Mi amable vecino Paco
Empece regando y acabe regada por mi amable vecino.
Mi amable vecino Paco.
Hola a todos, soy Belén una chica casada con una cría de 7 años y un esposo del que me siento muy enamorada por su bondad, su buen compañerismo y sobre todo porque reconozco que es un muy buen padre y aun mejor persona. Ahora mismo me encuentro en paro temporal, espero, y Jose que así se llama mi pareja es repartidor, por lo que suele pasar casi todo el día fuera. Tengo 34 años soy morena de 1,65 con una melena rizada y una cara que sin ser bonita no pasa desapercibida tengo una 90 de pecho y lo que suele a traer las miradas de los hombres es mi trasero mis caderas son anchitas y mis nalgas son respingonas y redondas, pues bien os narro mi historia.
Vivimos en una urbanización de adosados de una ciudad andaluza, nos conocemos casi todos de vista aunque con quien tengo mayor trato son con los vecinos colaterales o los que tienen hijos de la edad de mi niña, pues estaba una mañana regando y dándole una limpieza al porche y a la entrada de casa cuando paso Paco, un vecino de la misma calle casado de unos 50 años y una fachada que aun llama la atención para su madurez, muy alto, ojos verdes, con hoyos en la cara cuando sonríe siempre al saludar, muy atento y unas manos enormes que es algo que me llamo la atención la primera vez que nos conocimos, hace algunos años ya. Al pasar por mi espalda mientras regaba la puerta me dio los buenos días con su sonrisa y yo le respondí, llevaba puesto un vestido suelto cortito pero que resaltaba mis nalgas, algo casi inevitable, advertí como de reojo echaba una mirada a mi trasero, siguiendo su camino, termine con la limpieza y volví a entrar en casa como hacía calor me dispuse a darme una ducha para refrescarme del trabajo y de lo que mi mente había imaginado sobre aquella mirada, serian sobre las 11 de la mañana.
Sonó el timbre justo en el momento en que estaba desnuda para meterme en la ducha me asome por la ventana del baño y vi la cabeza de Paco asomando a la puerta del porche que posiblemente no encaje bien, me metí el vestido totalmente desnuda y baje.
Yo: hola Paco dime
Paco: Perdona, es que he visto que te has dejado el cepillo en la calle y que está saliendo agua por la puerta y como no te he visto quería avisar.
Salí y mire el grifo de la manguera estaba cerrado, pero salía agua era cierto.
Yo: Jo se ha debido romper y no sé dónde cortarla.
Paco: no te preocupes, tienes una llave inglesa pequeña.
Yo: si Paco, muchas gracias, pero no quisiera abusar...
Paco: que va, ni te apures esto no es nada, déjamela
Al volverme lo vi de nuevo con los ojos clavados en el mismo sitio, no tenia duda me tenia enfilada, y me estaba empezando a calentar mi cosita y me daba un morbo inexplicable la situación, le acerque la llave y comenzó a darle apaño al problema sin dejar de prestar atención libidinosa a aquellas manos grandes y esos dedos que me calentaban de sobremanera solo mirarlos, me pidió si tenía un poco de teflón y le dije que no sabía que era, que entrara donde estaban las herramientas y a ver si él lo veía, lo encontró y el calor fuera iba en aumento y dentro de mi también.
Yo: ¿Quiere una cervecita Paco?
Paco: si gracias, pero si tú me acompañas, solo no me gusta beber, jajaja.
Yo: perfecto la verdad es que apetece, me disponía a ducharme cuando tocaste (dije sin pensar).
Saque dos latas de cerveza y le ofrecí una a él. La mirada de Paco de arriba abajo casi me hizo estremecer y creo que a él algo le incito también, llevaba unas bermudas y me pareció que en su entrepierna hacia su bolsillo izquierdo algo estaba pasando.
Paco: bueno Belén esto creo que ya esta sellado, ya no hay fuga.
Yo: Muchas gracias no sabes cómo te lo agradezco Paco.
Se dirigió hacia dentro con las llaves el teflón y un destornillador en la mano y yo detrás, llego a la caja de herramientas y lo coloco al girarse quedo casi frente a mí y se quedo mirándome fijamente…
Paco: Pues nada listo, quieres ¿que te apañe algo más?
Me quede petrificada mirándolo con mi cuello hacia arriba, y no pude abrir la boca, solo lo miraba, hasta que note su brazo en mi cintura y cuando me di cuenta tenía su lengua dentro de mi boca y sus labios dándome un morreo mientras que su mano palpaba y descubría la desnudez de mis nalgas debajo del vestido, todo era como si ocurriera en las nubes pero mi cuerpo no ofrecía resistencia alguna, hasta llegar a sentir uno de sus dedos como exploraba mi vagina y como se abría paso, tenía unas manos y unos dedos que me estaban poniendo como una perra y sus besos y sus caricias en mi cuello hacían doblegar toda resistencia que intentara oponer, aunque sinceramente poca había, me dejo caer en el sofá y se arrodillo frente a mí, bajándome las tirantas y aferrándose a mis pezones me los mordía y lamia a la vez que sus dedos seguían abriendo hueco en mi sexo y así llegue al primer orgasmo algo que no sentía así como así con mi pareja me había corrido totalmente fuera de mi, como el mejor de los maestros me hizo una comida de coño que jamás había experimentado volviéndome a correr estrujando su cabeza contra mi sexo para que sintiera mis espasmos. Paco se levanto y se puso ante mi bajando sus bermudas, aquello que salto como un resorte hacia mí, no deba crédito no era nada normal, un pene totalmente entrevenado no se cuanto podría medir pero creo que menos de 23 cm no tenia eso y su grosor tampoco era poco. Me agarro del pelo y me dijo:
Paco: Te toca guapa, veras que arreglo te doy con esta herramienta.
Comencé a lamerle y a besar aquello mientras él me ayudaba a llevar el ritmo que quería a la paz que me pellizcaba los pezones, se acomodo sentado a mi lado y metiendo la mano por detrás, comenzó de nuevo a hacerme un dedo y dos y ya perdí hasta la cuenta, porque realmente me volvía loca, mientras que media polla me tenia alojada en la boca cuando llegue al segundo orgasmo que si no llego a tener aquello en la boca, los jadeos y gemidos se podrían haber oído fuera.
Me cogió de las caderas y me puse encima de el a horcajadas mirando lo de frente mientras cogía aquello y lo dirigía a mi vagina, cuando sentí como iba abriendo hueco en mi cueva mis ojos se desorbitaban y mi boca no daba a cerrarse.
Paco: uFff que rica estas Belén, que ganas tenia de cogerte este culazo y darte así, ¿te gusta? ¿Te gusta?
Me decía mientras abría mis nalgas y me follaba con una maestría jamás soñada, notaba cada embestida a la paz que me abría las nalgas y me besaba el cuello y los hombros, había encontrado mis puntos débiles o los estaba rentabilizando al mil por mil volví a correrme de nuevo de una manera bestial.
Yo: Si si me gusta si si no pares, me corroooo, diossss que pollaaaaaaa, así no pares, ummmmm , asiiii.
Me agarre a su cuello besándolo para ahogar mis gemidos mientras lo cabalgaba y el acompañaba mis movimientos al unísono, la follada era bestial, ya perdí la cuenta de los orgasmos que llevaba, me levanto y me puso a cuatro en el sofá, sujetándome por el cuello comenzó a morderme la oreja y me acariciaba los pechos me echo hacia adelante dejando mis nalgas totalmente a su disposición, cuando sentí una puñalada de carne que me hizo gritar de gusto y de dolor, pero que se sucedió de una tanda de ellas sujetando mis caderas y haciéndome gemir como jamás en mi vida lo hice nunca me había sentido tan puta y había tenido un sexo tan de verdad, mis orgasmos en esa postura ya eran innumerables, empecé a sentir más presión y notaba que Paco me estaba introduciendo un dedo en el ano. Volví mi brazo y le quite la mano, no sé si fue un aviso o un enojo, pero la follada que me dio a continuación fue criminal, me faltaba la respiración aquel hombre maduro me estaba dando la mejor follada de mi vida y me hizo sentir la mas puta de las putas, me tenia totalmente entregada y seguía corriéndome como en mi vida había hecho, mis muslos estaban empapados
Paco: Eres una hembra de categoría Belén, ummm voy a correrme quieres mi leche.
Me zafe de él y me volví, me cogió del cuello y le agarre la polla restregándola contra mis pechos y regándolos de su lefa, aquella polla no merecía menos después de las alegrías que me había proporcionado, me cogió la cara con las dos manos me dio un beso en los labios y me dijo.
Paco: Esto no ha pasado nunca, pero algún día lo terminaremos. Eres un encanto Belén.
Yo: Y tu un hombre muy apañado. Y gracias por todo. Hasta otro rato Paco.
Abrí la puerta y nos miramos a lo lejos, la ducha se retraso pero dulce retraso y que bien me sentó.