Mi amiga es modelo

Era tan bonita y estaba tan desvalida...

A primera hora de la mañana, estoy sentado en el aeropuerto esperando la hora de embarque de mi vuelo. Por cuestiones de trabajo viajo regularmente a por toda Europa y hoy es uno de esos días donde la rutina de un viaje de trabajo lo impregna todo.

A estas horas tan tempranas solo suelen viajar los profesionales y técnicos que se desplazan para tener un intenso día de trabajo fuera de sus empresas.

Para romper de forma estrepitosa el silencio, una morenaza impresionante ha entrado en la sala, con su rítmico taconeo ha despertado a todos los presentes. Poco a poco los pacientes viajeros que estamos repartidos por la sala, unos sentados leyendo el periódico o consultando el teléfono, otros deambulando aburridos arriba y abajo hemos ido levantado la vista al pasar cerca para satisfacer nuestra curiosidad.

La visión de ese monumento de mujer caminando pausadamente delante de nosotros, sin aparente destino, perezosamente sin intención de llegar a ningún lugar concreto, sin duda nos ha complacido y despertado un íntimo deseo. Creo que a casi todos nos ha despertado la fiera de debajo del pantalón.  Hombres jóvenes, maduros y mayores, solteros y casados hemos coincidido en darle nuestra total aprobación, y hemos compartido un pensamiento “Vaya buen polvo que tiene la señora”.

Su melena, sus las largas piernas ceñidas en un pantalón que marca cada una de sus curvas, su talle perfecto y además una sonrisa fresca y juvenil, le dan una puntuación de "chica 10".

Supongo que todos nos preguntamos "quien tendrá la suerte de tenerla como compañera de viaje". Personalmente, estas mujeres tan llamativas, tan exquisitamente exuberantes me abruman, las veo tan inalcanzables que las miro un instante, las disfruto mínimamente y procuro olvidarme más pronto que tarde. El disfrute es efímero, si dedico más tiempo termino sufriendo porque sé que nunca se fijaran en mí y por lo tanto nunca las podré tener a mi alcance.

No quiero decir que yo sea un monstruito y que no merezca estar con mujeres tan bonitas como la que os describo, lo que pasa es siendo de aspecto corriente y pasados los cuarenta, siempre hay alguno que se me adelanta o llama mucho más su atención.

Al llegar la hora todos nos hemos arremolinado en la puerta de embarque y le he perdido la pista. Ya dentro del pequeño avión 727 de solo 70 plazas, me alegra comprobar que a la mujer esplendida le  ha tocado sentarse en el asiento contiguo al mío pero al otro lado del pasillo.

Durante el viaje de aproximadamente una hora y treinta minutos, me he entretenido observándola con disimulo, a estas horas del día no se me ocurre nada mejor que hacer y además me apetece bastante fantasear un poquito mientras la contemplo de reojo.

Además de un cuerpo de espanto, su voz es voz agradable, se adivinan buenos modales y buena educación. He oído que le contaba a su vecina de asiento, que era una chica de provincias, que se a pesar de su deslumbrante aspecto se siente muy normal y que su mayor ilusión es ser modelo de ropa.

No tengo la menor duda que con ese cuerpo y con esa carita con rasgos aniñados va a tener un éxito rotundo. Durante su conversación salen a relucir alguno de sus temores propios de su juventud e inexperiencia. Por desgracia sale a enfrentarse al mundo sin ayuda, viaja sola sin experiencia y sin apenas indicaciones previas.

Al llegar a nuestro destino, como es habitual, a todos nos entra la prisa por coger nuestros equipajes y salir zumbando hacia nuestros respectivos destinos como si un hubiera tiempo que perder. En ese momento las sosegadas conversaciones del trayecto mutan a un acelerado: adios o good bye, para dar paso a un acelerado caminar hacia nuestro respectivos destinos.

He facturado una pequeña caja con piezas de repuesto necesarias para la tarea que me trae a este destino. La mencionada caja no parece tener prisa por salir por la cinta de equipajes, me empiezo a impacientar pues estoy perdiendo un tiempo valioso. Me he quedado solo esperando que salga el paquete. Tras diez minutos, por fin aparece, la cojo y salgo hacia la zona de taxis.

"Mi modelo", está allí esperando. Algo imprevisto le pasa pues su semblante de mujer arrebatadora se ha cambiado por el de una niña asustada.

Sin dudarlo me acerco, le pregunto si le ocurre algo y si necesita ayuda.

-        "Me tenían que estar esperando y no hay nadie… yo no sé nada de alemán", me dice con mucha tristeza.

-        "Tengo que estar en este hotel antes de las nueve, pero no conozco el país, no sé qué hacer, no me esperaba esto y me siento desbordada…sola”.

-        "No te preocupes…yo te ayudo… esto no es ningún problema y esto tiene muy fácil solución", le digo para tranquilizarla consciente de que con una ayudita le voy a resolver su momentánea crisis.

Tomo el móvil, llamo a información y enseguida conozco la dirección completa donde tiene que dirigirse. Acto seguido tomamos un taxi, nos dirigimos al hotel donde ella debe presentarse para un casting. Mientras vamos me cuenta un poco de su vida profesional y sus grandes expectativas con la oferta que tiene de trabajo.

Justo al llegar a la entrada del hotel, al ver el rotulo se alegra mucho y sin pensarlo me da un beso de agradecimiento en la mejilla. Se baja rápidamente del auto, el taxista le da su maleta y sin mirar atrás sale corriendo hacia la entrada del hotel.

Yo la contemplo con admiración y veo como se aleja rápidamente de mí y de mi vida. Me toca pagar la carrera del taxi y volver a la planificación de mi viaje.

Han pasado varios meses de esto y mientras espero mi hora de embarque he recordado este bonito episodio, sobre todo lo extremadamente hermosa que era aquella chica insegura en un aeropuerto desconocido para ella.

Recojo mi equipaje, con la rutina de siempre me dirijo hacia la salida. Alguien desconocido me toca en el hombro por lo que me vuelvo sorprendido por saber quién requiere mi atención.

-        "Hola…te acuerdas de mí? me pregunta una monada de mujer.

¿Cómo iba a olvidarme?, era ELLA, mas guapa si cabe y con una carita muy sonriente que irradiaba alegría y simpatía.

-        “Si, claro que me acuerdo de ti. Me alegro mucho de verte. ¿Cómo te va todo? ¿Te fue bien en el casting?”, le pregunto atropelladamente pues repentinamente ha despertado todo mi interés.

-        "No sabes lo mucho que agradezco lo que hiciste por mi…”, “estaba tan nerviosa que Sali disparada del taxi y no tuve tiempo de darte las gracias… ya sabe, los nervios de novata que te condicionan y no te dejan actuar", me dice tratando de disculparse.

-        “No te preocupes…no me lo tomé mal…me puse en tu lugar y lo comprendí. Por otra parte, me sentí muy bien al poder ayudar a una linda jovencita que necesitaba un poco de mi”.

-        "Ven conmigo, te invito a tomar algo". Yo orgulloso de estar junto a ella, como un niño con zapatos nuevos acepto sin rechistar. Me enorgullece estar con ella, sé que todos los hombres que me vean junto a ella van a envidiar mi suerte y las mujeres se preguntaran que debo tener para atraer a semejante bombón.

Tras un rato de charla y contarme lo bien que le va en su empleo actual, me invita a cenar con ella en un sitio que dice que es muy tranquilo y donde se come muy bien.

Acepto encantando, y me paso todo el día pensando en mi cita. Tengo curiosidad y me siento muy cómodo con ella a pesar que lo normal es que me sintiera abrumado por una mujer tan bella. En muy poco tiempo, ha pasado de ser una "niña" muy guapa, a una mujer estupenda, elegante y sofisticada.

Durante la cena he conseguido vencer mi timidez, y he podido mostrar mi faceta más divertida. Os he contado que físicamente soy un tipo corriente pero cuando cojo confianza la gente lo pasa bien conmigo, tengo anécdotas que contar y soy buen conversador.

Después de cenar fuimos a tomar una copa que termino por soltarnos la lengua por completo.

-        “Tengo un book de fotos muy extenso. Voy guardando unas cuantas, de cada trabajo, las colecciono y así puedo recordar todo lo que hago”, “¿Te gustaría verlo?

-        “Por supuesto… me encantaría verlo, seguro que es estupendo. El próximo dia que nos encontremos tráelo y me lo enseñas”, le digo muy emocionado

-        ¿No te gustaría ir a mi apartamento ahora y lo vemos hoy? Estamos muy cerca y podemos ir dando un paseo.

Diez minutos después estamos en su pequeño estudio, decorado con mucho gusto y detalles muy exquisitos. Me muestra el álbum como si fuese una pare de ella. En todas las fotos yo la encuentro fascinante y sentirla a mi lado, tan distendida tan amigable, en ocasiones ronzándonos los cuerpos, es muy excitante.

-        "Estas fotos son para una campaña de ropa deportiva" me indicó. En estas aparecía parcialmente desnuda, enseñando los pechos o con solo una camiseta ajustada.

Esto terminó por excitarme aún más y sin duda quede trasparente a su mirada.

-        "Te gustan?", me pregunta con picardía. "Si…si… mucho, estas de fábula", dije yo.

-        "Sabes? Tú también me gustas a mi…me impresionaste mucho la primera vez…aunque no pude decírtelo".

A continuación, nos dimos un largo beso, me cogió de la mano y me condujo hasta la habitación. Allí nos dimos varios besos y nos desnudamos mutuamente.

Si en las fotos estaba hermosa, esto nada tenía que ver con sentir la calidez de su piel y la dulzura de su voz mientras hacíamos el amor.

Repetimos varias veces hasta que quedamos totalmente exhaustos y satisfechos.

Desde entonces, procuro viajar más a menudo. Si podemos coincidir nos encontramos. Paso con mi “modelo” noches de amor interminables.

Deverano