Mi amado primo

Todo comenzo en nuestra niñez y termino con su adolesencia. ¡Que noches aquellas!.

Hola, no daré mi nombre, solo puedo decir que a mi primo lo llamare Juan, aunque ese tampoco sea su nombre verdadero, para así mantener el anonimato.

Pues bien he de contarles que todo comenzó hace aproximadamente 10 años, actualmente yo tengo 22 años y Juan 18.

Cierto día mi primo y yo tuvimos la necesidad de bañarnos juntos, ya que solo había disponible un baño en su casa, donde yo había dormido por que mis papas no estaban en la ciudad, y debíamos salir a la escuela al mismo tiempo. El contaba con ocho añitos, yo con doce.

Al comenzar el baño todo fue normal, digo que pueden encontrarse de atractivo 2 niños de esa edad, solo que por algún motivo, el quiso que lo consintiera un poco y me pidió que lo enjabonara, a lo que yo no me opuse. Comencé a enjabonarlo por el cuello y la espalda, bajando por sus glúteos y terminando en sus piernas y pies, Al terminar la parte trasera de su cuerpo, lo gire para enjabonarle lo que faltaba, fue ahí donde vi y toque un pene que no era el mío, debo confesar que demasiado pequeño, pero nada feo.

Paso el tiempo y la relación de primos "normales" continuo, viniendo el a dormir a mi casa o yo en la suya, pero a partir de esa ducha yo decidí continuar tocándolo, cosa a la que el no se oponía, es mas parecía que lo disfrutaba ya que siempre buscaba la ocasión de estar solo conmigo, de dormir en mi cama o de bañarse conmigo y era en todas esas ocasiones en que lo "papachaba". No puedo olvidar el roce de su pequeño pene en mis manos, es una sensación inolvidable y creo que el tampoco lo ha olvidado, ya que conforme fue creciendo, cada caricia que antes parecía "inocente" cada vez lo excitaba más.

En sus manos ocurrieron sus primeras erecciones, descubrí un día que sus testículos ya habían bajado, es decir, ya estaban en su lugar y fue indescriptible la emoción de saber que ya podría jugar con esas "caniquitas".

El tiempo siguió pasando hasta que en una de esas muchas noches en que dormíamos juntos, yo ya no pude dormir por la excitación de tenerlo junto y a mi total disposición, es así que con muchísimo cuidado lo voltee boca arriba y con mas cuidado aun comencé a bajar su pijama, fue una gran ayuda que el nunca durmiera con trusa, eso facilito mi trabajo por las siguientes "mil y una noches", ya que manipular su sexo fue muy fácil tanto que llego el día en que decidí ya no solo tocarlo, sino también darle unas cuantas chupadas, a las que su pene se rendía creciendo en mi boca y ya mas adelante moviéndose dentro de mi boca.

Lo único que lamento de toda esta vivencia, es que jamás pude saborear su semen, nunca eyaculo en mi boca o manos, ya que conforme se acercaba el momento el se volteaba, no se si por la situación de su sueño o por que al sentir que le venia, decidía que era momento de detener la mamada.

Que penecito el de mi primo, lo extraño y lo deseo nuevamente, el problema es que el ya cuenta con 18 años y desde los 16 aproximadamente inicio un alejamiento entre el y yo, peor aun, le entro una vergüenza inmensa de mostrarse y dejarse tocar como antes lo hacia, desafortunadamente parece, casi 100% seguro es heterosexual. ¡¡¡DEMONIOS!!!