Mi amiga Sandra parte 1

Claudia (Yo) es una travesti recién salida del closet, pero prefiere las mujeres, y en una tarde de amigas se dan las cosas con su buena amiga Sandra, una mujer bio recién separada y con ganas de experimentar cosas diferentes...

Mi amiga Sandra

Mientras descansaba luego de terminar una presentación en Power Point que me encargaron unos estudiantes, suena la canción de mi celu, contesto presurosa.

-          Aló

-          Hola mi Clau, cómo taz?

-          Hola mi querida Sandra, por aquí descansando un poquito

-          Ay, tan perezosa

-          No, que va, ya terminé el trabajo que estaba haciendo desde ayer, me merezco un merecido descanso – Repuse – Y qué mas, qué haces?

-          Pues disfrutar de mis vacaciones, y alistarme para ir a trotar un rato – Respondió

-          Ay, sí, que chévere, puedo acompañarte?

-          Ps claro, boba, para eso llamé – Dijo animada – Habíamos quedado de ir a trotar hace días, pues bueno, aprovechemos hoy

-          Dale, te espero entonces aquí

-          Por ahí en una media hora llego

Aunque estaba un poco cansada, me animé a salir a trotar con mi amiga, pues a pesar de vivir casi vecinas, no compartíamos mucho tiempo juntas, pues ella mantenía bastante ocupada con su trabajo, pero no dejábamos terminar nuestra amistad, pues ella era una de esas pocas personas que decidió acompañarme a pesar de mi decisión de cambiar de género.  Sí, yo fui hombre casi toda mi vida, o al menos eso creía, pues aunque nunca fui amanerado ni escandaloso, como lo son muchas mujeres trans, jamás fui el prototipo de masculinidad a seguir.  A veces pienso que no me decidí a hacer mi transición de hombre a mujer antes, solo por miedo a perder mis comodidades, pero el momento del cambio llegó, tal vez tarde, y ya no lo pude detener ni ocultar, por eso decidí salir del closet hace algo mas de dos años, y de mis amistades solo muy pocas me aceptaron en esta nueva faceta de mi vida, entre ellas Sandra.

De ella puedo contar mucho, pero resumiré solo lo mas importante, la conocí hace unos doce años en un almacén donde llegué a trabajar como dependiente, al principio no me cayó muy bien, pues me parecía algo antipática, pero con el tiempo logramos hacer buena amistad, tanto que seguí frecuentándola luego de terminar mis labores en aquella empresa, seguimos en contacto e hicimos una amistad bastante profunda, tanto que ella me contaba sus intimidades con su novio de aquella época, con quien no le iba muy bien, pero que no era capaz de dejar por aquello de la costumbre.  Con el tiempo de compartir, llegué al punto de interesarme en ella de manera romántica (Cabe anotar que no a todas las mujeres trans nos gustan los hombres, soy una de las pocas excepciones a esa regla), le manifesté mi interés por ella en alguna de nuestras charlas, y para mi sorpresa, ella también me dijo que yo le gustaba, pero no era capaz de dejar a su novio.

Pasó el tiempo y las cosas se enfriaron, aunque ella no me dejaba de gustar, pero pensaba que era inútil comprometer sentimientos con ella mientras siguiera pegada a aquel hombre, sin embargo, seguimos nuestra amistad como siempre.  Ella era una chica normal, unos pocos años menor que yo, de contextura delgada, facciones delicadas, cabello rubio, o mona como decimos aquí en Colombia, seria para vestir, pero bonita al fin de cuentas, tenía una hija de unos 5 años en aquel entonces, era una mujer muy agradable, trabajadora, y buena amiga siempre.  Algunos meses estuvimos separadas por cuestiones de trabajo, en especial de mi parte, ya que había conseguido un nuevo trabajo bastante absorbente, sin embargo seguíamos en contacto aunque fuera de manera muy ocasional.

Alguna vez supe que ella estaba viviendo aquí cerca, que había comprado su casa en el barrio de enseguida, y empecé a visitarla mas a menudo, seguimos en contacto y hasta muchas veces me contrató para hacer presentaciones y tablas dinámicas para su nuevo trabajo, ella vio de cerca mi proceso de cambio de género, y decidió no rechazarme por eso, todo lo contrario, me ha apoyado bastante.

Aunque no soy una diva ni una modelo trans, no me puedo quejar, no soy de las mas bonitas, pero tampoco soy de las mas feas, me gusta vestirme sexy aunque no vulgar ni ordinaria, para evitar los comentarios, burlas o agresiones de parte de los ignorantes en la calle.  Tengo cuerpo bien cuidado, senos pequeños, cola mediana, y facciones algo masculinas aun, pues estoy apenas empezando el tratamiento hormonal.  Los hombres no son mi pasión, he tenido pocas relaciones con ellos, en la cama prefiero las mujeres, en especial las trans bonitas y atractivas.

Volviendo al asunto, luego de la media hora llegó mi amiga, la sentí llegar al abrir la reja del antejardín.  Fui a abrirle presurosa.

-          Hola amiguiz, que gusto verte nuevamente – la abracé

-          Que mas mi Clau, lista para ir a hacer ejercicio

-          Por supuesto, nena

-          Vamos entonces

Caminamos hasta la pista atlética que hay a unas calles de mi casa, llegamos, estiramos un poco, e iniciamos el trote, despacio y luego fuimos aumentando el ritmo, teniendo en cuenta que ella no hacía ejercicio con regularidad como yo, por eso la idea no era esforzarnos mas de la cuenta.  Mientras hacíamos deporte, me contó algunas intimidades como que había decidido separarse del papá de su segundo hijo, pues al parecer tenía otra mujer, que la niña, que ya era una señorita, había decidido irse a vivir con un noviecito que tenía, y que eso la tenía un poco baja de ánimo, yo le ofrecí mi apoyo en lo posible, pues al fin y al cabo éramos amigas.

-          Ya sabes que cuentas conmigo en lo que se te ofrezca, mi Sandra

-          Muchas gracias mi Clau, yo sé que sí

-          Yo te agradezco mucho que sigas siendo mi amiga, luego de mi cambio

-          Que va, las amigas son amigas en las buenas y en las malas, y eso no es nada, antes eras mi amigo, ahora eres mi amiga, y ya – Repuso – Además siempre he pensado en cómo sería tener una experiencia con una trans…

-          Oye, lo dices en serio? – Dije asombrada

-          Sí, nunca he estado con alguien diferente a los novios que tuve, y pues ahora que no tengo compromiso, no veo por que no pueda experimentar cosas nuevas

No supe qué pensar, si hablaba en serio o no, por eso no insistí en la conversación, seguimos trotando en silencio, sin embargo, la idea de estar con ella me excitaba bastante, pues como dije antes, mi amiga no estaba nada mal, y aunque ya no era tan joven como cuando la conocí, y estaba un poquito gordita, era el tipo de mujer que más me llamaba la atención, mayor de 30, seriecita, acuerpadita, rubia, por qué no?  Sin embargo, tenía claro que no sería yo quien insistiera en el tema, ya que siempre he sido tímida a la hora de buscar pareja, por eso tal vez no tuve mucho éxito en mi vida masculina.

Luego de unas 15 vueltas a la pista, decidimos terminar el ejercicio, estiramos, y tomamos el camino a casa, hablamos de muchas cosas, pero no me volvió a mencionar el tema, aunque no se me quitaba de la mente la idea de estar en la cama con ella.  Llegamos a mi casa, la invité a tomar un refresco, pasó saludó a mi tía, y antes de irse me invitó a que la acompañara a la casa.

-          Mi Clau, vamos a mi casa y tomamos un alguito – Aquí se le dice algo a una bebida caliente con galletas o tostadas – y seguimos desatrasándonos de chismes, bueno, si no tienes algo que hacer

-          Bueno amiga, ya que no tengo nada mejor que hacer, te acompaño – Dije animada

La acompañé a su casa, que quedaba a pocas calles de la mía, y en el camino hablamos poco, mientras tanto yo fantaseaba con que pasara algo entre nosotras, pues hacía varios meses que yo no tenía sexo, pero en últimas pensé:

-          Bah, mejor me olvido del asunto, si no le gusté cuando era hombre, ahora menos.  Eso lo diría no sé, solo por algún impulso tonto, pero a la hora de la verdad, ni se acordará de eso…

Llegamos, abrió la puerta, me invitó a sentarme en la sala y ella fue a la cocina a preparar el chocolate para el algo, casi al instante volvió, me preguntó sobre mi ex novia, si me había vuelto a ver con ella, le dije que muy pocas veces la veía en el barrio, y solo nos saludábamos, aunque todavía me gustaba muchísimo.

-          Ay, mi Clau, que lástima que ya no tengas nada con ella

-          Que va, nena, ella hacía mucho tiempo que no quería estar conmigo, solo lo hacía para que yo le ayudara económicamente, por eso me empecé a desilusionar de ella

-          Claudia, tú has sido muy noble y muy buena persona, por eso la gente abusa, y me da rabia que no haya llegado una mujer que te haya sabido valorar

-          Mi Sandra, qué se puede hacer, ninguna me quiso cuando me interesaron, incluso tú – Dije

-          Ah, pero porque tú no aprovechaste la oportunidad cuando la tuviste, entonces las cosas se enfriaron

-          Pues yo no la aproveché porque tú no eras capaz de dejar a Hector, como terminabas y volvías con él cada vez…

-          Sí, tienes razón, nena, me daba miedo quedarme sola, por eso volvía siempre con él a pesar de todo

El chocolate ya estaba listo, y Sandra fue a servir el algo

-          Bueno amiguiz, tomémonos este alguito mientras seguimos chismoseando – Dijo

-          Sí, se ve delicioso – Apunté            Contunuará...