Mi amante Maria

Karina tenía una relación estable salía con una reconocida doctora, un día mientras cargaba gasolina conoció a María, luego de una breve charla, Karina descubrió que se había sentido atraída por María, con la adrenalina en el cuerpo tuvo ganas de por primera vez ser infiel en su vida.

Karina trabajaba en la zona industrial de su ciudad, su día a día estaba lleno de polvo, ruido y hombres; Ella era gerente administrativo de una empresa maquiladora, estudiaba un posgrado y era muy hogareña, el poco tiempo libre que tenía era para su novia la doctora Violeta, ella era inteligente, culta, con una belleza peculiar y muy risueña; Karina tenía la creencia de que realmente Violeta era la unica mujer que necesitaba en su vida, sin embargo, algunos días esta se sentía sola, los multiples pacientes y casos que su novia atendia muchas veces absorbian el tiempo por completo de su novia, todo eso cambio cuando Maria llegó con sus ojos risueños y su cara bonita al mundo de Karina.

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Eran las 5 de la tarde Karina caminaba sosteniendo sus cosas hacia su auto, con el pequeño control abrió la cajuela y metió dentro su pequeña mochila, su suetér y la mochila que hacía las veces de lonchera, cerró el compartimiento y se dirigió hacía el lugar del conductor; Ya dentro de su auto, se quito el cubrebocas, encendió el auto, conecto su celular al bluetooth, puso una playlist y emprendió camino hacia la gasolinera azul que estaba a dos calles de su oficina.

Sin pensarlo realmente mucho se estaciono en una bomba en el centro, se acerco a ella una chica, la verdad no le prestó mucha atención y pidió 20 litros de combustible, la chica muy agradable la atendió, limpió sus vidrios y le ofreció revisar el aire de los neumaticos, Karina con un leve gesto le dijo - No muchas gracias, todo bien.- La chica amablemente dio la vuelta y enfilo por el ticket que avalaba la carga de gasolina que Karina había hecho. - Aquí tienes tu ticket ¿ Necesitas ayuda con algo más? - dijo la chica amablemente; Karina encendió su auto y dijo nuevamente - No muchas gracias.- Por primera vez presto atención a la cara de la chica amable y le dedico una sonrisa; Su marcha se vió interrumpida de pronto cuando la chica le dijo - ¿Te puedo preguntar algo antes de que te vayas? - Karina con un leve gesto de extrañeza dibujado en su rostro le dijo - Claro. - La chica de la gasolinera se apresuro a preguntar. - ¿ Puedo saber a que te dedicas? - Karina mas extrañada aun pensó mil y un cosas, ¿Porqué qería saber eso o para qué? ¿A caso quería secuestrarla? era demasiado desconfiada, terminó respondiendo, - Soy Gerente en una empresa de aqui cerca.- Sonrió y emprendió su camino, todo el tiempo de regreso a casa fue pensando en que había dado información de más, que no necesitaba saber que la empresa era cercana a la gasolinera, algo en su interior la hacia sentirse nerviosa con respecto a ello. Llegó a su casa y dejó de pensar en el asunto, su vida volvió a la normalidad.

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Días después debía ir de nuevo a la gasolinera, salió de su trabajo apresuradamente, algo la llamaba, algo pasaba pero no sabia que era, emprendió el camino a la gasolinera nuevamente, esta ocasión habia diferencia en su actitud, busco a la chica vio que no estaba en ninguna bomba y se coloco de nueva cuenta en las del centro, otra chica la atendía no tan amable pero si con actitud servicial, de pronto la vió, la chica amable corria entre las bombas llevando cambio a un cliente, Karina se apresuro a preguntar a la chica que ahora la atendia el nombre de su compañera, se llama Maria, le comentó, le pidió a la chica que le hablaba que por favor le llamara que quería entregarle algo. - Maria - se escuchó un grito en el lugar, la chica amable se acerco y al ver a Karina se comenzo a poner nerviosa y comenzo a sonrojarse.

  • Hola.- Saludo timidamente Maria. Karina se apresuro a regalarle una sonrisa y a devolver el saludo, busco en su auto una tarjeta con sus datos y se la dió. - Hola, te dejo mi tarjeta, ahí esta mi número, por si necesitas algo.- Sonrio nerviosamente y se dió cuenta de que todo esto sucedia ante los ojos de la compañera de la chica amable que ahora sabia que se llamaba Maria. Encendió su auto, agradeció y se retiró.

Durante el camino a casa iba pensado el por que si era tan desconfiada habia dejado una tarjeta con sus datos a una desconocida, iba cuestionandose el por que actuaba de esa manera si se suponia pensaba todo lo contrarió, no entendia que había pasado pero, lo hecho estaba hecho.

Esa tarde Violeta no estaba en casa, tenia pacientes y seguramente llegaría tarde. Karina encendio su computadora y comenzó a jugar un pequeño juego con afan de distraerse, de pronto, su celular comenzó a vibrar, estaban llegando mensajes.

  • Hola perdón por molestarte, soy Maria, la de la gaolinera - leyó entrecerrando sus ojos, Maria le había escrito, nuevamente no podía definir sus emociones, resolvio que mientras lo hacia responderia el mensaje. - Hola Maria. ¿Cómo estas? - apenas envio el mensaje vio ese pequeño letrero abajo de donde se ve el numero o nombre del contacto y decia escribiendo... unos cuantos segundos después llegó el mensaje - Perdón nuevamente por molestarte, pero quería que tu también tuvieras mi número.- Karina respondió. - No es molestia, muchas gracias lo voy a guardar.- Se quedo mirando unos minutos la pantalla, en el fondo deseaba que Maria respondiera, no fue asi, esa tarde no llegaroón más mensajes.

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Había pasado ya una semana de que Maria le mandara el primer mensaje a Karina, no había vuelto a hablar, Karina si pensaba en ella, la curiosidad la estaba llamando sin embargo, no tenía un tema para tratar con Maria, tampoco necesitaba combustible, asi que emprendió el camio a casa despues de una extenuante jornada de trabajo.

La casa estaba sola, Violeta no estaba, se preparaba la cena cuando de pronto su celular sonó. Eran mensajes de texto. Eran de Maria.

  • Hola. ¿ Te interrumpo? - preguntó Maria.

  • No para nada, Hola. ¿Còmo estas? - Karina experimentaba de nuevo esa sensación de incertidumbre, esa curiosidada, queria saber por que Maria le habia preguntado a que se dedicaba pero no sabia como abordar el tema.

  • Muy bien, gracias. ¿ Y tú? - Respondió inmeditamente Maria.

  • Muy bien también. ¿ Cómo te puedo ayudar? - Fue lo unico que se le ocurrio a Karina para medianamente satisfacer su curiosidad sin sonar grosera, realmente le estaba dando muchas vueltas al asunto.

  • Pues, solo querìa platicar contigo, muchas veces has venido a la gasolinera, siempre tenía como ganas de hablarte pero me daba pena y ese día pues solo pude preguntarte a que te dedicabas...- respondió Maria.

  • Correcto Maria, dime; ¿Qué quieres saber de mi?. - La incertidumbre deboraba a Karina, estaba nerviosa, esto ¿era real?, realmente una completa desconocida estaba coqueteando de manera mesurada con ella, cuando ella ni siquiera se habia percatado de su presencia, pero ella de la de Karina ¿si?.

  • Todo, quiero saber si tienes novio, novia, esposo, esposa... - Respondió Maria.

En el rostro de Karina se dibujo una sonrisa nerviosa, se dio cuenta de que basicamente sus sospechas eran ciertas, Maria se habia fijado en ella ya varias veces y de alguna manera estaba investigando si podía aspirar a algo con Karina, por más pequeño que fuera...

  • Tengo novia y ¿tú?  - respondió Karina.

  • Vivo con un chico, es el papá de mis dos hijos - respondió Maria

  • Ya veo, puedo preguntarte ¿porqué tenias ganas de hablarme y por que te daba pena? - Karina decidió de alguna manera ser directa pues ya se había confundido, osea vivía con  un chico, tenía hijos... ¿Què papel exactamente tenía Karina en esta ecuación?

  • Pues mira, la verdad es que te me hiciste muy linda, no me había sentidio como tal atraida por una mujer pero, un día te vi y tuve muchisimas ganas de hablarte. ¿Cómo supiste que te gustaban las chicas? - Preguntó Maria.

  • Desde la prepa, de hecho fue despues de casi morir en el hospital, pero esa es una larga historia, entonces... ¿Tu tienes esa curiosidad?.-  Pregunto Karina

  • Si, hace tiempo una chica comenzó a pretenderme pero no supe que hacer y bueno, me centre en mis cosas, en mis hijos, y esa curiosidad desperto cuando te vi.- Escribiò Maria.

A estas alturas Karina ya estaba un poco más tranquila pero... ¿Ella como podía ayudar para quitar esa curiosidad de Maria? Tenía novia y Karina estaba muy consciente de eso.

Continuará...