Mi amiga Patri
Y yo que pensaba que Patri era una niña buena...
Esta es la primera vez que escribo un relato en esta página, llevo años leyendo, pero nunca me había atrevido a escribir uno, espero que os guste. :)
La historia que os voy a contar ocurrió hace poco más de un año, con una amiga llamada… digamos que Patricia. Ella es mas bien bajita, morena de pelo y de piel y con unos grandes ojos negros, sin estar en absoluto gorda no es la típica chica de caderas estrechas, tiene un buen culazo y unas tetas mas bien grandes y muy bien puestas.
Yo me llamo Alberto, soy de estatura media, tengo el pelo castaño y la piel clara y los ojos verdosos y de cuerpo mas bien atlético, sin estar fuerte de gimnasio.
Bueno, dicho esto, empecemos con la historia.
Habíamos vuelto del concierto, era bastante tarde, tal vez las 3 o 4 de la madrugada, y como es evidente, íbamos muy borrachos. Decidimos que, para no pagar dos taxis, yo me quedaría en su casa a dormir esa noche y ya al día siguiente cogería un metro hasta la mía que estaba como a media hora.
No era raro que me quedara a dormir en su casa, somos amigos desde la infancia, y aunque es verdad que ella estuvo enamorada de mí, eso fue hace ya más de 10 años.
Cuando llegamos íbamos demasiado borrachos, así que nos calentamos una pizza y nos servimos un par de vasos de agua para no tener mucha resaca al día siguiente. Nos la comimos de pie en la cocina mientras hablábamos del concierto, de lo bien que lo habíamos pasado, las mejores canciones y de una pareja que se nos había acercado buscando un intercambio, pensando que también nosotros éramos pareja y la gracia que eso nos hizo en el momento.
Cuando terminamos de cenar, me dejo algo de ropa de deporte, se puso el pijama, y nos fuimos a dormir. Se me acurrucó y la abracé y acabamos haciendo la cucharita.
Calculo que una hora mas tarde me desvelé, Patri se estaba moviendo y haciendo ruidos y aunque iba muy borracho tengo el sueño ligero. Tenía mi mano agarrada y se la estaba frotando por la entrepierna. Yo, aún medio dormido, tardé un rato en darme cuenta de lo que estaba pasando….
¡Se estaba masturbando con mi mano!
No me lo podía creer, tenía la mano empapada, y a medida que me iba dando cuenta de la situación, se me iba poniendo durísima.
Como he dicho antes, nos habíamos ido a dormir abrazados, así que mi pene, ahora duro, quedaba justo en su culo. Así que Patri no tardó en darse cuenta de lo que tenía detrás, y empujó el culo hacia atrás colocándola justo entre sus nalgas.
Como reacción, mi mano se dirigió a sus tetas y empecé a masajeárselas, agarrando sus pezones con delicadeza y dándole suaves pellizcos. Ella reaccionó soltando un pequeño gemido y clavando más mi pene en sus nalgas.
Ya no podía aguantarme el calentón, así te pasé a tomar parte activa en su masturbación, ella viendo la situación, soltó mi mano y echó el cuello hacia atrás para que se lo besara. Cosa que hice inmediatamente.
Con la otra mano le cogí del cuello y luego subí mis dedos hasta su boca. Ella sacó la lengua y los chupó con gusto como si de mi polla se tratara.
Ya estábamos cachondos y sudados de la excitación, entonces Patri bajó su mano hasta mi pene, pasando por su vagina para lubricarse la mano y empezó a masturbarme con delicadeza, pasando su dedo por el borde de mi glande y haciendo círculos en la punta.
Se notaba que ambos íbamos a explotar en cualquier momento, así que después de unos minutos masturbándome, se giró, me dio un morreo largo y sensual y me susurró al oído “fóllame bien fuerte” y dirigió con su mano, mi polla a la entrada de su polla
No perdí ni un segundo, empujé como no le he hecho en mi vida y se la clavé entera de una sola ensartada. Ella soltó un fuerte gemido de placer.
Cogiéndola de las caderas me giré, pasando de estar tumbados a estar yo boca arriba y ella encima de mi cabalgándome. Entonces empezó a moverse violentamente. Yo volví a agarrarle las tetas, ella cogió mi mano y la llevó hacia su cuello, yo le apreté un poco y ella gimió.
Me giré sobre mi mismo, dejándola boca abajo en la cama y yo encima. Me separé un poco para respirar y ella aprovechó para ponerse a cuatro, empezó a mover el culo en círculos, de una manera súper sensual que me puso a mil, y giró la cara poniéndome cara de gata en celo. Se la introduje de una, ella, que hasta ahora había estado moderándose con el ruido por si los vecinos nos escuchaban, se dejó llevar e inundó con sus gritos la habitación y me pidió que le azotara. Con la mano izquierda agarré sus dos brazos detrás de su espalda, y con la derecha le iba azotando en una y otra nalga. Empezó a convulsionar y soltó un gemido que me indicó que había llegado al orgasmo.
Se giró mirándome a los ojos, y después de separarse me empujo con la mano tumbándome en la cama, se puso de rodillas frente a mi polla y se la tragó de una haciéndome la mamada de mi vida. No paraba de salivar mientras subía y bajaba la cabeza mientras la giraba ligeramente. Le puse la mano en la nuca y le avisé de que estaba a punto de correrme, ella, mirándome a los ojos, aumentó la succión y yo no tardé en venirme en su boca. Ella se lo tragó sin mas, y con el borde de la mano se limpió los restos de la comisura de los labios. Quedé totalmente tirado, sin fueras para moverme, Patri se trepó, me plantó un beso en la boca y se tumbó sobre mi pecho.
Un par de minutos después, cuando recobré la fuerza, fui al baño a orinar y limpiarme un poco. Cuando volví a la cama, ella se había puesto el pijama y se había dormido. Así que hice lo mismo.
A la mañana siguiente nos levantamos y desayunamos como si no hubiera pasado nada. Todo fue tan normal que empecé a pensar que todo había sido un sueño, que nada de eso había pasado realmente. Estaba totalmente confundido. Pero cuando ya estaba en la puerta para despedirme, fui a darle dos besos en la mejilla como de costumbre, entonces ella me agarro la cara, me plantó un morreo y me susurró al oído: ¿habrá que repetir otro día, no “amigo”?
Y me agarró del paquete.
Entonces cerró la puerta y me dejó ahí en el pasillo, paralizado y cachondo, de nuevo.