Mi amiga Carolina (2)

Esta es la segunda parte de lo que pasó en casa de mi amiga Carolina. Esta vez mi hermano se une a la experiencia.

MI AMIGA CAROLINA 2.

Algunos recordarán lo que relaté sobre mis experiencias con mi amiga Carolina y sus padres esa tarde caliente en la que me mostraron varias cosas nuevas para mi. Despues de ver a Carolina teniendo relaciones con sus padres y de que me iniciaran (Aunque yo seguía siendo virgen) en los juegos perversos en los que se deleitaban, pasó un tiempo hasta que volvieron a pasar cosas.

Mi vida siguió normalmente, aunque tengo que confesar que despues de escuchar a Roberto (El padre de Carolina) prometiendome que algún día me desvirgaría, me confundió un poco y me produjo una sensación entre placentera y de temor. Yo no había querido volver a la casa de Carolina, pero a mitad de año del colegio, casi todas las chicas ya habían cumplido 14 años y le tocó el turno a ella, la cual hizo una fiesta en su casa con nuestras compañeras y algunos chicos del colegio de enfrente, entre los que se encontraba mi hermano Marcos de 15 años que estaba loco de amor por Caro.

Mi madre habló con María ( Asi se llamaba la madre de Carolina) y quedaron en que yo me quedaba a dormir en su casa, ya que mis padres iban a aprovechar para salir a lo de unos parientes que vivian lejos. Mi hermano en cambio se iba a dormir a la casa de uno de sus amigos, Pablo.

La fiesta de cumpleaños transcurrió normalmente, bailamos, hicimos bromas y Carolina sopló sus 14 velitas. Mi hermano no le quitaba los ojos de encima y debo decir que por un momento me puse celosa. Recordé la tarde en la que nos tocamos y chupamos con mi amiga y su madre y no me gustó la sensación de pertenencia que tenía hacia ella. Despues de todo a mi me gustaban los chicos y lo que había pasado con los padres de Caro y ella era solo una experiencia que yo creía que no se repetiría.

Roberto estaba de viaje de negocios asi que yo estaba muy tranquila porque sabía que mi virginidad no corría peligro esa noche. A media tarde hubo un llamado para Caro. Era él, que le deseaba felíz cumpleaños y le prometía traerle unas ropas que le gustaban como presente por el cumple. Después de saludar a su padre Carolina se puso a bailar y mi hermano se fue acercando a ella y estuvieron hablando un rato. Pablo, el amigo de mi hermano se acercó a mi y bailamos un poco. Era un chico rubio y delgado que me parecía atractivo pero no me gustaba del todo.

Al final de la tarde solo quedabamos nosotros cuatro y la madre de Caro que junto con la empleada se dedicaron a ordenar las cosas del cumpleaños.

Nosotros cuatro: MI hermano Marcos, Pablo, Carolina y yo nos fuimos para el cuarto de Carolina a ver un poco de televisión.

Estuvimos ahí una hora hasta que los chicos miraron la hora y Pablo dijo que se tenían que ir, Marcos asintió con disgusto y Carolina salió de su cuarto por unos momentos. En ese momento mi hermano me repitió lo que me decía siempre, Carolina le gustaba mucho y quería pedirle que salieran solos a tomar algo. Le estaba diciendo que era una buena idea cuando aparecieron Carolina y su madre en la puerta. María les dijo a los chicos que necesitaba ayuda para mover unas mesas en el living y los dos fueron con ella. Carolina cerró la puerta de su cuarto y vino hacia mi. Nos acercamos y me tomó de la mano llevándola directamente a su entrepierna. Me sorprendí un poco. Ella me dijo:

Aprovechemos que se fueron para hacernos unas pajas.

¿Estás loca Caro? ¿Y si vuelven?

Le dije a mama que los entretenga.- Dijo ella complice dándome un besito en la mejilla.

Nos acercamos las dos sobre la cama y nuestras bocas se juntaron en besos que primero eran tímidos y después fueron cobrando calentura.

Yo estaba vestida con pollera y la mano de Caro ya estaba sobre mi bombacha acariciandome, mientras que yo la hice poner de rodillas y le desabroché el pantalón bajándoselo.

Nos tocabamos suave sobre las bombachas y nos besabamos tocándonos las las lenguas con dulzura.

Carolina estaba muy mojada y cuando metí la mano por debajo de su bombacha pude sentir la calentura de su concha. Ella hizo lo mismo.

Las dos nos tocabamos llenándonos las manos de flujo y despues nos metiamos mutuamente los dedos en la boca para tomarlo.

Te la quiero chupar.- Me dijo mi amiga empujandome sobre la cama y abriéndome las piernas. Enseguida comenzó a lamerme suavemente mientras yo estaba ya por acabar.

Me encantaba estar con Carolina, era una diosa, era tan linda y tan calentona que me daban ganas de chuparla toda yo tambien. Tuve miedo de convertirme en lesbiana, pero me dejaba llevar.

Carolina me hizo acabar con la boca y despues vino hacia mi y me dio unos piquitos muy suaves sobre los labios. Yo estaba muy caliente y le dije:

Ahora yo a vos, te la voy a chupar mucho..

No.- Me dijo ella.- Vamos a ver que esta haciendo mamá...

Al principio no entendí. Fue cuando Carolina me ayudó a subirme la bombacha y me tomó de la mano para sacarme de su habitación, cuando me di cuenta de que entre madre e hija habían planeado algo. El corazón se me aceleró a mas no poder. Tenía vergüenza y miedo. Mi hermano y su amigo Pablo estaban a merced de María que ya había demostrado ser una degeneradab total.

Carolina me guió por el pasillo que conducía al living de la casa. Cuando llegamos nos quedamos escondidas espiando lo que sucedía.

La luz había bajado y María había cerrado todas las cortinas. Mi hermano y Pablo estaban sentados en un sofá viendo la televisión. La madre de Carolina estaba sentada en medio de ellos con los controles remotos de la tele y la video en las manos. El volumen de lo que veían estaba bajo.

Los veíamos de frente, pero la oscuridad del pasillo nos mantenía ocultas.

Carolina me aferró la mano y me dijo al oido:

Mirá, los chicos la tienen parada. Se les nota debajo del pantalón.

Enseguida llevé mis ojos a lo que Carolina me indicaba. Era real. Debo confesar que ver a los dos chicos con mirada fija en el televisor y los pantalones levantados me exitó mucho. De solo pensar que uno de ellos era mi hermano me daban escalofrios.

Carolina me puso una mano en la cola y me acariciaba despacio. Mientras sentada en el sofá, su madre les decía a los chicos:

¿Les gusta esta película?...

Los chicos asintieron sin dejar de mirar la pantalla. En ese momento veo que María lleva cada una de sus manos hacia los pantalones de los chicos y los comienza a acariciar. Mi hermano la miró y se notaba que sentía vergüenza. Pablo se notaba que estaba muy caliente y se dejaba hacer sin decir nada.

Las tienen bien duritas bebés....- Dijo la madre de Carolina y masajeaba las pijas por arriba de la ropa.- Bajensé un poquito los pantalones...

En ese momento Carolina metió su mano debajo de mi bombacha y me rozaba el ano con uno de sus dedos mientras se acercaba al oido y me decía:

Estoy muy caliente Guille.

Pude ver que Pablo se desabrochaba el pantalón y se lo bajaba quedándose en calzonzillos. Debajo se le notaba la pija bien parada y María seguía acariciandosela por arriba. Mi hermano Marcos era mas pudoroso y tardó un poco mas. No pude apartar mi mirada de sus manos desabrochándose el cinturón y bajándose el pantalón y calzoncillos tambien. Y le vi la pija. La tenía muy parada.

Cuando Pablo miró al costado y vio eso se animó y se bajó lo que quedaba. María ahora tenía las dos pijas en sus manos y los pajeaba suavemente mientras las caras de los chicos eran de éxtasis total.

Que lindos pajeritos...- Decía María mirándolos un poco a cada uno.

Carolina me tocaba la concha suavemente y no pude evitar emitir un suspiro. Me asusté porque podíamos ser descubiertas. María miró hacia nuestro lado y efectivamente me di cuenta de que sabía que estábamos allí.

Con mi amiga Caroliona nos quedamos inmóviles mientras veíamos que María les decía algo en los oídos a mi hermano y a Pablo. Los cuales se tomaron cada uno su pija y comenzaron a hacerse la paja mirando loa pantalla.

María se levantó rápidamente y vino hacia nosotras. Intenté moverme pero Caro me detuvo.

María llegó hasta nuestro escondite y nos miró a las dos. Se acercó a nosotras y nos tomó del cabello a cada una. Nos acercó un poco bruscamente y nos dijo:

Ahora tengo a dos mironas para jugar y castigar. Vengan conmigo pajeras...

María, Marcos es mi hermano...- Le dije, como queriendo hacerla reflexionar.

Pero bien que le estabas mirando la pija. Igual no te preocupes...

Cuando Marcos y Pablo nos vieron llegar tomadas del cabello por la madre de Carolina se quisieron morir. Rápidamente intentaron levantarse las ropas. María los detuvo diciendo:

No se apuren. Vamos a jugar un poco con la putita de mi hija. ¿Quieren?

Los dos miraron a Carolina y María comenzó a sacarle loa ropa bruscamente. Mirándome me dijo:

Guillermina, sentate en medio de los chicos.

Timidamente me senté entre mi hermano y Pablo, con cuidado de no rozarlos ni tocarlos. Los dos estaban sentados sin tocarse las pijas pero estaban erectos y esperando calientes. Mi hermano me miró y me di cuenta de que estaba muerto de vergüenza pero la situación era tan caliente que nos dejamos llevar. Nos quedamos los tres mirando a Carolina y su madre.

Ahora Caro estaba en ropa interior parada enfrente nuestro. Mi hermano estaba muy caliente, su amor estaba frente a él y casi sin ropa. Vi que se llevaba la mano a la pija y se la acariciaba lentamente.

Vení Pablito, sacale la ropita a mi hija...- Dijo la madre de Carolina.

Pablo nos miró y se puso de pie, terminándose de sacar el pantalón quedó de pie frente a Caro, completamente desnudo. Con torpeza le sacó el corpiño y rebelo los pechos de Caro que eran redondeados y chicos. Despues María lo tomó por el brazo y lo guió hasta la espalda de Caro y este le bajó la bombacha. Carolina quedó completamente desnuda frente a nosotros.

¿Te gustaría cogertelá?.- Preguntó María.

Pablo asintió timidamente.

María nos hizo levantar a los tres y rodeamos a Carolina. La hizo sentar en una silla y les pidió los cinturones a los chicos. Con ellos ató las manos de su hija a los costados del asiento. Después le abrió las piernas y nos dijo:

Vamos a chuparla un poco todos. Vení marcos, se te nota que la queres chupar hace rato.

Mi hermano sonrió y se agachó frente a Carolina. La madre de esta lo guió hasta la entrepierna de mi amiga y la empezó a lamer suavemente. Mientras Pablo estaba mirando se agachó también y se acercó a las tetas de Caro. Yo fui por el otro lado y los dos comenzamos a chuparle los pezones, mientras su madre le tiraba del pelo y le decía:

Sos muy putita hija. Acá tenés a tus amiguitos chupándote toda...

Carolina estaba muy caliente y mi hermano le estaba comiendo la concha sin parar. Pablo y yo seguiamos chupándole las tetas que estaban muy paraditas. La madre de Caro se acercó a su hija y le decía cositas al oído. Caro se retorcía de placer. Estuvimos asi un ratito.

Despues María fue hacia los chicos y los sentó a los dos en el sofá, volviendo a la posición del comienzo. Ahora estaban los dos desnudos. Yo ya había perdido toda vergüenza ante la visión de mi hermano con la pija parada. Los chicos nos miraban y entre Caro y su madre me fueron sacando toda la ropa. Quedé desnuda frente a los chicos.

Las quiero ver chupando esas pijas- Dijo María haciéndonos arrodillar.

Pablo me miró con los ojos calientes cuando quedé frente a él.

Carolina le agarró la pija a mi hermano el cual inclinó la cabeza hacia atrás por el placer del contacto. Los empezamos a pajear y lentamente comenzamos a pasarles la lengua subiendo y bajando.

María se arrodilló detrás nuestro y nos acariciaba la cola a las dos. Nos metía un dedo en la concha a cada una y nos decía:

Eso, calientenlos bien que después los quiero yo...

Los chicos estaban a punto de acabar. Nosotras tambien por la masturbación de María. De pronto la madre de Caro nos tomó del pelo y nos dijo:

Basta putitas. Dejenmelos a mi.

Nos apartó y avanzó de rodillas hasta los chicos. Los obligó a acercarse entre si hasta que quedaron pegados. Se podía ver que estaban incómodos por el contacto corporal con otro hombre desnudo.

María los empezó a pajear y les chupaba la pija a cada uno un rato.

Que lindos pajeros... les voy a sacar toda la lechita.- Decía María caliente.

Con Carolina nos agachamos y subimos la pollera de María, para despues bajarle la bombacha. Caro estaba muy caliente y comenzó a meterle los dedos en la concha a su mamá. Yo le acariciaba el culo y le metía un dedo suavemente.

Si, nenitas, sigan así. Cogeme bien Carolina.

Cuando miré a mi hermano y a Pablo los dos estaban al borde del orgasmo, pero María los hacía desear y se detenía acariciándoles los huevos despacio.

En ese momento los agarró de las manos y dirigió la de mi hermano hacia la pija de Pablo y la mano de Pablo hacia la pija de mi hermano.

Miren chicas. Están tan calientes que se van a hacer la paja entre ellos los putitos...

María nos agarró del pelo y nos acercó para que miraramos como los dos se pajeaban entre ellos. Carolina me tocaba la concha y yo le metí la mano a ella.

María se alejó un poco y mirándonos decía:

Son muy pajeros los cuatro, asi me gusta, vamos a repetir esto algún dia. Guillermina, vos ya sabes quien te tiene que coger. Asi que te vas a tener que aguantar. Pero Caro...hijita, te mereces una buena cogida.

Antes de que los chicos se hicieran acabar mutuamente María los detuvo nuevamente y los levantó del sofá. Estaban un poco tímidos por haberse tocado entre ellos. María los acarició un poco. Acomodó a Carolina de rodillas y puso a mi hermano atrás y a Pablo adelante. Carolina comenzó a chupar su pija.

Pablo estaba casi acabando. Caro me miraba y sacaba la lenguita con deseo. Me calentaba mucho su cara de putita y esa lengua recorriendo la pija de Pablo.

Mi hermano se colocó atrás de ella y de a poco se la fue metiendo . María me agarró y me acarició el cuerpo mientras me decía:

No pienses que te voy a hacer coger hoy. Mi marido quiere tu conchita y se la vamos a guardar. Tiene una pija mas grande que la de estos pajeros. Mirá a tu amiguita como se traga la leche de Pablito.

Pablo estaba acabando en la boca de Carolina la cual dejó que parte de la leche le chorreara por la comisura de los labios. María me empujó suavemente y fui hacia ella y entre las dos le limpiamos la pija a Pablo que estaba con una cara de placer única. Le saqué con la lengua toda la leche que le había quedado a Caro en la cara. Mi hermano la seguía cogiendo con ritmo y cuando empezó a emitir sonidos María lo separó de Caro y con la mano lo pajeó hasta que le tiró toda la leche encima de la cola. Despues me agarró por el brazo a mi y me acercó a la cola de Caro diciendo:

Te vas a tomar la leche de tu hermano.

Me agachó con rudeza y me tomó del pelo. Me acercó al culo de su hija por donde chorreaban gotas de leche y me hizo chupar todo. Pasé por el ano,la concha y todo el culo. Mi hermano se sentó en el sillón exausto tocandose la pija.

Cuando terminé yo estaba re caliente. Todos habían tenido sus orgasmos menos yo.

María me dijo:

Te portaste muy bien Guillermina. La semana que viene te vamos a hacer una fiestita especial, eso si los chicos quieren. Además tenemos que esperar a que vuelva mi marido de viaje.

Los tres asintieron con cara de calentones. Miré a mi hermano. En nuestras expresiones estaba implícita la promesa de que no ibamos a decir nada de lo que había pasado esa noche. Mi hermano me miró las tetas y yo le miré la pija. Era la primera vez que nos veiamos desnudos.

Pero estaba segura de que no iba a ser la última.