Mi amiga, mi vecina
Unas vecinas que se hacen amigas y deciden salir una noche....y dejarse llevar.
Mi nombre es Pilar y estoy empezando a estudiar derecho en la facultad. He estado interna y he compartido piso. Este año también comparto piso con varias compañeras de otras facultades. Dio la casualidad que una de mis vecinas, Julia es abogada. Ella tiene 32 años y he visto en ella un apoyo tanto a nivel amistad como a nivel educativo. Ella desde principio de curso se había ofrecido a ayudarme con las asignaturas que más problemas podría encontrar y yo bajaba a su casa una o dos veces a la semana. La verdad es que me llevaba muy bien con ella y me ayudaba bastante.
Cuando rompí con mi novio fue la única que me apoyo, ya que mis compañeras de piso estaban muy a lo suyo con sus novios y sus movidas. Julia me escuchaba, me consolaba y me comprendía y gracias a ella supere aquel mal momento en el que me di cuenta quien era verdadera amiga. Lo que sucedió después...jamás podría habérmelo imaginado.
Esto sucedió pasados los exámenes de febrero. Un viernes de mucho frío estaba en su casa porque me estaba ayudando con un trabajo para entregar en unas semanas. Ella me contó que estaba algo deprimida y ya me dijo que el motivo era porque estaba saliendo con su pareja desde enero y lo acaban de dejar. Cuando le pregunté más para intentar enterarme de más cosas sobre ella y ver cómo la podía ayudar me dijo que su pareja era otra chica. Yo me quedé a cuadros, pero me intente componer y empecé a consolarla como ella me había consolado a mi cuando tuve la ruptura con mi ex novio.
Recibió una llamada de teléfono de las amigas con las que había quedado aquella noche diciéndole que no podrían salir. Que la madre de una se había puesto enferma y la otra tenía que trabajar hasta tarde. Yo estaba aún pensando que como no me había dado cuenta que Julia era lesbiana, pero la verdad es que nunca hablábamos de ella. Casi siempre todo rondaba a mi porque ella preguntaba y salvo un par de anécdotas y cosas de su trabajo apenas sabía nada de ella.
Al colgar la vi algo cabizbaja y la pregunte y me dijo que no le apetecía quedarse sola aquella noche que ya había pensado en salir y despejarse un poco. Yo me levanté y le dije que en una hora estaba allí y saldríamos a cenar y a tomar algo por ahí. Y así fue, la noche más maravillosa de mi vida. Estuvimos cenando en un cañas y tapas del centro y luego tras un mini paseo por el frío que hacía nos metimos en un garito a tomar algo. Luego en otro más hasta que acabamos en un pub de ambiente lésbico que conocía ella en Chueca. Aquella noche bebí como nunca, bailé como nunca y me lo pase genial conociendo gente maravillosa. Era un gran contraste con mis amigas de siempre o con mis compañeras de piso con las que apenas había salido 3 veces a tomar algo.
A eso de las 4 de la mañana volvimos a casa. Hacía mucho frío. Estaba helando pero nosotras íbamos bien calientes con lo que nos habíamos tomado. Al llegar a casa lo primero que hacemos es quitarnos las botas para no molestar a la vecina de abajo con los taconazos. Nos quitamos los abrigos y entre risas por el alcohol llegamos descalzas al salon. Yo vestía una minifalda blanca y una blusa también blanca con un jersey negro, y ella un vestido de lana con unos leggins debajo en color crema. Entre risas llegamos al salon y ella fue a la cocina a preparar la ultima copa. Yo me quedé medio tirada en el sofá y me incorporé cuando me regresó y me entregó la copa. Bebimos y seguimos charlando y la verdad estaba siendo una fantástica noche.
Al terminar la copa, yo dije de irme a mi piso porque ya era bastante tarde pero Julia me pidió que no me fuera que no le apetecía estar sola en un día como aquel y que estaba muy a gusto conmigo. Yo estaba muy bien con ella y el tema de conversación empezó a ir sobre los sitios que habíamos estado, casi todos de ambiente liberal. Sentadas en el sofá bajo una manta nos tomamos otra copa y poco a poco la conversación fue por temas más íntimos, sobre novios que había tenido yo, polvos épicos, que cosas me ponen cachonda, etc.
¿ Y nunca te has besado con otra chica?.- me preguntó en un momento dado.
Si claro como todas, pero en coña.- la respondí entre risas algo achispada- ¿ Tu me besarías?- dije de seguido entre risas nerviosas.
-Si quieres te beso pero te advierto que si yo te beso no vas a querer que pares.- dijo entre risas también bastante achispada.
- Ja ja ja, qué creída eres ¿ no? ¿ Tan bien besas que te pediré que me lleves a tu cuarto? dije entre risas dando otro sorbo a la copa sin saber donde me estaba metiendo.
Julia me miró y me quito la copa de la mano y las dejo las dos en la mesita de centro. Después me miró a los ojos agarrándome la cara por las mejillas de la forma más sensual que nadie me ha acariciado jamás y acercó sus labios a los míos. Note como el calor de sus labios invadía los míos antes que se llegaran a tocar. Cuando sus labios rozaron los míos, un escalofrío recorrió mi cuerpo y no pude evitar que mi lengua asomaba entre mis labios para degustar la suya que se escurría entre los suyos. Lance un pequeño suspiro mientras su lengua y la mía jugaban juntas entre las dos bocas. Sus manos suavemente fueron bajando hacia mi cuello y mi oreja haciendo que mi cabeza girara levemente mientras ella la giraba hacia el otro lado y su lengua entraba mas y mas en mi boca. Tras unos segundos que no se contar, separó sus labios de los míos quedándose a escasos centímetros de mi cara.
Y bien...- me dijo con una expresión de temor a que me hubiera disgustado con aquel atrevimiento.
¿ Me....me....me llevas a tu cuarto?- dije dubitativa sin saber si aquello era fruto del deseo o de la borrachera.
Julia sonrió y levantándose me extendió su mano y entre risas y nervios fuimos las dos descalzas por el pasillo hasta su dormitorio. Al entrar me quedé algo cortada sin saber cómo reaccionar, pero ella enseguida se acercó a mí mientras estábamos a los pies de la cama y me volvió a besar. Este beso no fue tan tierno como el primero si no que fue algo más pasional. Su lengua entró vigorosamente en mi boca y jugó con la mía mientras yo tragaba parte de su saliva y gemía mientras lo hacía.
Julia empezó a desabrochar la blusa que yo llevaba y bajó la cremallera de mi minifalda para dejarla caer al suelo a mis pies. En unos segundos estaba en ropa interior ante ella. Me miró y sonriendo y suspirando empezó a acariciar mi pecho mientras me volvió a besar. Yo estaba como en una nube notando como me besaba y tocaba. Entonces me empujó y quedé sentada en la cama mientras ella se quitó los leggins y luego mirándome haciendo un pequeño baile se quitó el vestido. Tenía ante mí una mujer de 32 años en ropa interior negra con un cuerpo envidiable y un pecho perfecto. Mis manos buscaron sus caderas. Acaricié sus caderas notando la suavidad de sus braguitas mientras mis manos subieron curiosas a su pecho y pude acariciar por primera vez un pecho de otra mujer. Ella mirándome me dijo:
- ¿ Estas segura de esto?- dijo de manera más responsable sabiendo las consecuencias y con miedo que aquello pudiera cambiar nuestra relación.
Yo estaba tan embelesada acariciando su pecho que solo pude asentir mientras ella me empujó por los hombros hasta que quede tumbada en la cama. Julia se inclinó sobre mí y me siguió besando. Cada vez me encontraba mas y mas caliente y deseaba el cuerpo de aquella mujer. Justo cuando mas cachonda estaba dejó de besarme y se sentó un poco en mis piernas mientras llevándose las manos a la espalda se quitó el sujetador. Pude ver sus pechos al completo con sus pequeños pezones duros apuntando al frente. Suspiré y lleve mis manos a ellos pero Julia intervino mis manos y sonriendo las llevo a mi costado mientras se inclinaba sobre mí esta vez no para besarme sino para acercar un pezón a mi boca. No podía creerlo y abrí mi boca ansiosa y empecé a chuparlo delicadamente redondeando su pezón con la lengua primero y succionando después. Pude oír como Julia gemía mientras se incorporó para ponerme el otro pezón en mi boca.
Después de que estuviera un rato deleitándome con sus pezones y mis manos se liberaran de las suyas para poder acariciar aquella braguita de encaje que rodeaba sus nalgas, Julia se quitó de encima y me hizo darme la vuelta en la cama. Abrió la cama y me tumbe boca abajo mientras ella se volvía a sentar en mis piernas y desabrochó mi sujetador. Me lo quité mientras notaba como sus manos acariciaban mi espalda para terminar en mi culito. Yo suspire al sentir sus caricias y estaba deseosa de seguir experimentando. Me gire y pude ver sus pechos y su sonrisa tierna mirándome. Mis manos, ahora si, fueron directas a su pecho. Pude notar la dureza de sus pezones y el calor de cada pecho. Julia mientras tanto y aun sentada encima mía también empezó a acariciar mi pecho. Se inclinaba y me besaba y luego siguió con el cuello y luego a mis pechos. La delicadeza de aquella mujer a la hora de lamer mi pecho era increíble, tanto que era mucho más excitante que cualquier chico con el que había estado.
Se quitó de encima y agarró mis braguitas y las bajo sensualmente por mis piernas mientras miraba aparecer mi sexo depilado. Sonrió y al quitarlas se inclinó para besarme por las piernas mientras sus manos acariciaban el interior de ellas sin hacer fuerza pero indicándome que debía abrirlas. De mi cuerpo salió el mayor suspiro de sentimiento hasta la fecha al notar como su boca se acercaba a mis labios vaginales. Pude notar su respiración y un gran escalofrío recorrió mi cuerpo al notar como su lengua recorría mis labios de abajo arriba deteniéndose en mi clítoris. Un gran espasmo recorrió mi espalda haciéndome que me arqueara. No podía creerlo pero la excitación acumulada hizo que me corriera casi inmediatamente al contacto con su lengua. Fue algo eléctrico, algo increíble lo que su lengua en cuestión de segundos me hizo sentir.
- No recordaba que fuera tan buena.- me dijo con una sonrisa cuando se incorporó sobre mi para besarme.
Yo no pude hacer más que suspirar. Aun no me creía lo que acaba de sentir. Entonces me puse encima de ella y fui besando su cuerpo. Empecé por su boca y fui bajando por el cuello y los pechos. Redondee su ombligo y baje mas mientras mis manos quitaban sus braguitas de lencería. Pude ver que su sexo también estaba depilado, aunque no entero ya que tenía una pequeña línea de pelos muy bien arreglados. Mi boca se acercó a sus labios mientras ella abría las piernas para hacerme hueco. Mis manos nerviosas e inexpertas acariciaban su pecho mientras mi cabeza empezó a lamer su clítoris. Lo redondeada sin parar mientras mis manos amasaban su pecho muy despacio. Mientras lamía su rajita mis manos bajaban a acariciar su culito y sus piernas y mis dedos jugaban por la entrada de su coñito mojándose. Lleve mis dedos a sus pezones para mojarlos con su propio flujo mientras yo seguía lamiendo su rajita y redondeando su clítoris. Yo tardé algo más que ella en hacerla disfrutar pero no mucho más, ya que pronto su cuerpo se arqueó mientras que con unos pequeños y espasmos entre gemidos me dio a entender que dejara de lamer.
Con una sonrisa en mi cara y mirando a sus ojos la bese. Ella me abrazo y dentro de su cama abrazadas nos quedamos dormidas agotadas. Fue la noche más increíble de mi vida y la primera de muchas otras en las que empecé a disfrutar de mi cuerpo y de mi sexualidad, porque lo que pasó a la mañana siguiente al despertar no lo olvidaré en mi vida y aun me sigo mojando recordandolo.
Espero sus comentarios en mi correo pero tanto buenos como críticos para así poder rectificar en futuras publicaciones. Estas historias son fruto de experiencias vividas, tanto física como mentalmente, ya que no hay nada más poderoso que la mente y la imaginación, pero aun así, los nombres que aparecen están cambiados para salvaguardar la intimidad de las personas que fueran reales en las historias.
Muchas gracias y espero que les gustase el relato y no defraudarles en los siguientes. Gracias.