Mi amiga Sandra

La confesión que me hizo Sandy, una chica de fuego.

Mi amiga Sandra

A partir de los relatos, dónde narro mis experiencias ( "Aventura en Acapulco" ), ( "Gocé más que Él" ) y ( "Me gusta con dos" ), he recibido muchos correos, la mayoría de hombres, algunos de parejas y otros pocos de mujeres.

Entre estos correos recibí uno muy interesante de una chica venezolana que por acuerdo con ella aquí nombraré como Sandra, nombre por supuesto ficticio para proteger su vida personal. Recibí unas fotos, y aunque no puedo mandarlas por respeto a ella, si puedo decirles que es güera con una cara preciosa y un cuerpo bastante bien proporcionado.

En sus correos me preguntaba algunas cosas: que si mis experiencias eran reales, que de dónde era, edad y todas esas cuestiones que de entrada una quiere saber de las personas con quien se comunica por este medio. Después me empezó a contar de sus experiencias, tenemos una comunicación constante y hemos logrado hacer una bonita amistad. Ella me pidió que los enviara a alguna página de Internet. A continuación les transcribo lo más fielmente algunos de los correos que me envío:

Querida Diana: sabes me emociono cada vez que estoy por escribirte, de verdad siento que eres una persona muy particular y especial. En la actualidad trabajo en una tienda que montamos mi esposo y yo, está en una centro comercial muy lindo aquí en Caracas. Soy obsesiva con el orden, esa es mi eterna lucha con mi esposo pues deja todo tirado en cualquier lugar y siempre ando detrás del recogiendo todo lo que deja. En cuanto a mi familia, son de origen español, tanto papá, como mamá, pero yo si nací aquí en Venezuela. Me gusta viajar mucho, el año pasado conocí tu país, conocí la capital y estuve casi diez días en Veracruz, me gustó muchísimo, aunque hace muchísimo calor. Con honestidad me gustó México, espero ir en diciembre y así poder visitarte.

Para hablarte un poco de mí, siempre viví con mis padres hasta que me casé, no tengo hermanos, y mi esposo fue mi segundo novio en toda mi vida; aunque con mi primer novio, lo hice por primera vez... Tenía 15 años, hubiese querido que esa experiencia fuera algo mas sentimental o que me dejara buenos recuerdos, pero parece que esto como que no pasa muy frecuentemente, pero pasó así y ni modo. Con mi esposo si tomo el asunto algo muy especial, él supo hacerme sentir lo que mi anterior novio no supo, eso si te lo puedo asegurar, Javier es un gran amante.

No fui una mujer de esas sumisas pero tampoco una mujer alocada, algunas que otras veces la puse alguno que otro cuernito, que no pasó de un beso y una que otra caricia, pero sin ir muy lejos. En el plano sexual Javier y yo nos llevamos bien pero no perfectamente, muchas veces parece que no tiene paciencia, pues él se desespera mucho y tiene un defecto que me cuesta aceptárselo, toma; no es alcohólico, pero bebe con frecuencia, y cuando está algo tomado una que otra vez busca tener algún contacto pero eso para mí es lo mas desagradable, no soporto que me busque cuando esta algo tomado.

Pero no todo es negativo, es un hombre muy dulce y también es sobre protector, está muy pendiente de mí, y jamás me ha faltado nada materialmente hablando, no te puedo negar que lo quiero demasiado. Nunca ha sido agresivo, ni violento, es todo un caballero, y adoro su forma de hablar, jamás te dice una mala palabra... Es un caballero, y aunque no es un galanazo si tienes sus buenas virtudes.

Él no sabe que te escribo ni de lo que hablamos, pues prefiero mantener esto aún reservado sólo para mí, pues deseo compartir toda esta etapa de una manera más íntima con una mujer que con él, pues la manera cómo se lo pudiera decir jamás será la misma como te lo puedo decir a ti, y tú sabes que es así. Para mí es difícil decírselo mirándolo a la cara: que disfruté como me vio él cuando masturbaba a Andrés. Andrés es un antiguo amigo, estudió el bachillerato con Javier y conmigo, ahí nos conocimos y aunque yo era mas amiga de Andy, me casé con Javier.

A Andrés teníamos muchos años sin verlo y mi esposo lo encontró una vez en un banco, lo llevó al local comercial que tenemos y nos saludamos los tres, tanto que ese día ellos se tomaron unas cervezas en el negocio y quedamos en vernos posteriormente. Pasaron los días, cuadramos y salimos los tres a convivir y a tomar la copa. Esa noche no pasó nada de nada sólo recordamos el bachillerato, que si la vida de éste y la del otro. Pero como a las dos o tres semanas, Andy fue al departamento, yo les preparé una cena y cosas para picar pues sabía que seguirían tomando. Así pasó la noche, y entre conversas y cigarros, nos sentamos en la terraza. Yo me senté en las piernas de Javier mi esposo, en una silla alta.

Cuando conversábamos me sorprendí el sentir que mi esposo metió su mano en mi espalda y soltó mi brasier, yo no le di mucha atención porque sé que él es payaso cuando toma. Luego seguimos hablando pero él me seguía tocando la espalda como acariciándome, en ningún momento sentí nada fuera de lo normal, lo anormal lo sentí cuando, empezamos hablar de sexo, pues el ambiente aunque no se puso pesado si se sentía diferente. Muchas risas, mi esposo buscaba como tocarme los senos. Yo trate de controlarlo, pero entre "el quítate y el deja", muy disimulado, su mano la sentí agradable. El morbo me explotó cuando me daba cuenta que mi esposo me tocaba, yo sentía, pero al que veía y oía era a Andrés, te juro Diana que fue en ese momento donde sentí un zumbido fuerte en mi oído.

Fue tanto que mi esposo me dijo que estaba sudando, que tenia la espalda sudada. Yo seguí como en un seudo shock. Y te aseguro que el momento más explosivo fue cuando mi esposo jugaba con el pezón de mi seno, y Andrés se sentó junto a nosotros, en la barra del pequeño bar que tenemos en la terraza. Recuerdo claramente cómo Andrés veía mi cara y luego mi suéter y sé que veía a mi esposo acariciando mi teta, ahí si que me explotó el corazón. Sé que yo estaba dejándome tocar por Javier pero me gustaba el momento, me gustaba la conversación

Yo comencé hablar un poco de mis experiencias con Javier y a él como que eso lo hizo explotar, pues sacó mi brasier por la manga de mi suéter. Como yo estaba frente a nuestro amigo, veía clarito como estaba de cargado pues se notaba su emoción a través de sus cruces de pierna muy disimulados, los recuerdo y me da risa. Llego un momento en que mi esposo metió sus dos manos bajo el suéter y apretó mis senos y los acarició y hablaba de lo agradables que eran para él, pero con un lenguaje mas...tú sabes... Me besó en el oído mientras Andrés y yo nos mirábamos fijamente.

En ese momento te juro que se dio de todo, sé que mi mirada, con Andrés dio las puertas para que él actuara también, lo único que realmente hizo fue acercarse más; yo me pasé Diana, sé que me pasé de la cuenta, pues yo misma metí mis manos bajo el suéter y tomé las manos de mi esposo y entre los dos acariciamos mis senos. A partir de ese momento no recuerdo tema alguno de conversación. Javier se puso como más alocado, tanto, que me levantó el suéter y mis senos quedaron a la vista de Andrés, ahí si no pude aguantar su mirada y bajé mi cara, o cerré mis ojos; Diana, la verdad que no recuerdo qué coño hice, pero te juro que si recuerdo lo que sentía en ese momento.

Todo me temblaba, no de excitación ni nada, sino de lo asustada que estaba. Yo sabía lo que estaba pasando pero mis nervios me frenaron y te juro que si hubiese podido me arranco el clítoris con mis dedos.

Javier me quitó completamente el suéter y me empezó a mamar una teta, vi a Andrés y estoy segura que le sonreí pues en el acto se acercó a nosotros y se sentó a mi lado. Recuerdo que mirándome a la cara se agachó y sin inmutarse en nada se metió la otra teta en la boca. El verme así con ellos dos mamándome los senos, me pudrió la mente. Diana, no imaginas cuántas veces me he masturbado con esa imagen.

Al verlos como me daban chuponcitos en mis pezones, me puso mal, me abracé a mi esposo pero no me atrevía a tocar a Andrés, me sentía demasiado nerviosa, temblaba, respiraba como loca… El ver sus lenguas acariciar la piel de mis pezones, me mató. Mi marido se levantó y se le quedó viendo a nuestro amigo; eso y que él me viera me hacia sentir una electricidad por dentro, era demasiado fingir que no sentía nada, aunque hice lo imposible por no soltar ningún quejido. Javier se quitó los pantalones y se sacó la verga y tomo mi mano, entendí lo que quería, así que lo masturbé

Recuerdo que veía su miembro y luego veía a Andrés besarme y acariciarme los senos, en ese momento estaba muy excitada, y tan solo de recordarlo me hace sentirme húmeda. Javier me besaba en el oído y me decía cosas, se que estaba algo tomado, pero consiente. Me pidió que mamara su miembro, yo tan solo me incliné hacia él y me metí la gruesa ñonga a la boca, sentía que ellos me acariciaban la espalda y las tetas, cosa que me hacia sentir tan protegida; fue cuando sentía que mi esposo me acariciaba el cabello, me besaba la espalda, me hacia sentir tan mimada. Te juro que en ningún momento me preocupé por saber si Andrés me estaba mirando, solo pensaba cómo hacer que mi marido disfrutara aún más mientras yo mamaba su verga.

Mi esposo decía cosas al oído yo no le entendía si eran palabras o estaba suspirando, lo que si recuerdo fue que me dijo que si le quería mamar la verga a nuestro amigo. Seguí mamándosela a él aunque más lento mientras me imaginaba mamando la reata de Andy. Cuando sentí que mi esposo se venía en mi cara, me puse como loca; mi conchita destilaba el almíbar de la pasión y sin importarme nada, dejé que acabara en mi rostro.

Me limpié la cara y los miré, tratando de organizar mis ideas y traté de analizar el momento de ver que estaba haciendo o de entenderme a mi misma del por qué lo hacía. Me vi semidesnuda enfrente de los dos, mis pezones aún estaban bañados en saliva y Andrés no perdió un segundo para acariciármelos. Yo veía su mano como lo hacia y miraba a mi esposo como diciéndole: « ¡Hey, ¿ves lo que me está haciendo?!» , él no decía nada solo miraba a Javier cómo me tocaba. Yo me sentía sudar, y por momentos transpiraba muchísimo. Yo me sabía que estaba súper excitada, pues ver a mi marido a mi lado y ver a Andy manoseándome, me desquiciaba. Diana amiga, te juro que eso me gustaba pero me reprimía.

Andy quería ir más allá, se puso de pie y tenía su miembro al aire. Lo vi erecto casi en mi cara, mientras Javier me tocaba las tetas y me besaba al oído; me decía que se la mamara a su amigo, y yo trataba de saber por qué mi esposo, con quién me casé enamorada me pedía que hiciera tal cosa, por qué no lo sentía como un marido normal. Vi que Andrés tenía cara de asustado, y muy cachonda, toqué con mis dedos la punta de su miembro, pero inmediatamente quité la mano pues sentí un fuerte corrientazo en mis piernas; me excité aún más, Diana. No podía hacerlo, me sentí inmóvil. Javier se sentó de nuevo y yo me tapé la cara con ambas manos, apoyé mi cabeza en mis rodillas y trataba de analizar por qué me sentía tan, tan…así como me sentía.

Al levantarme y ver a esos dos, uno a cada lado de mí, masturbándose, me sentí tan puta, pero retándome a mi misma los masturbé los dos a la vez. Cerré mis ojos, apoyé la cabeza hacia atrás y lo único que hacía era sentirlos al tiempo que Andrés me dijo que le pusiera saliva a su glande, que lo tenía muy seco. Solté a mi marido y como ya había perdido el miedo, unté saliva en mis manos y le humedecí la cabezota de la verga. Como le daba la espalda a Javier, el muy vago se sentó enfrente de mí en un banco, yo lo miré a la cara y supe que quería verme, yo lo miré fijamente y le pregunté que qué sentía, no dijo nada, solo se masturbaba, yo intenté ver la tranca de Andy pues iba a mamársela, pero no pude, solo lo masturbé

Él me besaba en la espalda, y créeme que aún siento esos corrientazos en mi cadera; aunque me pidió varia veces que se la humedeciera, siempre lo hice con mis manos jamás se la mamé, aunque realmente quería metérmela a la boca, lo que si hice fue acariciársela con mis senos. Justo cuando lo hacía miré a mi esposo y sé que eso lo puso muy caliente pues no pasó mucho tiempo cuando lo vi eyacular como loco, se quedó sentado viéndome mientras le manipulaba la verga a su amigo. Como me había percatado que eso le gustaba, le seguí acariciando la verga a nuestro amigo con mis dos senos, mientras Andy me tocaba mis nalgas… haciéndome la remolona, le dije que si quería que siguiera que no me tocara, quería solo marcar distancia, (ya para qué, pero necesitaba reafirmármelo a mí misma)

Luego de unos segundos, Andrés llenó mis manos con su semen, yo lo seguí masturbando más suave hasta que se calmó. Mi marido me dio un paño de cocina y me limpié las manos, me acosté sobre el sillón y traté de calmarme. Javier quiso quitarme las bermudas pero en el acto me levanté y le dije que no, ya era suficiente… No sé por qué me puse tan áspera, me levante y me fui a mi cuarto y me encerré, me bañé en el acto, y me puse a llorar… Me estresé demasiado, me fumé unos cigarros y me acosté. Al rato Javier quiso entrar al cuarto pero no le abrí, esa noche dormí sola, no quería verlo, no por lo molesta que estaba pues fui conciente de lo que hice y sentí, solo sentía vergüenza de verlo a la cara y que me preguntara que si lo había disfrutado y tenerle que decir que me había encantado.

Diana, no imaginas como me siento ahora nada mas de escribirlo, he tenido que hacer muchas pausas y acariciarme hasta venirme, te pareceré una enferma pero es que realmente así me siento; siento que todo esto es muy extraño y nuevo para mí, pues jamás pasó por mi mente sentir el deseo de hacerlo con otro hombre, pues esa no era mi intención, no es que rechace a Andrés, si no que deseo hacerlo con él y mi marido, pero me da pena. Deseo hacerlo con los dos, realmente me encanta la idea, y jamás creo que podré olvidarlo así no pase más nada, cosa que dudo pues se que esta noche viene Andy con su novia, aunque yo se que vendrá solo. Amiga, esto es fuerte para mí

En mi adolescencia me masturbé una que otra vez y por curiosidad, y ahora que soy una mujer adulta lo hago casi todos lo días recordando esa tarde. De verdad amiga, podrás notar que estoy un poco enredada pero no imaginas cómo disfruto este enredo. Solo quiero saber si mi esposo quiere que pase, como le hará para inducirme a hacerlo… Sé que él quiere y yo también pero nadie lo dice, eso es grave, pero prefiero dejar que las cosas pasen por si solas, que estoy segura que van a pasar y ya te contaré.

Bueno Diana creo que me extendí un poco, espero saber de ti pronto, cuídate mucho, y por favor, ayúdame y solo espero que lo que te he descrito y te describiré algún día lo plasme con tus palabras y sientas lo que yo siento ahora. Cuídate

Besos, Sandra.

Bueno hasta aquí el correo de Sandra. Les aseguro que esto se pondrá mejor, principalmente para ella, por lo que enviaré a la brevedad la continuación.

Diana

isimadi@hotmail.com