Mi afición a la medicina (3)

En este capítulo, el tercero, la díscola Tere la llevamos a mi consultorio, donde tuvimos que reducirla a la fuerza, y entregársela a mis jardineros, y tuvo la suerte de librarse del Director. Por otro lado, preparé un interesante plan de trabajo para el internado, que fue aceptado por la dirección y que incluía: - Un examen ginecológico más amplio y profundo. - Un consultorio sexológico para las alumnas. - Lo más novedoso, clases prácticas, la primera con las ventajas de una desvirgación bien hecha con la realización en directo a Vanesa. Espero guste al menos ese ha sido mi deseo al escribirle.

TERCERA ENTREGA

Nota preliminar:

En este capítulo, el tercero, la díscola Tere la llevamos a mi consultorio, donde tuvimos que reducirla a la fuerza, y entregársela a mis jardineros, y tuvo la suerte de librarse del Director.

Por otro lado, preparé un interesante plan de trabajo para el internado, que fue aceptado por la dirección y que incluía:

Un examen ginecológico más amplio y profundo.

Un consultorio sexológico para las alumnas.

Lo más novedoso, clases prácticas, la primera con las ventajas de una desvirgación bien hecha con la realización en directo a Vanesa.

Espero guste al menos ese ha sido mi deseo al escribirle.

Sin pensármelo más, me fui a obedecer las ordenes del Director, y acompañado de Tere nos dirigimos hacia mi casa-consultorio.

En el trayecto me pude dar cuenta que clase de niña era.

Chillando, protestando, llorando y amenazando. . . y eso que no sabía a donde la llevaba y menos que iba a ser tratada personalmente por el Director.

Llegamos a casa, y lo primero, no quería salir del coche.

Avisé a Carmelita y entre lo dos imposible, una niña de 18 años tiene bastante fuerza.

A la vista de lo ocurrido, llamé a mis dos jardineros dominicanos, dos hermanos negritos, . que la sacaron del coche en vuelo y la depositaron en la sala de consulta.

Tere chillaba, pataleaba, verdaderamente una niña insoportable.

Le tuvieron que sujetar uno de cada brazo, para que Carmelita pudiera quitarla el peto gris a cuadraditos, del uniforme del Colegio.

Una vez que estaba en bragas y con el polo blanco del uniforme puesto, conseguimos quitarle las bragas, las que arrugué para meterselas en su boca y no escuchar sus gritos

Con esfuerzo, conseguimos entre todos, colocarla en el sillón ginecológico, y que Carmelita pudiera amarrarla con las correas, brazos y piernas.

Una vez instalada, nos dimos cuenta que tenía un cuerpo bonito y atractivo, desde luego a los jardineros se les quedaban los ojos pegados en su sexo y tetas.

Aunque para mí gusto, su conejito era demasiado peludo, ya que en el Internado como no tenian relación sexual alguna y no salian de él en meses, las chicas no se depilaban, mala costumbre, pues un coño peludo es antiestético, sucio pues acumula suciedad y malo a la hora de darle lengua

Por el contrario no me importa el pelo en las axilas, pues no se por qué extraña razón, me encanta pasar mi mano por ellas y mancharme de liquido de sudor.

De todas formas el afeitado del sexo se impondrá en lo sucesivo para todas las revisiones médicas de las chicas del internado.

Volviendo a la estúpida Tere, no pude por menos de soltar un manotazo en su sexo como venganza a tanto sufrimiento que nos habia hecho pasar a todos y la verdad me encantó, escuchar su gemido, hubiera seguido, pero sabia que eso era cosa de Dn. Ramón el Director.

Lo que si hice fue decir a Carmelita me la abriera los labios y comprobar si estaba húmeda, pero la verdad es que estaba completamente seca, a pesar de ello decidí otorgar un premio a mis jardineros-ayudantes.

Le ordené a Carmelita, tapara los ojos de la chica y colocara una pelota de goma en su boca, mientras que le hacia el gesto a uno de los hermanos que podía metersela.

Sin sacarse el pantalón, extrajo la polla, la enfiló justo a la rajita, con las manos apoyadas en la cintura de la chica, y dio el primer envite, lógicamente costó un poco, pero seguidamente introdujo la cabeza del miembro, y al segundo golpe de riñones, fue entrando poco a poco, hasta que notamos como sus huevos ya golpeaban el sexo de la chica.

Estuvimos acertados en poner la mordaza, pues los chillidos seguro se oían lejos.

Mantuvo la polla dentro unos segundos, los suficientes para ensanchar el recién estrenado conducto.

Primero se acabaron los gritos, segundo empezó un ligero movimiento de caderas, al cabo de unos segundos los gritos se convirtieron en jadeos y comenzó un mete-saca violento que pronto terminó con la vagina inundada de leche, lo que nunca supo ni sabra es que habia sido el primero

Ahora ya el Director no tendría dudas, y si quedaba algún resto de himen, ya habia desaparecido.

Como el bestia no había dejado correrse a la chica, le di el premio a ella, e indique al otro hermano, que era su turno.

Antes de invitarle, ya se habia quitado los pantalones y tenia la verga a punto de estallar.

Este ya agarró a la niña ya mojada.

La enfiló, y entró como una exhalación, colocarla y entrar todo fue uno, esta vez la chica si que se arqueó a pesar de estar sujeta e inmóvil.

No sé, ni me importa, si se corrió, sólo puedo asegurar que la leche le resbalaba por los muslos y que había sido follada doblemente y el tercero que era yo, no llegue a hacerlo y no por falta de ganas sino por reservarme para mi Vanesita, creo que si hubiera estado afeitada no habría podido ceder a la tentación, aunque sólo hubiera sido meterla y sacarla.

Mandé a los chicos al jardín y ordené a Carmelita, afeitara aquel coño, antes de que llegara el Sr. Director, pues estaba convencido le causaría el mismo rechazo que a mí.

Me fui a cambiar y cuando entré para decir a Carmelita que me iba y que esta noche no vendría, me encontré que el conejo peludo, había desaparecido, gracias a un buen afeitado y ahora se podían distinguir unos labios finos y preciosos, tanto que me saqué el instrumento y vestido y todo le clavé hasta el fondo, notando la delicia de un coñito estrecho recien abierto, no quise ni moverme, me quede quieto e inmóvil con la polla dentro, la saqué y me preparé para acudir al Colegio antes de que llegara Dn. Ramón.

Pero el macho ardiente, es impredecible. . . se me pasó por la mente, un coño recién abierto, caliente, estrechito y a la altura correcta. . .el de Tere.

Por lo que volví a entrar en el consultorio, me saque la verga, para que Carmelita sin decirla nada, se pusiera de rodillas y me diera la mamada previa de endurecimiento, y se la clavé a Tere hasta el fondo, la tomé de la cintura y en muy pocos mete y saca, tuvo ríos de mi leche dentro de sus entrañas.

Ella seguro que no la dio tiempo a gozar y yo muy poco, pero si fue utilísimo para que reflexionara, ahora más tranquilo, sobre el camino a seguir en mi trabajo.

Voy a proponer al Director un cambio total en la labor iniciada.

Desde ahora realizaré la doble misión, por un lado como especialista en la revisión de las niñas y por otro el del consultor sexológico de las mismas.

Las revisiones médicas, se harán más detenidamente, en especial al aspecto ginecológico.

Todas las alumnas antes de pasar la revisión deberán afeitarse el sexo.

De la medicina general y datos del informe, se encargarán mis dos ayudantes, para poderme ocupar más de la parte ginecológica.

A fin de evitar vergüenzas iniciales, cada chica se tumbará totalmente desnuda, en la camilla, pero boca a bajo, pues el examen empezará precisamente por su culito.

Las ayudantes anotarán los nombres y datos de las chicas más ardientes para luego utilizarlas, en las clases prácticas.

Una vez cada tres días, se realizará un clase práctica, está previsto que la primera se titule: El miedo a ser desvirgada. Para ello se procederá por mi parte como facultativo a desvirgar a Vanesa, en presencia de un curso completo, unas 30 chicas, comentando como y cuando se debe hacer, para que las alumnas tomen conciencia de que un desvirgamiento debe de ser feliz y placentero, tanto para la novicia como para el macho que lo realiza. En sucesivas clases irán pasando todos los cursos del Colegio y posteriormente se tocaran otros temas de interés, siempre pensando que serán de la mayor utilidad para las interesadas, el día de mañana.

La consultaría sexológica.

Todos los días dedicare 2-3 horas diarias a recibir a cualquier chica que precise consejo sexológico, se dedica bastante tiempo a esta actividad, previendo que la mayoría de las consultas sean de picores femeninos, lógicos en una régimen severo de internado máxime cuando se prohíbe terminantemente la masturbación, en consecuencia cada interesada en la consulta si quiere tratarse de esos picores, deberá tener al menos un par de orgasmos, lo que conlleva bastante tiempo.

Pienso que con estas reformas el servicio que va a dar el internado es muy completo y de la máxima utilidad para las interesadas, pues el día de mañana su primera vez, será un feliz acontecimiento y no un trauma que arrastrarán para toda su vida, que en algunos caso llega hasta el hecho de odiar el sexo, en consecuencia aspiro que ese primer contacto con la ginecología sea placentero, primero deseo que lo consideren una cosa normal de la que no hay que avergonzarse sino todo lo contrario, por ello lo inicio de espaldas, ocultando la cara, y con un masaje inicial con aceites emolientes, en una zona erógena como son los carrillitos del culo, masaje que rozará el sexo el mayor número de veces posible, roce que pasará a caricia para terminar en una acción más directa a la hora de examinarle.

Una vez pasado a limpio todo el plan me dirigí rápidamente al internado en busca del Director, antes de que el viniera a mi consultorio, y así presentar el proyecto y que me diera su aprobación.

La primera beneficiada del mismo, sería Tere que sin saberlo se había evitado la paliza del Director, pues supongo que a la vista del proyecto estaríamos hablando parte de la noche, olvidando a la chica.

Llegué rapidísimamente al internado y aún estaba el Sr. Ramón aunque a punto de salir.

Sr. Director tengo que hablar con Vd. urgentemente podemos ir a su despacho, antes de que se vaya?.

Vale pero espero sea breve, como sabe tengo que tratar a esa chiquilla de hoy.

Mire, se trata de un proyecto que he preparado, y que si duda mejorará la calidad de la enseñanza del Centro en un cien por cien.

Mientras le iba leyendo observé que asentía con la cabeza, lo cual era una muy buena señal.

Terminó su lectura y me comunicó

Estoy de acuerdo con todo lo que en el proyecto se dice, a la vez que aprovecho para felicitarle por la iniciativa, sólo alguna salvedad.

Pienso que debería reservar más tiempo para la consulta sexológica, pues las niñas nunca la han tenido, y estoy convencido tendrá mucha demanda.

También me otorgó, plena autoridad, para hacer lo que crea conveniente, con las alumnas, pues dispongo de confianza total en el trabajo, quiere decir que si una o veinte, conviene que sean desvirgadas, no hace falta que pregunte ni como, ni por qué, ni con quien.

En cuanto al examen el mayor número de datos siempre será útil, desde si es ardiente hasta conocer si es posible hasta sus zonas erógenas, calificándolas sexualmente del uno al diez.

Yo estaba loco de contento, pues todo eran facilidades. Hablamos, hablamos y encontré que el Sr. Director estaba entusiasmado con mi proyecto.

Se hizo muy tarde y me dijo que me quedara a dormir en el Colegio, pues me obsequiaba por mi trabajo con una suite permanente para mi uso exclusivo, una habitación, que nunca supuse podía existir en el centro, con baño completo privado, saloncito, dormitorio, sala de trabajo, TV. Aire acondicionado, conexión internet etc. lo único que faltaba, ya me lo había prometido también, las chicas que yo eligiese.

Solicité a su vez a Dn. Ramón que deseaba otra habitación, más modesta, para mi mucama Carmelita.

Petición que fue aceptada, pues la verdad la necesitaba ya para todo.

Me acosté sumamente feliz soñando con que al día siguiente iniciaría las nuevas revisiones médicas y el trabajo de consultoría sexológica., pues los profesores de cada curso, ya tendría que haber anunciado al inicio de las clases.

A las ocho de la mañana ya tenía la primera visita en el despacho sexológico, ni me habia cambiado, ni quitado el pantalón, ni si quiera me había puesto la bata blanca, cuando apareció delante de mí, una de las alumnas, pequeña, morena y guapita, con cara preciosa entre inocente y pícara, quien me dijo:

Venía de consulta, pues ha dicho el profesor que se puede venir ya.

Y qué es lo que te pasa?.

Dr. me pica aquí abajo.

Estuve mal, pues no pude contener la sonrisa, y quizá ella pensó otra cosa, cuando yo sólo, me reía porque había acertado y la mayoría de las consultas serían por el mismo tema.

No te preocupes, a tu edad, es normal, lo peligroso sería que no te picara nunca.

Pero tu no te tocas ahí, verdad?.

No Doctor está muy prohibido.

Como te llamas?

Cristina.

La consulta es por la tarde, ahora no puede atenderte debidamente, pero por ser la primera vez, te ayudaré.

Sin quitarte la falda del uniforme, bájate las bragas y colócalas encima de la mesa.

Así lo hizo, metí una mano por debajo la falda, hasta tocar su sexo, y con sumo cuidado, abrí sus labios vaginales, y pasé la mano por su rajita, intentando buscar su clítoris, pero allí de pié era difícil, además me dio miedo, pensando en su virginidad, por lo que le dije:

Qué día te toca la revisión medica?.

No lo sé, creo que en dos semanas.

Bueno, comunica a tu profesor, que te deje bajar hoy a las 11 a la consulta y te recibiré la primera, para la revisión médica, y así veremos todo.

La niña se puso sus bragas y salió satisfecha, no sin antes recibir por mi parte un cariñoso y buen azote en el culo.

Parece mentira, daba gusto, ya olía a hembra como toda una mujer, ese rico olor a miel.

Pensé si hubiera venido aún más pronto me la hubiera subido a la nueva habitación y la hubiera quitado de golpe todos los picores.

Obsesionado con esa idea, le dije:

Cristina vuelve aquí y cierra la puerta.

Así lo hizo, estaba yo sentado en el sillón de mi despacho, y ordené a la jóven se colocara frente a mí.

Súbete las faldas.

Qué obedientes eran estas chicas, daba placer.

Me quedé unos momentos mudo, admirando aquellos muslos largos, tan duros y redondos, así como las bragas blancas de algodón del uniforme, grandes y feas, pero no sé por qué con mucho morbo.

  • -Alza un poquito más y date la vuelta.

Era muy bonita Cristina.

Alargué mi mano, e igual en las revisiones médicas, agarré por encima de las bragas su vulva entera, aumente la presión, y Cristina emitió un sonido entre dolor y placer, como el de las yeguas en celo, rápidamente se me abrió de piernas, y al insistir un poco más casi se me empieza a arquear y yo a morirme.

No quise inspeccionar su rajita, pues seguro que ya estaba bien mojada, aunque con la mano entera no se podía apreciar pues la tenía encima de las bragas y estas podian estar húmedas de sus propios sudores propios de la mujer en esa zona.

Magnifica hembra pensé para mí.

Que hombre puede tener delante una virgen, con las piernas abiertas, y ella diciendo que le pica el coño. . .hay que tener mucho aguante para no actuar.

Solté y la ordené que se diera la vuelta.

En esa posición, le bajé las bragas hasta dejar al descubierto un culito sobre todo alto, redondo y duro.

Cogí con cada mano ambos carrillos, dejando que mi dedo acariciara de paso el agujerito, apreté y terminé dando otro azote con la palma de la mano.

Baja las faldas, ponte de frente, e igual que había hecho con sus carrillos del culo, agarré sus preciosas tetas, por encima del uniforme, apreté y comprobé con satisfacción que la interesada no se quejaba, tetas de una niña de su edad, grandes, duras, redondas y juntitas, por poner un defecto que no tienen el pezón aún bien formado y yo a unas tetas así las prohibiría los sostenes, que las aprietan y no dejar lucir al aire su belleza, tetas que cualquiera diría que eran operadas, cuando todo era natural, natural.

No quería seguir pues tenía la polla reventando y pensé que si me calentaba así con una, con tanta cría que me esperaba, me podía morir en ocho días.

Pero Cristina me había excitado lo suficiente como para decirla

Hoy vas a saber lo que es ser poseída.

Se quedó como con cara de no entender, pero me daba lo mismo, yo sabía que iba a ser poseída por mí.

Lo que pensé que estas chicas cuando las haces el primer agujero, se acostumbran a tenerla dentro, se habitúan y quieren otro enseguida.

Vas a llevar a tu tutor este escrito, que estarás de revisión médica, hasta mañana, por lo que al menos esta noche, no irás al dormitorio común a dormir.

En lugar de acudir al consultorio como te dije antes, ven a este despacho a última hora, pero antes vete a la sala de personal, pregunta por Carmelita y dile de mi parte, que he dicho que estás mal afeitada que lo haga ella.

Esta noche la recordarás toda la vida

Dame un beso.

No, en la cara no

Así en la boca, saca la lengua y metela en mi boca, así. . . más adentro.

Eso dame tus babitas.

Tu pronto aprenderás a usar la lengua, de eso me encargo yo.

Vete, vete que no respondo de mí.

Abrió la puerta del despacho para salir y apareció una pelirroja, alta con muchas pecas en la cara y un tipo más bien desgarbado.

Qué quieres? La interrogué

Vengo a la consulta.

Te pica ahí abajo?.

Un tanto perpleja, de que lo hubiera acertado, confirmo el si con la cabeza.

Bueno la hora de la consulta, es a partir de las seis de la tarde.

La verdad era muy feucha, pero tenia que atenderla., apóyate en la pared, y allí mismo le puse mi rodilla en su coño,, ahí te pica verdad?.

Ahora no es hora pero lo arreglaremos

Pide hora a mi enfermera y vuelve mañana..

Pensé que el éxito me iba a desbordar, pero de momento no sabía que hacer, quizá las visitas tendrían que ser por curso, o por órden alfabético de los apellidos, pues si era libre, me volverían loco, en todos los sentidos.

Menos de media hora no podría dedicar a cada niña, con lo que podría recibir seis al día como máximo, aunque alguna como Cristina, me la iba a llevar a mi nueva habitación, para hacerla una mujer

Nota: este tercer capitulo es fruto de las peticiones de muchos lectores, por lo que reservamos las clases prácticas, los nuevos exámenes médicos y la desvirgación de Cristina para ese cuarto y espero último capítulo.

De todas formas agradeceré en el alma todas vuestras valiosísimas y respetables opiniones.