Mi amiga Susy

Un hombre y una chica trans....

MI AMIGA SUSY

__¡Ay si si amor, así, como me gusta  mi…chúpala ohhh eres tan sabia!!!__ yo gemía mientras Susy se metí el pedazo en la boca. Lo llenaba de saliva, lo tragaba y lo volvía a sacar de su boca y con su lengua ya buscaba mis bolas gordas y llenas para ella.

Habíamos llegado a su casa de cenar afuera y no nos aguantamos la calentura. Me senté en el borde de la cama y ella arrodillándose se metió sin más mi dura pija gorda en su boca salvaje y voraz.

En tanto con un dedo jugueteaba con mi culo, abriéndolo, jugando con él, haciéndome gozar como solo mi amiga Susy sabe hacerlo.

__¡Ohhh cariño….me vuelves loco…eres una diosa…!

__¡Pero tu vuelves con tu mujer!__ dijo ella en un momento sacándose el pedazo de la boca

__¡Ohh no digas eso mami…tu eres la única que me hace gozar así!!__ decía yo retorciéndome de placer, mientras ella lamía suavemente el frenillo de mi verga hinchada y hecha una estaca.

Ella se fue quitando las prendas que llevaba encima a medida que tragaba mi verga y jugaba con mi culo, con mis bolas con todo mi cuerpo caliente y preparado para gozar con ella.

Mi amiga Susy era una chica joven, de buenas tetas, un culo precioso y apetecible. Mis amigos me la envidiaban, aunque yo estaba casado, pero salía con ella ya hacía un buen tiempo. Creo que mi esposa también me era infiel, así que no había dolor ni traición a mi ver.

Tenía unos ojos verdes que impresionaban y una dulce boca pulposa y llamativa. Era atractiva y muy sensual. Una muñeca que encontré en este mundo. Ella masajeaba mi pija le daba besos y pasaba su lengua larga y ancha por toda la superficie de piel de mi estaca dura.

__¡Ahhh Susy, me encanta, ohhh…eres un amor…eres única…nadie me trata como tu….ohhh dulce!!!__ gemía de forma sincera y caliente. Ella revolucionaba mi sangre como nadie. Era especial y hermosa.

__¡Ven sube a la cama !__ le pedí y ella dejando mi verga subió. Enseguida busqué su culito baboso y metí mi lengua allí. Sin descanso chupé y lamí aquel agujero que me encantaba. Ella se retorcía de placer. Y no dejaba de mamar mi pedazo duro. En un momento metí un dedo en su jugoso culito que chorreaba líquidos de calentura y se abría ya de un modo que me gustaba tanto, entonces le metí dos dedos y abrí y ella gemía y suspiraba de placer.

Luego se montó en la estaca dura que esperaba por ella. Empezó a cabalgar sobre mí. Con cuidado primero, luego le dio más intensidad, sabiendo que aquello me volvía loco de gusto.

Llevaba sus tetas sobre mi boca para que yo ls succionara de forma salvaje y como si fuese un hambriento. Me prendía a ellas, dos tetas muy lindas, con los pezones enormes y duros, ella gemía y se retorcía con mi pija inflada a más no poder en su trasero de ensueño.

Con mis manos magreaba sus nalgas perfectas, redondas, apetecibles. Sin dejar de mamar sus pezones inquietos y erguidos. Únicos. Mágicos. Mi verga se enterraba en su cola. Estaba al borde de llenarle el culito de leche. Es lo que ella buscaba insaciable.

Nuestras bocas se encontraban. Las lenguas se cruzaban de bocas. Los labios eran chupados, mordidos, hasta casi sangrar.

Ella con sus manos delgadas, tibias, de finos dedos, pellizcaba como al pasar mis pezones que también estaban alzados y vibraban con esas caricias de manera especial y latían al ritmo de sus subidas y bajadas por el tronco que la sometían.

Resbalaba en el palo húmedo. Yendo y viniendo. Líquidos internos que se fundían en una pasta erótica y fatal. Mordía mi cuello. Yo mordía una teta. Gemíamos acordes.

Retozando casi animales. Su culito apretaba mi pedazo queriendo exprimirme. Veía sus ojos luminosos, su rictus en aquel bello rostro buscando que yo explotará y yo resistiéndome, tratando inútilmente de pensar en otra cosas para aguantar mucho más. Ella volvía a besarme, a buscar mis labios y otra vez nuestras lenguas se encontraban para lamer, y para que nuestras salivas se mezclaran.

__¡Ohhh dulce nena….eres tremenda amor… ahhh!!!__ alcanzaba a suspirar

__¡A ti te gusta papi, dime…dime cuanto te gusta!!!

__¡Me encanta ahhh…amor…eres hermosa, dame todo dame todo!!

__¡Ya te daré todo…ahhh…no seas impaciente papito!!!__ en tanto me seguí cabalgando de manera maravillosa y sensual. Yo apretujaba sus senos firmes, preciosos. Volvía a aferrarme a sus firmes y sinuosas caderas. A sus nalgas carnosas, sus muslos potentes, mientras ella bailaba y se movía con mi vara enterrada en su cola.

__¡Amorcito…me vas a hacer acabar!!

__¡Quiero que me llenes la cola!

__¿Sí bebe?

__¡Si papito, claro, ohhhh, si, si, lléname la cola con tus jugos, ohhhh, ay, ay, ay papi, si dámelo de una vez!!!

__¡Luego me darás o tuyo!

__¡Sabes que es para ti!__ apreté mis dientes, ella jugaba con mi pene. Su ojete se movía apretando y era como si una rosca rodeara y apretara cada vez un poco más con el afán de ordeñarme.

Empecé a sacudir mi cuerpo, me retorcí, y entonces fui largando escupitajos tremendos en el culito de aquella amiga hermosa.

Mientras largaba los chorros de leche, no aguante mas y tomé su tremenda pija dura, me había estado conteniendo de manera brutal, ya no aguanté y apenas largué mi leche su barra dura me esperaba goteando apenas unas gotas de pre semen.

Ella suspiro con la cola llena de miel. Esa miel bajaba lenta y caía sobre mis huevos un poco desinflados. Yo con mis manos abarrotadas. Esa poronga me volvía loco, la masajeaba, y mi amiga Susy gemía aún sentada en mi verga que iba cayendo en su dureza. Pero mi cola ardía de deseos de comerme aquel caño de mi amiga trans.

Susy salió de la montura, luego de un flop, su cola quedó abierta de para en par, se arrimó a mí cara, trabando mis brazos con sus piernas me puso el bocado para que yo comiera y chupara a placer.

__¡Acá tienes tu caramelo!__ yo tragaba ahogándome con aquel pedazo duro y venoso. Pronto lo comencé a bañar con saliva que chorreaba por mis mejillas y mi rostro, el caramelo era suculento y grueso, y yo lo quería, lo deseaba. Era un bocado suculento, en tanto con mis dedos hurgaba en la cola abierta de Susy que gemía de manera salvaje, brutal, luego retiraba mis dedos de su ojete y se los daba a probar, ella los chupaba, los lamía con detenimiento y pasión, haciendo que mi boca se abriera más y más tragando aquel sable que pronto tendría en mi ojete bufón y de zorra.

Ella me cogía con pasión la boca, yo me atragantaba pero aguantaba los embistes de aquella amazona, que gozaba como perra con su vara en mis fauces.

Lamía sus bolas gordas, tan lindas, metía un huevo en mi boca porque los dos no entraban, luego tomaba el otro y lo sorbía, escuchando los gruñidos de aquella chica tan bella.

__¡Papito me comes tan bien la verga!__ decía ella a medida que seguía penetrando en mi boca furiosa. Glotona y super hambrienta, tanto como mi cola. Ella aflojo mis brazos que ya los tenía semi dormidos y se fue estirando a mi lado, a todo lo largo de su bello y joven cuerpo.

Su lengua entró como un estilete en mi agujero. Lo beso pronunciadamente, lo mojo, lamiendo, largando chorros de su saliva. Abriendo la flor para ella. Mis deseos se amontonaban. Ella me abría la cola para gozarla.

Me atragantaba con su enorme pija. Metía sus bolas en mi boca, escuchando sus gemidos y resoplidos. El deseo crecía en mi de tener aquella herramienta en mi ojete.

__¿Cuando me la vas a meter amorcito?

__¡Que putita eres cariño…ahhh….me encanta como me chupas!! ¿no puedes esperar ya, no?

__¡No quiero que l metas ya de una vez siii, por favor, ahhh, me enloqueces!!!__ dije yo clamando para que me sodomizara de una buena vez. Esa poronga me volvía loco como toda ella. Susy dejo de besar mi ojete y levantando mis piernas por sobre sus hombros me miro con esa mirada diabólica y apunto su arma en la entrada agitada, revuelta y abierta.

__¿La sientes cariño, ohhh, que culito?

__¡Si amor, empuja, ahhh, entra, entra, ohhh, si, si ay ay que linda verga dámela, la quiero!!__ ella empujaba y empujaba abriendo la flor, deshojándola. La barra de carne fue entrando. Gemía yo, desquiciado, al sentir que mi carne era perforada por aquel instrumento.

La metió finalmente toda y empezó a taladrar, yendo y viniendo dentro de mi cola sedienta y babeante cada vez más. Sacaba jugos internos y hacía más fácil la penetración. Sus bolas golpeaban en mis cachetes gorditos y gustosos. Ella, mi amiga Susy, buscaba mi boca y mordía mis labios, yo era un sediento peregrino de la verga, ella me estaba saciando, me estaba gozando, me daba lo que requería para seguir viviendo.

__¿La sientes cariño?__ preguntaba ella gozando

__¡Siii amor, sigue, así, ahhh, ohhh, siii sigue!!!__ ella apuraba las embestidas abriéndome, agrandando mi agujero, gozando de él.  Yo era una putita viciosa que me entregaba. Mi dormida verga buscaba levantarse otra vez, ella me daba vida, me inyectaba vitaminas y me revolucionaba la testosterona.

Hincaba su daga. Me mordía la lengua.

Me colocaba de costado sacando un poco su pijota. Y volvía a clavarme, arrancando lloriqueos de mi cuerpo. Me sacudía de manera vibrante. Se aferraba a mis pezones erectos y acariciaba mi semi dormida verga que buscaba esas caricias de aquellas manitas sensuales y busconas, aprisionaba mis bolas y le daba vida otra vez a mi sexo.

Ella iba y venía clavando su daga gorda y dura. Sus manos atacaban mi verga que ya estaba dura nuevamente. Con los deditos acariciaba mis huevos y luego llegaba a la cabeza sensible de mi instrumento, eso me hacía vibrar y quejarme como putilla. Susy, mi amiga amante, me daba bombeadas cada vez más profundas y aceleradas, supe que de un momento a otro me llenaría de leche, me acabaría dentro, engordaría mi túnel. Yo tiraba hacia atrás mis caderas, empujando hacia atrás contra su poderoso instrumento.

__¡Me vas a llenar, ahhh,  hermosa!__ gemía yo suspirando con aquella preciosa barra de carne enterrada en mi ojete.

__¡Casi, ahhh, ya casi, papito!!__ besaba mi cuello, lo chupaba, y lo mordía con un poco de violencia, un poco de atormentado placer. Apuraba sus embestidas en la cola, y las caricias en mi chota se hacían cada vez más exasperantes y placenteras, sentía hormiguear todo mi cuerpo, totalmente erotizado y caliente, una brasa quemante.

Mi amiga Susy era un amante de seriedad. Me gozaba. Era su puta en esos momentos y ella me trataba como tal, por eso siempre volvería con ella. Apretó mis pezones y mordiendo mi cuello se dejo ir, llenándome, con poderosos chorros de semen llenando mi ojete. mordiendo mis orejas y mi cuello, yo al sentir la inflamación en mi cola, sin tocarme me corrí abundantemente por segunda vez, llegando casi al desmayo por tanto placer y lujuria.

Ella se quedó un rato mas en mi cola abierta y que ya chorreaba leche por todos lados, a mediad que el perno enterrado se iba desinflando irremediablemente.

Luego, volveríamos a amarnos, hasta que el día estuviera bien despierto y nuestros cuerpos molidos.-