Mi amiga el novio y yo

Segunda ida al campo y quizas el ultimo relato.

Mi amiga el  novio y yo

Y acá estoy de nuevo, esta vez relataré la segunda vez que fuimos al campo los tres. Los papás de Patricia no ponen objeción a que estemos solos pues van conmigo y allá están los caseros que siempre andan a la vuelta nuestra. Son muy buenos ellos  y nos tratan muy bien.

Desde que entramos a la vivienda ya nuestra conchita se moja, sabiendo que le espera, y por supuesto Raul con su bulto  se hace cargo de nuestras bromas.

El sábado después de mediodía salimos con los padres de Patricia, quienes  a media tarde retornan para su hogar, y ahí comienza nuestra “aventura”. El paso obligado es  a nuestra “cascada”, por suerte los días no son fríos y si podemos meternos al agua,  con la  advertencia de  doña Alba de que nos íbamos a resfriar o engripar. Jugamos mucho en el agua, queríamos que la casera se metiera con nosotros pero no hubo manera de hacerlo. Esta vez usamos mayas enteras, queríamos dar una buena impresión por aquellos lados.  Cuando retornamos para la vivienda, duras de frio nosotras  y el novio no tanto pero se le notaba la carne de gallina, disfrutamos del paseo, nos empujamos, tratamos de hacer caer al novio y de tirarnos entre nosotras con la complicidad de Raul- Doña  Alba se fue a su casa para preparar la cena, y nosotras con Patricia una ducha para quedar con olorcito a jabón, nos bañamos juntas y no faltaron los besos y lengüita por todos lados  pero sin llegar a mayores. Sabíamos que teníamos una noche con mucho placer. Raul lo hizo solo, pues temíamos que la casera nos cayera como no queriendo. A la gente de  afuera no le gusta mucho esto de que estuviéramos solas.

Como en el campo se cena temprano, ya casi al anochecer teníamos todo pronto para engullir la comida, cosa que hicimos rápido, lavamos lo que ensuciamos y nos miramos los tres.  Mi amiga y Raul habían venido preparados y sacaron la  compu y nos dispusimos a mirar una película, por supuesto porno. Muy rica, buenas vergas y hermosas conchas. No iba en la mitad cuando mi amiga ya estaban a los besos con el novio, metiéndose mano por todos lados, y por supuesto no me quedé atrás así que  deje a mi amiga en cueros con  la ayuda de Raul, y nos deleitamos un rato cada uno con sus tetas bien formadas y su conchita bien rasurada. Desnudamos a nuestro hombre, le paramos bien la pija con nuestra lengua  y me tocó el turno a que ellos me desnudaran, uso una línea no gruesa de pelos en forma vertical  y me hicieron de todo  con mi consentimiento por supuesto, pero ahora le tocaba el turno  a Patricia, así que la di vuelta, le abrí sus nalgas y con mi lengua  comencé a cosquillear su agujerito marrón, mientras mi concha era visitada por Raul. Cuando estaba por largar mi lechita, pare al hombre tome el pote de  lubricante que habían traído y le metí el dedo  a mi amiga por el culo, lo embetune bien y lo mismo que a la pija de Raul. La puse de rodillas en el borde de la cama con las piernas bien abiertas, acerque a Raul y comencé a jugar con la cabezota  de su miembro en  la taza marrón, al instante cuando vi que estaba bien en el culo, le pedí al macho que se la metiera de una y éste ni corto ni perezoso se la metió  hasta la mitad, de un solo envión, solo dio un  pequeño quejido por la impresión, pero aguanto bien y ahí mientras le cogían el culo yo baje y agarre su concha y huevos de Raul, fue un festín hermoso, puesto me que mi amiga jugó con mi cosita y acabamos los tres entre quejidos y suspiros.

Debo decir que Patricia ya había probado el miembro de Raul, por eso no fue como a mí. Y así  el novio cansado se fue a dormir y nosotras con Patricia tuvimos como no podía ser de otra manera otra hermosa torta.

Hemos repetido en alguna otra oportunidad otro encuentro, pero no creo que los relate pues es siempre lo mismo. De si estén seguros que gozo mucho. Por suerte mi colita está bien ya sin dolor hace mucho tiempo.

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