Mi amada profe

Ella era mi musa, mi diosa y yo su princesa.

Ana María es una chica muy linda, de figura delgada pero bien definida, con cabello castaño y medianamente largo, de ojos obscuros y con una gran seguridad en sí misma.

Ese día había llegado a la universidad con jeans ajustados, zapatillas y una camisa de tiros. Al salir de clase estaba muy satisfecha porque sabía que había sacado la máxima nota en su examen. En la parte de afuera la esperaba Andrés, quien era su novio desde hacia ya bastante tiempo; un chico muy guapo que tenía a más de una detrás, lo que la hacia sentir importante y de una forma muy extraña sexy, porque sabia que muchas deseaban ser ella.

Esa tarde fue a comer con Andrés a su departamento y hasta tuvieron relaciones pero de alguna forma Ana no lograba sentirse satisfecha.

Salió muy apresurada de su departamento porque se la había hecho tarde para llegar a su clase. Estaba muy preocupada porque el profesor José había sufrido un accidente la semana pasada y no quería perder más clases. Además iba mal en esa materia porque el profesor quiso pasarse de listo y ella lo rechazó.

En el camino a la uní iba muy distraída pensando en la conversación que había tenido unos días atrás con sus amigas sobre los orgasmo y de lo rico q se sentía llegar a él, ella fingió haber tenido millones con Andrés para no parecer una tonta, pero la verdad es que nunca se ha sentido plena con el ni en la cama.

En eso ella sin querer se paso una luz roja y el carro que venia en sentido contrario la embistió.

Ana se golpeó fuertemente la cabeza y al reaccionar pudo observar que le corrían gotas de sangre de su cabeza, le dolía muchísimo y sólo escuchaba el ruido de las bocinas de los autos y los gritos furiosos de una joven realmente preciosa, con unos ojos azules que en otra circunstancia serian perfectos para perderse en ellos, pero en ese momento parecían un mar enfurecido y su cara estaba tan roja de la rabia q parecía q iba estallar.

A Ana le dio un ataque de pánico, colocó el pie en el acelerador y salió huyendo del lugar.


Estaba tan asustada que no sabía adonde dirigirme y cuando reaccioné estaba en el estacionamiento de la universidad. Apenas paré el carro me puse a llorar y puede observar con claridad la herida que tenia en la frente.

Decidí ir al baño antes de entrar a la clase porque me sentía muy nerviosa para regresar a mi casa, me lavé la cara, me limpié la herida y me pude fijar q no era gran cosa, pero me dolía muchísimo. Ya calmada me dirigí al salón y cuando entre vi q alguien estaba dando la clase y me apresure a decir:

Disculpe la tardanza Prof. José es que tuve una accidente.

Pero al levantar la cara observé nuevamente esos ojos azules tan hermosos y vi esa cara angelical haciendo una mueca y se dirigió a mí en tono muy rudo:

El Prof. José todavía esta de reposo, pase y siéntese señorita. Al sentarme supe que era ella con quien había chocado.

Esa hermosa mujer continuó con lo que estaba diciendo: Por personas inconsciente es que ocurren los accidentes y además son tan estúpidas que huyen, al terminar la frase clavo sus ojos azules como tempano de hielo y finalizo diciendo ¿verdad señorita Gutiérrez?

Yo de la pena y roja como un tomate solo asentí con la cabeza.

El resto de la clase transcurrió con mucha normalidad yo evitaba mirar a la Prof. Mariángel (porque así se llamaba) por la gran pena que sentía, y estaba decidida que al finalizar la clase hablaría con ella y me haría responsables por los daños causados a su carro.

Al terminar la clase tenía tarea como para un mes entero y un examen la próxima semana. Me dolía terriblemente la cabeza pero eso no impedía que observara constantemente el escote de la Prof. y sus largas piernas. Porq ese día vestía una falda verde olivo que dejaba a la vista unas largas piernas blancas con una camisa blanca que tenia un escote precioso justo en el pecho y unos zapatos altos con el cabello algo desordenado pero se veía tan espectacular que más de uno en el salón estaba hechizado por ella, incluyéndome a mi. No me fije que ya estaban saliendo mis compañeros cuando una dulce voz me dice:

  • ¿Se siente bien señorita Gutiérrez?

Yo instintivamente me agarré la cabeza

Será mejor que vaya a la enfermería a verse esa herida y que le den unos analgésicos para ese dolor de cabeza que debe de tener.

En eso reacciono y comienzo a pedirle disculpas una y otra vez.

  • ¡Prof. lo siento mucho de verdad no fue mi intención! iba distraída y usted salió de la nada.- Sujete mi frente y vi sangre nuevamente, me asusté muchísimo - Y… Y… Profe lo siento mucho, en serio

DE los nervios comencé a llorar como una chiquilla. Ella me sujetó.

  • Cálmate Gutiérrez, no te voy a negar que fue muy estúpido de tu parte huir y mas si estabas herida, pero a mi carro no le pasó gran cosa y eso lo arregla el seguro.

  • Oh no profe deje que yo me haga cargo de verdad se que fue muy inconsciente de mi parte.

  • No te preocupes, además ya te dije que el seguro se encargará de eso.

Me sentí un poco mejor y me llevó a la enfermería, pero en ese momento Lucy (la enfermera) no se encontraba y como estaba sangrando nuevamente ella se dispuso a limpiar la herida. Yo estaba muy nerviosa y al sentir sus dedos en contacto con mi piel me dio una gran escalofrió y ella se asusto y me dijo:

  • ¿Tienes frio Gutiérrez?
  • Ana.
  • ¿Qué?
  • Que me llamo Ana maría profe, y si, un poco. - Me dio vergüenza admitir que fue ella quien me puso así.-
  • Será que tienes fiebre… Ana?

Y me tocó el cuello a ver como estaba mi temperatura y me sentí terriblemente excitada. No entendía que me pasaba, pero al ver que tenía sus hermosos senos a la altura de mi cara, me comencé a morder los labios y sentía como todo mi cuerpo se estremecía.

En eso entra Andrés muy apresurado.

  • Ana mi amor ¿Cómo te sientes? ¿Que te pasó? ¡Me dijeron que estabas sangrando! - Se acercó a mi y me estampó un beso.-

  • Oops lo siento usted debe de ser la Prof. nueva. Yo soy Andrés estudiante del decimo semestre.

  • Un placer bachiller Andrés! Bueno señorita Ana me despido, ya veo que esta en buenas manos.

Y se fue alejando y me dejo esa extraña sensación de perderme en esos grandes ojos azules.

Andrés me acompaño hasta mi casa y en todo el camino le conté lo que sucedió, aunque no le dije que fue a ella a quien choque.

El me mencionó que todo el mundo en la uni comentaba lo hermosa que era la profe, y es que en realidad la palabra hermosa se quedaba corta. Se ofreció a quedarse a dormir en mi casa, pero yo no deseaba, así que se fue.

Esa noche dormí muy mal, sentía que la tocaba, que la besaba, no entendía que me sucedía con ella. Los dos días siguientes no fui a clases porq me sentía muy mal, y además estaba evitando a la profe. Preferí quedarme para ponerme al día con las otras materias. Andrés pasó por mí varias veces, pero busque mil excusas para evitarlo hasta que lo logré.

Era sábado y tenia que salir a comprar comida al súper, decidí ir caminando, ya que me quedaba muy cerca.

Cuando entré comencé a meter cosas en el carrito y se me vino a la mente Mariangel, con ese nombre que le queda perfecto, esa cara tan hermosa, sus labios carnosos, su cuerpo escultural y esos senos oh..

Ay! Lo siento señora, la lastimé?- Había chocado accidentalmente mi carrito con otra persona.

  • Señorita Ana maría creo que se ha vuelto costumbre que me choque en cuanta oportunidad tiene!

No puede evitar sonrojarme. - Discúlpeme profe en serio no fue mi intención, es que venia distraída-.

  • Me encantaría saber quien la tiene así señorita.

Lo dijo clavándome esos hermosos ojos azules, y me sonrojé a un más por temor a que supiera que era ella.

  • Lo siento profe

  • Mariangel, llámame Mariangel, eso sí, mientras no estemos en clase.

  • Ok Mariangel.

  • Y eso que haces por aquí? Vives cerca? Le dije. Y de una forma muy extraña me empecé a sentir cómoda con su presencia.

  • Bueno si, vivo en el edificio Santa rosa!

  • En serio? Yo vivo justo al frente en el edificio Santa lucia!

  • Oh que extraña coincidencia.

  • Y cuéntame Mariangel que haces dando clases? A decir verdad eres muy joven, es mas, si te veo en otro lugar pensaría que eres una alumna más! Jajaja

  • Jajaja me halagas Ana maría y pues el Prof. José me llamo diciendo que le hiciera una suplencia. Yo soy de una ciudad muy cercana y decidí venirme a probar suerte. Me vine ese mismo día, encontré este apto. Justo iba tarde cuando una chiquilla tonta y despistada se me atravesó en el camino y me choco… y bueno, ya lo demás lo sabes Jajaja.

No pude evitar sonrojarme y ella acaricio mi mejilla y me dijo:

  • Te ves tan tierna sonrojada chiquilla tonta.

  • Jajaja gracias profe.. eh Mariangel- Dije un poco apenada.. - Ah y no me dijiste tu edad?

  • Jajá tengo 29 años. No te molesta que te diga así verdad?

  • No para nada.. Pero wow eres muy joven!

  • Jajá que es aparte de que me chocas 2 veces ahora me dices vieja? Eso es muy injusto de tu parte. - Dice en tono de broma.

  • Oh no disculpa en serio no fue mi intención

  • Cuantos años tienes años?

  • Tengo 22

Llegó la hora de pagar y caminábamos juntas hasta el edificio justo al llegar a la puerta nos despedimos y le di un beso en la comisura de los labios

Yo… lo siento- alcancé a balbucear y Salí huyendo del lugar.

Al subir en el ascensor no dejaba de pensar en ese beso y en la turbación que me había producido!! No entendía porque me estaba comportando así, nunca me había pasado, y menos con una mujer. Pero los labios me quemaban y a pesar de que sólo fue un beso insignificante para mí era el cielo.

Llegué y decidí bañarme. Estando en el baño no dejaba de pensar en ella, en su cuerpo y en sus senos; los imaginaba en mi boca, besándolos, mordiéndolos y sin darme cuenta estaba masturbarme. Tuve grandes espasmos y contracciones, sentí como salieron de mí mis fluidos y llegué al orgasmo como nunca. Ya agotada y muy confundida decidí acostarme a dormir.

Habían pasado varias horas, cuando siento que tocan la puerta. Salí a abrir en toalla pensando que era Andrés, estaba desnuda todavía porque había quedado tan cansada por ese orgasmo que no pude ni vestirme.

Al llegar a la puerta la abrí y di la espalda

  • Entra voy a preparar algo de comer.. Muero de Hambre.

  • Eh.. lo siento Ana puedo entrar?

Y justo allí estaba ella, en el umbral de mi casa.

  • Oh! Disculpa pensé q eras alguien más!- dije apenas articulando las palabras, no podía creer que era ella.

  • Si estas ocupada me voy!

  • Oh no vale pasa.. - Sentía su mirada recorrer cada arte de mi cuerpo.

  • Bueno es que estaba sola y decidí traer cotufas y unas pelis para verlas. Te parece? Es que no conozco a nadie y detesto estar sola.- dijo sonriendo de forma apenada.

  • Claro no te preocupes? Me voy a cambiar y regreso.

Entré a cambiarme con una sensación inmensa de felicidad ¡Estaba en mi casa!. Me puse un short corto con una camisa de tiros y salí rápidamente esperando no haber soñado eso.

  • A ver cuéntame Mariangel y eso que estas aquí sola? Es decir en la ciudad! Y tus padres? Y el novio?

  • Bueno, es una larga historia. Mis padres murieron hace ya 20 años en un accidente de transito y me crié con unas tías, y… con respecto a la persona a mi lado había una, pero eso lamentablemente acabo y decidí venirme para acá a olvidar.

Se quedó con la vista fija, con una mirada muy triste, y así pasaron como 2 min en los que yo sólo quería abrazarla.

  • Te parece si ponemos la peli?- Dije para cambiar el tema.

  • Ok a ver quieres ver? Traje acción comedia y amor! Terror no porq después no puedo dormir.

  • Jajá pues somos dos. Yo preparo las cotufas y sirvo el refresco mientras tu escoges si?

  • Ok me parece excelente.

Ella decidió poner una peli cómica, pero ya llevaba más de 20 min y no había causado ninguna gracia y decidimos cambiarla.

  • Me toca elegir a mi porq ya viste que tu eres muy mala escogiendo. Jajaja

Vi varias pelis pero decidí poner una que no tenia nombre en la caratula, pero en el CD decía OCIO. Ella no se fija en mi peli y me pide el baño, cuando regresa ya tengo la peli en el Dvd, al llegar presioné play y en ese momento aparecieron imágenes de unas mujeres muy hermosas con un cuerpo envidiable tocándose y besándose.

Yo no podía dejar de observara las imágenes. Mariangel roja de la pena, me pidió que la quitara, pero no lo hice.

Viendo a esas mujeres así hizo que mi respiración comenzara a aumentar. Miré de reojo a Mariangel y ya no estaba avergonzada, de hecho estaba igual de excitada que yo. De repente no aguante más y empecé a tocarme y frotar mis pezones, luego bajé por mi cintura y llegue a mi clítoris y justo en ese momento ella dijo:

  • Disculpa Ana María me tengo que ir. Y salió apresurada

Me quede allí desnuda y un poco confusa sin poder entender nada.