Mi abuelito y mi virginidad
A mi abuelito le gustan los coñitos jóvenes
Hola, mi nombre es Sonia, tengo 19 años y soy de una ciudad española, mi cuerpo deja mucho que desear al deseo, soy bajita 1,62, y gordita, lo mejor, son mis tetas grandes y gordas. Mi cara es blanca, pecas en el rostro, ojos verdes, y pelo cobrizo rizado a media melena.
A mis 19 años seguía siendo virgen puesto no tenía mucha suerte en el mundo del ligoteo; salvo algún que otro flirteo sin llegar a más.
En el mes de marzo cuando nos confinaron yo vivía en la residencia universitaria lejos de mi casa, volver a casa iba a ser bastante complicado por lo cual mis padres decidieron que me quedara con mi abuelo el cual vivía solo en un pueblo cercano a donde yo estudio.
Hacía muchos años que no veía a mi abuelo paterno, desde que mi abuela falleció hace diez años apenas habíamos coincidido ya que él es un hombre solitario y no gusta de hacer vida familiar.
Cerraron la universidad el viernes, y aproveché para ir en tren hasta el pueblo, fue un trayecto de aproximadamente tres horas que aproveche para dormitar, al llegar a la estación, ahí estaba él esperándome, esperaba encontrar a un anciano desvalido y en cambio me recibió un señor de 71 años, con barba, pelo cano peinado a un lado, atlético para su edad y bastante ágil. Yo le sonreí tras mis gafas y èl solamente alzó su cabeza en señal de saludo “fantástico”, pensé yo, no recordaba lo gran conversador que era ese hombre.
Fuimos callados todo el camino a su casa, al llegar, el perro de la casa salió a recibirnos, un precioso pastor alemán que correteaba a nuestro alrededor el cual sin dudar se metió bajo mi falda y olisqueó mi entrepierna, lo cual me produjo escalofríos y me hizo ruborizar. Mi abuelo lo espantó y seguimos entrando. Era una casa de campo antigua, por lo cual tenía una cocina, un salón con el hogar central y alrededor de éste las habitaciones, el baño para mi suerte estaba en el exterior..., todavía hacía bastante frío como para salir en mitad de la noche a orinar.
Los primeros días transcurrían con normalidad, mi abuelo desde temprano atendía los animales y el huerto, yo preparaba mis clases, almorzábamos, luego salía a pasear con el perro pervertido hasta media tarde que volvía, me aseaba, cenábamos y luego veíamos la tele hasta la hora de dormir, apasionante como imaginaréis.
En la hora de ver la tele mi abuelo se sentaba en un sofá orejero en un lateral del salón y yo me acostaba en un sillón que quedaba a su izquierda. Una noche me quedé dormida, llevaba un pantalón corto y por la postura dejaba mis nalgas a la vista. Desperté y escuché ruidos, mi abuelo no podía ver mi cara desde su sitio pero yo desde mi lugar pude ver cómo él desde su sillón meneaba su polla mientras se deleitaba con mi culo. No me moví, seguí haciéndome la dormida, esa situación era incómoda, aunque no tardé en sentir excitación al escuchar la respiración de él. Tenía una curiosidad enorme por poder ver su pene en total plenitud, nunca había visto uno real, solo en videos cuando me masturbaba. Aceleró su ritmo y oí como eyaculaba, bufaba como un animal, mi coño estaba a mil.
Cuando terminó fue a lavarse, me tapó con una colcha y fue a su cuarto. Ni que decir que según escuché cerrar su puerta llevé mi mano a mi braguita, estaba empapada y así desde fuera manipulé mi botoncito hasta que tuve un delicioso orgasmo que me transportó de nuevo al sueño.
Al día siguiente yo seguía con los gemidos de mi abuelo en la cabeza y aunque el día transcurría con normalidad, no lo sacaba de mi mente, ¡¡pobre hombre!! Tantos años solo sin el calor de una hembra.
Fui a mi paseo habitual con Tizón, el perro. Subimos una ladera que llevaba a una arboleda donde me gustaba recostarme y ver todo el paisaje, él vino a echarse a mi lado pero nuevamente acercó su hocico a mi entrepierna, sentí la respiración del animal en mi chochito, el aire caliente que expedía, sin pensarlo mucho le dejé seguir, lamía mis leggings sudados y olorosos del paseo, y mientras él jugaba, yo apretaba mis tetas sobre la camiseta, me estaba poniendo súper cachonda ese bicho, lo cual baje mi ropa hasta la mitad del muslo y puse las piernas en alto, dejando mi coño y mi culo a la vista del animal. Su lengua rasposa limpiaba mi intimidad, unos deliciosos lametazos recorrían mi ano y mi chocho, era la primera vez que recibía sexo oral, y ese maldito chucho me estaba llevando al cielo, y llegué al cielo, una electricidad cruzó mi bajo vientre y mientras me corría como una verdadera puta mojé todo como si me hubiese orinado.
Quedé traspuesta en ese estado de relax durante 45 minutos, ya empezaba a oscurecer y emprendí el camino de vuelta a la casa.
Llegando a ésta, veo que la luz del cobertizo está encendida, mi abuelo no suele estar ahí por la tarde, así que me quedó cotilleando cerca hasta que se abre la puerta, primero sale mi abuelo y tras de él una muchachita de aproximadamente 15 años, ella se está acomodando su ropa, y se despiden con un beso largo y el viejo aprieta sus nalgas con fuerza. “Puto viejo, le gustan jovencitas”
Volvemos a la cena, película y él decide irse a dormir, dentro de mí me siento frustrada pero imagino que esa niñata ya dejó sus cojones vacíos. Así que en mi cama vuelvo a dejar que Tizón me lama como su perrita hasta que vuelvo a correrme y me duermo.
Al día siguiente, durante el desayuno me propongo calentar al viejo, me aburro demasiado en esa casa y mi joven vagina se apodera de mi mente. Me visto con una falda amplia a medio muslo, un suéter de punto y unos botines cowboy, dejo mi pelo suelto y me perfumo, voy con él a atender los animales y tenemos una conversación animada hasta la hora del almuerzo, después decidimos reposar viendo un poco de tele, primero me siento yo y le invito que se siente a mi lado en vez de en su sofá, yo me recuesto, dejando las piernas dirigidas hacia él y me cubro con una colcha fina. Por el rabillo del ojo veo cómo mira mis nalgas, me he puesto un tanga que le da una visión perfecta de éstas, y procedo a fingir que duermo. Poco después empiezo a intuir movimientos, se está acariciando y empieza a la misma vez a acariciar mis piernas, ¡¡Diablos, siento fuego en mi coño!!, mientras las va subiendo mi almeja me traiciona y empieza a humedecerse, siento como se mojan mis muslos y una gotita resbala, el viejo se está deleitando frotando la parte trasera de mis piernas y viendo mi braga humeda. Sube la mano y pasa sus dedos entre mis nalgas llevándolos a mi coño, “diiiiioooosss miiiiooo”, sus dedos calientes moviéndose por mi rajita, mi respiración se acelera y èl se incorpora para poder masturbarse pegado a mi braga, siento su polla pegada a mi, deseo tanto poder verla, tocarla...., sus gemidos, sus bufidos y siento como eyacula en mis bragas, siento su corrida entre mis piernas, necesito esa polla.
Él se levanta y se dirige al baño a darse una ducha, yo tras un tiempo prudencial me retiro a mi cuarto, saco mis braguitas, huelo su lefa y empiezo a lamerla de mi ropa interior, envuelvo mis dedos en la tela y penetro mi coño suavemente con ellos, quiero correrme con la lechita de mi abuelo, quiero ser su hembra... esa tarde tras correrme como una vulgar ramera me quedó dormida en mi cama, por lo cual no puedo salir a pasear.
Cuando despierto escucho ruido fuera, mi yayo ha pensado que está solo, y asomándome por una rendija de la puerta veo como la muchacha del día anterior cabalga a mi abuelo sentado en el sillón.
mmmmfff aaassshh, me parte Don Alfredo
ooohh mi putita, hoy estoy muy cachondo, como me gusta tu estrecho coño
ahhh ahhhh, dame así, oooh siiiigue, voy a correrme, me cooooooorro
Ooooh! Eres una zorrita, como me gusta follarte, como me gustas ... oooh ohhh mmmmmm ahi voyyyyy tooomala pedaaaazooo de puuuuta... ooooohhh
Yo desde mi punto de visión, veía cómo entraba la gorda polla de mi abuelo dentro de ese coñito prepuber, parecía que el coño se estiraba a cada embestida, no creía como una niña delgadita y esmirriada fuera capaz de meterse esa tranca dentro de su coño pelón.
Salí por la ventana y di un rodeo corto para fingir que había salido a pasear, a la vuelta ya estaba mi abuelo solo y empezando a preparar la cena. Me dispuse a ayudarle, aproveché la estrechez de la cocina para colocarme de espaldas a él, por lo cual debía rozarme en sus movimientos, primero lo hacía con cuidado, luego iba tanteando el terreno, viendo que no había alejamiento por mi parte empezó a hacer esfuerzos por acercarse más, en una de éstas yo picaba los pimientos y él desde tras de mí intentaba alcanzar el aceite de oliva que estaba frente a mi, yo saqué mi culito quedando éste en su entrepierna, él primero tímidamente pasó su polla por mis nalgas, pero viendo que yo movía por sentirlo empezó a frotarse más fuerte, solté el cuchillo y apoyé Las Palmas de mis manos en la mesa, él con una mano agarró mi cintura y con la otra empezó a tantear mis tetas gordas sobre la camisa, qué placer tan maravilloso estaba sintiendo con su polla en mi trasero.
oooh abuelo!! Qué rico...
Te gusta mi niña?? Te gusta que abuelito juegue con tu culo
-oooh siiii, te he visto follar con esa niñita... me has puesto mil
- mmmm... está muy mal que me espíes, voy a tener que castigarte..,
Soltó mis tetas y agarró fuerte mi pelo, tirándome de mi cabeza hacia atrás, me dolía muchísimo pero a la vez me excitaba
-te gusta perra?? Esto es lo que querías ramera???
ooooh siii abuelito, bájame la braguita por favor
No te voy a follar todavía tu chocho gordo, te voy a dejar con las ganas, con tu coño baboso pidiendo mi polla, cerdita!! Eres mi puerca?? Oooh qué cachondo me pones puta cerda, goorda, qué Tetas!!
Sentirme humillada me estaba reportando una excitación nueva para mí, mi abuelo era un hijo de puta y solo quería tener su polla de igual forma.
En una de éstas, volvió a agarrar mi pelo y tirando de él me hizo ponerme de rodillas en el suelo de la cocina, me dio una cachetada y me ordenó abrir la boca; abrió su bragueta, sacó su polla ..., era enorme, gruesa, atractiva..., empezó a masturbarse y en poco tiempo eyaculó dentro de mi boca; ya había podido probarla esa tarde desde mi braguita pero ahora la sentía caliente bajar por mi garganta, la primera corrida que me daban en mi boca.
Sin decir nada más, se fue de la cocina y me dejó en el suelo, con mi barbilla salpicada de semen, mis tetas fuera de la camisa y mis falda subida, me abandonó como a una colilla en esa cocina.
Durante la cena no cruzamos palabras, él volvió a su mutismo habitual y yo me sentía un poco infravalorada. Así que me fui a la cama sin pasar a ver la tele. Me quedé dormida plácidamente en cuestión de segundos.
Por la mañana unos movimientos en mi piel me despertaron, al abrir los ojos veo a mi abuelo sentado al lado mía mientras acariciaba mi vientre, yo le miraba y él suavemente jugaba con sus dedos en mi piel, hacia círculos alrededor de mi ombligo e iba bajando hasta encontrar la gomita de mi braga, ahí empezó a acariciarme sobre ésta dibujando las formas de mi coño con sus dedos, me estremecía sentir esas cosquillas y me hacían lubricarme muy poco discretamente. Él me miraba sin decir ni una sola palabra, solamente se deleitaba jugando con mi braguita, por mi parte yo moría de placer; con mi mano empecé a acariciar su bragueta, podía palpar su pene erecto dentro del pantalon, intenté libéralo sin exito, por lo que él decidió ayudarme y sacar su miembro para dejarlo a mi merced.
Era la primera vez que pajeaba una polla, lo había visto en videos así que puse en práctica lo aprendido, su polla gorda no me permitía cerrar la mano alrededor del contorno de ésta, aun así movía su piel de atrás hacia delante cubriendo parte de su bellota, de la cual, una gotita de lubricación empezó a salir ..... no pude evitarlo, y fui con mi lengua a limpiarla haciendo que mi abuelo diera un alarido de placer
-ooooohhh ooooohh!!! Métela en tu boca
-¿Quieres que te la chupe abuelito??
- Ohhh siii, mi pequeña puta, dale lengüeta a la polla del abuelo
- Ufff sii, te la doy, sigue masturbando mi coño abuelo, mmm ummpf
Aunque era inexperta creo que él disfrutaba ese oral, con su mano libre acariciaba mi pelo mientras movía su pelvis en intención de follar mi boquita; con su otra mano seguía masturbandome fuera de la ropa interior, por lo cual yo bajé mis braguitas para que él pudiese tocarme con Libertad.
Estaba súper excitada, sudor frío recorría mi espalda... la primera vez que una mano ajena tocaba mi chochito.
-ooohh!! Pero qué delicioso chocho gordito tienes, me encanta ver tus pelitos cobrizos... mira que mojadito estás, venga puta!! Córrete para mí!!
En ese momento empezó a mover rápidamente su dedo en mi clitoris desembocando en un orgasmo brutal con el cual mojé toda la colcha y la mano de mi abuelito
- ahhhh siiii.... Dios mío abuelo mira cómo me he corrido
- Muy bien mi putita, llevo años con ganas de tocar tu coño gordo, ahora verás como tu abuelito te da placer
Sacó su polla de mi boca y se colocó de rodillas frente a mi entrepierna, comenzó a deslizar su lengua desde mi agujerito al clitoris, así varias veces, matándome de gusto.... , cuando pensé que el placer no podía ser mayor comenzó a penetrar mi agujerito con su lengua mientras masturbaba mi clitoris con su mano, no pude aguantarlo y volví a correrme, ensuciando la cara de mi abuelo con mi corrida.
-oooh perra! Mira como me has puesto, qué rico coño tienes, qué perfecto!! Te voy a follar, lo sabes??
-Abuelo me quema mi coño por dentro pero me vas a hacer daño, soy virgen y tienes una puta polla de elefante
-¡DIABLOS! ¿Es la mañana de reyes?? No he desvirgado un chochito desde que conocí a tu abuela ...
-Y Carmen, abuelito?
Carmen es la niña campesina con la que había visto al abuelo los días anteriores.
-¡Qué va!! Carmen la conocí cuando ella tenía 8 años y ya estaba bien abierta, su padre es viudo así que él la habría roto hace tiempo.
-Entonces quieres entrar dentro mía??
-Me apetecería mucho mi perrita pelirroja
La actitud del abuelo cambió, en ese momento dejó de tratarme como a una furcia y me empezó a acariciar la cara como a una ramera a la que tiene cariño. Me besó por primera vez sintiendo su lengua caliente en mi boca, sus labios blanditos, su barba raspar mi piel, qué maravilla!!!
Besándonos se colocó entre mis piernas frotándose contra mí, agarró su pene y lo empezó a dirigir hacia mi cueva del tesoro inexplorada.
Entró su glande, sentí como se abría mi agujero, y haciendo presión metió lentamente su polla, me desgarraba mi vagina a cada paso, era como si me follara una espada
-Ufff me duele, sácala, me estas rompiendo abuelo
-Tranquila, déjala que entre toda y se te pasará
Mordía mi mano mientras él se abría paso dentro de mí, su pinga quedaba atorada en mis paredes vaginales y él con esfuerzo empujaba más adentro, sentía la presión en lo bajo de mi estómago, estaba presionando mi cérvix con su verga monstruosa.
Hizo tope, y empezó a bombear lentamente, el dolor seguía ahí pero se mezclaba con placer, era un gustito que dolía
- Ufff ay! Siii, despacito que me duele abuelito, despacito... ooh.. qué rico!! No te muevas tanto que me matas
- Qué apretada estas mi niña, me envuelves la polla con tu chochito, ¡qué delicia!! No voy a poder aguantar mucho.
Abuelo empezó a bombear más rápido, al haberme asaltado en la mañana no podía haber ido al baño a orinar y con su presión sentía unas ganas de mear inminentes.
Abuelo, suave que me meo
Jajajaja tranquila, si te viene, tu déjalo ir
Y él siguió bombeando hasta que empezó un ritmo fuerte, yo apretaba intentando calmar mi vejiga, pero se me hacía complicado con esa follada profunda. Empezó a darme fuerte y un orgasmo comenzó a invadir mi vientre, mi primer orgasmo con una polla en mi interior.
- Aaaaahh!!! Me corro abuelo me corro
- Siiiiii princesa, dámelo, moja la polla de tu abuelo, oooh siiii
Las contracciones de mi orgasmo aflojaron mis piernas, mis músculos... impidiendo que aguantara más mi orina, por lo cual además de mi corrida, salió mi meada caliente mojando el vientre de mi abuelo
- Joooooder!! Qué puta eres mi niña.... qué rico.... no aguanto, ahí te va... te voy a llenar mi putita
El abuelo se contrajo, puso sus ojos en blanco y empecé a sentir su lefa caliente llenando mi coño, qué maravilla!! Su esperma invadiendo todo mi ser, qué gusto es convertirse en la hembra de mi abuelo....
Caímos uno al lado del otro, exhaustos, sucios... de mi agujerito salía su semen mezclado con la sangre de mi virgo... ya era toda una mujer.
Los días han ido pasando, 5 meses después estoy preñada de mi abuelo, y por nada del mundo dejaría esta casa, la familia no lo ha tomado del todo bien, pero lo acepta.
Imagino que para papá debe ser extraño saber que su bebé es la puta de su padre.
También Carmen está preñada, y conocí su historia que les contaré más adelante además de cómo entré en sus juegos con el abuelo.
Espero que les haya gustado, es mi primer relato y me apetecería que dieran su opinión.