Mi alumna Rosa (3)

La idea de invitar a Rosa a mi casa se convertia en el paso siguiente en mi escalada de placer.

Cuando llegue a casa lo primero que hice fue encender el ordenador para abrir ese canal de comunicación con mi morbo. Allí estaba, quieto expectante, el muñequito del Messenger de Rosa, ya se habría percatado de mi presencia.

Durante el viaje de vuelta a casa había estado pensando en las posibilidades de quedar mañana. Todo el viaje algo me decía el paso a continuar, este algo era mis ganas de subir en excitación y que mi alumna de 36 años me acompañara en este viaje, así que esta fuerza me encamino a proponer el que viniera a mi casa. Era el sitio adecuado, allí todos mis equilibrios se romperían a favor de un gran orgasmo o de un final a toda la historia. El punto de equilibrio inquieto por fin se rompería.

Su frase no se hizo esperar

Que tal profe?

Este punto de mala leche, al rebajarme a su profesor, cuando esto era una ocupación secundaria, no era algo que me sorprendiera en una amante. Era la forma de decirme, te tengo cogido por los huevos y era verdad. Solo pude contestar con otro sarcasmo, ¿quien tenia cogido a quien?-

Hoy ha sido estupenda la clase con mi alumna

Es aplicada

Es maravillosa

Cual es la siguiente lección?

Ponerme entre tus piernas

Y luego?

Sentir mi semen dentro de ti

Ummmm, cuando?

Vente mañana a mi casa

Hubo un tiempo de espera. Tiempo de espera para sopesar la situación.

Muy temprano, tengo que estar para recoger a Maria del colegio

A las 9:00 estoy solo

Como se llega?

Tienes que llegar a la estación de Villalba y allí te voy a buscar.

Vale, lo busco en Internet

Claro allí seguro que lo encuentras.

Que te ha parecido lo de esta mañana?

Me da un vuelco el corazón solo de pensarlo

Se te veía muy excitado

Tu hija es muy bonita, tiene un tacto increíble

Ella también la gusto, se le notaba en la cara

Me hubiera gustado haber seguido

No se podía

Ya

Me voy a la cama, mañana es un buen día

Hasta mañana

Adiós Profe, besos calurosos

Gracias, besos

En ese momento se había desconectado, me quede con la misma necesidad de siempre de seguir hablando. Pero mañana seria un gran día, había que dormir.

A la mañana siguiente como otros días estaba despierto a la vez que mi esposa que se iba a trabajar, a las 7:30, me hacia el remolón mientras comparaba sus curvas con las que esta mañana volvería a recorrer. Rosa salía ganando, cosa que me apenaba, por la mala elección de mi boda. No lo quería pensar pero así me sentía en ese momento, menos mal que mi esposa se encontraba en los días del mes que tenia campo libre para mis fantasías y no tan fantasías, por que en otro caso no sabría como reaccionar en un encuentro con ella. Continué haciéndome el dormido hasta que salio por la puerta dirigiéndose hacia el autobús que la llevaría a trabajar. Tenia que recoger la casa, la impresión era algo que me importaba en ese momento. Así que recogí la casa, algo que no hubiera hecho hasta el fin de semana en otra ocasión. El tiempo justo para esperar a que me llamara Rosa desde la estación. No me hizo esperar, un cuarto de hora pasada las 9:00.

Dándome un paseo me dirigí a la estación y hasta su coche aparcado en uno de los lados de la calle. Cuando me saludo, sonriendo, ¿Dónde lleva la tranquilidad esta mujer?, abrí la puerta del coche y la di un pico, parecíamos dos enamorados sonriendo.

A donde vamos

Sigue por esta calle y cuando puedas girar, después del río, gira.

Vale

Te has despertado hace poco?

No, estuve arreglando la casa para ti

Yo no te iba a ayudar.

Estuve dudándolo si dejarte el aspirador.

(Risas)

Ya hemos llegado, aparca donde puedas.

Son bonitas las casas

La mía es aquella del mirador

Tengo ganas de verla

Mientras lo decía estaba abriendo la puerta del portal, subiendo las escaleras detrás suyo para fijarme en su culo con vaqueros y su cabellera corta con rizos. Abrí la puerta de mi casa y dejándola pasar, para ver la reacción del trabajo de ordenación hacia efecto en mi favor.

Es muy bonita

Si, no parece una casa en alquiler.

No, es muy acogedora.

Si, nos gusta mucho

La vais a comprar?

No, al final no, hicimos cuentas y no nos salía.

En ese momento se produjo la llamada de las 9:10 de mi esposa, había llegado al trabajo, era una rutina de llamadas, esta indicaba que el viaje había sido sin ningún problema, me contaría el estado de la carretera y lo que tenía que hacer durante las próximas dos horas.

Rosa se mantuvo en un silencio escogido, fruto de la necesidad. La conversación se alargaba, mi esposa me comentaba como un accidente en la carretera había provocado un gran atasco. Rosa se había sentado al lado mío, con tanta espera. Mientras mi esposa me comentaba sus tareas de la mañana, la mano de rosa paseaba por la bragueta de mi pantalón. Pensaba que no se atrevería a hacer lo que estaba pensando. Se estaba atreviendo, me bajaba la bragueta mientras mantenía la cabeza en las razones de por que un viaje a Valencia no tenia sentido para buscar comerciales de calle, la explicación de mi esposa. Tenía mi pene fuera y se me estaría notando mi falta de conversación, ni sonidos de afirmación que normalmente la dirigía cuando empezaba mi esposa con las razones de su trabajo. En estos casos era mejor no empezar a dar soluciones, solo escucharla. Cuando note los labios de Rosa en mi glande, di un respingo en el sofá que debió notar Cristina, por que me pregunto si me pasaba algo. La situación me excitaba más todavía. Conseguí decir que no y una razón convincente para explicar mi gemido anterior.

Me he clavado el mando

Hijo no te hagas esas cosas

Si, por que duele

Claro

Pues eso te cuento

Y seguía con todas sus explicaciones, mientras me imaginaba las dos féminas de mi vida juntas, una contándome cosas, dispuesta a empezar lo que Rosa me realizaba en ese momento.

La lengua de Rosa se manejaba maravillosamente y me estaba llevando a un placer infinito.

No me dices nada?, estas dormido?.

Desde el teléfono me comentaba mi esposa.

No, bueno si, puedo estar algo dormido

Era difícil mantener un hilo de razonamiento en este momento.

Bueno pues te dejo dormir.

No me pareció buena idea, quería continuar con esta historia. Así que idee la manera de que Cristina siguiera hablándome de cosas.

Has hablado con tu madre

No, la llamare ahora, la tengo que preguntar por Javi….

Ya tenía más conversación. Rosa se había bajado sus pantalones y se disponía a introducirse mi pene dentro de ella. La situación se ponía mejor. Así ocurrió, se puso encima de mi pene, dándome la espalda y empezó a botar para que entrara mi pene dentro de su vagina. Me tuve que separar el auricular del teléfono para que Cristina no notara mis golpes de aire de cada embestida de Rosa. Era como si su sexo me succionara mi pene en busca del orgasmo.

Se iba a notar algo en la conversación telefónica, ya no la escuchaba, pero quería correrme escuchando a mi esposa. Rosa mordía un cojín del sofá donde nos encontrábamos para no emitir sonido. En un momento escuche la conversación, para saber por donde iba la explicación-

Me estas escuchando?

Me había pasado de tiempo, pasaba todo rapidísima.

Si te estoy escuchando, entonces…, no tiene…., faringitis?

No, va a ir hoy al medico, que te pasa?, te ahogas?

Se me ha pinzado un poco la espalda y me estoy moviendo.

Hijo lo tienes todo

Si

Imagine mi sonrisa

Bueno te dejo, te quiero

Yo también te quiero, preciosa

Que vas a hacer esta mañana?

No podía responder a esa pregunta, sobre todo cuando estaba a punto de tener un gran orgasmo dentro del cuerpo más maravilloso.

Estudiar

Era lo más socorrido.

Vale, avísame con lo de la espalda

Si….

Te sigue doliendo?

Un poco

Y me corrí dentro de Rosa, en ese momento no se me ocurrió otra cosa que colgar el teléfono, no estaba mas para conversaciones. Ya me volvería a llamar. Cojí a Rosa por detrás y la empuje para que cayera encima mía y poder darla un gran beso en la boca. Mi mujer preocupada volvió a marcar el número de casa y sonar el teléfono. Tocaba el clítorix de Rosa mientras la besaba buscando su orgasmo. Tardo poco en dar los espasmos que tanto esperaba, entre llamadas al teléfono fijo y luego a mi móvil. Entre sonrisas Rosa fue capaz de decir.

  • Anda cógelo

Llegue a coger mi móvil

Que ha pasado?

Preguntaba mi esposa.

Me dio un retortijón

Seria eso lo que te dolía.

Seria eso, si

Bueno un beso

Un beso bonita, que pases una buena mañana

Vale

Adiós

Adiós

Había acabado todo y podía abrazar a mi diosa tumbada en el sofá cogiendo sus braguitas en su entrepierna para no corriera mi semen por todo el sofá.

A donde voy

El servicio esta allí

Ahora vuelvo.

Esto fue el comienzo de una mañana con más episodios de llamadas de mi esposa.

Se despidió con un beso en la boca, una sonrisa y un hasta mañana.