Mi amante cibernetico 2
Continuación de lo que paso con mi amante cibernetico que conocí gracias a todorelatos
Luego de que mi amante Roberto me diera la follada del año, nunca me había sentido también de viajar desde Venezuela hasta México para ser follada y poseída por aquel hombre que era un desconocido para mí y que solo hablamos por correo. Era la mejor decisión que había tomado en mi vida ese hombre de 40 años valía la pena y si que sabia tratar a una joven colegiala como yo.
Salimos a pasear por México, y mientras íbamos en el auto de Roberto, en mi mente volvieron aquellas escenas de sexo que habíamos tenido la noche anterior, solo de recordar como Roberto me había poseído y hecho el amor anoche me puso a mil al imaginar aquella hermosa verga hizo que me calentara mas. Y ya mis ropa interior se había puesto húmeda de tantas cosas que estaba imaginando.
No aguantaba las ganas, ya quería ser follada y comerme su verga nuevamente, pero apenas habíamos salido del hotel y tampoco quería que Roberto se diera cuenta que yo tenía ganas pues no quería espantarlo ni que pensara que soy una desquiciada del sexo o algo así.
Trate de de relajarme lo mas que pude, pero mientras él iba conduciendo mis manos me traicionaron, sin darme cuenta las coloque en su rodilla y en pocos segundo yo estaba sobando su pierna, subía y bajaba mi mano por su pierna en formas de caricias, el solo seguía conduciendo, pero pude notar cómo iba creciendo su bulto cada vez más en su pantalón a tal grado que ya se le marcaba un gran paquete a punto de reventar ese pantalón.
Yo me hice la desentendida y seguía acariciando su pierna de arriba abajo sin dejar de mirar su bulto, hasta que Roberto coloco su mano en mi cabello y lo comenzó a acariciar mientras con su otra mano él iba conduciendo, el seguía jugando con mi cabello mientras yo seguía acariciando su pierna, luego el paso de jugar con mi cabello y comenzó a darme pequeños jalones de pelos inofensivos
Cada unos de estos jalones de cabello hacían que mi cabeza descendieran cada vez mas hasta su bulto que tenia presionado contra su pantalón a tal punto que mi boca quedo a la altura de su cierre del pantalón, yo deje de acariciar su pierna y comencé a bajarle el cierre mientras él jugaba con mi cabellos revolviéndomelo de un lado a otro, pude bajar su cierre desabroche su pantalón y como si tuviera un resorte salió disparado aquella verga que me tenia enamorada.
El procedió a realizarme una cola de caballo en el cabello para evitar aquellos pelos molestos que se interponen entre mi boca y su polla, así que me dispuse a chupar, a lamer y tragar su deliciosa verga, le dabas besitos húmedos y pasaba mi lengua desde su tronco hasta su hermoso glande introducía su polla lo más profundo que podía pues pudiera sentir lo caliente de su verga en mi garganta, a tal punto de que me atragantaba con ella.
Luego de una par de minutos de una rica mamad que le estaba propinando a mi hermoso Roberto , el me cogió fuerte de los cabellos y me empujo la cabeza hasta el punto de que me introdujo su verga hasta la garganta y allí se descargo en mi, pude sentir lo caliente y espeso de su semen recorrer toda mi boca y lengua. Me limpie y le di las gracias, luego le limpie su verga y se lo guarde nuevamente en su pantalón.
Le di un gran beso en los labios y le di las gracias por aquella rica mamada que me hacía falta dársela.
Paseamos por muchos lugares turísticos de México, comimos bebimos bailamos hasta que cayó la noche y él me llevo a un sex shop.
Donde me hizo probarme distintos disfraces, como el de colegiala, enfermera, de diablita, de intelectual, y por ultimo con el que nos quedamos el de sirvienta.
La verdad es que tener puesto ese disfraz de sirvienta me puso más caliente y más cachonda, me sentía como una puta y me gustaba, a Roberto también le gusto verme así y enseguida tuvo una erección que se le notaba de aquí a la luna, así que a él se le ocurrió la brillante idea de poseerme en los vestidores de aquella tienda, y así lo hizo, se metió donde estaba yo.
Procedió a levantarme la falda de sirvienta mientras yo me apoyaba de una silla y levantaba mas mi culito para que quedara a la altura de su polla, la situación ameritaba que la follada fuera rápida y en silencio pues había gente en la tienda. Así que Roberto procedió a follarme en esa posición de manera brutal tanto así que tuvo que colocarme su mano en mi boca para que no yo gritara ni hiciera ruidos de ningún tipo, aquella posición me encantaba yo apoyada en una silla levantando mi culito y Roberto detrás de mi fallándome como un demente el me jalaba del cabellos me susurraba al oído que era su putica, cosa que a mí me ponía a mil, rápidamente tuve un orgasmo que no pude contener,
Luego me senté en la silla quedando frente la polla de Roberto él solo se hizo una paja y se corrió en mi lengua.
Después de eso nos limpiamos nos acomodamos pagamos el traje y nos fuimos a su hotel.
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besos..