Mi amiga Ana (4)

Ana se lleva una sorpresa inesperada

Hola. Este es mi cuarto relato. No es inmediato en tiempo al anterior, pero ocurre que los meses transcurrieron dentro de lo normal en cuanto a sexo con Gabriel y me dediqué un poco más a las competencias deportivas en muchas de las cuales yo era la representante. Gané varias medallas,seis en atletismo, y dos en gimnasia deportiva (hoy llamada gimnasia artística), pero esto lo cuento para mí, ya que descarto el interés de ustedes.

También me gané una lesión en esas competencias. Sufrí una esguince de tobillo que no me dejó completar la competencia de 400 con vallas, terminé con una venda y bolsas de hielo y sin poder apoyar el pie por unos cuantos días. Después de ver al traumatólogo, y descartando una lesión ósea, este me recetó pastillas antiinflamatorias y escribió una terapia a seguir con ultrasonido y calor, y me derivó con un kinesiólogo que trabajaba en el mismo edificio, pero esto es una historia aparte que voy a contar más adelante.

Ya a fines de octubre habian sido las competencias, y la primer semana de diciembre estaba totalmente recuperada de la lesión. Si bien llevaba una vida bastante liberal para mi edad y para la época, me sentía enamorada de Gabriel. Ustedes dirán, “¿y qué tiene que ver lo liberal con estar enamorada?”; bueno, este es mi concepto: que si bien podía salir o hacer lo que quisiera con cualquier hombre, él me atraía mucho, y muchas veces rechacé invitaciones por ese motivo…, muchas veces, no todas. Nos veíamos todos los días de semana, ya que seguía escapándome cada vez que podía, y los sábados, que eran los días que aprovechábamos para salir a bailar o al cine. A él mucho no le gustaba salir porque se sentia observado por estar con una pendeja. Las pocas veces que fuimos a bailar yo me tenía que aguantar las miradas o gestos que me hacían otros tipos, y además ir al baño era una tarea casi imposible, dos veces entraron conmigo diciéndome cosas y cualquier tipo de ofrecimientos, los que se imaginen. Nunca le hice ningún comentario a él para no hacerlo sentir mal ni se pelee. Solíamos ir a un boliche de la zona oeste y cada vez que íbamos, había un conocido que era algo de RRPP del lugar y nos avisaba cuando podíamos ir al reservado del primer piso.  Previo a eso tenía que estar un rato en las barras tomando algo. El reservado estaba totalmente oscuro y daba para todo. Siempre era zarpado lo que allí pasaba, ya sea nosotros y el resto también, pero recuerdo que una de las veces que entramos y antes de poder sentarme ya estaba con el top por la cintura y me empezó a chupar las tetas, yo le desabroché la bragueta y le metí la mano sacando la pija ya dura, bajé y se la empecé a chupar. Nos sentamos, me calentaba saber que a casi nada de distancia había mucha gente y nada, ninguna pared nos separaba; le estaba haciendo una mamada cuando sentí la mano en la pierna de un tipo que estaba muy cerca nuestro, pensé que debido a la oscuridad había sido sin querer, pero siguió haciéndolo de una manera que no dejaba lugar a dudas, me sentí confundida y no supe como reaccionar, pero también me excitó el hecho de no tener idea de quien me estaba tocando y opté por dejarlo. Cuando se dio cuenta que tenía vía libre se puso más insistente. Me tocaba todo el culo y la concha sin ninguna consideración y tiraba del pantalón hacia abajo, así que con cierto disimulo bajé el cierre del costado y me bajé el pantalón y la tanga hasta la mitad de los muslos para que me pueda meter los dedos. Cuidaba que las manos de Gabriel no fueran para abajo y se de cuenta que me estaban tocando, abría las piernas todo lo que podia y me metía la poronga hasta donde ya no aguantaba, cuando la cabeza me tocó la garganta empecé a toser, y yo seguía, y el tipo también. Sin darme cuenta a nada la mano de Gaby bajó veloz por mi espalda al culo y se dió cuenta que había había alguien más. Casi al instante se le puso más dura, puso la mano en mi nuca y me bajó con fuerza la cabeza, yo hacía arcadas y tosía. Calculo que por la forma en que lo hacía muchos se habrán dado cuenta de lo que estaba pasando, pero yo seguí hasta que Gabriel me llenó la boca de semen. Creo que no les conté que él no era de acabar un par de gotas, eran varios chorros que salían con fuerza y cada uno era de una cantidad considerable, por lo que muchas veces me daba cuenta al rato que tenía restos en la cara o el cuello. Del tipo les cuento que tenía tres dedos adentro de la argolla que no me dejaban mover, tampoco quería que los sacara, estaba totalmente empapada. Sentí la voz de Gabriel que en un susurro me decía al oído, “goza putita, te gusta que te cajeteen”. “Seeee”, le respondí en un gemido y un pequeño chorrito de pis se me escapó. Al minuto me senté, acomodé mi ropa, y salimos. Fui al baño para acomodarme el pelo y lavarme un poco pero cuando me vi en el espejo me di cuenta que no había una solución inmediata, salí disparada, lo agarré a Gabriel y le dije, vamos ya. Salimos y fuimos a un hotel que estaba por mitad de camino, al día siguiente debía almorzar con mis padres y quería aprovechar más el tiempo. Una vez en el telo (hotel aquí en Argentina), me di una ducha caliente, habré estado unos quince minutos mientras él miraba una porno en la tele. Cuando salí y mientras me secaba lo miré, estaba tocándose y se veía una erección formidable. Me acosté al lado de él y seguí yo. Miramos un rato la película en la que a una chica muy linda la cogen dos negros, los dos con unas pijas que me daba la impresión, no eran de verdad, parecían caballos. En un momento la penetran por delante y por atrás, yo no lo podía creer, el que se la metía en el culo la mandaba toda hasta el fondo. Unas tres veces la sacó y se la puso en la boca y ella la chupa toda, esa escena me calentó mucho. Al final le acaban en la boca y la cara y se traga todo el semen.

Ya antes que termine le estaba pasando la lengua a la pija de Gaby. Cuando empieza la otra película me le monto mirándolo a los pies y me la meto. Empiezo a moverme despacio, pero me parece que las películas habían hecho su efecto y acabó a los poco minutos.

Después nos pusimos a charlar y salió el tema del tipo que me había metido los dedos. Me preguntó : “te excitaste?, te gusta sentirte puta amor?”

“La verdad que sí, me calenté mucho, y en ese momento quería una pija adentro”, le respondí.

“Te acordas que te dije hace varios meses que conocía a un tipo que la tiene grande de verdad?”, me dijo, y agregó “le pregunté si puede venir la semana que viene y me dijo que el jueves está libre”.

“Amor, vos no te vas a sentir mal?, si no queres no lo hago”, le dije, pero por dentro estaba que volaba.

“También me da como miedo estar sola con un tipo que no conozco”,

“Yo voy a estar todo el tiempo amor, quedate tranquila, va a ser una sorpresa!”, dice.

Me quedo pensando sin saber qué decir, al final le di un beso apasionado.

“Mi vida, si vos estás seguro, yo voy para adelante”, le repetí.

“Amor, preparate una excusa para el jueves, esa noche te quedas a dormir conmigo, pero la fiesta va a arrancar a las dos de la tarde, más o menos.”, contestó agregando, “lo que sí mi vida, si podes venir antes, mejor, así te ayudo a prepararte, sino trata de comer poquito el día anterior y lavate bien, me entendes?”.

“Si amor, te entiendo, que venga bien liviana, así voy a venir. Y voy a llegar apenas tarde, así me hago desear!, jaja!”, le dije.

Seguimos charlando un rato pero no me contó más nada de ese tipo, yo estaba entre ansiosa y temerosa, nunca había tenido sexo con un tipo sin conocerlo antes, esto era nuevo. A la mañana me alcanzó hasta mi casa y nos despedimos. El lunes y martes no nos vimos, me dijo que me quería con muchas ganas de coger. El miércoles fui al negocio y tomamos un café que apenas probé. Le hice muchas preguntas y lo único que saqué fue que el tipo era del interior de la provincia. Y llegó el día, Gabriel me había dicho que, con bastante tiempo, trate de hacerme una o dos enemas de café, y así lo hice. Tomé el colectivo para llegar un ratito antes y luego esperé a que pasaran quince minutos de las dos de la tarde.

Vi un cartel que anunciaba que ese día no se iba a atender público. Golpeé la puerta y Gabriel me abrió y sonrió. “Hola amor, qué linda estás”, dijo.

“Gracias mi vida”, le respondí mirando para todos lados. Pensé que no había venido nadie.

“Vení que está en el cuarto, te preparaste como te pedí?”

“Si amor, todo tal cual”, le dije.

Entramos y había un tipo totalmente desnudo de unos 25 años, un poco más, morocho, alto, lindo físico. Se me acerca y me da un beso en la mejilla, “hola, soy Sergio”, me dice.

“Ana,…. Ani” le respondo.

Le miro la pija y era casi igual a la de Gabriel, lo miro a Gabriel y me hace señas de que no me apresure con la palma de la mano.

Sergio me pregunta si quiero tomar algo y le digo que un poco de agua. Me parecía irreal la situación pero estaba entrando en clima. Le sonreí algunas veces y siempre me pescó mirándole el pedazo. Me da el vaso, le doy unos sorbos y me lo saca para apoyarlo en la mesada. Me acerco a Gabriel, lo abrazo y le susurro al oído “amor, me parece que la tuya es más grande, que hago?, queres ver como me coge?”.

“Un minuto amor, antes quiero ver tu cara de sorpresa. Desnudate mi vida. Y acá hay aceite”, dice.

Me empiezo a sacar la ropa y este Sergio no paraba de alabarme las piernas, todo el cuerpo también, pero las piernas y la cola decía, eran perfectas. Me pasó un poquito de aceite por el cuerpo, como para realzar mis musculos y me pasa algo más por la cola y deja bien lubricado el culo.

Me quedo parada mirándolos, si había algo que quería era una doble penetración, pero Gaby seguía vestido. Me acerco a Sergio, me pongo aceite en la mano y se la paso por la pija.

Gabriel se para y  pregunta: “estamos listos?”, yo asiento y Sergio también, pero medio que se reía. Entonces se dirige a la puerta y en voz alta dice: “potro, vení”.

Aparece en la puerta un tipo de edad indefinida pero joven, todo desnudo, yo no daba crédito a lo que tenía adelante, parecía mas un brazo que una pija, nunca me había imaginado eso. Encima estaba como doblada para un costado y subía y bajaba por las contracciones musculares que daba este tipo, el “Potro”. Me mira y se la agarra y hace unos movimientos que hacen golpear la cabeza en la palma de su mano. Nunca sonrió y menos me saludó.

En un instante cambié de parecer. Mil cosas pasaban por mi cabeza. Pero la realidad era que eso no podía entrar en mi culo sin hacer un daño permanente. Pensaba en como le iba a decir “no”, ya que seguramente no iba a poder caminar por no sé cuánto tiempo. Decidida, agarro mi ropa y le digo a Gabriel que capaz más adelante podríamos probar, que ese día no estaba preparada para hacerlo.

Este Potro, de un manotazo me saca la ropa de la mano y la tira afuera del cuarto, hacia el local.

Era medio tosco, casi no hablaba, rasgos cuadrados. Después me enteré que era empleado rural.

Lo encaro y le digo, enojada, que me iba. Lo miro a Gabriel que estaba a un costado y con voz más fuerte sigo diciendo “y con vos voy a hablar!”.

Cuando termino de decir eso sentí algo en la cara y cabeza, tardé en darme cuenta que este tipo me había dado una tremenda cachetada. Trastabillé y casi me caigo. Por la sorpresa me dejó hasta mareada. Me agarró del pelo, me lo sacudio muy fuerte y tiró hacia abajo, se me doblaron las piernas y me senté en el piso de costado. No esperé nunca eso. “Chupá puta” me ordenó. Acercó la pija a mi boca pero era enorme, no me entraba la cabeza. Un par de veces traté pero no pude. Al momento vino otro sopapo, más fuerte que el anterior. “Abri la boca”, dice, y me apreta la nariz con dos dedos, trataba de tragar aire pero estaba la pija que no dejaba entrar nada, finalmente me metió la cabeza, o algo, yo le pasaba la lengua por toda la pija, se acuesta en la cama y me dice que le siga chupando, cada cosa que supuestamente no entendía o tardaba en hacer, venía una cachetada, se agarra los huevos y me mira, los empiezo a lamer y chupar, y de a uno me los metí en la boca. Después me agarró de los pelos y me puso a chuparle el culo. Estaba como aterrada por las cachetadas, sus manos callosas golpeaban de verdad. Antes de que me vuelva a pegar le empecé a pasar la lengua por el ano y todo el orto. Varias veces le introduje la lengua también. Estaba en esa chupada de culo cuando siento la mano de Sergio. Me acaricia, separa mis nalgas, y las hace mover para que se aflojen.

De a poco me va dilatando el culo, sentía sus dedos entrar de a uno, de a dos, tres. Giraba la mano. Ponía más aceite. Siguió así hasta que se sintió conforme y apoyó la cabeza de su pija en mi caverna. La empezó a meter y no paró hasta que entró toda. Me encantaba sentirlo, creo que Gabriel se estaba pajeando, pero la verdad no recuerdo. Me empezó a coger y yo volví a chuparlo todo al Potro. Estaba muy excitada. La cabeza entró sin problemas en mi boca y con la mano lo pajeaba. Me sacó violentamente la mano y se paró, poniéndose junto a Sergio. De reojo pude ver su miembro y tratar de compararlo, pero no pude decir en ese momento que era el doble o más. Yo ya venía llorando por los golpes y tirones de pelo que recibí. Acostada como estaba, y con la cola apuntando al techo le imploré que no lo haga, “no me hagas el orto, me vas a lastimar de verdad!”. Como respuesta tuve un chirlo en el cachete derecho que me hizo llorar más aún. Sentí aceite y dedos en mi cola, culo, esfínter. Al toque vino otro más fuerte. Me dejó ardiendo mal. Sentía como que mi piel se había abierto. También con esa mano áspera y enorme, como para no lastimarme. Sentí la cabeza en la puerta hacer presión, traté de relajarme y tomé aire, mordí fuerte la sábana y no hablé más. Estuvo un rato tratando de hacer entrar la punta de la chota, la sacaba y volvía a meter dedos y dilatar más. Hasta que Sergio casi pudo meter la mano entera. Yo los escuchaba hablar pero estaba como ida, aturdida. Siento que sale la mano y entra la cabeza, ahora sí pasó. Si debo graficar lo que sentí era que el culo se estaba reventando. Me la fue metiendo toda, lento, hasta que su pelvis hizo tope con mi cola. Ya está, pensé, entró toda. Sentía una puntada en el ombligo. Y ahí empezó a darme bomba. Sentía esa verga entrar y salir de mi culo y empecé a disfrutarlo. A los cinco minutos la saca, se acuesta en el sofá y se la chupo entera, mientras Sergio ocupó el lugar del otro. Al ratito se volvió a levantar y me  la volvió a poner, ya como que me habia acomodado a ese tamaño. Sentía todo el vientre invadido por esa verga, hasta el esternón. Al rato la vuelve a sacar del culo y me la da para que la vuelva a chupar, cuando la vuelve a poner me agarra de los hombros tirando para sí, me sentía empalada. Así se levantó, estaba toda ensartada, sólo me sostenía de los pelos y la verga en mi culo, tuve la fantasía de que me suelte los pelos y siga igual sólo sostenida con esa pija; se dió vuelta y acostó mirando boca arriba, Sergio me cajeteó un poco y me empezó a coger. No tenía mucho espacio porque la pija del Potro ocupaba todo y presionaba los otros órganos, era como si mi concha fuera más pequeña. Pero la metió sin mucha dificultad. Me estuvieron cogiendo un rato al cabo del cual el Potro le tocó el brazo para que saliera, él tambien la sacó y me apoyé en los codos para recibir la descarga de sus pelotas en la cara y la boca. Acabaron casi juntos, primero Sergio, que me cubrió casi toda la cara y después el Potro. Todo en él era mucho, y la leche no se quedaba atrás, abrí mi boca y todo fue a parar adentro de ella, la tenía llena. La cerré para poder tragar pero seguía acabando, así que tragué como pude y la volví a abrir, tenía semen por todos lados, la cara, el pelo, todo. Se acerca Gabriel, que se estaba pajeando, lo miro y abro mi boca para que se descargue y toda fue a parar ahí también, trago todo y les vuelvo a chupar la pija a cada uno, la del Potro estaba bastante más chica, por lo que me puse a chuparla entera. Al cabo de un rato, ya Sergio y Gabriel se habían ido a lavar, yo le seguía chupando la verga a este tipo. Sentía el culo como anestesiado, no sentía dolor, pero sabía que era un desastre como había quedado. Me busqué apenas con los dedos y me asusté, tenía algo que no era normal. El Potro se fue a lavar y yo busqué con mis ojos los de Gaby, que me vió y se acercó, “mira como me dejaron el culo”, le dije medio entre lágrimas, pero no quería llorar por miedo a que me peguen. Sergio se acerca y le da una crema y le dice “metele todo adentro, no pasa nada”. Me aplicó la crema y sentí que sus dedos trabajaban con algo para meterlo adentro de mi culo. “Qué tengo?, qué es eso?”, pregunto. “Nada amor, quedate tranquila, ya está, te hago un poquito de masajes y va a pasar. Dejan el baño libre y entro a ducharme. Lo que ví en el espejo me asustó, pero también me dio risa. Estaba llena de leche, y había comido mucha más. Los pelos estaban pegoteados. Cuándo me vi mejor, pude ver que tenía el labio bastante hinchado y la cara muy roja de un costado, ese ojo un poquito cerrado también. Entré a la ducha y estuve un buen rato ahí. Dejé que el agua me ayude a relajarme. Me lavé el pelo dos veces y después me puse bastante crema de enjuague. Al final me arrodillé y dejé correr el agua. No me animé a lavarme el culo, apenas dejé pasar un poco de agua. Lo aue notaba era que el orificio estaba muy dilatado. Me quedé pensando un rato pero después me dije que no había hecho nada que otras no. Así que ya va a volver a la normalidad.

Luego me sequé y enfundada en el toallón salí del baño. El sofá tenía sábanas limpias, me tiré ahí y los escuchaba hablar, cada tanto trataban de hacerme participar de la charla y yo contestaba con monosílabos. Como a la hora, o menos, Sergio dijo, “bueno, ya va siendo hora de que nos vayamos”, me mira y dice, “resultaste medio flojita, pensé que íbamos a tener segundo round, pero veo que no”.

“Ni loca!!”, les digo, “estoy toda rota y no sé como voy a quedar”.

“En menos de una semana vas a estar de diez”.

Me saludó con un beso, después vino el Potro, que cuando se me acercó se dió cuenta que hice un ademán como para atajarme algún golpe, y su cara se transformó, hasta mostraba algo de ternura, me ofreció la mano y me besó el dorso de la mía, después un beso en la mejilla y se fueron.

Gabriel los acompañó y cerró la puerta. Cuando volvió vi que estaba como nervioso o incómodo. Le hice lugar y se acostó a mi lado. Me acarciaba toda. Le pregunté, “pensas que voy a estar bien?, me dejó el culo a la miseria. Lo de la cara sé que se va a ir, pero esto pensas que se va a cerrar?”.

“Si, amor, ya va a ponerse como siempre. Quédate tranquila. Todo el mundo coje así y después queda bien.”, dijo.

“Si mi vida, pero no a todo el mundo le meten eso en el orto. Es descomunal. Además me cagó a palos.”

“Si no lo hubiera hecho te habrías ido. Y creo que pensabas más en cuidarte la cara que el culo.”

“Mi vida, te cayó mal que me hayan cogido asi?. Yo no quería que me vieras, pero algo en mí lo disfrutó.”

“Disfruté viéndote. Estabas como desesperada por pija.”

“Si amor, me gustó la experiencia. Pero creo que prefiero un tamaño más normal. Si ni lo podía chupar.”

“¿Y qué se te pasa por la cabeza?, ¿queres volver a verlo?”, me preguntó.

“Te contesto a medida que pienso. Para que me vuelva a romper el culo, te digo que no. No es que no me haya gustado, pero no me dejó mucho, salvo esto. -dije señalándome el culo-. Creo que disfruté más el morbo de estar con alguien que ni conozco que del tamaño. Amor, yo te amo y no quiero que esto arruine nada. Pasa que no sé cual es mi límite. Y volviendo al tema, tampoco me gustaría coger con él, no es un tipo que me guste o que vaya a hacerme volar en la cama.”

“Te entiendo”, me dijo. “También pasa que te amo y algo de celos me dan, pero también me hizo calentar ver como te entraba con eso. No podía creer que te fueras a comer semejante pedazo, pero te entró, y toda. Ahora a esperar que pronto vuelva a ponerse normal, y después veremos qué sigue”.

“Si, nos amamos, todo lindo, pero vos seguís con tu novia. Y a la que se garchan y le parten el culo es a mí.”

Seguimos conversando un rato más y me di cuenta que me estaba poniendo un poco tóxica. Habíamos acordado no echarnos en cara nada de novios o novias anteriores o actuales, y yo estaba rompiendo el acuerdo. Pero la verdad era que no me bancaba a su novia, o mejor dicho a que tuviera una, me sentía celosa. Pero la corté ahi. No hablé más del tema. Seguimos mirando tele y al rato me dijo de pedir comida, le dije que me parecía bien, abrió un vino blanco y llamamos a un restaurante donde pedimos comida. Ya a la noche me puse una bombacha. Me dormí abrazada a él. Al día siguiente también me quedé ahi. Si bien era como que mi culo mejoraba, yo caminaba mal. Recién el sábado volví a casa de mis padres. Estuve poco con ellos y me fui a dormir temprano.

Agrego esto que me parece interesante. En su momento, creo que la semana que pasó a esa que conté, Gabriel me dijo que ahora era hermana de leche de una modelo famosísima. Me contó que esta modelo se encontraba con el Potro cada 15 días aproximadamente y que este le daba para que tenga. La verdad que mucho no me la creí, pero hace unos años, creo que más de diez, en una reunión con amigas y otras que no conocía, una de estas empezó a hablar de sexo. No digo que ella haya empezado, pero se siguió hablando, y relató lo mismo que dijo Gaby. Que a esta modelo se la cogía un cuidador de caballos de carrera de zona norte. Puede que haya sido cierto.