Mi Amado Esclavo.
Este relato se desarrola en otra epoca, cuando un señor feudal se enamora perdidamente de su esclavo. Y ¿a que los llevara su amor?.......tendran que leerlo para averiguarlo.
[ Bueno hola a todos nuevamente, primero quiero agradecer los comentarios sobre la primera historia y decirles que proximamente estare subiendo el extra] ESPERO DISFRUTEN DE ESTA OTRA HISTORIA, MUCHAS GRACIAS Y SALUDOS A TODOS.
Introducción
Eduart Taylor, era un señor feudal, conocido por su belleza y bondad que lo hacían resaltar enormemente, además de la edad, tenía apenas 23 años cuando su padre murió y lo dejo a cargo de todos sus viene y funciones. Había hecho crecer el negocio de su padre en muy poco tiempo y se decía por los barrios bajos que en realidad esta persona se acostaba con todos los demás socios para hacer crecer sus bienes. Eduart no le daba importancia a estos chismes, sabía que su belleza era una potente arma pero no la utilizaba en absoluto. El era alto, aproximadamente 1,82 m. cabello rubio, corto, ojos color miel y figura esbelta, mostraba una mirada penetrante, que te atrapaba como hundiéndose en ella y no pudiendo escarpar.
Un día estaba paseando por los barrios bajos, esa era su actividad preferida ya que le daba un poco de respiro para descansar de sus labores. De pronto sus ojos quedaron fijos hacia un espectáculo que estaba dando un esclavo, tanto la danza como la hermosura de aquella criatura lo sorprendió y quedo completamente enamorado. Ese esclavo era alto, flaco, de cabellos negros, largos y ondulados, tenia ojos tan negros como la noche y tan profundos como el mar, su piel no era ni morena ni rubia sino de un hermoso color dorado, tirando a trigueño.
Inmediatamente Eduart le pidió a su mayordomo Salomón, en el cual confiaba mucho y lo quería mas como un hermano que como un trabajador, que comprara a aquel esclavo por el precio que fuere y que lo llevara a la casa principal. Salomón obedeció y fue a comprar al esclavo, la primera impresión que le dio fue que estaba muy asustado ya que temblaba enormemente.
Al enterarse que lo compraron, Eduart ordeno que lo trajeran de inmediato al comedor donde él se encontraba. La orden fue cumplida y en minutos su nueva posesión estaba delante de él. El chico se encontraba con la cabeza agachada y ni bien llego realizo una reverencia a su nuevo amo. Este temblaba y estaba punto de largarse a llorar.
El Sr. Feudal no entendía la reacción de aquel niño, y en un momento pudo ver la piel de aquel joven toda rasguñada, los moretones en algunas partes y demás, no podía entender cómo era posible que estuviera tan mal tratado, Eduart pensó que realmente ese esclavo había tenido una vida difícil, y fue ahí cuando se dio cuenta que la única manera de tratarlo y de llevarse bien con él, era convirtiéndolo en su joya mas preciada, cuidándolo para que no se lastime, ya que sabía que con un simple soplido podría dañarse.
Eduart con una voz apacible y muy suave le ordeno a su esclavo que se levantara, este lo hizo de inmediato dejando al descubierto sus ojos lagrimosos y agachando, muy rápidamente, su cabeza de nuevo. Eso conmovió mucho al Sr. Feudal y con mucho cuidado lo tomo de la barbilla, levantando muy gentilmente su cabeza, y así poder finalmente mirarlo directo a esos ojos. Este le dijo:
- Hola. Yo soy tu nuevo amo, me gustaría que bailaras para mi ya que tu espectáculo me gusto demasiado, pero primero que todo me voy a presentar, mi nombre es Eduart Taylor, y tu ¿Cómo te llamas?
- Naci siendo un esclavo señor, no tengo nombre-se limito a contestar aquel hermoso niño.
- Ya veo, y ¿te gustaría que te diera un nombre?
- Usted puede hacer lo que quiera conmigo señor-respondió un poco mas sereno ya.
- Ok, entonces desde hoy te llamaras……..Andrew, ¿te gusta?
- Es perfecto, mi señor-contesto él y Eduart sonrió
- A si y una cosa más me gustaría que me llamaras por mi nombre, por ello me presente, Andrew.
- Usted es mi amo nunca podría pronunciar su nombre- el me miro con ojos gustosos.
- Está bien, no te obligare a hacer nada que no quieras, asique si ay algo que no te guste me avisas, ¿d acuerdo?
- Sí, mi amo-contesto él.
Eduart
Luego de eso me despedí de el, y ordene que lo llevaran a la alberca para que lo bañaran y vistieran de amanera adecuada para la cena. Además le dije a Salomón que preparara el cuarto que yacía a la derecha del mío para así poder tenerlo cerca siempre.
Cuando llego la hora de la cena, mi nuevo esclavo se presento nuevamente ante mis ojos, este estaba cambiado, al menos su aspecto, sus ropas eran finas y dejaban al descubierto parte del torso, su hermoso cabello negro que llegaba hasta un poco mas debajo de los hombros caía sobre su increíble rostro y se adornaba con un broche que lo hacía ver aun mas angelical. Este hizo una pequeña reverencia hacia su amor. No pudiendo aguantar la emoción, me levante y sostuve su mano dándole un pequeño beso, rápidamente me di cuenta de mi acción, y pude ver como no solo lo sorprendí sino que también lo asuste, recordé mi objetivo, el protegerlo, así que rápidamente solté su mano y lo acompañe hasta la mesa para que se sentara a cenar junto conmigo.
Andrew
Estaba mu confundido por las acciones de mi nuevo amo, parecía una persona buena, pero ya antes me había encontrado con esa clase de amos y siempre terminaban lastimándome. Asique tomando coraje me anime a preguntarle.
- Si se me está permitido hablar, puedo preguntar ¿porque mi amo es así para conmigo?
- Solo quiero que te sientas a gusto en este lugar, ya que a partir de hoy será tu nuevo hogar, como tu amo me gustaría que me tuvieras confianza ya que yo te la tengo a ti, créeme que maltratarte ni abusar de ti son mis objetivos, y aunque lleves el título de esclavo eres una persona y no pienso tratarte como menos que eso-contesto aquel que era mi señor, me sorprendió no solo por sus palabras sino también por como lo decía, solo podía distinguir sinceridad en su voz.
- Entiendo. Y le agradezco enormemente este trato, debo decir que soy un esclavo muy afortunado por encontrarme con un amo así- le dije mostrando una sonrisa.
- Qué bueno hasta que al fin me muestras una sonrisa, quiero que llegues a confiar aun mas en mi asique desde ahora por favor si necesitas o algo te molesta avísame ¿de acuerdo?
- Por supuesto, se lo agradezco mucho- le dije.
- Muy bien, entonces habiendo aclarado estos temas, te parece que comencemos a cenar, después de hoy tu trabajo consistirá en un espectáculo de danza cada día, y para eso necesitas energía- me dijo el riéndose.
- Claro mi señor, si desea comienzo hoy mismo-estaba demasiado emocionado, hace mucho tiempo no me sentía tan feliz.
- No te desesperes, por hoy descansa y siéntete a gusto, Salomón, mi mayordomo, supervisara tu educación y cuidara de ti, confía en él es como mi mano derecha.
- Eh, ¿acaso usted me permite estudiar?-le dije más que sorprendido.
- A cierto, es algo que me había olvidado comentarte, durante el día estudiaras de esa manera cuando llegue el momento de darte tu libertad tendrás como sostenerte. Aun eres muy joven asique tienes muchas posibilidades-dijo tranquilamente mi amo, y yo no pude hacer más que sonreír.
- Se lo agradezco, en verdad que su amabilidad no tiene limites, le estaré eternamente agradecido y tuve mucha suerte en poder servir a un amo como usted- dije ya no pudiendo aguantar las lagrimas que rodaban por mi mejilla.
- No tienes nada que agradecer-dijo mi amo acercándose a mí y abrazándome, diciendo tan hermosas palabras al oído.
Eduart
En el transcurso de la cena pude preguntarle muchas cosas más a Andrew, comenzando por su edad, 17, y luego su vida, las cosas que escuche de su boca, como el hecho de que su madre lo vendiera a un mercader a sus cuatro años de vida, o como habían abusado de él hasta sus 15 años, maltratos de las peores formas, y luego de eso como lo vendieron por el triple que había sido comprado la primera vez, y finalmente ese mercader que lo obligaba a bailar en bares de hombres que se encontraban en los barrios bajos y como múltiples veces se había salvado de que lo violaran. Todo su historia hasta el momento en que me conoció, todo me lo conto con lagrimas en los ojos, con deseos de no recordar nada de aquello, y con preguntas de porque le tuvo que pasar eso al él. Pero lo que me sorprendió fue el final, cuando con una sonrisa me dijo
- Pero ahora dios ha mandado una luz a mi mundo de tinieblas, usted, que ha venido a salvarme- me dijo con una sonrisa de las más hermosas que vi.
Yo solo le sonreí, no sabia que decirle, el afortunado era yo por poder sacarlo de aquella vida, por poder convertirme en su salvador y por poder conocer oda su historia.
Más tarde lo lleve a su habitación, y le ordene a Salomón que lo cuidara muy bien, y que al día siguiente comenzara con las clases. Estaba intranquilo, no podía dormir, me sentía frustrado, aquel niño del que me había enamorado se encontraba tan cerca y a la vez tan lejos, sabía que atravesando esa pared estaba el, podría tocarlo y hacerlo mío sin ninguna dificultad pero no, debía mantenerme firme, si daba un solo paso en falso nuestra relación acabaría por destruirse por completo y ya nunca volvería a tener su confianza, lo amo pero no puedo hacer mas nada que esto por el momento.
Cada día y cada noche, Andrew me daba un espectáculo de danza diferente, sus movimientos, su textura, sus gestos amaba todo eso de el, y al bailar esos rasgos se hacían más presentes de lo habitual. Pero a la vez, mi deseo aumentaba aun mas con cada día que pasaba, era como si mi amor no tuviera fin y sabia que si no hacia algo terminaría por atacar a mi precioso tesoro. Entonces para satisfacer mis deseos, todas las noches ordenaba a Salomón que me trajera a una doncella diferente, alguien que se pareciera a mi niño, fantaseando y deseándolo lo hacia todas las noches después de su espectáculo teniendo en cuenta que posiblemente Andrew escuchaba todo. No soportaba la idea de no poder tocarlo, abrasarlo, besarlo, hacerlo la persona más feliz del mundo, sentía que si no lo tenía a él nada valía. Pero tenía que conformarme o si no terminaría por hacerle daño.
Andrew
Habían pasado 3 años desde que llegue a la casa del Sr. Eduart, a mis 20 años mi vida iba muy bien, me había convertido en una persona completamente diferente de aquel niño que tenía miedo a que simplemente una persona lo tocara. El día que llegue a esa casa, a la que ahora puedo llamar hogar, se había convertido en el más feliz, en mi cumpleaños un inolvidable momento que siempre iba tener en mi memoria ya que era el fue hay cuando conocí a aquellas personas que cambiaron mi vida.
Salomón me había enseñado todo lo que sabía desde idiomas, hasta matemática, lengua y demás cosas que hasta ese día no entendía. Mas que mi instructor el parecía mi padre, me aconsejaba y cuidaba que nada me pasara. Aunque el que le pidió que lo hiciera fue mi amo, Salomón parecía complacido al estar conmigo.
Por órdenes del señor feudal nunca se me permitió cortarme el cabello así que ahora lo tenía hasta la cintura, Salomón siempre se reía ya que yo lo llevaba atado con una cinta e inmediatamente cuando aparecía mi amo me lo soltaba. Esto se había hecho habitual así que después de un tiempo logre acostumbrarme.
Pero había algo que me molestaba, un sentimiento que no cesaba, algo que ardía en mi corazón como una llama, lo raro era que solo se presentaba cuando mi señor estaba, solo se presentaba al ver su rostro sonriente, o su preocupación por mí. Algo doloroso, como una punzada en el corazón que me hacía saltar de la emoción al verlo junto a mí. Sentimientos cruzados que me hacían comportarme de manera tonta delante de él.
Sabía que no era agradecimiento, ni tampoco devoción era algo más fuerte, me decidí a encontrar eso que me hacía sentir de tal manera. Y en un diccionario perteneciente a Salomón encontré una palabra que describía por completo mis emociones: “AMOR” esa era la palabra, pero ¿Cómo? No podía ser verdad, yo no podía estar enamorado de mi señor, no era merecedor de tal emoción por mi amo. No puedes, no puedes, decía mi mente confundida por todos los sucesos. Si, tenía razón, yo no podía amar a mi amo, el me ayudo y me protegió por eso no podía sentir tal cosa por él, debía respetar su persona y con estos sentimientos solo lo estaba ensuciando.
Sabía exactamente lo que debía hacer, alejarme de él para ya o sentir esas emociones. Era lo único que podía hacer y estaba dispuesto a hacerlo.
Eduart
Últimamente todo se había vuelto bastante extraño, Andrew estaba más alejado de mi, como queriendo escapar. Pero no entendía el porqué, antes disfrutaba hablar con el después de sus funciones y él me contaba todo el progreso hecho con sus lecciones o de cómo estaba aprendiendo a cabalgar y los errores que cometía. Sus palabras siempre me hacían reír, me alegraban el día, el corazón y alma. Era como un remedio a todo cansancio que pudiera tener.
Pero últimamente es muy difícil que nos veamos por el pasillo, y antes eso era regular para nosotros, además después de cada baile el solo realizaba una reverencia y se marcha alagando que tiene que seguir con sus estudios.
Le preguntaba a Salomón si algo en su actitud con él había cambiado y el siempre me respondía lo mismo.
- Para conmigo nunca ha cambiado su actitud, es mas cada vez se apega mas a mí, es un niño muy bueno y responsable, me cae bastante bien. Eso es todo lo que le puedo decir sobre el señor-respondía Salomón a mis constantes preguntas.
Luego de eso se marchaba y yo me quedaba con las dudas del repentino alejamiento de ami esclavo hacia mí. Hasta que de pronto paso por mi cabeza la que sería una respuesta. Y ¿si se entero de mis sentimientos hacia él?, de mis actitudes con doble sentido, de mi arraigo para con él y ¿Qué pasara si sintió repugnancia al enterarse de todo? Si ya no quiere estar más a mi lado, si se quiere ir, ¿será posible? O si no ¿qué respuesta le puedo dar a su actitud? Decía mi mente mientras se formaba un nudo en la garganta, y mi respiración se cortaba no permitiéndome pensar en otras posibilidades, no permitiéndome acercarme a la verdadera razón de su actitud.
Un día ya no soportando el trato de Andrew hacia mí, caí en desesperación y una enfermedad me comenzó a decaer, postrándome en una cama de la cual no podía levantarme. El doctor no sabía que tenía, no podía explicar mi estado, pero ¿cómo explicarlo? si la enfermedad que yo tenía se llamaba amor.
Salomón
El señor Eduart había caído enfermo por la desesperación que llevaba escondida hacia ya tanto tiempo. Yo sabía las razones de esa desesperación asiqué cuando Andrew vino a preguntarme qué podía hacer por el amo, decidí contarle toda la verdad.
- Lo único que puedes hacer ahora es ir y confesarle tus sentimientos al amo, solo eso podrá curarlo-le dije viendo como ponía cara de no entender.
- ¿Cómo sales con eso ahora, sabes que lo que siento por el amo no está bien, que es un error y que nunca podre estar a su lado?-me dijo con pequeñas lagrimas en los ojos.
- Es que ¿no lo entiendes aun?, el amo se enamoro de ti a primera vista, por eso mando a que te comprara y por eso ha estado cuidándote tanto todos estos años, con tu alejamiento hacia él le has causado daño, y lo has hecho entrar en ese estado.
- Pero, ¿Cómo?
- El amo pensó que tú te enteraste de sus sentimientos y que te sentiste repugnado por tales sentimientos, en su desesperación cayó enfermo.
- Dices la verdad, esto no es un juego o si, sería muy cruel de tu parte hacerlo-me dijo en su confusión.
- Por supuesto que no es un juego y ahora ve, ve derecho a los brazos del amo, que ahora es él quien necesita de tus cuidados- le dije abrazándolo.
- Gracias-me dijo alejándose hacia la habitación del amo.
Andrew
No lo puedo creer, el amo me ama, desde el primer momento me amo, me siento tan feliz, ¿Cómo pude ser tan tonto? Habiendo tantas señales y solo yo no me di cuenta.
Al llegar a su habitación y verlo postrado sobre esa cama solo pude sentir desesperación, quería verlo sonreír nuevamente, y quería que me hablara que me dijera que me amaba. No pude soportarlo y me tire sobre el abrazándolo fuertemente, logrando así que se despertara.
Eduart
Si pudiera elegir como despertar de un sueño largo, esta sería mi primera opción. Andrew se encontraba sobre mí, abrazándome fuertemente y de un momento a otro al darse cuenta que desperté, sucedió lo que menos me imaginaba. Me beso, fue un beso apasionado, lleno de amor, como siempre me lo había imaginado.
- Te amo-me dijo y yo no salía de mi sorpresa- al darme cuenta de mis sentimientos me aleje de ti pero ya no puedo soportar esta más tiempo sin ti sabiendo que tu sientes lo mismo por mí. Así que ahora ¿harás todo lo que te privaste todo estos años?
- Te amo, te amo, siempre te eh amado, desde el primer momento-dije tirándole del brazo atrayéndolo sobre mi y dándole otro beso.
- Ahora lo sé-me dijo él con mirada picara que al instante comprendí lo que quería decirme.
Comencé a sacarle la ropa, y explorando cada parte de su cuerpo fui bajando hasta sus partes intima haciendo que se excitara y comenzara a gemir, se dejaba llevar, después de todo seguía siendo un niño. Explore todo su pecho, tetillas en particular en la cual me di cuenta que era una de sus puntos débiles, y luego sin más me lleve su pene a mi boca lo cual le produjo un intenso placer.
- Ahhhhhh- lo escuche exclamar.
Ese gemido me incentivo, estaba decidido a darle la mejor mamada de su vida, estaba decidido a que lo disfrutara, porque la verdad es que por sobre mi deseo se encontraba el de el, lo amaba y quería que nunca se olvidara de este momento. Comencé un mete y saca a una velocidad más fuerte y de un momento a otro toda mi boca se vio saboreando por primera su delicioso semen.
- En vedad que este es el mejor remedio-dije refiriéndome a su reciente eyaculación- ahora estoy seguro que ya nunca me voy a enfermar-termine de hablar riéndome por su cara que se mostraba roja de la vergüenza.
- Ah…..me alegra que te haya gustado y lamento no haberte avisado que….-corto por la mitad, el pobre estaba muerto de la vergüenza.
- Lo eh estado esperando por mucho tiempo, claro que me gusta-dije dándole un pequeño beso en los labios.
- Si yo también-pronuncio mi niño ya más calmado y siguiéndome el juego.
- Ahora que lo sé, espero que estés dispuesto a unirte a mí como uno solo, pero solo será si tú lo quieres-le dije preguntándole de manera indirecta si deseaba que continuara.
- Por supuesto que quiero, además como le dije el primer día usted puede hacer lo que quiera conmigo aun más ahora que no solo es mi amo si no también la persona que amo con todo mi corazón-me dijo mi niño dejándome continuar.
- Como me alegra escuchar eso.
Después de eso lo fui dando vuelta muy suavemente a mi niño, el cual dejo su cola a mi disposición, y yo pasando mi lengua por su espalda hasta llega a su apretado y rosado hoyito el cual palpitaba por atención. Me descoloque tanto que no hice más que besarlo y lubricarlo con mi propia saliva, sin darme cuenta le estaba proporcionando un beso negro a mi niño el cual gemía de placer, se estaba volviendo loco y yo junto con él.
Sin poder esperar más le introduje mi primer dedo, y su gemido hizo acto de presencia.
- Ahhhhhhh- exclamo con su hermosa boca mi precioso tesoro.
- ¿Estás bien?, ¿continuo?- le pregunte yo evidentemente asustado.
- Si, lo siento me sorprendió, eso es todo pero vamos continua no te detengas-me decía mi niño y así lo hice.
- Ok.
Después de un rato introduje el segundo, y desesperado por terminar con la lubricación, puse el tercero el cual causo el efecto de dolor en mi esclavo.
- Ahhhhhhhh….due…..le.
- Lo sé, cálmate, si te relajas el dolor pasara, ya falta poco aguanta solo un poco más.
Por fin su agujero estaba lo suficientemente lubricado, así que saque mis dedos y pude sentir como mi bebe daba un suspiro de alivio, proseguí por preguntarle.
- Dime, ¿puedo continuar?, si la meto será un dolor mayor al de los dedos, ¿estás seguro que quieres continuar?-yo quería seguir pero si él estaba inseguro lo dejaríamos para otra vez.
Mi niño parecía inseguro, como no sabiendo que hacer, o que contestar, era obvio me di cuenta que le dolió cuando introduje los dedos y mi polla estaba en su máximo esplendor, le dolería demasiado, no, tenía que parar esto ahora.
- No te preocupes precioso, dejémoslo para otra vez, tenemos todo una vida por delante asique no nos apresuremos, ¿sí?-le dije a mi niño con la intención de terminar allí.
- No-escuche y su respuesta me sorprendió bastante- hazlo aquí y ahora, ya no quiero esperar mas, hazlo-me dijo muy seguro de sus palabras.
- De verdad, ¿estás seguro?-le pregunte queriendo confirmar su respuesta.
- Si-me dijo completamente firme.
Entonces decidí continuar, agarre un frasco de crema y lo unte tanto en su ano como en mi polla, y muy lentamente fui introduciendo la cabeza, mi niño ahogaba sus gemidos en la almohada pero yo ya no podía aguantar más y continúe.
- Mmmmmmmmmgg…….mmmmmggg-se restregaba por la almohada mi pequeño.
Me percate de su dolor y saque nuevamente mi pene de su ano, y de un golpe sin pensarlo lo metí hasta la mitad. Andrew levanto su cabeza y gimió de dolor.
- Ahhhhhhhh,…..ahhh…mgggg
- Tranquilo pequeño, esta es la forma más rápida de hacerlo, si lo hago lentamente solo sentirás mas el dolor, ¿está bien? Solo relájate pronto pasara-le dije para poder tranquilizarlo estaba demasiado nervioso y apretaba con fuerza las paredes de su ano-mira ahora voy a continuar, lo voy a sacar y luego lo meteré de vuelta por completo, solo será un momento, aguanta por favor.
Y tal como le dije, al a acostumbrase lo saque y se lo metí hasta el fondo. La tensión en el cuerpo de mi niño se intensifico por diez veces más y grito.
- Ahhhhhhhhhhhh…..due..le….me….dueleeee………no….puedo….ahhhhhhh-solto lagrimas de dolor, el amor de mi vida.
- Shhhhhhh, tranquilo ya todo paso, dejare que te acostumbre y luego los dos podremos disfrutarlo, pero si quieres parar lo sacare ahora y todo terminara, está bien-le dije viendo como lloraba, pero fue ahí cuando vi como se movía haciéndome gestos de que no parara- ¿estás seguro?
- Si-me dijo con una vos casi inaudible.
Tras unos minutos de espera, pude comprobar que mi niño ya estaba por completo acostumbrado a mi grosor, asique comencé un mete y saca que lo hacían gemir en un principio de dolor pero luego de placer, lo veía y estaba completamente loco de placer, gemía a más no poder y yo me excitaba aun mas. Y finalmente ya no pudiendo aguantar eyacule dentro de su culo y el sobre la cama.
Cuando me di cuenta mi niño se encontraba dormido, estaba bastante agitado, descanse por unos minutos a su lado viendo su figura angelical durmiendo. Luego decidió levantarse y acomodar todo para cuando su ángel despertara, lo primero que hiso fue limpiarlo con una toalla húmeda y luego vistiéndolo lo llevo cargando a su cuarto de ya que allí estaría mas cómodo. Ordeno todo su cuarto y se dirigió donde Salomón para que este preparara algunos calmantes para el dolor.
Andrew
Cuando desperté, me di cuenta que estaba limpio y con nueva ropa, pero al darme cuenta de que mi amo no se encontraba decidí levantarme a buscarlo. Una terrible jaqueca y un dolor en mi trasero me lo impidieron, por suerte al lado de la cama se encontraban remedios qué lo ayudarían con eso. Un rato después, hice el intento de levantarme nuevamente, como pude lo logre y me agarre de la cama para no caerme y luego sosteniéndome por la pared camine unos pasos pero el dolor no cesaba y no pude continuar. En ese momento se abrió la puerta de la habitación……
Salomón
- Tonto, no te levantes aun estas lastimado-le dije exaltado al ver que Andrew estaba intentando levantarse y de un leve empujoncito lo acosté nuevamente- serás cabeza hueca eh, por haberte sobre esforzado mira como estas, tuviste que haberle dicho al amo que parara él lo habría comprendido ya que era tu primera vez-lo reprimí por su acción tan apresurada.
- Lo sé pero no quería esperar más, digo a pesar de todo logre estar a su lado y por primera vez me sentí completo, me encanto todo lo que hice y lo que él me hiso y respecto a esto como tú lo dijiste era mi primera vez, si no me pasara tendría que tener demasiada suerte. Además hacerlo con la persona que amas es espectacular, así fue como yo lo sentí-me dijo Andrew muy seguro de sus palabras, yo solo sonreí en verdad que esos dos eran él unos para el otro.
- No sabes cuánto me alegra escuchar eso-se oyó una vos a mi espalda que de inmediato reconocí- pero mejor la próxima vez pararemos al menos para tomar un descanso, no sea que mi mayor tesoro se lastimara por mi descuido- en verdad que la manera de expresarse de Eduart era espectacular- además Salomón ya me ha reprendido a mi también y me dijo que la próxima si salías lastimado iba a dejarte en celibato por todo un año-maldito, yo no recuerdo haber dicho eso ultimo, me dije para mí mismo y di vuelta.
- Yo me retiro señor- le dije a Eduart con cara de “después arreglamos eso ultimo.
- Está bien-añadió el.
Eduart
Lo que acababa de ocurrir me dio mucha gracia, y cuando escuche la vos de mi niño y me percate de su cara enrojecida me dio aun más gracia.
- Que malo eres-me dijo refiriéndose a lo de Salomón- pero hablando en cerio, lamento que hayas tenido que escuchar eso, en verdad que no me arrepiento de nada de lo que paso.
- Lo sé, está bien, pero sabes estoy muy contento ya que es la primera vez que me tuteas.
- Lo siento.
- Tonto, eso me encanta, recuerdo que cuando nos conocimos tu me dijiste que no me llamarias por mi nombre porque eras mi esclavo, bueno aquí en mi mano tengo el acta de libertad para un esclavo que amo demasiado, ¿adivinas quién es?- le pregunte con cara sonriente.
- Acaso soy yo-me dijo sonriendo-pero ya no tendré ninguna razón para quedarme a tu lado, no quiero, prefiero seguir siendo tu esclavo y así quedarme siempre a tu lado-me dijo cambiando su cara a seria.
- Pero de partir de ahora serás mi amante-le dije tratando de convencerlo-¿esa no es suficiente razón para quedarte a mi lado?
- No, si algún día te cansas de mi, al menos podre seguir a tu lado como un esclavo, si solo estoy a tu lado para mi es suficiente.
- De eso debería estar preocupado yo-le dije dejando el papel sobre la mesa y acercándome a él-digo, mi esclavo es demasiado hermoso que pasa si un día se cansa de mi y se escapa con otro- le dije simulando una cara de tristeza-eso me devastaría. Pero si no quieres por mi está bien, solo tenerte a mi lado es suficiente-le dije sonriendo.
- Tú sabes que solo a ti puedo amarte, que solo a ti puedo mirarte y que solo tú podrás ser mi amo, mi señor, mi salvador y el amor de mi vida.
- Sabes que a nunca te dejare escapar ¿verdad?-le pregunte con cara de picardía.
- Sí, eso esperaba de usted.
- Me alegro-le dije- pero que te parece si cerramos nuestro contrato con un beso.
- Me parece perfecto-respondió y no tarde en comerle esa preciosa boca de un beso, sacándole un suspiro de satisfacción.
Luego los dos nos dormimos juntos, como siempre debió ser, porque el destino de una pareja es permanecer juntos, unidos como uno solo. Porque ni las barreras que hay entre un amo y su esclavo pueden separar a dos personas que han encontrado el verdadero amor.
Fin.
[MI meil es, abigailambar@hotmail.com ] acepto todas las criticas y desde ya MUCHAS GRACIAS.