Mi alumna de colitas (3)
Parte final de la historia, esta vez la nena recibe por todos sus agujeros, gimiendo descontroladamente aún cuando su madre se encontraba en casa...
Había sido genial, un polvazo con una preciosa muñequita, deseosa de sexo. La nena rápidamente corrió hacia arriba, donde se ubicaba su cuarto, subiendo las escaleras cadenciosamente, mirándome con carita inocente y a la vez mordiéndose un dedo, diciéndome:
¿quieres o no ducharte conmigo?
Ante tal panorama, se me nubló todo, y no hice más que coger mi ropa y correr a su lado, también totalmente desnudo, persiguiéndola como si se tratase de dos niños jugando a las atrapadas.
Entramos a su cuarto, el cual tenía un baño privado, mostrándomelo la nena queriendo ingresar a la ducha, pero yo tenía otros planes antes de eso
-Quiero que te vistas con tu uniforme del colegio, le dije.
¿No quieres entrar antes a ducharte conmigo?
No, quiero apreciarte con tu uniforme, con esa faldita escocesa que me trae loco.
Bueno, espérame entonces, me dijo. Cierra los ojos para que la sorpresa sea mejor.
Cerré los ojos y esperé hasta que la nena me pidió que los abra. Cuando los abrí, vi ante mi a esa nenita, preciosa, con su faldita de colegiala y sus dos colitas en el pelo, hermosa, excitante, lo que trajo como consecuencia que, como un rayo, me pare nuevamente, con todas las intenciones de follármela nuevamente, cuando
Ya llegué, ¿hay alguien en casa?, se oyó la voz de una señora mayor.
Huy, es mi mamá, ¿y ahora?, tienes que salir por la ventana, si te ve en mi cuarto, seguro que me mata y a ti te denuncia inmediatamente.
Con mucha cólera, procedí a vestirme, mientras que ella salía a tranquilizar a su madre, quien seguía gritando si había alguien en casa.
Me duele mucho la cabeza hijita, voy a descansar, que nadie me haga bulla por favor, escuché detrás de la puerta que su madre le decía a la nena, cerrando inmediatamente la puerta de su cuarto.
Seguidamente, entró la nena nuevamente al cuarto, viéndome que estaba yo ya totalmente vestido, listo para salir.
Bueno mi amor, te tienes que ir, me dijo, dándome un beso apasionado en el qué se entremezclaban nuestras lenguas.
Eso me estaba excitando nuevamente, así que me le abalancé, cogiéndola de las nalgas, por encima de su faldita escocesa que tanto me excitaba.
Eso también calentó a la nena, quién se contorneaba entre mis brazos y, olvidándose que estaba su madre en casa, empezó a besarme apasionadamente.
Como pude, le bajé su pequeña blusita, encontrándome con sus preciosos senos, los cuales no dudé en besarlos, poniendo sus pezones duritos, mientras escuchaba los jadeos de la nena cada vez más incesantes.
Dicho sea de paso, la nena se estaba encargando de desabrocharme los pantalones, mientras que yo pellizcaba sus pezones duritos.
Sin perder tiempo, la nena sacó mi pene que ya me dolía entre mis pantalones, el cual se mostró ante ella grande y grueso. La nena no dudó en cogerlo entre sus manos para inmediatamente arrodillarse y metérselo en la boquita, dando los primeros lametones que me hicieron estallar de excitación.
Se lo metía y sacaba como si fuera su mejor caramelo, mientras me miraba con carita de inocente como quien come su paletita con total deseo, mientras que con su mano subía y bajaba haciéndome una paja genial. De vez en cuando juntaba mi glande con sus pezones paraditos, para nuevamente volver a metérselo a la boquita. Era excitante verla a mis pies, a esa nena tan hermosa lamiéndome los huevos, llevando su lengüita golosa de arriba abajo.
Sin soltarme el pene, se sentó sobre su camita de sábanas rozadas, continuando con la mejor mamada que había recibido en mi vida.
Después de unos minutos, ya estábamos descontrolados, la aventé a la cama suavemente, quitándole su calzoncito tipo tanga, mientras ella se quitaba las zapatillas negras, quedándose solamente en mediecitas pequeñas.
Le agarré ambos pies para separarle las piernas, para meter inmediatamente mi cabeza entre sus piernas, lamiendo su clítoris hinchado y enrojecido. Ella jadeaba, se cogía la cabeza con una mano y con la otra se sobaba las tetas.
Viéndola tan excitada, le metí un dedo en la vagina, mientras con otro dedo le frotaba rápidamente el clítoris, haciéndola gemir de placer.
La nena sabía que no debía gritar mucho, por lo que se mordía el dedo medio como para calmar sus gemidos.
Aprovechando su excitación, le saqué el dedo de la vagina, metiéndoselo suavemente en su anito, el cual después de mucha paciencia empezó a ceder.
Producto de la excitación, minutos después, al ver que su esfínter ya no ofrecía mucha resistencia, me desvestí rápidamente, para acostarme atrás de ella, metiéndole de un solo empujón mi pene en su vagina. La nena arqueó su cabecita hacia atrás, recibiendo el empellón, para luego empezar a gemir nuevamente.
Era excitante verla, con su blusita bajada hasta la cintura y su faldita subida a la misma altura, delante mio, con las piernas juntitas en forma de cuchara, con lo que me entregaba las nalgas totalmente a mi disposición, apretándome el pene con la presión que hacían sus dos piernecitas juntitas.
Ella colaboraba, movía las caderas de adelante para atrás, yo la cogía de las nalgas para hacer mas presión, haciendo una comparsa genial. La nena jadeaba, se mordía el dedito y de vez en cuando me hacía con el mismo dedo la típica seña que indicaba que guarde silencio.
Yo ya estaba en otro mundo, manoseaba a la nena desde las tetas hasta sus nalgas, era mía totalmente.
Repentinamente, la nena se acomoda encima mio, dándome la espalda y poniendo sus manos sobre la cama, para empezar a brincar sobre mi. Yo la cogía de su faldita para ayudarla con el sube y baja, mientras ella movía sus caderas, demostrándome que se encontraba con un físico envidiable. Al verla cansada después de varios minutos, la cogí de las nalgas, en la misma posición, para detenerla en el aire y proceder a hundirle mi pene en un mete y saca salvaje, rebotando sobre su cama. La nena ya no contenía sus gritos, chillaba como una posesa, al ver que ya se venía su primer orgasmo, repentinamente se baja sobre mi, solamente para cambiar de posición y empezar a cabalgarme, pero ahora frente a mi, mirándome coquetamente.
Poco a poco, de manera muy lenta, cogió mi pene con su mano y solita se lo llevó a su vagina, para empezar a brincar sobre mí. Yo colaboraba ensartándola cada vez mas al fondo, ella brincaba y colocaba sus manos encima de mi pecho, mientras las mías apretaban sus nalgas, hasta que gritó desgarradoramente anunciándome su orgasmo.
Ahhhhhhhhhh, ahhhhhh, ahhhhhhh, grito la nena, para luego meterse nuevamente el dedo en la boquita, quizás recordando que su madre se encontraba en casa.
La voltee con una sola mano, poniéndola boca abajo, sobre su almohada de osito amarilla, para abrirle las nalgas y meterle mi lengua deseosa de lamer ese ano cerradito. Ella pegó un respingo pero no protestó, así que luego de una buena ensalivada, decidí meter mi grueso pene en ese culito que tanto me había excitado.
Poco a poco, para que la nena no sufriera, mi pene ingresaba y salía de su culito ya dilatado minutos antes por mi dedo, hasta que quedó todo adentro. La nena me miraba con ojos lascivos, mezcla de dolor y excitación. Entendiendo que más era placer lo que sentía, empecé el bombeo, apoyando mis manos sobre sus nalgas y cayendo sobre ella le enterré lo que faltaba, haciéndola gritar nuevamente. Así, empecé el mete y saca sobre ese culo que ya se mostraba rosado por la presión que hacían mis manos sobre sus nalgotas.
Yo también quería terminar, me excitaba mucho tener casi indefensa a esa colegiala preciosa, con mi pene ensartado entre sus nalgas, así que acelere mi ritmo y cuando sentí que me venía sobre ella, salí de encima y arrodillándola, procedí a vaciarle toda mi descarga en su carita, siendo recibida por ella con gran genialidad, para luego meterse mi pene nuevamente en su boquita, haciéndome estallar en lo ultimo que me quedaba.
Era hermoso ver a esa nena meter y sacar mi pene en su boquita, mientras su carita se encontraba toda manchada de semen, lo que ella quería era limpiármelo totalmente, y vaya que lo logró.
Su madre parece que tenía el sueño pesado, así que aprovechamos aún a meternos a la ducha, follando nuevamente en ella.
Este relato fue inspirado en esta escena que encontré en la web, que recomiendo para recrear en parte este relato, la página es:
www.drunkendelight.com/view.php?id=7313
Comentarios y valoraciones ayudan a mejorar en nuestros próximos relatos, gracias, hasta la próxima.
THE END