Mi adiccion a la multiorgasmia 1

Adicto a la multiorgasmia femenina. Todas lo son. Unas pocas lo saben. Mi gran vicio es que quien no sabe que lo es redescubra. Solo hace falta paciencia y dar con la tecla. Es fácil. No hay tantas.

El hedor a sudado y pies era insufrible. La ropa que llevaba puesta desconocía de muchos días las funciones de una lavadora. Las dos pajas que me había echo esa tarde, en las que por supuesto no me había tomado la mínima molestia de limpiarme lo más mínimo, daban ese característico olor a sexo, que hacía aún más desagradable el hedor conjunto. Los números 1.2.3.4.5.6.7.8.9.10 retumbaban mi cabeza, después del 10 suspiraba aliviado y los números 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 ocupaban mi mente en ese momento de relax. Acto seguido volvía la tensión y volvía a contar del 1 al 10. Suspiro y del 10 al 20 la tensión era aplicada en mis músculos pélvicos por mi. Y luego los 10 segundos de relax.

40 años, 180 100 kgs, y 16 cms de rabo eran handicaps más que contrastados para no descuidar mis ejercicios de kejel.

Os los recomiendo mis amados lectores. Transforman semi impotentes en autenticas fieras de erecciones eternas

No me he presentado. Soy Quique, tengo 41a. 6 menos que mi amada pareja Marta, de 48.

Marta tiene 2 niñas que viven con nosotros. Nuria de 18 y Sandra de 17.

Interrumpo mi sesión de kejel ante una puerta de cristal que se abre al acercarme. Es la farmacia.

Mi insoportable hedor hace que la gente se aparte a mi paso. Una anciana tapándose la cara me cede el turno. Estoy frente al mostrador.

El farmacéutico me reconoce y sabe lo que quiero. Resopla.. Me mira. Asiento con la cabeza. Y resopla de nuevo mientras se caga en algo para sus adentros

Me hace entrar a la rebotica

-Quique no puedo venderte lo que me pides. Te lo he dicho mil veces

-Quiero morir. Una muerte dulce. Por favor

-pídeme lo que quieras. Eso no

Esta bien.. Algo que ponga bien cachonda a mi mujer. Que no pueda evitar tener sexo conmigo.

El farmacéutico aparece con una caja celeste.

-una al día. Con las comidas. Es muy fuerte podría subirle tanto el libido que no podrías controlarla.

-Ok Ignacio. Las usaré con cautela

Sali del establecimiento

Y prosegui mi kejel hasta llegar a casa.Abri la puerta y con una sonrisa en los labios me abre Marta la puerta.

Marta es menuda y delgadita. Pese a su edad conserva un tacto de piel de onceañera tetas pequeñas pero bonitas, culito respingon y ojos oscuros.

Me recibe con una camiseta azul mía puesta, si ella me recibe así, y sonriente solo quiere decir una cosa. Las niñas están entretenidas o no están, que debajo de esa camiseta solo está su fina piel, y que esta caliente como una perra. Me acerco y la abrazo. Toco su culo desnudo con las dos manos y hago que desaparezcan mis manos bajo la camiseta, tocando su suave piel por todas partes. Se abraza a mi cuello y con sus piernas abraza mi cintura. No puede más. Necesita mi polla.

Ando con ella agarrada a mi como un koala, pasamos la habitación de Nuria, donde un atronador ruido sudamericano sale de allí como un martillo pilón. Que nadie se ofenda. Jamás llamaré a esa porquería moderna música.

Con lo que ha dado latinoamerica a la música. Como puede haber llegado a crear esa bazofia.

Pasamos la habitación de Nuria y llegamos a la de Sandra. A todo volumen se escucha Black magic woman de Carlos Santana. Eso sí es música y digno representante de tan maravilloso continente.

Ando con Marta agarrada a mi hasta la mesa del comedor. La dejo allí, encima, con las piernas abiertas, su coño totalmente expuesto y un brillo que me dice lo que ya sabia

Suplica mi polla. Pero es pronto.

Antes llega el turno de Cinthia

Mi pasatiempo favorito es la reconversión de frigidas en multiorgasmicas. Una tarea bien sencilla si sabes llevarla a cabo.

Cinthia jamás había tenido más de dos orgasmos por polvo. La noche que quede con ella, ya llevaba 2 antes de bajarse de mí coche de camino a casa. Soy perverso y cuando no voy solo en el coche adoro conducir con una sola mano jeje je..

Al llegar a casa arranque a Cinthia sus bragas encharcadas y le empecé a chupar el coño. Se mostraba inerte, como muerta. No estaba haciendo lo correcto pero nada que no estubiera en lo previsto.

Undi la lengua en su vagina y lanzó un discreto gemido..

Mmm. Mucho mejor.. Pensé. Pero estoy lejos del objetivo. Mucho abrí un poco la boca, y con el labio inferior masajee circularmente su clitoris mientras metía la lengua tan dentro de su ser como podía

Chintia reaccionó violentamente con un movimiento eléctrico. Como si hubiera tocado un enchufe

Ya eres mia. Ahora vas a conocer a la putilla que llevas dentro, pensé..

Mi labio superior rozaba con dulzura su clitoris haciendo circulitos Mi lengua entraba y salía de ella como martillo pilón.

Debía cojer a Cinthia con las dos manos, chillaba, enfurecida, gemia, parecía poseída mientras los orgasmos consecutivos despertaban una nueva realidad para ella.

Eso es Cinthia. Lengua dentro, labio superior círculos en clitoris.

Me acerque al coño de marta y le di una buena dosis de Cinthia. Con las dos manos libres amasaba sus tetas. A los diez minutos marta ya no gemia. Gritaba cómo poseída, Sospecho qué sus gritos los oían las niñas ya que parece que la música de sus habitaciones subía de volumen más y más Marta seguía endimoniada, venían varios orgasmos fuertes consecutivos. Así fue. Marta convulsiónaba fuertemente, mientras valvuceaba. La fuerza sobrehumana que tenía que usar para no apartar lengua y labio del objetivo era inaudita. Marta no paraba de chillar y de gritar que me quería.

La deje a los 40 minutos de comida de coño y no menos de 20 orgasmos, en la mesa, desmadejada, con una extraña sonrisa en sus labios.