Metiendome el dedo pensando en mi gemela

La historia de cómo comenzó a gustarme mi gemela.

Tiempo promedio de la lectura de todo el relato: 10 minutos.

Tiempo promedio de la lectura de la historia: 7-8 minutos.

No es necesario leer la introducción, a menos que vayas a leer toda la serie, yo recomiendo leerla para tener una historia más profunda. En el primer párrafo está la descripción de algunos personajes de la historia. El segundo describe nuestra antigua casa. Lo demás son solo cosas de mi vida.

Introducción

Sara tiene 35 años. Mide 1,65 metros, tiene unos senos de tamaño normal y bien formados, sus pezones son rosados y chicos, tiene una buena cintura, unas nalgas grandes con buena forma, una cadera grande, piernas largas para su altura, su vagina es rosada, depilada y muy chica, aunque en la época de la historia no estaba ninguna vagina depilada, es muy blanca casi pálida, rubia de ojos azules y su pelo es lacio. Su hermana, Alexia, es idéntica a ella por ser su gemela. La mamá de las dos chicas se casó a los 19 años porque las tuvo. Hoy por hoy tiene 53 años, pero parece de 45, se parece a sus hijas, tiene ojos marrones, es más alta y tiene los senos más grandes. La hermana menor es Camila, como mi mama, tiene cinco años menos que las gemelas, tiene el pelo castaño claro, ojos verdes, también es parecida a nosotras. Todas tenemos una vos aguda y chillona. Nuestro padre era alto y musculoso, tiene 10 años más que mi mamá, él es un empresario importante y se llama Mateo  (no lo recuerdo bien).

Esta historia comienza cuando teníamos 4 años nosotras vivíamos con nuestros  padres en una casa que queda a unas cuantas cuadras de la playa tenía una pequeña piscina, un único piso, tres baños, tres habitaciones, una sala, un comedor y un patio pequeño.

Todos los fines de semana llegaba nuestro padre ebrio a la casa, le pegaba a mi mamá, a mi hermana y a mí (era alcohólico). Cuando estaba sobrio era muy cariñoso con migo y con mi hermana de hecho a esa edad yo lo comprendía y lo quería a pesar de todo.

Un año después llego mi hermana menor a la familia nuestra madre no pudo más con lo de mi papá así que se divorció. Mi papá le daba una pensión muy buena a mi mamá (y lo hizo por mucho tiempo). Mi mamá tuvo que conseguir un trabajo. Yo y mi hermana comenzamos a dormir juntas para que Camila tuviera su propio cuarto. Mi mamá nos compró una cama matrimonial porque nosotras nos quejábamos acerca del tema del cuarto de Camila.

Pasaron los años hasta que yo y mi hermana tuvimos 15 y allí es donde se sitúa la historia.

Historia

Yo y mi hermana no teníamos muchos amigos cuando teníamos 15 años, éramos extremadamente tímidas, a veces nos costaba soltarnos hasta entre nosotras, ninguna había tenido un novio, no íbamos a fiestas muy seguidos, (éramos bonitas, pero nada sociables). Ninguna de nosotras nos habíamos masturbado en ese entonces ni pensábamos en hacerlo.

Un día de verano fuimos a la playa con nuestra mamá, mi hermana menor, Camila, y su amiga. Yo solo estaba con mi gemela, Sara,  jugando en el mar. Habíamos llevado un snorkel para ver los peces. Yo me metí a bucear con los lentes del snorkel y vi a Sara, por debajo del agua, ella llevaba la braguita del bikini muy adentro de su culo (tal vez por alguna ola). Ese fue el momento más impactante en mi vida me comencé a excitar demasiado sentía como mi vagina se humedecía y eso que estaba debajo del agua. Aguante la respiración un largo rato bajo el agua mientras que me tocaba la vulva y los senos, sin saber cómo hacerlo, hasta que ya no pude más y Salí.

Sara: ¡Alexia viste algo!

Alexia: ¡Si hay un pez grande allí abajo! ¿Quieres verlo?

Sara: ¡Si, dame los lentes!

Le di los lentes y Sara se fue buceando. Gracias a Dios el agua era cristalina así que me quede viéndole el culo un buen rato y tocándome el clítoris por debajo del bañador ¡Era la primera vez que lo hacía y estaba viendo a mi hermana! Para mí era el paraíso, era como si despertase algo muy adentro mío, en ese momento lo único que quería era esa sensación nueva y placentera que tanto me gustaba, hasta que salió después de unos segundos.

Sara: No vi nada. Esto es aburrido mejor vamos a la playa.

Alexia: No viste nada porque te quedaste muy poco tiempo.

Sara: Igual es aburrido. Vamos a la playa por favor.

Nos fuimos a la playa y después de un rato a la casa dejando a Camila, en la casa de su amiga. En mi casa yo y Sara seguimos con ganas de jugar así que nos fuimos al patio y comenzamos a jugar con la manguera. Yo seguía queriendo sentir lo que había sentido en la playa y allí las dos  estábamos en bikini y mojadas así que la abrase fuertemente y me dirigí asía la piscina para que las dos nos metamos, en ese momento pude sentir todo su cuerpo y sus senos, Ella tenía tetas grandes para su edad, nos habíamos desarrollado muy rápido. Sus senos chocaron con los míos haciendo que me doliera un poco, pero a la vez me gustaba ese dolor, me excitaba.  Tenía tantas ganas de masturbarme en ese momento y cuando Salí del agua me lleve la mejor sorpresa de mi vida ¡el top se le había subido y pude ver su pezón! Ese fue el momento más excitante de mi vida mi vagina estaba muy húmeda, puse todo mi esfuerzo por no tocarla. Sara se fijó en que la estaba viendo de manera extraña, pero pensó que solo era la impresión y combinado con la vergüenza que sintió no pudo pensar nada malo de mí. Ella se, como siempre. Se veía tan tierna. En ese momento me di cuenta que me estaba enamorando de mi hermana y no me sentía mal por eso, me gustaba. Entonces se baja el top rápidamente y dice.

Sara: ¡Ay qué vergüenza!

Yo la abrase y le dije en el oído.

Alexia: Tranquila. Tuviste suerte que fue conmigo y no con otra persona.

En ese momento pude sentir todo su cuerpo y me existe aún más.

Sara: Vamos adentro.

Alexia: Vamos.

Ella se ducho mientras yo trataba de no masturbarme. Se demoró un tiempo hasta que salió con una bata blanca que hacía que en su figura resaltase su buena cintura y cadera. Entonces yo entre al baño tratando de no mirarla, prendí la ducha y sin pensarlo me fui contra la puerta del baño. La abrí sin hacer ruido, logre verla sin que se diera, cuenta estaba agachada recogiendo una blusa del suelo, le logre ver sus enormes nalgas blancas y entre sus dos nalgas su vagina rosadita con un clítoris que resaltaba entre todas las cosas. Entonces cerré la puerta con seguro, me quite el bikini y fui corriendo hacia la ducha. Cogí un poco de shampoo, lo eche e mi mano y me metí rápidamente el dedo más largo a mi vagina, en ese momento pude sentir todo el calor de mi cuerpo. Me eche rápidamente abrí y levante mis piernas, cerré los ojos y me imagine esa vagina con la que me había excitado tanto en mi boca, con mi mano izquierda retorcía mi pezón derecho con fuerza y con mi mano derecha me comencé a meter dos dedos en la vagina. De pronto gemí muy fuerte mientras me retorcía de placer. Trate de no hacer ruido, pero era muy difícil. Retorcí mi pezón cada vez con más fuerza me dolía muchísimo pero me gustaba, así que lo hice con más fuerza hasta que rápidamente llego el primer orgasmo, el más largo de mi vida, era una sensación que nunca antes había sentido. Para entonces todo mi pecho estaba rojo.  Yo seguí metiéndome el dedo, esta vez mi mano izquierda estaba en mi clítoris. Rápidamente cogí el shampoo y lo eche en mi cuerpo lo comencé a sobar imaginando que era el cuerpo de Sara, me extasié, cada vez metía los dedos más profundamente,  hasta que  llego el segundo orgasmo. Para ese entonces quede agotada, pero quería más y entonces, la gloria, Sara había dejado su bikini en la ropa sucia. Saque la parte de abajo y la olí estaba caliente húmedo, y yo también, esto me dio ganas de seguir. Puse su top en el filo de la ducha y me senté en él. Me movía para adelante y para atrás de tal manera que mi vagina con sus labios abiertos se sobaba con el top mientras que yo me agarre mis senos y con las bragas entre ellos los moví y amase. Me excitaba cada vez más. Luego de un rato haciendo eso me puse boca abajo. Moví  mi mano izquierda por encima de mi cuerpo y comencé a meterme el dedo pequeño en el ano, me dolía muchísimo por ser la primera vez que me metía algo al ano.  Moví mi otra mano por debajo de mi cuerpo comencé a sobar mi vagina en formal de círculos. Movía mi cuerpo hacia arriba para que cayera y me golpeara las tetas, como lo había sentido cuando choque con Sara, pero no lo hacía muy alto para que no me doliera tanto. Saque mi dedo de mi ano, me puse boca arria y comencé a lamer mi dedo meñique imaginando que se lo había metido a Sara, sabía muy mal, pero me excitaba mucho. De pronto llego el tercer orgasmo. Estuve así como por una hora más. Termine sudando muchísimo y mi vagina ya no podía más. Me lave la boca y Salí.

Sara estaba con un pijama de monitos, un short y un camisón, medias largas de rayas rosadas y blancas y estaba en posición fetal en la cama viendo los créditos de una película. Cuando Salí con mi bata ella fue corriendo a abrasarme y se quedó así un rato.

Alexia: ¿Que estabas haciendo?

Sara: Estaba viendo una película de terror.

Sara siempre había sido muy miedosa igual que yo. Me puse un pijama celeste, también con un short. Nos fuimos a la cama nos abrasamos toda la noche, recosté su cabeza sobre mi pecho y comencé a pensar en lo que estaba haciendo. Hasta entonces ese había sido el mejor día de mi vida.

Desde ese día me masturbaba seguido pensando en mi hermana, a veces cogía sus bragas y me masturbo con ellas. Me gusto en secreto durante un año, siempre habíamos sido muy cariñosas ambas la una con la otra. Me ponía celosa a veces y no le podía explicar porque lo estaba. Era algo difícil para mí. Trate de alejarme de ella, pero no pude. Enserio me gustaba y aprovechaba cada ocasión para tocarla de alguna forma, pero de una manera que ella no se diera cuenta que me gustaba.

Esta es la historia de cómo comencé a gustarle a mi hermana. La conté como si fuese ella para que ustedes puedan apreciar mejor la historia. Así fue como comenzó mi historia.

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Gracias por leer.

Sara