Mi adorable tía.
Si bien jamás había pensado en una cosa así, las cosas se desencadenaron de una manera impredecible.
Mi adorable tía.
Mi nombre es Jean, 18 , rubio, 1,74m, vivo con mis padres, Valeria es la hermana de papá, es la tía que mas adoro, de 33 años, que realmente parece mucho menos, delgada, no muy alta, pelo castaño, largo hasta la cintura, de unas muy ricas tetas y un culo fabuloso, separada con una hija de 6 años, con dificultades en la salud, viven con mi abuela.
Mi tía, a pesar por los problemas que padece, esta siempre alegre, chistosa y habla bastante sobre el sexo, algo que a mi madre, no le agrada demasiado, aunque para mi es la mejor de mis tías, somos bastante compinches, con ella en muchas cosas.
Está presente en todas las reuniones que hacemos en casa, cumpleaños, día de la madre e infaltable para Navidad y Fin de año, suele tomar bastante en esas oportunidades, y hasta a mi me hace beber, que por supuesto, mi madre se altera totalmente, pareciendo que lo hace a propósito, para molestarla.
Siempre viste ropa provocativa, dando a resaltar sus partes más exuberantes, que no hay vez que mamá le dice a mi padre, si le puede decir de que sea más recatada en vestirse. Aunque para mí me encanta verla así, resaltando sus partes más sugerentes.
En cada reunión siempre la observo, y hasta parece notarlo, porque toma posiciones hasta más sensuales y provocadoras, haciéndome pensar que soy un degenerado al observar a mi tía de esa manera, aunque creo que es todo lo contrario.
Cada tanto, cuando venia por algún acontecimiento, aparecía con algún nuevo candidato, que me daba bastante celos al verlo, aunque por suerte duraban bastante poco, aunque en la reunión siguiente, otro distinto era su compañía.
El fin de año anterior, apareció por suerte sin candidato, con un vestido ajustado y corto, la cara de mi madre reveló como estaba, le habló al oído a mi padre, que solo asentó con la cabeza, vaya a saber cual sería su comentario..
Fue esa noche que me hice la cabeza con mi tía, su ajustado vestido, remarcaba perfectamente su cuerpo, hasta llegar a notar que carecía de ropa interior, dado que no se observaban marcas de esas prendas, mientras sus altos zapatos hacían recalcar sus pantorrillas, sumado a su maquillaje, era algo espectacular.
Cerca de la medianoche, estaba bastante chispeante, producto de lo que había bebido, a las doce mientras festejábamos la venida del nuevo año, me abrazó, sintiendo sus tetas en contacto con mi pecho, dándome un apasionado beso, casi en mi boca.
Por supuesto continuo bebiendo, hasta que se volcó en un sofá, quedándose dormida, cerca de las dos de mañana, mi madre quería dar por finalizada la reunión, trataron de despertar a mi tía, que apenas lo hizo se vomitó encima, entre mi abuela y mi madre la llevaron al baño, me ofrecí para ayudar pero fui rechazado inmediatamente.
El hecho que le sacaron el vestido, le pusieron un camisón de mi madre que le quedaba demasiado holgado, y la llevaron a mi habitación, que cuenta con dos camas, percatándome de casi todo al ir a acostarme
Mi padre llevó a mi abuela y mi primita a su casa dado que no teníamos lugar suficiente en casa. Cuando me fui a acostar, mi tía dormía toda desparramada, tapada relativamente por la sabana, tentado de desplazarla para ver si podía ver algo de sus atributos, pero me fui a mi cama, sin dejar de observar para su lado.
En determinado momento me desperté, que un leve rayo de luz accedía a la habitación, permitiendo ver una teta, que por lo sobrado de su prenda, se deslizo unos de sus pechos, que al notarlo, tuve una erección inmediata, manteniendo mi vista pegada a ese bello espectáculo. Cada vez más tentado de levantarme, para correr las sabanas, cuando después de gesticular algo incomprensible se giró, para desilusión mía, quedando su culo al aire, agraciándome con esa una nueva variante. Mirando pasmado ese redondo y subyugante par de glúteos, quitándome el calzoncillo, para llevar mi mano a mi excitado miembro.
Pensé que estaba mal mi proceder, pero era una mujer casi desnuda mostrando sus cualidades, era muy difícil de negarse a observar, a pesar de ser su sobrino, por supuesto no me pude contener, hasta que terminé .eyaculando contra las sabanas, que limpie como pude, hasta que me dormí, mas aplacado.
Cuando volví a despertarme, mi tía estaba sentada en la cama, con una cara de no saber donde estaba, su camisón bastante caído, mostrando casi los dos pechos, produciéndome, una nueva reacción de excitación inmediata.
Cuando se levanta, con su camisón por la cintura y se va al baño, después de un rato largo, aparece, envuelta en un toallón blanco, algo mas despejada, se sienta en la cama, y al ver que estaba despierto, me dice:
“Hola sobrino, que pasó, vos me acostaste?
“No tía, fue entre mamá y la abuela”
“No recuerdo nada, y mi ropa?
“No sé, creo que te la vomitaste”
“O sea que estoy como cuando vine al mundo”
“Así es tía”
“Y vos me viste desnuda, sobrino”
“No tía, no, para nada”
“Te perdiste el espectáculo”
“No tía, no yo…” Respondí todo nervioso, y hasta algo avergonzado, y con mi verga más que dura, .que intentaba no mostrarla.
Cuando golpean la puerta, que era mi madre, que le traía algo de ropa, aprovechando la ida de mi padre a buscar a mi abuela y mi primita, para almorzar festejando el primer día del año.
Después de comer, la invite a mi tía, si deseaba hacer una siesta, contestándome:
“ Te agradezco, querido, pero anoche tenía una fiesta, después de las doce y me la perdí, así que si no voy a la playa con unas amigas algo haré” Me quedé algo desilusionado, por su respuesta, pensando que algo así sería muy difícil de repetirse, otro día.
Una tarde, estaba por bañarme, cuando suena el timbre, no tenía demasiadas ganas en atender la puerta, estaba solo, así que tenía que ponerme algo de ropa, volvió a insistir, optando por ponerme algo para ir a ver quién demonios era.
Al abrir la puerta, estaba mi tía, me llenó de alegría, al verla, pues hacia casi un mes que no venia, me beso y entró.
“Tu madre?”
“Salió con unas amigas al shopping, así que vendrá algo tarde”
“Bueno, entonces me voy”
“Quédate un rato tía, hace mucho que no nos vemos”
“Esta bien, tienes razón. Que estabas por hacer?
“Iba a bañarme, pero lo hago después”
“Pero no, hazlo, y te espero en tu habitación”
Corrí a bañarme, cuando la veo tirada en la cama, se había quitado los zapatos, viendo su entrepierna, y hasta algo de sus bragas, que rápidamente tuve un alzamiento, de mi verga, metiéndome corriendo para que no me viese.
Cuando termine de ducharme, con el apuro, no tenia los calzoncillos ni la ropa, al salir, me dice:
“ Ven que te seco, la cabeza, como cuando eras chiquito”
Recordé esos momentos, e inocentemente me senté a su lado, comenzando a secar mi cabeza, hasta que me acostó sobre la cama, secándome los pies, las piernas, hasta que tocó cerca de mi sexo, que nuevamente tuve una incontenible erección. Una sonrisa asomó en sus labios, volviendo a mi zona afectada, que si bien traté de impedirlo, continúo acechando. Cuando dice:
“ Vaya, esto debe ser digno de mirar” Mientras me quita el toallón, que me fue imposible detener, quedando desnudo ante mi tía, lleno de vergüenza.
“No es para avergonzarse, merece ser exhibirla, además a crecido muchísimo de la última vez que la vi, es un encanto ” mientras la acaricia suavemente.
“Te molesta estar mostrando tu sexo, a tu tía favorita? Mientras cerraba, su mano en mi verga.
“ No estamos haciendo nada malo, me estas mostrando tus atribuciones, y creo que aquel primero de año, viste las mías”
“No tía no vi nada, solo un poco”
Mientras los movimientos, se iban acentuando, aumentando la intensidad de mi excitación, cuando traté de acortar, diciéndome:
“No te agrada, que la toque?”
“Si me agrada ” Respondí, mientras apoyaba mi mano sobre su muslo y mi tía sobaba mi miembro con total delicadeza, intentando contenerme, para disfrutar más tiempo, ese regalo imprevisto.
Hasta que después de escasos minutos, llegó el desenlace, con una fuerte y copiosa eyaculación, a lo que mi tía dijo:
“Vaya que blanca y excesiva, lechita, produce mi sobrinito”
Besando la cabeza de mi miembro, comentando
“Y además rico sabor ,” pasando la lengua por sus labios, mientras permanecía estático ante ese desenlace, después de haberlo disfrutado, manteniendo mi mano en el muslo de mi tia.
A pesar de haberme aplacado, mantuve mi mano en su pierna, intentando tocar más adentro, notando que mi tía, permanecía quieta, sin detener mi incursión, hasta que llegué a tocar su ingle, en el momento que oí la puerta de calle. Nos miramos sorprendidos, ella corrió al baño, y yo me vestí rápidamente, al llegar a mi habitación le digo a mi madre:
“Llegó la tía Valeria”
Ésta bien” Contesto, con una cara poco amigable.
Después de ese día, mi fantasía volaba con todo, esperaba ansioso su llegada, y hasta fui a visitarla, que no era algo que solía hacer, pero la presencia de mi abuela y su hija, hacía imposible lograr algo.
Fui intentando cosas, desde tocar sus piernas cuando estábamos comiendo, rozar su culo, decirle alguna cosa referente al sexo, obteniendo solo alguna que otra sonrisa.
Esperaba la oportunidad que nunca llegaba, hasta intenté hablarle, rechazando mi propuesta, que era más que lógico, diciéndome:
“Lo que te hice la otra vez, ya pasó, disfrutaste, lo hice con gusto, pero ahí se termino todo, soy tu tía, te quiero mucho, pero ya sabes, no es correcto”
Era evidente que mis posibilidades, comenzaban a perderse, pero sucedió algo imprevisto, en el mes de febrero, unos parientes festejaban sus 25 años de casado, era en una ciudad algo lejos de la nuestra, pero muy cerca del mar y las playas.
Mucha gracia no me hizo, al enterarme, pero cambie totalmente de idea al saber que mi tía concurría, pero esta vez sola, sin mi abuela y mi primita, por no sé, qué problema. A lo que mi madre acotó como que Valeria, siempre abandona a su hija, dejándola en manos de su madre, que si bien sabía que era verdad, me importaba poco y nada.
Yo fui con mi tía y una cuñada de ella, que después de casi tres horas llegamos al lugar, la fiesta duraba casi todo el día, quedándose parte a dormir ahí y otros en un hotel cercano.
Realmente lo estaba pasando muy bien, vi a mi tía que había tomado, aunque no estaba demasiado mareada, pero el calor afectaba y era insoportable, para peor no tenía una piscina. Cerca de las tres de la tarde, mi tía se acerca, diciéndome:
“Es intolerable el calor, ni poniéndonos a la sombra es soportable, que te parece si nos escapamos y nos vamos a la costa, son 15 o 20 minutos desde acá, no digamos nada y nos rajamos”
“Bueno tía, me parece una idea bárbara” Le digo más que entusiasmado, y en un santiamén estábamos en el auto, conduciendo al lugar.
El sitior era atractivo, una zona de pinos que bordeaban la costa y a unos 30 metros el mar, con arena, no se veía a nadie, creo que eso me alegro, de estar solo los dos.
Le propuse meternos en el agua, diciéndome que no tenia malla:
“Lo haces en ropa interior tía.” Le comento mientras me quedo en calzoncillos, mientras me miraba, para quitarse los bermudas y la camisola, quedándose en una ropa interior bastante acotada.
La tomo de la mano y corrimos al agua, que no estaba muy caliente, pero a pesar de eso nos zambullimos, jugueteando en el mar. Después de un buen rato, salimos, observando que al mojarse su ropa interior transparentaba perfectamente su cuerpo, desde sus pezones, hasta su braga metida en su sexo, remarcando divinamente su cavidad vaginal como así su culo.
Apenas fui aplacando mi exaltación, le digo:
“Te molesta si me quito el calzoncillo”
“Haz como gustes, pero no te hagas ilusiones de nada”
Así que me los quité, que apenas comenzó a erguirse corrí al agua a enfriarlo, al regresar, mi tía, parecía dormir, con sus piernas separadas, podía apreciar su apetecible sexo remarcando su forma tan atrayente, observando sus carnosos labios inferiores y además al quitarse su sostén, cubrió parte de sus tetas con su largo cabello.
Camine, despacio, tratando de disfrutar de ese apetecible y seductor espectáculo, parándome frente a ella, observando su casi desnudo, atrayente y voluptuoso cuerpo, donde uno de sus pezones, parecía asomarse entre sus cabellos.
Mirándome sin decir y hacer nada, me acosté a su lado, permaneciendo desnudo, hasta que sorpresivamente se colocó cruzada a mí, apoyando su cabeza en mi abdomen, quedando su rostro a centímetros de mi verga.
Realmente no me animaba a hacer nada, por el temor que se enojase y quisiese irse, en el momento que recoge su pelo, dejando sus tetas al aire, notando una sonrisa en sus labios. Eso volvía a estimularme cada vez más, diciéndome con una sonrisa :
“Si se te para, te la muerdo”
“Serias capaz de hacer eso a tu sobrino preferido?
“Eso y mucho mas”
Eso pareció romper el hielo por su lado, diciéndole cosas, mientras acariciaba su cabeza, sin dejar de apreciar sus tetas, y esos pezones que parecían erguirse más, estirando mi brazo, depositando mi mano cerca de sus pechos. En el momento que se gira de su posición, rosando con su nariz, algo de mi verga, quedando su boca a escasos centímetros de mi aparato.
Cuando en el momento tomo su pecho, y ella engulle mi miembro, sintiendo oprimir levemente sus dientes en él, iniciando una leve y continua succión, produciéndome el máximo de la erección.
Dada la posición, me era difícil tomar sus pechos, colocándome contra su sexo, pretendiendo sacar sus bragas, que estaba metida en su vagina, quedando sus gruesos labios aflorando sobre los costados, a lo que me frena, deteniendo mi intención.
Traté de evitar que siguiese mamando la verga, deseaba penetrarla, no acabar en su boca, me giré, queriendo besar sus labios, pero lo impidio, así que comencé a oprimir sus rígidos pezones, duros e empinados, donde se iba entregando a ese divino acoso, que le proporcionaba, oyendo sus leves jadeos que revelaban su estado.
Sin dejar de succionar sus pezones, mi mano pasó por su Monte de Venus, hasta meterla entre sus bragas, percibiendo al llegar a su sexo la humedad que producía, intentando nuevamente quitarla, sin éxito.
Cuando en un momento me dice:
“Te aclaro, no tendremos contacto, no estoy preparada aun” , girándose, para formar un 69, prosiguiendo con su divina mamada, mientras algo desilusionado por no poder concretar mi fantasía, me compenetre en su sexo, desplazando sus bragas, pudiendo apreciar su atrayente vagina, donde inicie una serie de cosas, penetrándola con mis dedos, rozar abruptamente su clítoris, hasta llegar a lamer intensamente su sexo, totalmente mojado y salado. Era algo atrayente ese sabor que va fluyendo producto de su intensa excitación.
Mientras mi tía devoraba mi verga, en donde se reflejaba el ímpetu de cada parte, para aplicarla en el otro, donde los jadeos y la ansiedad de Valeria, se iban intensificando, segundo a segundo, volcando en ese momento de lujuria, incrementar su mamada.
Al tocar con mi dedo, su ano, fue como apretar el botón para desencadenar el orgasmo, permitiendo penetrarlo algo más, hasta que sin poder contenerme, eyaculé en su boca, paralelamente a sus gemidos y gritos, abrazándose fuertemente, como una gata en celo.
Si bien no pude penetrarla, creo que fue un momento intenso lleno de pasión disfrutando cada segundo de este encuentro lleno de voluptuosidad, nos quedamos un rato abrazados, creo que en gran parte pensando en lo que habíamos realizado, cuando me dice:
“No puedo negar, que lo disfrute, mi querido sobrino” Mientras me daba un leve beso en mis labios.
Apenas se termino de secar nuestra ropa interior, nos preparamos para el regreso, sabiendo que comenzarían a preguntar dónde estábamos o cosas así, en el viaje le tomé su mano, y así fuimos casi hasta llegar.
No sé si esto se llegase a reiterar, aunque supongo que será de otra forma, es como que ambos probamos un poco del postre, para después comerse la totalidad.
Durante el transcurso de la fiesta, noté que el rostro de mi tía, estaba distinto, le brillaban los ojos, brindándome una sonrisa, en los momentos que nos mirábamos, que a pesar de ser tan extrovertida y demostrar felicidad en ciertos momentos, había perdido ese dejo de tristeza, que denotaba en otras oportunidades.