Mi alumna
La aventura de un profesor un su alumna.
Mi alumna
Hola, empezaré a narrar mi historia diciendo que soy un profesor de matemáticas, hace tiempo daba clases de dicha materia (tomando en cuenta que es la que más dificultad tienen los alumnos), las clases que daba eran particulares, iba a la casa del alumno y ahí impartía la clase.
Tenía una alumna de 18 años, muy bien proporcionada para la edad que tenía, tenía unas nalguitas muy bien paraditas, firmes como toda una quinceañera, unos senos pequeños pero bien formados, era morena clara, un poco oscura, una cara angelical, sin ningún barro todavía en su rostro y si los tenía no se notaban.
Como era de imaginarse se vestía con ropa muy provocativa, blusas pegadas casi trasparentes, pantalones a la cadera bastantes ajustados, en ocasiones dejaba ver su tanguita por arriba de su pantalón y como era de esperarse cuando se sentaba se le notaba más su traserito bien formado.
Los padres de la muchacha me tenían mucha confianza tanto que le impartía la clase desde el cuarto de la muchacha, la mamá quien era la que estaba, una señora ya grande tomando en cuenta que la muchacha era la menor de tres hermanos y el de en medio era diez años menor, es decir, era la chiqueada, siempre se tenía que hacer lo que la nena quería, uno de esos caprichos era que yo le diera la clase en su cuarto por si alguien venía no quería que la vieran según ella estudiando.
La mayor parte de la clase se la pasaba jugando en ocasiones muy pesado conmigo, se paraba enfrente de mi mientras bailaba muy provocativamente (no soy de madera), cuando llevaba suéter se lo quitaba lentamente y me lo aventaba a la cara, posteriormente la blusa y se quedaba en corpiño, después se quitaba el pantalón y se quedaba en licra, no dejaba nada a la imaginación.
Cierto día, me hacia lo mismo se empezó a desnudar cuando me levante y la tome por la cintura y le dije que ya se sentará y se estuviera quieta, ella me miro a los ojos y me dio un beso en la boca, yo la separe y le dije que eso que hizo estaba mal, que no volviera a hacer eso ya que es totalmente inmoral, nunca lo volviera a repetir aunque parte de mi estaba deseoso de que no hiciera caso.
Paso el tiempo y estuvo tranquila, hasta que volvió a las andadas, otra vez desnudándose pero ahora se me acerca y me daba besos entre mejilla y boca, después se desabrochaba el corpiño pero no se lo quitaba lo sostenía con sus manos, en ocasiones se quitaba su licra y se quedaba en pura tanga, se veía demasiado hermosa.
Así pasó el tiempo, un día llegué y no estaba su mamá, sólo estaba ella, así que pase a su cuarto, después de unos quince minutos comenzó a desnudarse, pero en esta ocasión sin querer o no se le cayo el corpiño, por fin pude ver esos senos diminutos pero bien formados, pensé que ella se iba a tranquilizar pero no, se me acerco y me beso en la boca, así que no me pude resistir más y me le abalance.
Primero le besaba la boca con frenesí, ella me iba quitando la playera, le acariciaba sus senos, mientras ella me quitaba el pantalón, cuando le quite la licra y le arranque la tanga, la empuje hacia su puerta la cual tenía una ventanita, me agache y le empecé a lamer su conchita la cual ya estaba mojadita, era un sabor a nuevo tan excitante que no me quede con las ganas, acerque la punta de mi miembro a su conchita, ella me dijo que todavía era virgen, que por favor por ahí no, así que me volví a agachar, y le lamí el ano que también era muy pequeño pero nada despreciable, le apunte, lo empecé a meter poco a poco, le dije que me avisará cuando su madre regresara, ella primero gritaba bajo por el dolor ya que también era virgen por su traserito, mientras yo sentía un placer increíble, apretaba como nunca, estaba también seco, pero muy apretado, la empujaba contra la puerta cada vez más rápido, ella al principio se quejaba ya después gemía, mientras ambos sudábamos, su colita era toda una delicia, no hay palabras para describir esta sensación, sólo que estaba lo más apretado posible y sus gemidos, sus sudor, su cuerpecito, todo era puro placer para mí, ya no lo pude soportar más así que bombea con toda mi fuerza ella ya gritaba de placer, bien que le gustaba, la tome de la cintura muy delgada por cierto, la acosté en su cama, le coloqué mi cosa en la entrada de su conchita ella ya no me dijo que nada, la penetré con furia, después de sacarlo pude observar la sangre pero no me importaba, seguí fornicando con ella, mientras volvió a gritar un poco y después gimió hasta estallar.
Lo que no me di cuenta es que su mamá ya no estaba observando, que vista, la ropa botada, su tanguita desgarrada en el piso, la colcha de su cama con sangre y yo encima de ella completamente desnudos.
Como era de esperarse se armo un escándalo pero esa es otra historia de la cual no me arrepiento por el delicioso culito y la tan delicada conchita de una adolescente. Si tuviera la oportunidad lo volvería a hacer, al fin que ya se de las consecuencias.
Si deseas tener antes los relatos, por favor enviar un correo al jlmtpj@yahoo.com.mx se acepta de todo, desde sugerencias hasta mentadas. Gracias.