Mi amiga me seduce en los vestidores de la tienda

Mi amiga y yo nos tenemos muchas ganas desde hace mucho, pero es ella quien decide dar el primer paso.

Escogimos las mejores prendas de la tienda, las que eran de nuestra talla, y corrimos hacía los vestidores para probárnoslas. Entramos y cerramos la puerta un poco fuerte, entre risas y chistes, y comenzamos a desvestirnos. Dentro del vestidos había un espejo enorme, que iba desde el suelo hasta casi llegar al techo. Podías ver tu cuerpo completo con toda normalidad. El vestidor medía como mediría la ducha de tu casa, pequeña, muy pequeña, cabíamos las dos con comodidad pero con otra las cosas se incomodarían.

Comenzamos a desvestirnos, espalda con espalda, sin ver el cuerpo de la otra. Se escuchaba como Alejandra se bajaba el cierre del pantalón, mientras que yo me quitaba la blusa color rosada de ese día. Me bajé los pantalones quedándome en ropa interior, al igual que Alejandra.

Cada una tenía su conjunto de ropa, y sin vernos la cara, nos empezamos a vestir.

-Deberíamos quitarles las etiquetas – dice Alejandra.

-¿Para qué? Si las vas a comprar hazlo jajaja como te sobra el dinero jaja – digo entre risas.

-Calla jajaja lo digo para que no esté estorbando al momento de ponérmela.

Mi conjunto era un vestido enterizo de tela fina, roja y con pelotitas blancas por todos lados. Mientras que Alejandra escogió un vestido corto, negro, resaltando su piel blanca y combinando con el labial negro que se había puesto ese día.

Nos mirábamos en espejo, viendo desde que ángulo se veía mejor el vestido. Mi vestido rojo resaltaba con mi piel morena, junto con mis labios rojos y mi pelo ondulado. Alejandra se veía sexi con ese vestido, tanto que se lo dije, dándole una nalgada de gracia que nos hizo reír a carcajadas.

Ella tenía un excelente cuerpo, buen trasero y buenos pecho. Siempre se hacía la maniquiur y pediquiur, haciendo que tenga un aspecto pulcro.

-¿Crees que atraiga chicos en la fiesta con este vestido? – me preguntó mientras hacía poses sexis frente al espejo.

-Definitivamente Ale, sabes que no necesitas ese vestido para enamorar. Eres sexi amiga.

-Creo que esas atribuciones también caen contigo jajaja

-¡¿Qué hablas enferma?! Jajaja

-Tienes babeando a todos los chicos de la Universidad, no te hagas, “morena cachonda” – dijo con sarcasmo y pasando su mano por mi brazo, exagerando el tono de su voz.

En ese momento reímos, fuerte, cogiéndonos de las manos como niñitas de primaria. Después, nos desvestimos con la misma mecánica de no ver el cuerpo de la otra, y nos colocamos el siguiente conjunto.

El de ella era un jean con un top que dejaba al descubierto sus hombros junto con su abdomen. Ese conjunto hacía que resalte su cintura. El mío era una falda corta, suelta, con una blusa manga larga, sin embargo, fue mala idea ponerme la falda pues tenía un gran trasero. Alejandra aprovechó eso para subírmela, molestando, mientras decía “ese culito calienta huevos jajaja”

-¡Aleeeee! ¡no hagas eso!

-Jajajaja lo siento, no pude evitarlo – dice sin parar de reír.

En ese momento, le doy otra nalgada que la hace sacudir de dolor, haciendo que se sobe la nalga.

-Jajajaja ahí está por mala – digo en plan venganza.

Después de unos segundos de risa, veo que, entre la ropa que trajo para probarse, hay ropa interior. La miro con curiosidad, mientras ella se da cuenta de lo que veo.

-Me pareció linda, así que la traje, ¿te la quieres probar? – pregunta.

-No no, dale, pruébatela tú jajaja

-Dale, date vuelto

-Espera… ¿te la probarás aquí conmigo? – pregunto elevando la voz.

-Claro, necesito una opinión de como me queda.

Me da vuelta rápidamente, y empiezo a escuchar como se comienza a desvestir. Trato de ignorarlo y distraerme viendo mi vestido, así que bajo la mirada un poco para ver como me queda desde ese ángulo complicado. Escucho como el calzón de Alejandra baja por sus piernas tonificadas, haciendo que haya un aumenten de curiosidad en mi mente, ¿Cómo será su cuerpo al desnudo? ¿será igual o más sexi que yo? La curiosidad me invade, así que, precavidamente, empiezo a girar mi cabeza un poco para el lado del espejo, tratando de ver su cuerpo desnudo.

-Ya, date vuelta – dice, haciendo que me asuste un poco, regresando mi mirada al frente. Giro por completo, haciendo acaso a su pedido, y veo que esta posando frente a al espejo, parando el trasero y dándose vuelta para ver como le queda por la parte de atrás.

-¿Crees que me vea gorda con esto? – pregunta sin dejar de posar ni de mirar el espejo.

-Te queda bastante bien, digo… parece lencería jajaja

-¿Y que crees que es? A los chiscos les gusta esto, a parte que es cómoda. Parecía que no llevara nada.

Y vaya que no lleva nada.

En eso, veo que entre la ropa que trajo, saca otra lencería morada con negro, y me la da en las manos.

-¿Qué hago con esto? – pregunto confundida.

-Póntela – dice

-¡No!

-¡Andaa! Es tu talla, te verás sexi, lo prometo jajaja.

Acepto sin tanta insistencia y comienzo a desvestirme, mientras ella se mira al espejo, llegando a la parte de la ropa interior y pidiéndole que se de la vuelta.

-Tranquila querida, no veré, tu sigue.

Conozco a mi amiga, y se que la curiosidad le gana, aun así hice caso y me desvestí sin que ella se de vuelta. Me puse la lencería y me miré al espejo como ella lo hacía.

Nos comenzamos a mirar y a posar frente al espejo, dándonos vueltas, riéndonos. En eso, ella se voltea y dice:

-Con razón tienes a todos babeando, solo mira esos melones – dice mientras coge mis pechos y los mueve de arriba abajo.

-¡Oyeee no hagas eso! – digo entre risas.

-¿Por qué? ¿te gusta? – pregunta con una sonrisa.

-No jajaja solo no hagas.

-¿o que harás al respecto? – dice mientras intenta cogerlos otra vez.

-¡Noo! Jajaja ¡basta Ale! Jajaj – intenso escapar de sus brazos.

Alejandra intenta coger de nuevo mis pelones, haciendo que retroceda y quede pegada contra la puerta del vestidor. Trato de cubrirme los pechos, impidiendo que los coja, pero ella es más hábil, así que cojo sus manos para evitar que los suba y logre tocar mis pechos. Ese movimiento hizo que sus manos quedaran en mi cadera, cogiéndola y tratando de voltearme para darme una nalgada. Subo mis manos para cogerla de los hombros y hacerla para atrás, pero es más fuerte que ello. Eso hace que mis manos queden en sus hombros mientras ella me tiene de la cintura. Repentinamente, nos quedamos mirando, directamente a los ojos, sin risas y sin jugueteos.

Estábamos en ropa interior, prácticamente abrazadas en el vestidor, mirándonos. Su rostro está frente al mío, mientras siento como sus manos tratan de moverse ligeramente, haciendo más presión. Mis manos pasan lentamente al comienzo de cuello.

-¿Qué haces? – pregunto mientras veo como su rostro se va acercando lentamente al mío, abriendo ligeramente la boca.

-Nada – respondo mientras cierra los ojos. Yo solo bajo la mirada, hacia sus labios, acercando ligeramente mi rostro hacia el de ella, siguiéndole los pasos.

Inesperadamente, siento y escucho como la puerta del vestido es golpeada mientras una voz femenina grita: “otras también queremos usar el vestido ¡apúrense!” haciendo que nos de un espasmo repentino.

-En un momento salimos – digo mientras nos comenzamos a vestir rápidamente, recogiendo la ropa que nos estábamos probando.

Estando lista, abrimos la puerta y salimos, dándonos cuenta de la enorme fila que hay para entrar al vestido. Mi mente solo se pregunta ¿habrán escuchado? Mientras camino hacía el centro de la tienda para dejar la ropa en las repisas.

Alejandra se compra la lencería, impresionantemente, considerando de que nadie la verá con eso, excepto los que se la vayan a coger.

Salimos del lugar, un poco enervadas, rompiendo la tención con risas y chistes infantiles. Mientras reíamos, íbamos caminando por el centro, viendo las tiendas y hablando sobre la fiesta a la que iríamos esa noche.

-¡Oye! Casi me olvido, hoy mi vieja hará un pequeño almuerzo en la casa – me dice Alejandra.

-¿Cuál es el motivo de la fiesta?

-Su empresa cumple 20 años, así que hará una “enorme fiesta” en la casa para celebrar.

-No lo se Ale, se oye aburrido.

-¡SI! Y por eso te estoy invitando jajajaja andaaa, habrá mucha gente aburrida, no quiero aburrirme sola. Yo llamaré a tu vieja para que te de permiso, en serio.

-Jajajaja está bien, pero promete que habrá más hijos de ricachones engreídos.

-Tú solo muéstrale esos molones dejarán de serlo jajajaja

Continuará...