana, creo que se habían ido al pueblo.
Al mediodía comimos juntos una carne asada, todo era normal, platicando en familia; pero luego de comer, Alicia (la esposa de su padre) dijo que iba a dormir la siesta, Gabriela también. Yo dije, bueno, creo que me voy a la alberca, ya que todos se van a dormir. Ahí Alberto dijo, no, yo jamás duermo la siesta, así que es probable que te acompañe. Mi corazón comenzó a latir como un tambor. Fui a ponerme el traje de baño, un bikini con un top y tanga muy pequeños, y fui a la alberca. Estaba sola, me acomodé la parte de atrás de la tanga bien adentro de mis nalgas, rozando mi colita, pero me dejé el pareo encima, no dejaba mucho a la imaginación, pero al menos no se vería tanto descaro.
Estaba tomando sol de espaldas, cuando llega Alberto, y me dice que estaban todos dormidos. Me incorporé un poco, siempre de espaldas, y noté como miraba mi colita. Se te ve muy bien esa tanga, me dijo, oh, dios mío, que papelón, señor, perdón, dije acongojada. No, no es nada, no hay problema, porque te pusiste roja, Ivonne?. Es que me dio vergüenza señor, que va a pensar Ud. de mi, dije. No hay problema, me dijo y no me digas señor, dime Alberto. En ese momento le miré el bulto que había entre sus piernas, tenía una erección. El se dio cuenta, y se puso rojo igual que yo, me dijo -ahora creo que yo debo disculparme- y nos reímos. Todo estaba puesto en marcha, era todo o nada…
Perdón señor, digo, Alberto, no me tomes por atrevida, pero se te ve grande, no?. El no sabía donde meterse, y me dijo que creía que no era correcto hablar de esos temas conmigo, que podría ser su hija. Perdón Alberto, dije, que vergüenza. No, no es nada, dijo. Yo volví a mirarlo, y le pregunté -, pero porque se nota tanto, no entiendo?. Durante el almuerzo no se notaba. Hizo una pausa, y me dijo que era por haberme visto en traje de baño, se había excitado, pero que me pedía disculpas. Yo dije que era un halago que un hombre como el maduro y tan apuesto se fije en una chica como yo. El me seguía mirando el culo y la boca, también las tetas. Estaba incómodo y yo muy excitada.
Le dije que me gustaría ver su miembro tieso de un hombre maduro; se apenó tanto que dijo mejor se iba, porque esto no conduciría a nada bueno, me pedía disculpas atropelladamente. Adiós Ivonne, disculpa y se fue.
Yo me quede muy excitada, súper caliente! No volví a verlo hasta la cena. El comió rápido y se fue a acostar alegando cansancio, le hizo una cómplice seña a su esposa para que lo acompañara al cuarto, ella también respondió con una sonrisa, con lo que dejaba en claro que habría sexo esa noche.
A la mañana siguiente, Alicia, la esposa de Alberto no me saludó, me miraba con cierto gesto de ira. Yo no sabía que ocurría. Ella se fue en su auto temprano, Alberto no apareció en todo el día, ni siquiera desayunó con nosotras. Le pregunté a Gabriela que ocurría y me dijo que parecía que habían peleado, pero desconocía el motivo. No habría sido yo la causante, o si?
Hoy Gabriela me contó lo que paso, pues anoche volvieron a discutir y ella los escuchó. Parece que cuando estaban haciendo el amor el sábado el estaba por acabar y cuando estaba en lo mejor, le dijo, siiiii, Ivonne, mi amor, siiiiiii, me vengo, me vengo en tu culito tan rico, Ivonne!. Se imaginaba que estaba haciéndolo conmigo. Y la esposa por supuesto se enojó. Gabriela estaba fascinada con el episodio porque odia a Alicia y me dijo que debía ir mas seguido a su casa. Me dijo en broma que tenía que seducir a su padre para que Alicia se fuera de su casa. Yo me reí del chiste, luego nos ocupamos, pero después del trabajo arreglamos todo el plan que luego iba a suceder.
Te adlelanto, mi eBook tiene versiones extendidas e historias que no publicaré en otro lado. dratentacion gmail com
;)