Metamorfosis FemDom 6/6
Un año despues...Transformacion de un hombre en esclavo-perro y cerda de su Ama fetichista y detalles de FemDom
Metamorfosis FemDom
(Continuación)
Por
- Un año después
Le he narrado como ocurrió la metamorfosis desde pareja más o menos machista a mi completa sumisión bajo los pies de Wanda. Esto es luego de evolucionar en una relación 24/7 signada por la Dominación Femenina (FemDom) en juegos BDSM mas cercanos al mitológico OWK de Checoslovaquia o del Reino de las Amazonas de la antigua Tasalia , que de la vida moderna.
Un año después de esa transformación; donde fui esclavo, sirviente, domestica de alquiler, puta, perra y objeto; es necesario un balance, pues mis lectores se habrán preguntado como continuo si acaso, lo hizo, la sumisión de lamepies bajo el mandato de su divina Wanda.
Antes de comenzar el nuevo relato, les refiero nuevamente, sin ánimo de cansarlos, las reflexiones con las que termine la metamorfosis 24/7.
"Ya no solo era esclavo, sumiso y sirviente. También era su juguete, su perra su puta y su objeto. Traspasado, alquilado, prestado y exhibido donde y cuando quisiera. Había transformado mi aspecto, mis actividades y mi mente. La metamorfosis era completa, casi no había yo, sino la extensión de Wanda. El completo FemDom aniquiló mis pertenencias, mi cuerpo, mi alma, mis pensamientos y mi autoestima. En un tratamiento degradante admitido mas o menos voluntariamente por el delirio, el morbo y la excitación permanente. En ese punto no hay retorno. No existo, y solo adquiere algún significado mi existencia cuando lamo y adoro divinos pies sucios de mis Amas mientras me humillan y castigan. Si me lo preguntan alcance una plenitud, que solo se distingue de la felicidad por los ratos en que no estoy al servicio de mis Amas".
Nuestra vida, a lo largo de este largo año, prosiguió con normalidad, es decir la normalidad de una relación 24/7. Justo un año después de mi bautizo como sumis@ del Ama Wanda, ocurrió mi cumpleaños, celebrado ahora, como es natural el 24 de julio; día mundial del BDSM y el FemDom.
Mi Ama compasiva preparo un día especial para mí.
Para la fiesta de cumpleaños, hube de preparar todo para los invitados, las comidas y bebidas y la ambientación de la casa, en el medio del patio coloque un potro de castigo y todos los látigos de mi Ama Wanda. El trenzado que golpeaba, el de tres hilos muy finos que dejaba estrías cortantes y ardía mucho, el de 7 colas de mango corto para azotar los testículos y el escroto, la vara de abedul que producie estrías profundas en nalgas y en las plantas de pies y el tradicional látigo bifido de mediana longitud que permite azotar con seguridad en distintas partes del cuerpo.
Me prepare para el cumpleaños, quedando impecablemente limpio y me fue colocado un enema luego de desayunar opíparamente. De modo que mi culo estaba mas limpio que el de un bebe recién nacido. Me esmere en afeitarme y rasurarme todo el cuerpo hasta dejarlo sin un bello y por orden de mi Ama, también hube de suprimir las cejas.
Mi Ama Wanda prepararía la tarta de cumpleaños para mi, así como el champaña; eso me dijo mientras esperábamos los invitados.
Su vestuario era simple unos pantalones muy pegados y una blusa, ambos negros; que solo descubrían sus pies, brazos y rostro. Con el pelo suelto y alborotado; descuidadamente presentada para la bizarra celebración del cumpleaños de su sumis@.
Mi vestuario consistía en los inseparables grilletes de manos, pies y cuello, de los piecing en las tetillas y en el pene. Mi Ama también preparó con antelación a mi cumpleaños, tenia varios días sin bañarse ni arreglarse y estuvo descalza desde hace días, sin permitirme limpiar sus pies, a la fecha sus pies estaban completamente sucios. A la celebración fueron invitadas tres amigas de mi Ama que ya me conocían: Madame G, la señora M y Mistress L.
La primera era una señora cuarentona, dueña del salón de belleza donde laboraba yo como masajeador y lamepies. Era muy adusta y de mal carácter. Era la misma que diariamente me recibía y despedía del salón con unos fuetazos. Y hoy no fue en eso diferente cuando le salude besando sus pies calzados apenas con unas pantuflas que se quitó al llegar a casa.
La señora M era una morena muy agresiva de enormes pies, que le divertía humillarme y azotarme. Desde que le conocí me visitaba con frecuencia en el salón o en casa para hacerle el pedicure; pero siempre trae los pies enormes y muy sucios, con una mezcla de polvo y sudor. Nunca he sabido quien lo disfruta más; si la Señora M cuando se masturba excitada cada vez que le lamo las plantas de sus pies una y mil veces hasta dejarlos relucientes o yo, al verme humillado de esa forma y acariciado por el látigo y sus continuas pisadas en mi rostro.
Mistress L, por su parte detestaba a los hombres tanto como amaba a las mujeres. Mantenía una estrecha amistad con mi Ama Wanda e incluso llegaron a compartir ocasionalmente el lecho. Muy femenina y altiva, me toleraba en la misma medida que servia de vehiculo para descargar su odio hacia mi genero, creo que hasta le agradaba en la medida que me comportara como esclavo a su servicio y me castigaba la mas de las veces sin motivo. Al llegar me hizò acostarme bajo sus pies, pisando la cara con la suela de su sandalia mientras con su otro pie clavaba su tacón en mi culo para violarme.
Así, podía catalogar a Mistress L misántropa y su juego principal era follarme y feminizarme, Madam G una flageladora cuyo gozo era el dolor que me infligía, y La Señora M una fetichista que gozaba en tanto me humillaba. Mi Ama Wanda tenia un poco de todas ellas además de la predilección por exhibirme como quien muestra una rara mascota.
Luego de servir las bebidas, atendiéndolas como de costumbre cuando visitaban a mi Ama Wanda, decidieron cada una felicitarme a su modo por el cumpleaños.
Madame G me ato a un poste y tomo el látigo bifido, cuyas correas no tan anchas producían sonoros azotes y me propino 40 azotes, que debìa enumerar en voz alta:
-"Gracias Madame G por el primer beso de cuero, gracias Madame G por el segundo beso de cuero
Los últimos los conté agritos y las lagrimas de dolor corrían por mis mejillas. Todas reían y aplaudían. Madame G, algo cansada me desatò me arrodillo ante Ella y levanto uno de sus brazos, la blusa sin mangas dejaba ver su axila sin rasurar:
-"Vamos, esclava puede lamer mis axilas"
Y hube de lamer aquellas cuencas debajo de sus hombros, ásperas y sin desodorante, hasta dejarla seca de sudor.
Al culminar me obsequió un escupitajo que baño toda mi cara y tardo en rodar por ella. Extrajo de su bolso dos pesas pequeñas que le dio a mi Ama Wanda, las cuales me colocó en los piecing de las tetillas, ocasionando un punzante dolor al caminar y una casi inevitable erección.
-"Gracias Madame G por permitirle adorarle." Y continué sirviéndoles en la velada.
No habría pasado tiempo suficiente de recuperarme, y aun con aquel terrible dolor de las pesas en mis tetillas y de la espalda adolorida cuando se incorporó la Señora M, diciendo:
"Ven perra, acuéstate boca bajo"
Amarrando entre si los grilletes de mis muñecas a los tobillos, de forma que quedaba con las piernas hacia atrás y las plantas de los pies hacia arriba. Tomó la vara de bambú y comenzó a azotarme rudamente cada planta de mi pie, parada frente a mí, mientras me hacia lamer su pie y lo introducía hasta el fondo de mi garganta como mordaza. Los 40 golpes que contó sobre las plantas de mis adoloridos pies fueron soportados sin gritar gracias a que tenia la boca atragantada con los enormes pies de la Señora M. Al soltarme me arrastre, no podía apoyar en el suelo mis pies ya hinchados y amoratados, y pase largo rato lamiendo los de Ella, mientras se masturbaba frente a sus amigas, con un falo de goma.
Aquella escena debió estimular a Mistress L, quien me hizo arrodillar, doblando mi torso sobre un mueble. Ató mis manos a la espalda y usando ahora la fusta se ensaño con mis nalgas, dibujando en ellas 40 marcas, en forma similar como en la víspera había ocurrido con mis espaldas y pies. Mi Ama Wanda disfruto aquel lento tormento, colocando sus exquisitos pies sobre mi rostro y obligándome a lamerlos continuamente para, infructuosamente, tratar de limpiarlos. Y digo infructuosamente porque tenían tanto polvo acumulado que era casi imposible para mi boca absorber tantas manchas de polvo y sudor.
Intervino la Señora M
-"Puedes dejarle el falo de goma, se lo traje de regalo a Wanda, para que le rompa el culo a su perra"
Y se lo entregó a Mistress L, quien no dudo en cogerme con aquel enorme instrumento, era tan grande y atroz, que lance un grito, ahogado por el pie de Wanda, que se introdujo hasta el fondo de mi garganta, casi rasguñando con sus dedos mis amígdalas. Aquel falo quedó por la mitad fuera de mi culo y creo que su extremo inundaba todo mi recto hasta el estomago casi.
Misstress L, me dejó en aquella posición mientras iba en busca de su obsequio para mí. Demoró unos diez minutos que me parecieron menos de un segundo, por el dolor en todo mi cuerpo, que me impedía moverme. Salvo por las veces que debía "sonreír" a la cámara con la cual filmaban aquel memorable día. Mi Ama Wanda o Madame G me decían
-"perrita sonríe para la foto" o "vamos puta que te veas bien en el film".
Regresó Mistress L con una mordaza que además de tener una protuberancia hacia adentro para inundar toda la boca, disponía de una manguera para introducir a voluntad agua u otro liquido adentro de mi boca. De inmediato la estrené, y al colocarla, mi Ama Wanda, vació en aquella mordaza su orine, hasta el tope, parte del cual casi me atragantó expulsándolo por la nariz, ante la burla de todas. Aquel instrumento de tortura hacia que el orine se mantuviera en mi mordaza mucho tiempo; drenándolo poco a poco hacia el fondo de mi garganta.
Mi Ama Wanda se incorporó diciendo:
-"Me la ponéis difícil, G lo uso como esclava y le azotò la espalda con látigo; M lo usó de perra y castigó sus patas con fusta; y L le ha empleado como cerda golpeándole con la fusta en el culo" "¿que mas podría inventar?"
Entonces arrastrándome, no tenia ya fuerza para moverme, me pusieron boca arriba con las manos y pies atados en forma de X. Aun tenía metido aquel enorme falo de latex en mi culo, las pesas en las tetillas y el bozal. Entonces colocó una silla cerca de mi cabeza, de modo que sus pies se apoyaban en mi cara y con el látigo de "nueve colas", un látigo de hebras muy finas y pequeñas, de mango corto; empezó a azotar mis adoloridos pezones, los brazos, los testículos y el pene. Cada embate me hacia temblar y ocasionaba espasmos que casi brincaba por los aires y contorciones terribles. Cuando el azote caía directo en mi pene erecto y goteante, Misstres L aplaudía enardecida, la señora M me pisaba el torso de pie cerca de mí y Madame G seguía filmando.
Al llegar al azote número 40, ya no tenía ninguna excitación y mis flagelados testículos parecían huevos desinflados. Mis entrepiernas y pecho tenían trazas casi moradas. Y aun me faltaba creo, el regalo de mi Ama Wanda, dirigiéndose a mi:
-"Te usaré como juguete, pero ahora los juguetes son eléctricos ¿verdad?"
Y comenzó por ponerme un arné en el pene con piezas metálicas, o eso supongo por el frió al contacto con ellas. Unos cables iban de mi pene amarrado con aquellas cintas hasta los pielcing de mis tetillas y también otro cable se unía al falo de latex de mi culo.
Me hizo arrodillar en la sala frente a todas, con las manos atadas al collar de la nuca detrás de la cabeza, y en acto ceremonial, como quien enciende un televisor nuevo, mostró como con un mando a distancia, dirigiéndolo hacia a mí; encendía aquel dispositivo.
Una corriente eléctrica se disparaba por mis tetillas y me ocasionaba una erección instantánea en mi glande, al aprisionar y relajar rítmicamente mi pene y testículos; y a la par movía el falo de latex en mi culo como si fuera un gigantesco vibrador. Todo aquello era divinamente desesperante y me hacia temblar de pies a cabeza, con mi verga enormemente crecida y a punto de estallar, pero sin permitirme eyacular.
Todas reían al ver aquella demostración, mi Ama Wanda podía encenderme o apagarme a distancia, literalmente y controlar los espasmos en mis genitales, en mi culo y en mis tetillas. Yo sudaba y trataba de suplicar el fin de aquel tormento desesperante, pero era en vano pues la nueva mordaza no dejaba escapar sonido alguno. Solo mi rostro descompuesto podía manifestar la exaltación a la que estaba sometido.
-"Tu cara no demuestra gratitud por mi regalo, puta"
Dijo Wanda mientras me cruzaba con un par de azotes y me colocaba una mascara de cuero que cubría toda mi cara.
Me sentía morir con aquella mortificación de sentirme violado y en permanente excitación; privado además de los sentidos por la máscara de cuero que no me permitía ver ni oír. No se cuanto tiempo estuve así, pienso que horas; hasta que por fin, mi Ama Wanda me apagó.
Fui liberado de la máscara y del bozal, y me acuclillaron alternativamente frente a cada una de las cuatro damas, una por vez, me ponía a lamer su sexo hasta darles placer a la vez que me encendían eléctricamente y mi lengua (única parte móvil de mi cuerpo) se multiplicaba en movimientos rítmicos estimulado por las descargas eléctricas. Agradecía y deseaba los azotes sobre mis maltrechas espaldas y traseros porque el dolor refrenaba la excitación permanente que generaba las conexiones en mi pene y en mi ya dilatado ano.
Ya casi desfallecía del cansancio de aquella excitación permanente y de los azotes, entonces me liberaron de las conexiones eléctricas y me ordenaron tumbarme en el piso boca arriba. En medio de risas me permitieron pajearme con la mano, mientras los ocho pies, expresamente sucios, de aquellas torturadoras se alternaban sobre mi boca y mi rostro. El delirio que experimente, en una copiosa eyaculaciòn sobre aquellos divinos pies compensaron con creces mis sufrimientos previos.
-"Perra sucia, a tragar y lamer toda tu porquería"
Fue el único comentario de mi Ama Wanda, que considere un cumplido. Puso ambas piernas al lado de mi cabeza y se agacho de modo que su sexo quedaba casi sobre mis ojos y su culo estaba a centímetros de mi cara. Apoyando ambas manos en sus rodillas:
-"Te toca comerte la torta que te preparé, perra , guarra , cométela toda "
Y comenzó a defecar directamente en mi boca, mientras su compañeras me pisaban el pene para hacerme abrir la boca al máximo.
Aquella humillación escatológica siguió con el baño de orine sobre mi de cada una de las señoras. Y sin limpiarme me colocaron de nuevo la mordaza, la mascara, los cables y el arnè y un collar en el cuello. De modo que apenas si podía seguirles de rodillas tras Ellas. Fui llevado al frente de la casa y me quede allí exhibido, el resto de la noche, torturado con electricidad en mi pene erecto sin poder eyacular, el falo-vibrador en el culo, electricidad y pesas en los pezones y me colocaron pinzas prensa-ropas en todo el cuerpo. Así como un adorno torturado y degradado, meado y con la cara llena de caca, me quede frente a la casa, sometido a las burlas de los amigos de mi Ama Wanda que llegaron luego y compartieron la fiesta con mis Amas.
Los pocos instantes e relax, cuando se apagaba el dilatador eléctrico, pensaba en como un año después se rememoraba en solo un día el mismo proceso de metamorfosis, pasando de esclava a perra, a cerda y luego a muñeca o juguete. Siendo prestado, flagelado, pateado, humillado, violado, feminizado y exhibido en mi completa sumisión 24/7.
Al escribir este relato por mandato de Wanda, solo deploro que el 24 de Julio tenga lugar solo una vez al año. Aun cuando confieso que el artilugio eléctrico y los regalos recibidos los debo usar constantemente, por mandato expreso de mi Ama.
¿Fantasía o realidad?
El FemDom y el BDSM es creativo e inteligente, juzga Tu amigo lector, donde comienza en esta historia la primera y donde acaba la segunda.