Mi amante secreto se llama: Don José

Don José, me hace perder la cordura ante su experiencia en el arte de seducción. Sumergiéndome en un mundo lleno de placer que termina con una buena felación y un increíble acto anal....

Después de una noche llena de sexo y pasión con el señor José, el cual con su estatura de 1.68, sus 56 años de edad, sus ojos color avellana, su piel blanca, su cabello de un tono gris, una sonrisa muy encantadora y una personalidad muy amable. Ahi me encontraba yo, keneth (de 23 años de edad, 1.69 de altura, ojos y cabello de color negro) con una terrible duda que me invadía, tanto por lo que había vivido con el señor José y por lo que había sentido cuando estaba dejándome llevar en el acto de felación que había ocurrido, no una sino tres veces en una noche, que había empezado con unos tragos, acompañados de seducción que dejaron salir un lado oculto en mi, que me había abierto la puerta a un sexo lleno de pasión y posesión al lado del señor José.

Varios días después de esa noche, manteníamos contacto con el señor José, el no perdía oportunidad para invitarme de nuevo a su casa a la cual no me decidía ir de nuevo; aunque el solo pensarlo me llena de excitación y curiosidad de lo que podría pasar de nuevo al lado de él. Con el cambio de desiciones que atraviesa mi país hay días en los que los negocios no pueden laborar, así que no podía ir a trabajar, no podía ver esa mirada picara que me sonreía y me exitaba a tal grado que la evadia para no demostrar que esas invitaciones de regresar a la morada de don José me ponían a mil.

Me encontraba en el trabajo cuando suena una notificación en mi móvil, era un texto de don José en el cual me saludaba, me recordaba lo maravilloso que había sido nuestro encuentro, me decía que moría de ganas por volver a tenerme en su cama, me hizo de nuevo la invitación de volver a visitarlo en su hogar. Yo estaba consciente que esa era una propuesta indecente; que realmente iba mucho más allá. Estaba dudoso pero ansioso a la vez, siendo honesto me gustaba pasar el tiempo con él. Me armé de valor y acepté su propuesta; unas horas más tarde vi el Hyundai accent color celeste venir hacia mi, entre por la puerta del copiloto y ahí estaba don José con una sonrisa de lado a lado, estrechando mi mano para saludar, viendo como sus ojos exploraban cada parte de mi, sonreí y me sentí atraído hacia él, con una horrible sensación de besarlo. Condujo hasta llegar a su hogar, después de parquear el auto me invitó a entrar a su casa.

Al cerrar la puerta se lanza como una bestia sobre mi, atacandome con unos besos tan fuertes, dominantes, llenos de dulzura y pasión a los cuales no me podía resistir. Sin decir palabras, me abraza, acaricia mi cabello, me hacía sentir cachondo, me guió hasta el segundo nivel donde se encuentra la sala con sillones de cuero, nos sentamos, el señor José exclama con voz seductora: estaba desesperado por tenerte de nuevo entre mis brazos, probar esos labios que me hacen desear cada vez más de ti. Se acerca a mi, acaricia con ternura mi rostro, pasa sus dedos sobre las comisuras de mis mejillas, luego nos sentamos, nos vemos directo a los ojos de los cuales se desata una onda de lujuria, me besa suave, con ternura, mordiendo mi labio inferior provocando escalofríos que recorrían todo mi cuerpo, yo empiezo a tomar rol en el juego mordiendo sus labios de una manera lenta y suave, sumergiendo mi lengua dentro de su boca, para ese momento mi polla ya se encontraba en un estado de erección de la cual el señor José ya se había percatado, empieza a desabotonar mi camisa acompañando con sutiles besos y caricias, deja al descubierto mi abdomen el cual recibe besos con suaves caricias de lengua muy provocadoras.

Don José pasa a desabrochar el cinturón que hacía presión en mi cintura, quita el botón de mi jeans, baja el ciper de mi cremallera formando una v en mi entrepierna la cuál cubría con un boxers negro, enfoca su visión en la silueta de mi verga erecta que era cubierta con la tela de algodón, dirige su boca en mi polla la cual recibe pequeños y suaves mordiscos en el tronco, en el glande y los testículos. Don José exclama con vigor: uummhhh que Rica polla, la voy a disfrutar...!!! MMM

Acto seguido baja la parte frontal de mi boxers dejando al aire mi pene (de 16.5cm) lo toma con su mano izquierda agitando de arriba hacia abajo, luego mantiene mi polla pegada a mi abdomen bajo y empieza a pasar su lengua por mi testículo izquierdo luego succiona el huevo del interior haciendo que lo sujete del cabello para hacer presión en el ya que había sentido una fuerte excitación, prosigue con mi testículo derecho el cual recibe la misma estimulación, pasa su lengua por el tronco de mi pene hasta llegar a mi prepucio, se concentra en mi frenillo el cual recibe mucha estimulación, derrepente mi glande es sumergido en su boca húmeda que en compañía de su lengua lograron que sintiera un orgasmo el cual se expandió por todo mi cuerpo.

Don José es un amante muy habilidoso ya que mientras su mano izquierda y su boca se concentran en mi polla, su mano derecha no deja de recorrer cada parte restante de mi cuerpo. Yo me sentía súper excitado, podía apreciar la cara de placer que reflejaba don José al chupar mi verga, como se concentraba al chupar el glande que salía y entraba en su boca, yo me puse de pie y el se colocó en posición de perrito sobre el sofá mostrando una cara de deseo hacia mi polla, pasaba su lengua al contorno de su boca, sus ojos ardían por la necesidad de continuar con la felación, don José me dijo: papito dame más...!!

Yo lo sujete del pelo, alza su rostro, le di un par de besos francés a los cuales el respondió con fuertes caricias en mi espalda, se incorporó sobro sus rodillas y besó mi oreja izquierda, mi cuello, susurraba quedito: que rico! Se colocó de nuevo en perrito y esta vez lo sujete de las mejillas y le deje ir mi verga hasta el fondo de su garganta. El señor José tomó el control de mi polla con su boca, yo inicié con movimientos de cadera para que mi pene tomara avance y azotara su boca como el picoteo de las gaviotas al buscar comida en el mar. El sucionaba, mojaba, movía de lado a lado su boca, en ocasiones sacaba mi glande de su boca, chupando los costados del cuerpo de mi verga. Yo ya estaba súper cachondo con ganas de depositar mi leche en su boca. Don José se levantó besando cada parte de mi, nos perdimos en unos besos mojados, me miraba con ojos de deseo, comenzó a decirme palabras amorosas y dulces; después de un momento de charlar la calentura de ambos había disminuido, pero había dejado satisfacción en nosotros.

El señor José me convenció en pasar la tarde y noche en su casa; charlamos, pedimos pizza a domicilio; vimos varios capítulos de la casa de papel, en el transcurso de ese tiempo nos tratamos muy cariñosos, con besos y caricias. Me sentía raro por la forma en responder ante sus insinuaciones, pero la lujuria tomaba el control en mi y de cierta forma me gustaba. Cayó la noche don José me pidió que lo acompañara a su habitación, nos metimos en la cama, él se recostó en mi brazo y me dijo: gracias, gracias por dejarte amar y amarme a la vez. Me beso con tanta pasión que cedí de nuevo ante sus encantos. Después de una larga sesión de besos y caricias nos encontrábamos entre las sabanas sin ropa, don José chupo de nuevo el capullo de mi verga le bajo el cuero, masturbo mi polla y se la comía con tanto pasión que me producía fuertes contracciones en mi pene.

Yo lo hice girar, empeze a tomar su polla gruesa entre mis manos le hacía rápidos movimientos de arriba hacia abajo mientras el comía como todo un experto de mi pene. Luego se volvió hacia mi restregando su cuerpo contra el mío, sentía su polla en mis piernas, sus bellos blancos que cubrían su cuerpo rozando el mio, don José me dice: papito hazme tuyo, sujeto mis manos dirigiéndolas a sus nalgas, quiero sentirte dentro de mi exclamó, he hizo que uno de mis dedos se metiera en su ano, yo tenía la polla muy dura y acepte penetrar su ano.

Don José se dirigió hacia un muble abriendo una gaveta, sacando de ella condones y lubricantes, volvió hacia mi, le dio varias lamidas a mi verga, abrió la envoltura del condón y tras sacarlo empezó a colocarlo sobre mi polla, aplico lubricante en su ano y en mi verga; él me dice: papito tomame! soy tuyo.! Se coloca en 4 mostrando su culo frente a mi, yo sujete mi polla y la acerco a sus nalgas, don José al sentirla cerca sujeta sus nalgas y abre su ano mostrando un orificio que se contraía, me daba a conocer que necesitaba mi polla dentro de el. Yo introduje suavemente mi verga en su ano dejando dentro de el solo el glande el cual entraba y salía con un ritmo muy constante, don José gemía ante el movimiento de mi polla a la vez que contaría su ano para aplicar presión en mi verga, yo sostengo su cadera, y le dejo ir en un solo movimiento todo el tronco de mi polla dentro de su culo. Don José exclama placer y con un ritmo de aahhh, aahhh, aahhh ssssiiiiii que rico; que recorre la habitación, me hace subir la velocidad en mi manera de penetrar, él con gritos de eufória me dice: PAPITO SIGUE, SIGUE NO PARES, empieza a hacer movimientos de cadera que se acoplan a mi manera de penetrarlo, se incorpora sobre sus rodillas gira su torso y mientras mi polla seguía dentro de su ano me besa y veo el cambio de color en su rostro tenía los cachetes colorados, yo lo sujetó del cabello haciendolo ver de una manera sumisa, continúo penetrando con más fuerza su culo mientras el gemía, se movía y aruñaba mis muslos de las piernas.

Me recoste en la cama y don José aun sediento de polla se colocó encima de mi, me dio unos besos y mordidas bien cachondas, aplico más lubricante en su ano, tomo mi polla con una mano, se la coloca al ras de su ano y deja caer su culo en mi cintura sumergueindo mi verga en el interior de su culo, sube y baja con movimientos de cadera sobre mi polla, podía ver como la calentura subía a su rostro el cual tomaba un tono colorado, ya sobre mi, el tomo el control total de mi, me besaba, se comía mi verga la cual sentía las contracciones de su ano, yo le daba ciertas palmadas en las nalgas lo cual lo ponían más cachondo, le mordía los pezones, le hacía presión con mis uñas en la espalda. Don José estaba más que saciado al comer mi polla la cual ya estaba más que hinchada de tanta presión y movimientos que recibía de parte del culo del señor, sus gemidos me perforaban los oídos, mi respiración estaba acelerada, después de una buena dosis de penetración anal don José se coloca al lado mío, toma papel higiénico, toallas húmedas y limpia mi polla, al terminar, se dirige a besar mi boca, desciende por mi cuello, besa mis pesones, pasa su lengua en mi ombligo y siente mis bellos púbicos en su barbilla, se introduce mi verga en su boca que ya estaba en las últimas, yo con mi mano derecha tomo la verga de don José y la masturbo, luego de unos buenos minutos de una buena mamada en mi polla me dejo ir y lanzó mi eyaculación sobre el rostro de don José el cual lo recibe gustosamente y sigue con su trabajo hasta que sale la última gota de semen de mi polla, con la ayuda de sus dedos limpia su rostro y los lame con mi semen. Luego se da unas cuantas jaladas en su polla e igual deja fluir su eyaculación la cual cae sobre su estomago y pecho.

Don José cae a la par mía, me besa por unos minutos, luego me invita a tomar un baño de agua caliente con él; durante el baño se comporta tan sensible y amoroso. Luego seca mi cuerpo con una toalla y hace meterme de nuevo a la cama con él. La verdad nunca crei sentir tanta pasión y satisfacción al lado de don José; el cual se convirtió en más que una excelente experiencia para introducirme en el mundo de lujuria y pecado al compartir sexo con un hombre.

El señor José me dice con voz suave: espero que nuestros encuentros cada vez puedan llevarnos a niveles más altos de pasión, hay muchas cosas más las cuales nos falta compartir y explorar.

Yo contesto:

Es genial lo vivido con usted, pero si queremos seguir teniendo nuestros encuentros, de preferencia me gustaría que lo conservemos como nuestro secreto, no se como reaccionaría si alguien se llega a enterar.

Don José responde:

Tranquilo! Yo soy muy reservado y al igual que tú, tengo mis pequeñas aficiones que prefiero mantener en secreto

Esa noche quedó claro que nuestros momentos de pasión continuarían, que el deseo de un buen sexo nos llevaría a explorar muchas más cosas, estaba seguro que al lado de un buen maestro como don José disfrutaría descubrir los placeres ocultos del sexo entre hombres.

Pase la noche al lado de don José, al despertar me dirigía hacia mi casa, pero sin olvidar despedirme apropiadamente de mi amante secreto, con unos largos besos de lengua, caricias que recorrieron todo nuestros cuerpos, don José me dejó claro que nuestros encuentros amorosos apenas empezaron y que nos quedaba un largo camino por recorrer en el arte del placer...........

Continuará.........