Mi amiga Carolina (2)
Este relato continua de cuando mi marido nos sorprendió a mi amiga Carolina y a mí teniendo sexo y se une a nosotras.
MI AMIGA CAROLINA ( II )
Este relato continua de cuando mi marido nos sorprendió a mi amiga Carolina y a mí teniendo sexo y se une a nosotras.
Sin mediar mas palabras de presentación Carolina se sentó en el borde de la cama sopesando la descomunal tranca de mi marido, acariciaba sus gordas bolas, la masajeaba suavemente, se embriagaba con su olor, descorría su pellejo para admirar su gorda y lisa cabeza, sus dos manos se aferraban a su grueso tallo mientras la punta de su lengua se posaba en su prepucio, su lengua empezó a recorrer toda su extensión, yo sabia muy bien la grata impresión que causa siempre la verga de Miguel, Carolina abrió su boca al máximo y empezó a introducirse aquel falo, momento que aproveche para desnudar completamente a mi marido, me arrodille detrás de él y separando sus nalgas mi lengua se poso en su ano mientras Caro seguía atragantada con aquel enorme mástil.
Entonces Miguel se acostó en la cama con nosotras, entre las dos nos arrodillamos y agachándonos sobre su verga empezamos a chuparsela entre las dos, Carolina me confesó que nunca había visto y disfrutado de una verga tan grande y deliciosa, le dije que ahora lo iba a poder hacer y tenerla en todos sus agujeros, eso la excito demasiado y de un bocado se tragó todo lo que pudo de la verga de Miguel, él dio un gemido, yo me ocupaba de sus bolas mientras ella se tragaba su tronco duro y caliente.
La veía comerse esa verga con mucho gusto y placer, estaba acostumbrada a ver como una chica se comía la barra de mi marido, pero nunca lo había visto como Carolina lo hacia, ella se lo introducía cada vez más profundo, su boca se adaptaba a su tamaño y cada vez introducía mas en su garganta, la tragaba lo más profundo que podía, me la ofreció para compartirla, nuestras bocas recorrían esa verga en toda su extensión, chupandola alternadamente y besándonos entre nosotras, Miguel gemía de gusto al sentir las dos hembras que le mamaban la verga, me incorpore un poco y separando a mi amiga puse su verga entre mis grandes pechos, pajeandosela con ellas, su liquido preseminal embarraba mis pezones que Carolina chupaba y se repartía comiendo mis tetas y chupando su jugosa verga.
Miguel sintiendo que estaba por acabar, no quería hacerlo aún, así que se levanto y le pidió a Carolina que se acostara boca arriba, se dirigió a su concha y comenzó a mamarla fuerte, mordía su gordo clítoris yo me senté sobre ella y le di de saborear mi mojada concha, ella gemía fuerte, disfrutando la mamada de Miguel y eso hacía que hundiera mas su lengua en mi concha. Entonces Miguel se puso sobre ella, tomo su verga y la apuntó a su conchita mojada, yo me agache sobre ella en posición de 69, quedando en primer plano y viendo como mi marido iba a cogerse a mi amiga.
Antes tome su gruesa verga y se la chupe bien, mojándola toda en mi boca, recorriéndola con mi lengua, escupí un poco en la vulva rosada y ansiosa de Caro y con mi mano la dirigí a su concha, él la tomó por las piernas colocándolas sobre sus hombros y la fue penetrando despacio, lentamente pero sin detenerse, Caro gimió ahogada, sintiendo la gran verga que la clavaba y la iba llenando, se relajo para disfrutarla, eso permitió que Miguel la clavara por completo, solo se detuvo al sentir sus huevos chocar contra sus nalgas, yo empecé a chupar su clítoris para relajarla mas y que se mojara bien, él dejó su verga dentro de ella hasta que la notó lista, entonces comenzó a cogerla, a bombear su barra dentro de su raja, iniciando el movimiento de vaiven, entrando y saliendo de su vulva que ahora la recibía sin problema. La verga enorme y dura la penetraba fuerte, Miguel aceleraba sus movimientos, haciéndolos más fuertes y rápidos.
Carolina gritaba de placer, Miguel por momentos sacaba su verga y la metía en mi boca y luego la volvía a clavar por completo en su concha, el olor penetrante a sexo me volvía loca, mientras Carolina gozando empezó a comerse mi concha que estaba toda mojada por la excitante visión de mi marido cogiendose a mi amiga. Miguel inició unas embestidas intensas, conociéndolo sabía que su orgasmo estaba cerca, Carolina ya totalmente excitada y a punto de explotar, no podía ni mamar mi concha. Sentí sus gritos anunciando su orgasmo, sus uñas se enterraron en mis nalgas, su concha explotaba en jugos, eso hizo que Miguel no aguantara mas y la clavara hasta el fondo de su concha y también explotara, casi podía sentir como su abundante leche estaba inundando la conchita de Caro.
Miguel le dio varias estocadas mas hasta descargar toda su leche y Carolina prolongó su orgasmo mientras él lo hacía, bese a mi marido durante unos instantes, luego saqué su verga y se lamí toda, chupandosela y dejándola limpia de su leche y los jugos de Caro. Ambos se levantaron y se pusieron sobre mí, me dijeron que era mi turno de gozar, entonces me acostaron y Miguel lamía mi concha y mi culito, mientras Carolina se ocupaba de mis tetas. Ambos me daban mucho placer, entonces Miguel me puso en perrito y me penetró por la concha desde atrás, Carolina se colocó delante de mí, abriendo sus piernas y ofreciéndome su rasurada conchita, me puse a comérsela, mientras mi marido me cogia de una manera salvaje, duro y fuerte.
Miguel me cogió duro hasta hacerme acabar fuerte sobre su verga que moje toda con mis jugos, chupe con rabia la vagina de Caro y entonces le dije a Carolina que lo cabalgara. Mi marido se acostó boca arriba y ella se montó de espaldas a él, cabalgándolo. Yo me puse delante de ellos y lamía las bolas de mi marido y la concha de mi amiga, me comía su verga al salir de ella, Carolina lo cabalgaba como nunca, su concha devoraba esa enorme verga, Miguel la tomaba por las caderas y la clavaba mas contra su verga, metiendole hasta el ultimo milimetro de su descomunal aparato, Caro lo cabalgaba salvajemente y no tardo en acabar dando gritos de placer, entonces se bajó de esa verga y yo tomé su lugar, pero de frente a Miguel, ambos tomamos un ritmo fuerte e intenso, mi concha subía y bajaba por todo lo largo de su verga.
Carolina arrodillada y bañada en sudor lo besaba a él y chupaba mis tetas, yo seguí montada en su verga, hicimos más rápido y duro el ritmo hasta que juntos acabamos, mi concha explotó sobre su verga, que me llenó de su lechita caliente. Ahora fue Carolina la que se encargó de limpiar su verga y también mi concha, bebiendo mis jugos y también la leche de Miguel que llevaba adentro. Los tres deseábamos seguir pero nos tomamos un descanso, les propuse ducharnos y aceptaron. Llenamos la tina y los tres nos metimos dentro, uno contra otro, Miguel detrás de mí y Carolina delante.
Disfrutamos del agua caliente, que sirvió para relajarnos y las caricias y masajes entre todos nos excitó de nuevo. Miguel le decia a Caro que nunca se habia cogido una negra y menos tan caliente, salimos mojados y volvimos a la cama, Miguel como siempre ya tenía una buena erección, se sentó en la cama y Caro en posición de perrito empezó a mamar de nuevo su verga y yo me puse detrás de ella, comiéndome su culito y su rajita, metí mi lengua en su ano dilatándolo poco a poco, luego dos dedos en su culito y se lo fui abriendo mas, veía como ella se devoraba la verga de mi marido, estaba encantada chupando la verga de mi esposo. Ahora tres dedos se hundían en su culito y mi lengua en su concha. Caro gemía ahogada en la verga de Miguel, clavada en su boca hasta su garganta. Le dije a Miguel que se pusiera detrás de ella y siguiera trabajando su culito, entonces me acerque a Caro y le dije, te gustaría que te metiera esa vergota por el culo?, ella me miró y contestó, me encantaría, la quiero toda, la necesito!!!!!!!!.
Entonces volví con Miguel y le dije que le cogiera el culo, ella quiere sentir toda tu verga, él le dio un poco mas con sus dedos y al sacarlos estaba bien abierto. Separe sus nalgas y pude ver su agujero negro y profundo listo para recibir la tranca de Miguel, el se acomodó detrás de ella, tome su verga y la escupí para mojarla bien, le puse el glande sobre su ano y el presionó despacio, Carolina gimió un poco de dolor, con mis dedos froté su concha, ayudándola a relajarse, eso permitió que la verga entrara un poco mas, empujó un poco mas y el glande se hundió en su culo, ella grito un poco mas dolorida. Miguel esperó un poco y luego empujó de nuevo, ahora el culo se abrió dando paso a la enorme verga, la dejo allí dejando adaptar el culo a la verga y luego volvió a empujar, entrando hasta la mitad su mástil duro y grueso.
Carolina dio un grito un poco ahogado de dolor, pero le gustaba, le pidió que siguiera, mis dedos seguían en su concha, Miguel presionó mas y el culo de Caro cedió abriéndose y dando paso a la verga que no paró hasta clavarse hasta los huevos, veía fascinada como la gruesa barra de mi marido era devorada totalmente por aquel dilatado ano, las estocadas de Miquel eran mas intensas, Carolina apretaba sus dientes y sus manos se aferraban a las sabanas, yo escupía sobre la verga viendo como entraba y salía, cuando Miquel la sacaba yo volvía a chuparla, la mezcla de los jugos de su polla y del ano de Caro eran algo exquisitos, separaba las nalgas de Caro y veía el enorme agujero que mi marido taladraba con gran maestría, sus movimientos se aceleraron al máximo anunciando su derrame, saque la verga del ano apretándole las bolas para darle tiempo a Caro de voltearse y entre ambas recibimos los portentosos chorros de semen directamente en nuestras bocas, entre ambas limpiamos su polla tragándonos su semen y dándonos lengua con Caro, aquello era increíble, el sabor a semen de mi marido y la saliva de Caro eran traspasadas de una a otra, caímos rendidos sobre la cama, pero aun me faltaba algo.
No sé cuanto tiempo dormimos, pero cuando desperté vi que Caro ya habia iniciado labores y de nuevo chupaba la verga de mi marido sin descanso, su mano descorría su pellejo mientras su lengua recorría su glande, esta vez la deje a ella sola, arrime mi cabeza para ver como se devoraba la enhiesta verga de mi marido que respondía a sus caricias, Caro sabia muy bien lo que hacia y era claro que deseaba aprovechar al máximo su estadía en nuestra casa, la visión de aquella morena atragantándose de verga no tardo en calentarme, baje mi mano a mi concha acariciando mi clítoris, me masturbaba mientras veía la fenomenal mamada que mi amiga realizaba, subía y bajaba su cabeza, succionaba, mordía, acariciaba, palpaba, tocaba, la vida se le iba en aquella felacion, Caro me miraba como haciéndome fieros con la verga de mi esposo, su lengua recorria una y otra vez su grueso tallo, mi concha estaba totalmente mojada.
Se te antoja? me pregunto Caro, mi marido sudaba a mares y sin pensarlo dos veces me encarame y ensarte en aquella barra caliente dándole frente a mi marido, mi amiga ayudo a introducirme aquel colosal miembro en mi concha, empecé a menear mi cadera enterrándome totalmente su grueso falo, me sentía en el cielo, Carolina no perdió tiempo y empezó a chupar mi ano, sentía su lengua pujando en mi ojete mientras la verga de Miguel entraba y salía a gran velocidad de mi dilatada y húmeda vulva, aquello era lo máximo, Caro alternaba sus lenguetazos en mi ano y en las bolas de mi marido, el me mordía los pezones alternándoselos en su boca, me recosté sobre su pecho elevando un poco mis nalgas para darle mayor libertad a la deliciosa lengua de Carolina en mi ano, de repente deje de sentir la lengua de Caro y me concentre en la deliciosa follada de mi marido, su verga caliente era una delicia, mi vagina se aferraba a su tronco como un guante, cadenciosamente movia mis nalgas sobre su barra mientras mi lengua chupaba la de Miguel.
Volví a sentir esta vez los dedos de mi amiga hurgando en mi ano, voltee a mirarla y la vi con el consolador atado a su cintura, sabia lo que se proponía y la idea me encantaba, detuve mis movimientos sobre la verga de Miguel, eleve mis nalgas y me prepare para la estocada, Caro coloco la cabeza negra y gorda de aquel consolador y de un solo empujón me dejo ir casi 12 cms de aquella barra en mi ano, di un grito descomunal que debió oírse en el vecindario, Caro asustada me la saco de inmediato, le indique donde habia crema y roció una generosa porción en mi ano, de nuevo coloco la cabeza de aquel consolador y esta vez lentamente la fue introduciendo, el dolor empezaba a ceder dando paso a un placer enorme, estaba siendo penetrada por dos vergas, la real de mi marido en mi raja y el consolador de Caro en mi ano, lentamente fuimos acompasándonos en los movimientos, disfrutaba de aquellas vergas como nunca.
Caro se aferraba a mis senos y su boca buscaba la mia mientras no cesaba de bombear su juguete en mi ano, Miguel me tomaba fuertemente por la cintura mientras elevaba su pelvis clavando mas su miembro, Caro continuaba con un mete y saca delicioso en mi ano, Miguel anuncio que estaba próximo a correrse, entonces Caro retiro su consolador de mi ano, me desenterré de la verga de mi marido en mi concha y mi amiga guió su falo hacia mi ano, me deje caer encima ensartándome su verga en mi culito en el mismo instante en que chorros calientes salían como cañonazos de la verga de mi marido inundando mis intestinos, en segundos sentí mi orgasmo y la lengua de Carolina recogiendo el semen de mi marido y mis jugos.
Los tres quedamos acostados, convulsionados por el orgasmo, me abracé a Caro, besándonos, Miguel me tomó por detrás, dejando sentir su verga ahora blanda entre mis nalgas, nos volvimos a dormir, rendidos, el calor de nuestros cuerpos unidos, el olor a sexo invadía la habitación, desperté después de un par de horas y vi el cuerpo desnudo de Caro, comencé a besarla y recorrerla con mis manos, ella fue despertando, me miró y sonrió, acariciando mis cabellos mientras me comía sus pechos erguidos y duros, la deseaba y me deseaba, queríamos mas...
Continuara.