Mexico Lindo y Querido... 1
Todas mis aventuras de vida en un país que amo y tuve la suerte de conocer y disfrutar por muchos años... serie de relatos.
Año 1993, una tarde divina del mes de marzo, aterrizando en el Benito Juárez de Ciudad de México, que ganas tenia de comenzar una nueva gira.
Este vez llegaba solo y para quienes no me conocen, Raúl es mi nombre, soy de 1,75, blanco pero siempre trato de estar con buen color playero de piel, de buen cuerpo, fino y sin pelos, con unas nalgas espectaculares que siendo Raúl las usaba como gancho para féminas, pero saben bien que vivo una doble vida, dentro de mi esta la “Musa”, esa loca interior que de tanto en tanto se sale a hacer de las suyas y hoy estaba que se salía…
Estábamos ya en México, uno de mis lugares favoritos en el mundo, su comida sinigual, su vida alegre y sobre todo su picante, el de sus salsas y el de los hombres, ellos si que tienen picante, son los maestros del albur y además, creo yo que casi un 75% de ellos están dispuestos dentro de su heterosexualidad a disfrutar de unas “nachas” como las mías, más si se les servían en bandeja de plata… no dejaban escapar la posibilidad de meter sus chiles bien adentro si había hambre…
Salí de la estación y busqué un taxi, llegaba solo desde Suramérica y si, traía hambre de tacos y de hombre… paseé mi vista a los posibles taxis a utilizar y me llamó la atención un señor como de 65 años, moreno, alto y fuerte, con ese color de piel ancestral de los aztecas que tanto me enloquece, el es el elegido.
El resto de mis compañeros no llegarían hasta dentro de dos días, había adelantado mi viaje, justamente para estar solo y dejar que mi loca disfrutara de Ciudad de México y sus divinos “chilangos”… dejando así por un par de días que mi loca interior se liberara, con mis ademanes y mi voz más en rango femenino le dije;
Yo : Buenas tardes caballero, ¿esta libre…?
Taxista : Buenas tardes, soy todo suyo, ¿donde le llevo? Venga deje que le ayude con sus maletas.
Acercándose a mi y mirándome de arriba abajo. Yo sé que estaba divina… y su mirada fue directo a mi cola… hasta sentí un corrientazo rico, rico…
Ya habiendo preparado mi llegada a solas a México y sabiendo que estos dos días eran de ella, de mi loca interior, ella escogió un atuendo bien sexy sin ser de golfa. Traía una blusa de versace blanca, unos pantalones de algodón súper anchos de corte bajo que si me agachaba dejaban ver mis caderas desnudas y debajo de ellos la tanga blanca más chiquitica que tenía, que gracias a lo fina de la tela de mis pantalones según me movía dejaba ver sus finas costuras en mi colita, en fin un atuendo infalible acá en México.
El señor taxista tomó mis maletas y las colocó en el baúl del bocho… así se les llama al modelo de los taxis marca Volkswagen tipo escarabajo acá en México, en ese año casi todos eran así de ese modelo, México fue el último país donde se fabricaron estos míticos coches, había una gran planta de Volkswagen en Puebla y los taxistas en particular, les quitaban el asiento del copiloto para hacerlos más cómodos, a mi me encantaban…
Estuve viéndole como metía el equipaje justo parado a su lado y una vez listo pasó detrás de mí para abrirme la puerta, le agradecí y lentamente me metí dentro, sabiendo y sintiéndome vista a fondo, así que no perdí la oportunidad, haciendo que mis movimientos le dieran más pistas de mi cuerpo y sobre todo de mi cola…
Ya una vez dentro me volvió a preguntar mi destino y yo le dije la dirección de mi hotel en la zona del paseo de la reforma, cerca de la zona rosa y de su famoso Ángel…
Estaba súper feliz, amo México y además sabia que hoy terminaría disfrutándolo al máximo.
Taxista : ¿Y que le trae por estas tierras?, si no es irrespeto mi pregunta…
Yo : soy director artístico y estaremos de gira por casi 4 meses por toda la República, pero siempre nuestra base es acá en Ciudad de México. Vamos a nuestras presentaciones y regresamos acá.
Taxista : así que debe conocer todo bien a fondo…
Yo : muy a fondo… amo este país…
Mientras le hablaba el venía solo disfrutando de mi platica viéndome por el retrovisor y yo tenía mis piernas estiradas cómodamente, mientras veía el paisaje y me regodeaba en mi felicidad.
Yo : ¿Esta usted libre esta tarde?, me gustaría dejar mis cosas en el hotel, registrarme e irme a comer, muero de ganas de unos buenos tacos y el mejor Chile del universo… y conozco el lugar exacto, si quiere me espera y me lleva, ¿Qué le parece?
Mientras le preguntaba, había doblado mis piernas hacia mi, subiéndome el ruedo como que me lo arreglaba, pero siendo tan ancho lo llevé hasta mis muslos, dejándole ver un poco más de piel… y de esos muslos perfectamente depilados y bronceados, el no perdió esa oportunidad y le metió bien su ojo a mis piernas… luego volví a ponerlos en su lugar, y le vi con picardía por el retrovisor.
Taxista : Pero claro que estoy libre, ya le dije en el aeropuerto que era todo suyo, le espero a que se registre y luego le llevo a que disfrute de ese Chile que tanto desea, allí también le espero y luego le regreso al hotel…
Su respuesta tenía el divino albur del Mexicano, yo haciéndome la que no le entendía simplemente me sonreí y alcanzando a tocarle su hombro le dije; ¡ muchas gracias!
Llegamos al hotel, dejé las maletas con el botones y fui a recepción, donde rápidamente me dieron mis llaves y subí a dejar mis cosas, el taxista me espero en su coche… aproveché para ir al baño y me refresqué un poco y me puse otra tanga fresca, puse un poco de perfume en mi baja espalda y me cambié la blusa por un suéter de algodón que era más calentito y un poco más corto que la blusa, podía enseñar más piel aun…
Bajé y allí estaba el, que abriéndome la puerta me invitaba a subir y repetí mi acción anterior en el aeropuerto al subirme, solo que esta vez el se acercó más como queriéndome ayudar… muy sutilmente tocó mi espalda, sentí como me derretía toda, este hombre me tenía lista y en salsa, ya quería tirarme a sus brazos….
Camino al restaurante le seguí platicando y el a mi, sobre su familia, si era casado, etc… llegamos al lugar y le dije; “ venga conmigo, le invito a comer”
Taxista : no tranquilo, como cree…
Yo: ande, no sea malito, venga, acépteme la invitación, si no tiene hambre aunque sea unas chelitas, venga…
Chelitas en México quiere decir cervezas…
Taxista : pues la verdad si que tengo hambre y nunca he comido acá, creo que es caro, ¿no?
Tomándole del brazo le acerqué a mi y le dije casi al oído; “es divino, es bien privado y yo invito, no se haga de rogar y venga, ya verá que ricos tacos de chamorro se va a comer…”
Taxista : vale, me convenció, no le cobro el regreso, ¿le parece?
Yo : como usted guste, mientras usted me lleve de vuelta, seré feliz…
Seguimos caminando, mientras yo deje mi brazo en su brazo…
No había mucha gente y le pedí al camarero que nos diera una mesa del fondo, la más privada…
Le dije al Taxista que yo me encargaría del pedido, y así hice, una vez que se había ido el camarero, le dije que se sentara a mi lado y así ambos veíamos hacia la entrada y veríamos la comida venir, el aceptó y cuando ya se iba a sentar me levanté dejándole pasar a él primero, el espacio era pequeño entre la mesa y la pared y su cuerpo rozó el mio, sentí algo duro detrás de mí mientras pasaba… ya quería mi postre…
Cuando se hubo sentado mi mano fue directo a su muslo mientras le preguntaba si con lo que había pedido sería suficiente, el solo respondió dejando mi mano en su muslo de manera “casual”…
A medida que nos tomábamos las cervezas nos invadía la cercanía y mi mano se atrevía cada vez que quería a aterrizar en su muslo, claro, cada vez más arriba y más cerca de lo que realmente quería agarrar… entre risas y ya más acalorado, sentí que su mano me tomaba por la espalda mientras me contaba una historia de su infancia, me tocó justo donde no había tela, entre mi baja espalda y el fin de mi suéter, me sobresalté, pero no de sorpresa, sino de lo rico que sentí, el inmediatamente me pidió disculpas y quitó su mano, me sonreí sin decirle nada, le tomé su mano y la llevé justo al mismo lugar y le dije; “tranquilo, no pasa nada, se que quiere dejar su mano allí, así que déjela, a mi me gusta…”
Su mano con confianza apretó mi cadera sin ropa y me acerqué un poco más a él, volví a ponerle mi mano en su muslo, solo que esta vez subí y llegué adonde quería, y la dejé quieta allí sobre su paquete, ahora tenía certeza de que fue lo que me rozó antes mi baja espalda, su duro paquete… esperé un par de segundos a ver su reacción y moví más mi mano sobre su miembro mientras el bajaba su mano de mi cadera hacia mi nalga… ya no había nada que decir o explicar…
Taxista : que rica piel tiene usted, ya sabia yo que quería algo más de mi cuando me invitó a comer… recuerde que le dije que soy todo suyo… me gusto mucho desde que le vi…
Apretó mi nalga con confianza y dejé salir de mi un suspiro de placer mientras le agarre con más libertad su falo, descubrí que era grueso y estaba duro, duro, este hombre me quería ya poner a comer…
Mientras nos reíamos de nada y seguíamos tomando más confianza llegó la comida.
Estaba maravilloso todo lo que había pedido, tacos de chamorro, tacos de cabrito y tacos al pastor, con una ensalada mixta y otras cervezas, nuestras pieles descansaron un rato mientras disfrutábamos de esa comida exquisita…
El terminó primero que yo e inmediatamente su mano se colocó justo al final de mi suéter, y comenzó a bajar dentro de mi pantalón hasta descubrir mi tanguita, diciéndome; “huy que rica tanguita, mira tu que eres bien perrita…”
Su comentario me terminó de excitar, me mata cuando ya no hay nada que esconder y los hombres me hablan así… me medio levanté dejándole descubrir así más de mi cola deseosa…
Regresó el mesero a retirar su plato, el taxista dejó su mano entre mis nalgas que le recibían con deseo, pedí de una vez el postre y al irse el mesero volví a tomar su miembro y casi grito de sorpresa y locura cuando descubrí que se había sacado el animal del pantalón, estaba caliente, duro y divino, no era enorme, pero si que era muy grueso, hoy disfrutaría mucho…ya sus dedos habían movido la poca tela que cubría mi anocoño y estaban disfrutando de él mientras me los metía de a poco… estaba en el cielo…
Una vez terminado el postre, pedí la cuenta y le dije, ahora que me traiga la cuenta váyase al baño y espérame allí…en un privado, quiero verle eso que tiene usted tan duro… en respuesta me metió más aun su dedo haciendo que volviera a suspirar de placer, estaba que explotaba…
Llegó el camarero, le di mi tarjeta de crédito y se fue, el taxista sin decir nada sacó suavemente su mano de mi cola y se levantó para ir al baño…esta vez al pasar detrás de mí si que me restregó su polla por mi colita que le recibía con deseo…
Regresó el camarero con el datafono, pagué agregándole una buena propina en efectivo y me levanté hacia el baño…
Entré y habían solo dos privados, entre en el que estaba el y luego de entrar cerré la puerta con pestillo detrás de mí, me agaché y el se abrió su pantalón dejando salir a su animal que ya lagrimeaba de placer, brotando de él ese dulce néctar que me enloquece, lo lamí cual helado de barquilla, disfrutando así del dulce sabor de su precum y de su olor a hombre que me enloquecía, me lo llevé a la boca de una, era bien grueso y me llenaba por completo… me lo comí por unos minutos y levantándome le dije; “¿me lleva al hotel?... le di la espalda y antes de abrir, me bajé los pantalones dejándole ver mi cola en todo su esplendor que con esa tanga negra y mi bronceado se veía divina… ¿ Quieres llevarme? Este es tu postre… vámonos… logré lo que quería, sentí sus manos en mis nalgas y que abriéndolas un poco acercó su cara oliéndome y pasándome la lengua entre ellas, esta de más decir que casi me corrí ahí mismo.
Tardó no más de 15 min en estar en el hotel, me dejó en la entrada mientras buscaba puesto en el estacionamiento, el ya sabía el número de cuarto, subí antes que el y quitándome el pantalón le esperé.
Me parecieron horas mientras llegaba, hasta que por fin sentí que tocaban a la puerta, abrí y el simplemente se abalanzó sobre mí mientras cerraba la puerta detrás de él…
Me abrazó y sus manos fueron cada una a cada una de mis nalgas mientras su boca no dudó en buscar mi boca que le esperaba abierta y entregada a su lengua… este hombre sabía lo que hacía, su lengua era tan experta que me derritió aún más de lo que estaba, mientras sus manos separaban mis nalgas dejando a su dedo jugar con mi anocoño… me hizo caminar sin soltarme y al llegar a la orilla de la cama me empujó a ella, caí de espaldas y vi como se quitaba su camisa y su pantalón quedando completamente desnudo delante de mi… estaba disfrutando de lo que veía, mi atracción por hombres de su edad, de su raza y con ese pedazo de carne gruesa que me miraba era algo que me hacía decir; ¡viva México cabrones!
Me arrodille frente a el y me bajé mi tanga poco a poco quedando desnuda del suéter hacia abajo, el solo me veía mientras hacía esto y yo me acercaba a su miembro para seguir con la mamada divina que deje a la mitad en el baño del restaurante.
Taxista : ¡que rica estas! Comételo y ven acá que quiero esas nalgas divinas entre mis manos…
Mi lengua descubrió cada vena y cada palpitación de ese rico y grueso pedazo de carne viva y palpitante… para luego limpiar su glande y meterlo en mi boca saboreándolo con deseo.
Taxista : uuuuuy que rico que me la chupas mi perrita divina… ven acá que quiero comerme tu cola y morderte las nachas….
Tomándome de la cintura me levantó en peso para colocarme con mis pompis más cercano a él y agachándose mientras yo seguía disfrutando de mi boca en su pene, balbuceando unas palabras llevo su cara justo entre mis nalgas que paraditas se entregaban con confianza y mucho, mucho deseo…
Taxista : ven acá, deja que me coma ese trasero tuyo, te voy a dar un hijo con mi lengua…
Justo allí sentí como esa lengua se introducía dura dentro de mi, haciéndome dejar mi faena para poder tomar aire en un suspiro mitad gemido mitad jaleo…. En fin que estaba disfrutando como loca.
La fuerza de empujé de su cara contra mi cola era tal que me fue derrotando hasta que ya estaba acostada boca abajo en la orilla de la cama con su cara dentro de mis nalgas y su lengua dándome ese hijo que me prometió. Detuvo su invasión lingüística y solo sentí como su mano abría mis nalgas haciéndome sentir ese glande divino abrirse paso mientras me penetraba con pasión… cuando ya me tenía media polla dentro se detuvo, muy inteligentemente sabía que su grosor no era poco, más bien todo lo contrario y acercándose a mi oído suavemente mientras mi anocoño se acostumbraba a su amplitud me dijo; “ahí te va verga mi putita” metiéndolo todo de un solo impulso y haciéndome gritar de placer y dolor y sacándome una lágrima de alegría, sumisión y entrega.
Sus penetraciones fueron y vinieron a placer y una vez que ya el dolor se había esfumado levanté mi cola ayudándole con la profundidad y entre jadeos le dije; “dame así, sigue así, huuuuy que delicia, métamelo todo…. Ahhh, ahhh, ahhh así por favor así, quiero más…”
Esto lo enloqueció y sus penetraciones eran casi golpes violentos que me dejaban como pez fuera del agua, buscando aire con la necesidad de gritar… el placer era absoluto hasta que entretemblores se derramó todo dentro de mi y desplomando su cuerpo sobre mí, abatido pero con su arma aún bien dura y bien empotrada en mi interior, solo tuve que medio subir mis caderas meter mi mano acariciar mi pollita y en dos movimientos le apreté con fuerza su pene dentro de mi mientras temblaba todo mi cuerpo en un orgasmo cósmico.
Caímos en un sueño profundo por varios minutos…
Luego de un rato desperté, el estaba a mi lado boca arriba y sin dudarlo fui a por su divina verga, la saboreé con mi boca haciéndola volver a su estado de poder, ya estaba en mi boca con su erección óptima y el solo me veía como le comía su hombría, mis ojos le vieron y sin dejar de verle fui subiendo por su panza, sus tetillas y su cuello hasta que llegué a su boca, abriendo la mía le besé y el me besó con pasión mientras me subía sobre el cual amazonas en su corcel… le besé desesperadamente mientras su duro falo buscaba una cueva donde meterse, con mi mano lo ayudé y me la fui clavando poco a poco hasta que ya yo era su marioneta y su falo era la mano del artista haciéndome cobrar vida.
Le cabalgué divinamente por varios muchos minutos mientras disfrutaba de su poder y su dureza dentro de mi, doblando mi cuerpo sobre el de cuando en cuando para besarlo mientras su pene divino entraba y salía con placer ayudado por sus propios néctares de su eyaculación anterior, me puse derecha sobre él con mis manos sobre su pecho moví mi cola en una erótica danza de la copulación mientras veía su cara desfigurada de placer y sus ojos irse a blanco mientras tomándome por mis caderas con ambas manos me decía; “que rica que eres , ¿que tienes allí dentro que se siente mejor que cualquier hembra o cualquier otro culo?”
Cerré mis ojos mientras sentía que se me venía un orgasmo anal de campeonato, mis caderas ayudadas por sus manotas subían y bajaban con locura y entrega, brincaba sobre su cuerpo como si domara a un Mustang salvaje… hasta que entre temblores de parte de ambos explotámos en un orgasmo a la par y uno más poderoso que el otro, creo que mi gritos y sus gruñidos se escucharon en el lobby y eso que mi habitación estaba en el piso 7…
Ahhhhhhhhhhh!!!! El más absoluto orgasmo anal y toda su leche me llenó de nuevo por dentro como si fuera un dulce relleno…
Caí sobre su pecho, le besé dulcemente y le dije; “voy a estar 4 meses por acá, ¿me quieres volver a ver?...
Taxista : mi reina, no solo te quiero volver a ver te lo quiero chupar hasta que muero, es más si quieres te llevo a la iglesia ya y me caso contigo, nadie me había hecho sentir esto…
Abriendo mi boca le besé dulcemente, sintiéndome satisfecha, con su polla dentro de mi y sabiendo que en estos 4 meses de gira, mis días de descanso en el DF serían sublimes…
Más de una vez pasamos días enteros sin salir de la habitación y al finalizar la gira tenía toda una colección de ropita sexy y pelucas, fui su hembra y fui la más feliz…
La gira de ese año fue un éxito, tuve un par de aventuras por el norte de México, pero para nada comparables a mi Taxista Chilango, que tanto extraño y tanto recuerdo…
Espero que hayan disfrutado como yo acabo de súper disfrutar… me despido y hasta la próxima aventura….
Vuestra,….. Musa