Mi amiga, la chica webcam
Gus es un joven estudiante con poca experiencia con las mujeres. Disfruta cada noche masturbandose con modelos de webcam. Un dia por casualidad, descubre que una conocida suya es modelo erotica. Desde ese momento, Gus se obsesionara con ella
Mi amiga la webcammer
Gus (asi le llamaban sus amigos) era un chico de 18 años. Todo un genio cuyas notas sorprendían a todo el profesorado. Fruto de su inteligencia pero también de un esfuerzo y constancia elevados, Gus pasaba casi toda su vida buceando entre libros. Soñaba con llegar a ser ingeniero en alguna gran empresa como google o Microsoft.
Gus era un chico tímido, con muy pocos amigos. Su poco tiempo libre lo pasaba jugando a Dragones y Mazmorras, a videojuegos o leyendo comics. A simple vista Gus era lo que la gente llamaba “un friky”. Gus era alto, rozaba el 1,85. Su pelo rubio le caia en cascadas rizadas en una media melena, su rostro tenia unos bonitos ojos color miel y unos pomulos rosados. Ademas, rompiendo los estereotipos, Gus era delgado, demasiado delgado pero con una ancha espalda, posiblemente si Gus dedicase un poco de tiempo al gimnasio y a cuidar su imagen, resultaría un chico muy atractivo. Sin embargo pocas o ninguna chica parecían darse cuenta de que existía.
Gus llevaba una vida muy disciplinada y ordenada. Al Salir de clase ayudaba a sus padres en las taras del hogar, y luego estudiaba todo el dia por su cuenta. Solo los fines de semana se dedicaba un poco de tiempo a jugar con sus amigos. Pero en su rutina había un ritual nocturno al cual nunca fallaba. Cuando sus padres se iban a dormir, Gus encendía su PC, y tecleaba un sitio web cuya dirección sabía de memoria “tusvecinitas.net”. Aquel portal ofrecía ciento de salas de webcam donde modelos de todas partes del mundo realizaban show eróticos. Tambien había hombres si bien a Gus no le interesaban, e incluso parejas o grupos. Entrar en una de las salas de chat era gratuito para deleite de Gus. Los espectadores podían pagar, y cuantas mas propinas, mas calientes se mostraban las modelos. Cada noche Gus elegía una modelo y se masturbaba viendo su show mientras fantaseaba con ella. Nunca daba propina porque su limitada asignación semanal no daba para esos lujos. Por desgracia, si un espectador pagaba una cuota muy alta, se llevaba a la modelo a una sala privada, esto ocurría a menudo cuando Gus estaba en pleno éxtasis, y lo frustraba, maldiciendo todos los ricachones que podían hacer eso. Soñaba con el día en el que fuera rico y pudiera pagar a dos modelos rubias de grandes pechos solo para que lo acompañasen a pasear por todos lados y presumir de mujeres.
Por fin llegaron las vacaciones de primavera. Habían sido 3 semanas de exámenes muy intensos en donde Gus prácticamente no había salido de su cuarto de estudios, pero el esfuerzo había merecido la pena, hasta el director había felicitado en persona su trabajo. Ahora gus tenía una semana para disfrutar con sus amigos cazando orcos y cosas así. Pero antes, Gus tenía una cita muy especial, pero poco imaginaba lo que iba a depararle la noche.
Llevaba esas semanas sin masturbarse y Gus se subía por las paredes. Al acostarse sus padres encendió el PC. Se abrió una lata de coca cola y se acomodó en su silla de “gamer”. Había meditado sobre comprarse uno de esos geles que los anuncios prometen placeres increíbles, pero le dio mucha vergüenza que alguien lo viera, por lo que se conformo con coger un bote de crema hidratante de su madre, que esperaba le diese alguna sensación extra.
Tras entras en la web, fue pasando las páginas de las modelos. Pensaba quien sería la privilegiada que pasaría esta noche con él. ¿Una modelo que simulaba ser una adolescente? ¿O quizás una mujer madura de pechos predominantes? ¿algo mas exótico como una chica asiática? Cuando de repente una de las salas llamó la atención a Gus de una forma tan potente que incluso derramo parte de la coca cola que bebía en aquel preciso instante. Gus observó la sala frotándose los ojos sin dar crédito, y aun dudando, entro en la misma.
Una vez la imagen ocupo toda la pantalla Gus siguió mirando hasta convencerse a si mismo. Bajo el Nick de “black cat” se escondía una chica de unos 19 o 20 años no mas. Estaba sentada en una cama algo destartalada, de rodillas con las piernas ligeramente abiertas. Llevaba puesto una camisa son mangas, lo suficientemente larga para tapar la entrepierna de forma muy intencionada, al igual que la escasa tira de tela tapaba unos generosos pechos. La chica era morena, con media melena pero la mayor parte del cabello pintado con mechas azules. De piel blanca que resaltaba por un maquillaje oscuro, sin llegar al gótico. No era muy alta. Sus muslos, al descubierto, eran redondeados, bien formados y duros aunque algo prominentes. No era una chica gorda, pero si con curvas y lejos de la delgadez de una modelo. Gus la conocía bien porque esa chica estaba en su instituto. Apenas recordaba su nombre, Carol. De echo sabia poco de ella, no era una chica que destacase entre la multitud y no solía verse en pandilla. En el instituto siempre vestía de negro, pero muy alejada de la ropa sexy que llevan algunas chicas goticas. Unos vaqueros y un jersey siempre negro. De echo, Gus se sorprendió al ver como la camisa blanca que llevaba puesta en ese momento dejaban entrever unos pechos muy grandes, Gus estaba seguro que de mostrar algún escote en el instituto, la recordaría mucho mas.
Carol, o “black cat” se movía inteligentemente al son de las propinas, sus movimientos hacían que sus pechos pugnaran por salir de su camisa, lo cual resultaba hipnótico, a la par que se levantaba lo justo para destapar sus piernas pero no llegar a mostrar nada mas. Gemía de forma sensual con las propinas, a veces gritaba mas exageradamente. Gus estaba hechizado rezando por verle los pechos, no se había dado cuenta pero agarraba su pene y se masturbaba con frenesí. Todo acabo muy rápido cuando la pantalla se volvió negra, alguien había pagado pro una sesión privada. Gus se corrió con frustración manchando todo su teclado. Aquella noche no pudo dormir pensando en que acababa de ver a su compañera de instituto.
Durante la semana de vacaciones, Gus no falto ni una sola noche a su “cita” con “black cat”. Sorprendido asistió a todo tipo de shows.
En uno de ellos Carol apareció con un enorme pene de color negro, con unas dimensiones inhumanas. Carol estaba con unas mallas ajustadas y en un sujetador negro que a duras penas aguantaban sus pechos. Carol no se cortaba nada en hablar de todo tipo de excentricidades, como que le encantaba que la cabalgasen chicos con pollas enormes, que su sueño era ser cogida por 3 negros con pollas como caballos que la penetraran a la vez por su coño, su culo y su boca. Cuanto mas hablaba, mas propinas caían, y Carol se llevaba el enorme consolador entre sus pechos, lamia la puntita y mordisqueaba un capullo que le ocupaba ya casi toda la boca. A mas propinas mas miembro entraba en su garganta. En cierto momento Carol se llevo el juguete a su entrepierna, por encima de sus mallas, y la pantalla se volvió negra. Gus ardió de furia.
Otro dia, la “black cat” apareció en una ducha de aspecto algo desangelado. Vestía un conjunto de ropa interior blanco y una camiseta que acabó en el suelo a base de propinas dejándola a ella solo con su ropa intima. Se enjabonaba deslizando la espuma por su muslos, por sus nalgas, jugosas y gorditas pero firmes. Gus pudo constatar que sus braguitas apenas podían disimular una capa de vello en su ingle, algo raro de ver en las modelos, pero que por alguna razón lo volvió aun mas cachondo. El agua comenzó a correr por el cuerpo de Carol cuando la emisión volvió a volverse negra.
Pero el día que mas frustó a Gus fue aquel en el que “black cat” apareció “disfrazada” de la clásica sirvienta francesa, con mini falda, medias de encaje y camisa abotonada. La mini falta era tan corta que dejaba ver el comienzo de su culo y su ropa interior de encaje, la camisa parecía a punto de reventar por sus pechos. Carol se subía a la cama, a cuatro patas, mostrando un primer plano de su trasero. Hablaba con voz sumisa, se pegaba azotes con un plumero, y pedía permiso a sus amos para realizar todo tipo de actos. Cuando el mango de su plumero se dirigía a su entrepiernas, mientras ella suplicaba a sus amos que la follasen, la emisión volvió a terminar. Gus no aguantó mas su frustración. Se corrió una vez mas y se prometió que conseguiría un show gratis de Carol, costase lo que costase.
De vuelta a clase, Gus localizó a Carol durante el recreo. La chica estaba sentada sola enfrascada con su móvil. Sin poder disimular su nervio, Gus atravesó el patio hasta situarse frente a ella, y carraspeó un poco para hacerse notar. Carol levanto la vista y le dedicó a Gus una mirada desdeñosa.
-hola ¿Qué tal? –Dijo Gus medio presa del pánico. –te he visto… no se… aquí sola ¿no? Bueno…esto… yo me llamo Gus… si.. quizás me has visto por ahí… Bueno yo a ti si…
En ese momento la campana que indicaba la vuelta a las clases sonó, y mientras Gus se giró instintivamente, Carol se levantó y se marcho, dejando a Gus solo en el patio.
Al día siguiente Gus volvió a intentarlo. En esta ocasión Carol estaba en la biblioteca. Gus entró y se sentó frente a ella en la misma mesa. Una mirada de hielo atravesó al muchacho cuando Carol lo miro.
-Ah.. hola. Que casualidad. ¿Qué estas haciendo aquí? Bueno, que pregunta tan tonta, estudiar, ¿Qué se va a hacer en una biblioteca? Lo que quería preguntarte es que estudiabas, porque quizás podríamos estudiar juntos, ¿no crees? Claro que no somos del mismo curso, pero…
En aquel momento la secretaria se acercó a Gus para reñirle por levantar la voz. El muchacho, que nunca recibía ningún reproche por sus profesores, no sabia donde meterse, y mientras se disculpaba, Carol aprovecho y se esfumó. Muy enfadado por el nuevo plantón, Gus decidió que era hora de pasar al plan b y sacar toda la artillería pesada.
Pasó otro día y en esta ocasión Gus esperó a la salida de clases. Buscó a Carol entre todo el bullicio, temió no localizarla pero finalmente la vio y la siguió por la calle unas manzanas hasta alejarse de la vista de los compañeros de clase. Entonces se acercó por la espalda y la detuvo llamándola por su nombre. Al girarse y volver a ver a Gus, Carol se dirigió a él con bastante enojo
-Mira niño, no se quien te crees que eres, ni que mierdas quieres de mi. ¿sabes que esto es un acoso? Como no me dejes en paz, te juro que…
Gus alzó los brazos en son de paz y luego le tendió un sobre
-No quiero molestarte, solo quiero que mires este sobre. Luego te prometo que no volverás a saber de mi.
Carol resopló, pero tomo el sobre y lo abrió. Gus trataba de contener su temblor de piernas. Carol sacó del sobre una serie de fotografías, capturas de pantallas de sus shows. Aquí Gus había supuesto dos escenarios. El mejor caso, Carol caería presa del pánico y lo ofrecería a Gus un show a cambio de las fotos. En el peor de los casos, Carol se mostraría agresiva, pero aun asi, Gus podría manejar la situación hasta llegar a un acuerdo. Pero lo que Gus no estaba preparado es para lo que ocurrió. Carol observo cada foto con una tranquilidad exasperante, incluso se diría que se recreaba en alguna de sus poses. Con la misma tranquilidad guardo las fotos en el sobre y se lo tendió a Gus.
-¿Y bien? Ya veo que has estado disfrutando de mis shows, apuesto a que te has pajeado como un mono ¿verdad? –Gus no supo que contestar mas allá de unos balbuceos – Oh, espera, no me digas, ¿eres uno de esos pajilleros que solo miran y no dan una sola propina? ¿es eso?.
-Bueno yo.. es que no tengo dinero… pero no es..
-Claro, ya lo decía yo! ¿y ahora que? ¿pretendes que te haga algún espectáculo por las fotos? ¿Qué harás si no, publicarlas por ahí? Mira niñato, soy una chica webcammer, soy consciente de que algún conocido me puede ver, si no quisiera no me metería en este trabajo, ¿te enteras? Así que las amenazas a otra. Quédate con mis fotos y pajéate a gusto. ¡Ah! Pero como vea que esas fotos salen a la luz, sabré que has sido tú y podré denunciarte.
Aquella noche Gus estaba tan furioso consigo mismo, que la ira se mezclaba con la vergüenza de haber sido pisoteado. Acabo tirando las fotos de su compañera y olvidándose de entrar en la web de las cam, solo pensar en ella hacía que la vergüenza lo invadiera.
Una semana después, a la salida de clase, fue Carol la que salió al encuentro de Gus, este, con el miedo en el cuerpo tras su último encuentro, retrocedió instintivamente.
-Hola – dijo Carol con la mejor de sus sonrisas - ¿te llamabas gus me dijiste verdad?
-Yo… si… pero…
-Mira, lo he estado pensando, y creo que fui muy borde contigo el otro día, quería disculparme, me pase pero me cogiste desprevenida y claro, tenía que defenderme
-Yo.. no, lo siento yo… no pretendía… no quería… No se que me paso…
-Vaya. Que mono eres. Vale, nada que perdonar, pero tenemos que arreglar el asunto de las fotos, ¿no te parece?
-Yo jamás habría usado las fotos en público, de veras
-Pareces un buen chico, te creo. Mira, soy una modelo erótica, no me molesta, es un trabajo para pagarme los estudios. Pero tampoco tengo ganas de aguantar a los bordes del barrio. Asi que hagamos un trato, yo te doy un show gratis, privado, para ti solito. Y tu me prometes destruir las fotos. ¿Qué te parece?
-Si, perfecto
-¡Genial!. ¿te viene bien el viernes por la noche?
-Si, si… -Gus casi no podía articular palabra
-Pues toma – Carol le tendió a Gus un trozo de papel con una dirección escrita –El viernes a las 11 en mi apartamento. Y ni se te ocurra llegar tarde, ¡odio la impuntualidad! Si llegas tarde rompo el trato.
Carol se marchó sin dejar a Gus réplica. El chico se quedo un rato quieto, observando el papel. Él soñaba con un show privado, pero parecía que podría ver a “black cat” en vivo y en directo. Su polla casi revienta sus pantalones. El pánico se sumó a la emoción. Quería calmarse. Era un chico inteligente y no era virgen. Aunque sus aventuras sexuales tampoco eran para presumir. Al cumplir los 18, Gus se atrevió, muerto de miedo, a ir a una casa de citas. La mujer que lo atendió poco tenía que ver con la rubia de 18 años que se anunciaba. Era una mujer que los 40 ya no los vería mas, con un cuerpo sobrado de algunos kilos, exceso de maquillaje y olía demasiado a tabaco. Aunque para compensar tenía unas tetas gigantescas y naturales, y un culo que si bien no podía disimular su celulitis, aun era grande y apetecible. Lo que en internet llamaban una milf. La mujer, muy experta, obsequió a gus con una mamada, cubriendo con sus dos pechos la polla. Gus apenas duró 2 minutos antes de correrse. Muy avergonzado por su poco aguante, acabo vistiéndose y corriendo cuando la mujer le ofreció que se la follara. Gus se sintió sucio, avergonzado y que había perdido el dinero. Su virginidad la perdió finalmente hacía unos meses. Durante el salón del manga. Aun no sabe como, terminó en el asiento trasero de un viejo y destartalado coche con una chica con bastante sobrepeso vestida de sailor moon. La cosa podría haber ido mejor si la chica no hubiese estado medio ida a causa del alcohol. Entre la estreches del lisito, la inexperiencia de Gus y las pocas ganas de la chica, su primer polvo fue una experiencia para no recordar.
El viernes por la noche, 15 minutos antes de la hora acordada, gus estaba frente a un bloque de apartamentos baratos. Se había arreglado dentro de sus estándares, con unos pantalones vaqueros y una camisa, además de haberse echado litros de colonia. Gus subió hasta una sexta planta. En su fantasía esperaba ver a Carol en ropa interior o incluso desnuda, pero le abrió la puerta vestida como cualquier dia de clase. Su pequeño apartamento apenas constaba de un salón con cocina incorporada. Un pequeño cuarto de baño cuya ducha Gus ya conocía de los videos, un dormitorio que también conocía y un pequeño cuarto de estar. Carol invitó a Gus a tomar asiento en su silla del ordenador, mientras ella desconectaba el mismo. Acto seguido Carol se sentó en el filo de la cara y contempló a Gus.
-Muy bien, pues ya estamos aquí.
-Si – Gus solo rezaba por que Carol no viese su nerviosismo, el estar frente a ella en ese dormitorio que también conocía le hizo recordar sus show, y su pene comenzó a crecer sin remedio.
-Cuéntame, ¿con cual de mis shows has disfrutado más?
Gus no quería desvelar sus intimidades y pretendía dar una respuesta mas sofistica, pero aturdido en aquel ambiente no pudo mas que balbucear –Bueno… me gustó verte de sirvienta francesa…”
-¡Vaya! Eso si es toda una sorpresa. ¿Quién diría que tras esa carita se esconde un macho dominante? Vale, pues quédate ahí quieto, vuelvo en 10 minutos. ¡Y no toques mis cosas!
Justo 10 minutos después carol regresó ataviada con su uniforme de sirvienta, con esa falda que poco tapaba, la blusa que pugnaba por no romperse ante la presión de los prominentes pechos y la cofia. Con un tono muy sumiso de voz, Carol se dirigió a Gus
-Oh, mi señor, Discúlpeme por tenerlo todo tan sucio. He sido una chica mala. Déjeme que lo limpie todo.
Carol comenzó a danzar por todo el dormitorio, usando su plumero para sacudir supuestas motas de polvos. Sus movimientos eran calculados como una danza, con cada giro su falda se levantaba mostrando unas braguitas negras de encaje, que como Gus pudo ver rápidamente, dejaban entrever esa fina capa de vello púbico. Carol saltaba batiendo sus brazos hacia el techo para sacudir la suciedad del mismo, con cada salto sus pechos botaban ostensiblemente. En cierto momento se agacho, en cuchillas, limpiando el suelo y dándole a Gus un primer plano aéreo de su escote. Luego Carol se subio a cuatro patas en la cama, sacudiendo el polvo y dejando su culo, con sus bragas a encaje, expuesto a poco mas de un metro de Gus.
Carol seguía hablando de modo sumiso y fino, en cierto momento se acerco a Gus dejando su cuerpo a escasos centímetros.
-Oh, que torpe soy, esta todo muy sucio. Le ruego mil perdones señor, enseguida limpio.
Con agilidad, Carol colocó sus rodillas en la misma silla donde gus estaba sentado, y se elevó. Sus pechos quedaron a solo 2 centímetros de la cara de Gus, sus muslos vestidos con la media francesa, rozaban el cuerpo de Gus. Carol simulaba limpiar el polvo sobre la cabeza de gus y sus pechos se bamboleaban rítmicamente sobre la cara de se amo. Gus se agarró con tanta fuerza al posabrazos de la silla que los nudillos se que volvieron de color blanquecino. Un rio de sudor le recorría la espalda y notaba como su polla se dañaba al empalmarse dentro de los pantalones. En aquel momento habría dado años de su vida por poder agarrarse su miembro y masturbarse, pero por algún motivo de educación y decoro, no quería que Carol se diese cuenta de su gran excitación, si bien tenía el rostro colorado y sudoroso. Carol miro directamente a los ojos de Gus y sonrió picaresca
-Oh, vaya señor. Esta usted manchado. ¡que terrible! Es todo culpa mia, por favor que torpe soy, perdóneme. Yo lo arreglaré
Carol bajo de la silla, deslizándose por el cuerpo de Gus que sintió los grandes pechos por todo su torso. Para su sorpresa y susto, Carol tomó el plumero y comenzó a pasarlo por la entrepierna de Gus, que a estas alturas, no podía disimular su pene empalmado. Frotó una y otra vez con el plumero y Gus no sabía donde meterse ni como reaccionar.
-¿Puede acabar de limpiarle mi señor? Por favor, ordéneme
-Si…. Si… limpia…todo…
Carol desabrochó con destreza el pantalón de Gus, su pene salió disparado como un cohete.
-Vaya, menuda herramienta escondía el muchacho en esa carita –Por un momento Carol dejó su acento afrancesado, sorprendida por el tamaño del miembro de Gus
Sin darle tiempo a gus a procesar lo que estaba pasando, Carol introdujo la polla entre sus labios y la fue introduciendo mas y mas, hasta llenar toda su boca. Luego la saco y comenzó a escupir sobre la polla, para acto seguido lamerla y ensalivarla. Gus jadeaba como un perrito, y su respiración se aceleró cuando Carol agarro la base de la polla con su mano y comenzó a masturbarlo frenéticamente. Tenía su vista clavada en los ojos de Gus, con una sonrisa picara. Y esa mirada desarmó al muchacho. Solo unos minutos después un largo chorro de semen bañó la cara y el escote de Carol.
Gus se recostó en la silla, aun jadeando y sudando, cada poro de su cuerpo estaba excitado. Observó como Carol se subió a la cama, de rodillas.
-Oh, mi señor, que torpe soy, aun lo he manchado mas, mire que desastre
Carol se quitó su blusa y la arrojo al suelo. El semen de gus aun brillaba recorriendo sus pechos, y se desabrochó el sujetador. Ahora Carol estrujó sus pechos con sus manos, recuperó el semen que aun quedaba en su cuerpo y lo esparció por sus tetas y sus pezones, las cuales seguía moviendo y estrujando.
-¿podría mi señor ayudarme a limpiarme? Venga, no sea tímido.
Gus no podía pensar, o quizás pensaba tantas cosas que no era capaz de procesarlas. No podía hablar. Como un robot se levantó y echo a andar. Casi se cae de bruces liado con sus pantalones. Se deshizo de ellos y de sus calzoncillos. Su pene volvía a estar firme como un mástil y apuntaba hacia Carol. Se sentó en la cama. No lo dio tiempo a reaccionar cuando Carol con un rápido movimiento lo abrazo, lo atrajo hacia ella y le introdujo laa cabeza entre sus pecho. Gus elevó sus manos para agarrar ambas tetas y pellizcar los dos pezones mientras comenzó a lamer como un loco sus tetas. Era una mezcla del propio sudor de Carol y de los restos de su semen. Pero en el momento que, mientras lamia, Carol llevó su mano a su pene y comenzó a masturbarlo otra vez, olvidó todo y se enfrasco en seguir comiendo aquellos pechos.
La respiración de Gus se volvió mas intensa y en ese momento Carol, con una agilidad impropia, se situó a la espalda de gus. Rodeó al muchacho con sus brazo e hizo que abriera bien sus piernas exponiendo su pene. Agarro la base y comenzó a masturbarlo frenéticamente. Gus notaba los pechos de Carol estrujados contra su espalda, y el aliento calido y lujurioso de ella sobre su oreja. Con la otra mano Carol jugó con los testículos de Gus mientras no dejaba de masturbarlo, apretó bien sus huevos hasta el límite del dolor y los soltó. En un momento dado el dedo de Carol se poso sobre el ano de gus y lo presionó suavemente. Gus jadeaba y, abierto de piernas, se dejo hacer. La mano regresó a los testículos, masajeándolos con firmeza una vez mas. Aceleró la masturbación y Gus no pudo evitar, entre gemidos. Volver a correrse, lanzando esta vea su semen disparado. Carol frotó bien el pene, estrujándolo, y logrando sacar hasta la última gota de semen que quedaba. Luego lentamente mostro su mano llena de semen. Se levantó y recogió sus ropas. Le dijo a gus que descansara unos minutos. Gus se dejo caer en la cama, con el pene dolorido pero aun firme. Su cuerpo era una explosión de sabores y placer, su mente aun estaba obnubilada.
A los pocos minutos Carol regresó tras una ducha rápida y vestida otra vez de andar por casa. Invitó a Gus a darse una ducha porque tenía un aspecto desangelado
Gus regresó de la ducha aun traspuesto por lo ocurrido y se encontró 150 euros sobre la cama.
-Toma, eso es para ti
-¿Qué significa eso? –preguntó Gus confundido
Carol sonrió divertida y con la vista señaló la cámara de su ordenador, tenía un piloto encendido
-¡¿Qué cojones?! ¿¿¿Has grabado esto???
-Relajate – dijo Carol con tranquilidad –Te ofrecería un cigarrillo pero no fumo
-¡Dejate de hostias! ¿Qué has hecho?
Mira chico, esto es solo un trabajo. ¿te crees que me gusta disfrazarme de gilipolleces? ¿O que realmente disfruto con la mitad de cosas que digo? Yo lo ofrezco show por dinero, para pagarme los estudios. Si a los tios les pone que hable de negros y pollas gordas, y me pagan, yo lo hago. Si alguno tiene la fantasía de tirarse a lara croft, y me paga, me disfrazo. Hasta me dejo el pelo en el coño porque hay un ruso que me paga una pasta para verlo.
-Si…vale.. lo entiendo, ¿pero esto?
-Tenía un cliente, es de eeuu. Lleva meses pidiéndome que montase algo con un chico, y ofreciéndome cada vez mas pasta. Pero no me va el rollo de buscarme a un chulo ¿sabes? Pero luego apareces tu, un chico decente y guapeton, y vienes amenazándome con las fotos. Pensé que quizás contigo podía sacar un pastizal.
-¡me has utilizado! ¡dios estoy en internet!
-No te flipes. En principio no pensaba decirte nada. Pero me has caído bien, eres un buen chico, asi que he decidido darte la tercera parte de las ganancias. Joder si llego a saber que tenías ese pollon habría pedido mas.
¿pollon? Te…gusto…?
-No se trata de que me gustara, tu polla es bastante grande y eso se paga. Mira, se que estarás cabreado pero mira el lado bueno. Esto no lo va a saber nadie. Te has llevado un par de orgasmos de puta madre. Y encima ahí tienes 150 pavos para gastarte en lo que quieras. Y todo en media hora
Gus comenzó a acariciar el dinero mientras pensaba, ahora mas calmado
-Bueno guapetón que me dices? Podríamos repetir un par de veces al mes, quizás 3. Tu te lo pasas en grande, y ganas una pasta. Quien sabe, lo mismo consigo un buen precio y hasta te echas un polvo. ¿Qué me dices?
-Sabes Carol –dijo Gus guardándose el dinero –Esto podría ser el principio de una hermosa amistad.